Edición 2012 - Número 253
Antonio Rico
(Artículo publicado originalmente en el diario La Opinión de Zamora).
Me gustaría tomar la palabra en este momento y pedir que cualquier discusión acerca del futuro, el formato, la financiación y la madre que parió a las televisiones autonómicas se interrumpiera durante un par de horas. Dejemos de pelearnos durante ese ratito, que es un tiempo suficiente para que todos nos sentemos a ver unos cuantos programas de «Escépticos», una serie que está emitiendo esta temporada Euskal Telebista. Se dedica a desmontar las trampas y falacias de las seudociencias, justamente lo contrario de lo que hacen con frecuencia las televisiones privadas. Los espectadores que reciben la señal de esta emisora pública lo tienen muy fácil; los que no la reciben pueden teclear en Google «escépticos euskal telebista» y llegarán sin problema a estos vídeos.
«Escépticos» es inteligencia convertida en programa de televisión, es un fogonazo de racionalidad dentro de un medio en el que el porcentaje de materia oscura supera incluso al del propio universo, es la mayor fiesta del sentido común y el espíritu crítico que se ha visto en nuestro país desde que la ciencia aprendió a manejar los rayos catódicos. «Escépticos» es ágil, divertido, certero, sorprendente. Está magníficamente producido. Y transmite una frescura y una simpatía que nos hacen a los espectadores morir de ganas de estar ahí, durante el rodaje, charlando con Luis Alfonso Gámez, y con los guionistas, y con los chicos de las escuelas, y con todos los entrevistados. «Escépticos» es sencillamente un lujo que la televisión pública vasca pone a disposición de los hispanohablantes de todo el planeta.
Y después de ver estos programas podemos seguir discutiendo acerca de la viabilidad y los modelos de las televisiones autonómicas. Fernando Sabater, en su «Pienso, luego existo», de La 2, comentó la otra semana que los enemigos principales de la democracia eran la miseria y la ignorancia. «Escépticos» demuestra que las televisiones públicas pueden ser valiosos remedios contra esta última. Para combatir la primera hará falta otro tipo de medidas.
URL: http://www.laopiniondezamora.es/opinion/2011/10/06/escepticos-ignoranci…