EL ESCÉPTICO DIGITAL
Edición 2009 - Número 5 (231) - 2 de mayode 2009
Sin menospreciar el 400 aniversario del telescopio de Galileo por lo cual la UNESCO declaró el 2009 como el año de la astronomía, los méritos de aniversarios ligados a la biología son mayores para darle un lugar destacado este nuevo año. El 12 de febrero se cumplen 200 años del nacimiento de Charles Darwin y el 24 de noviembre el 150 aniversario de la publicación de su obra, “El origen de las especies”.
La teoría de Darwin ha sufrido una evolución en sí misma con el surgimiento del Neodarwinismo. El Neodarwinismo sostiene el rigor de la idea primigenia de Darwin a la vez que se nutre de los estudios sobre herencia del monje agustino Gregor Mendel. También, es bueno reconocer que existen “hijos de Darwin” que manipulando sus ideas, han querido hacer “ingeniería social”. El “Darwinismo Social” basado en la eugenesia propuesta por el primo de Darwin, Francis Galton y la posterior aportación de Spencer, cuyos legados utilizó el Nazismo para cometer grandes crímenes a través de las cámaras de gas y los experimentos del tristemente célebre Dr. Menguele.
Antes de profundizar en el legado de Darwin, es pertinente aclarar que en términos Darwinianos, evolución no es necesariamente progreso, sino cambio. Este cambio en la mayoría de las veces se presenta como adaptación a un medio hostil o en la extinción de una especie. Desde hace 540 millones de años, cuando la explosión cámbrica llenó de vida nuestro planeta, la extinción de las especies han sido la regla y el sobrevivir la excepción, a como diría Carl Sagan. Son millones de especies las que no han podido sobrevivir a una selección natural que no discrimina y que muchas veces suele parecer cruel.
Las ideas de Darwin siguen levantando ira en grupos religiosos fundamentalistas creyentes en la literalidad del génesis bíblico. El escenario más militante de esta ira religiosa es los Estados Unidos con sus bastas y poderosas Iglesias evangélicas, quienes en los últimos años han querido eliminar a Darwin de las escuelas y sustituirlo con una explicación religiosa y seudo científica, el famoso “Diseño Inteligente” Michael Behe expuesto en su libro “La caja negra de Darwin”. La Iglesia Anglicana y la católica han adaptado sus creencias a una teoría de la evolución infectada por su propia y particular interpretación de las teorías de Darwin y sus seguidores. El fallecido Papa Juan Pablo II se adhería, como rémora oportunista, a una doctrina de la evolución como instrumento de Dios para la creación de vida. Para ello han tenido que rebajar la literalidad del génesis a simple lenguaje poético. También no son pocos los católicos que apoyan la teoría del “equilibrio puntuado” de Gould y Edberg, los cuales manifestaban que la falta de fósiles intermedios en los innumerables yacimientos descubiertos, es porque la evolución no necesariamente había sido uniforme y lenta a como se cree, sino que en ciertos períodos daba saltos cualitativos y en otros se llegaba a períodos de mínimos cambios. Es en este contexto donde Dios, según algunos cristianos, le insufló alma a la cúspide de la especie Homos, el Homos Sapiens Sapiens.
Más interesante que la controversia entre cristianos fundamentalistas y Neodarwinianos es el gran debate científico entre teóricos de la evolución. Cabe aclarar que los dos ejes fundamentales del Neodarwinismo en la evolución por medio de selección natural, son las mutaciones esporádicas y el azar en lo que llaman la “deriva genética”. Con estos conceptos se disminuye la extrema importancia que se le brindaba a la lucha de los recursos o a la sobrevivencia del más apto. Son interesantes los trabajos de la Dra. Lynn Margulis sobre el rol de las bacterias en el origen de la vida en el planeta. El rol de las mitocondrias dentro de una célula con núcleo, expone una de las relaciones simbióticas más fundamentales para la evolución de la vida según Margulis.
Richard Dawkins biólogo británico, que sus adversarios llaman el “rottweiler” de Darwin, otorga al buen estilo Mendeliano el protagonismo de la evolución a los genes, unidades de información contenida dentro de los cromosomas del núcleo de la célula y dentro de las mitocondrias. Sin embargo para Dawkins el 95 % del ADN de los humanos es “ADN Basura”, ya que son unidades desactivadas o repeticiones redundantes. Richard Dawkins junto a su agenda científica está desarrollando una agenda política a nivel mundial. Por esto último, muchos lo consideran el “profeta del ateísmo” del siglo XXI. Su última obra de éxito, con más ventas que su famoso libro “El Gen Egoísta”, “El espejismo de Dios” (un millón de copias vendidas) y su campaña de buses ateos en ciudades europeas ha despertado la ira de muchos fundamentalista y también de no pocos moderados de las religiones teístas.
Mientras Dawkins se ocupa de divulgar su “humanismo secular”, otros biólogos se dedican a profundizar en los avances de la biología molecular. Después del desciframiento del primer genoma humano en el 2001, genetistas como Dean Hamer y Francis Collins se han dedicado a relacionar genes con muchas patologías y hasta con el comportamiento. La “Genomanía” está en el culmen de su desarrollo, a la caza de genes responsables de patologías, sin embargo varios biólogos manifiestan que el genoma no es suficiente y solo es la mitad del camino en las investigaciones biológicas. Muchos reclaman además del genoma, un estudio más detallado de las proteínas, enzimas y procesos metabólicos, o sea un Proteinoma, Enzinoma y Metabolinoma.
No menores han sido las investigaciones sobre los genes Hox en la biología embrionaria y el futuro de las “células madres”. Son importantes los trabajos del coautor del genoma humano Greig Venter quién el año pasado sintetizó un gen. Pero también existe preocupación en los científicos por los virus de nueva generación. Entre ellos destacan el VIH y los recientes casos de gripe aviar como producto de una cepa viral nueva descendiente de la que mató a más de 50 millones de personas a principios del siglo XX. La urgencia de desarrollar una vacuna, es porque el virus de ahora tiene una mortalidad del 50 %, superior al pírrico 2 % que mató tanta gente en Europa.
No sería de extrañar que estos estudios de los científicos, sean atacados o manipulados por ciertas religiones para colar sus supersticiones y devaluar los postulados de la ciencia. El legado de Darwin se enfrenta a un doble desafío, por un lado seguir siendo el paradigma dominante en las ciencias biológicas y por otro, lograr sobrellevar los ataques de mentes supersticiosas nacidas en lo más hondo del fundamentalismo de las religiones abrahámicas. Mientras tanto Sir Charles Darwin descansa en paz junto a Newton, en la abadía de Wesminter, con el perdón tardío de su Iglesia Anglicana.