MANIFIESTO: ¿POR QUÉ SOMOS ESCÉPTICOS?
por Mario Bohoslavsky
Periodista Científico. Alternativa Racional a
las Pseudociencias
El juego de la razón
Una de las reglas del hermoso juego de
la Ciencia dice que la Razón no ha de aceptar
algo como cierto sólo porque lo diga mucha gente,
o porque lo diga gente muy importante, y que siempre
hay que detenerse ante una afirmación cualquiera
y dudar sobre si es o no cierta. Naturalmente, eso obliga
a ir mucho más despacio, sopesando cada aparente
verdad.
En griego, observador se dice skeptikós (skepticos),
por lo cual a la persona partidaria del análisis
y la observación se le llama también "escéptica".
Los enemigos de la Razón
Lo contrario del escepticismo es la credulidad,
y consiste en aceptar como ciertas, con ligereza, las
afirmaciones más extraordinarias sin analizar
antes su consistencia, sólo por pereza intelectual,
falta de preparación, respeto a la autoridad
de ciertas personas u otras razones. En la etapa actual
de la Humanidad la gran mayoría de las personas
son bastante crédulas, sobre todo debido a su
ignorancia y falta de entrenamiento en el método
científico, y en las prácticas racionales
en general; casi todas esas personas actúan de
buena fe, es decir, por convicción y no por intereses
espurios.
Los verdaderos enemigos de la razón no son, necesariamente,
las personas crédulas, sino aquellas personas
que se benefician personalmente de que los demás
sean crédulos. Incluso algunos de estos embaucadores
son, en su fuero interno, incrédulos, escépticos;
pero promueven la credulidad ajena para obtener más
dinero con sus libros, tener sus consultas llenas de
personas con problemas, vender sus curas mágicas
o cobrar por su participación en radio, televisión
y prensa.
Los escépticos, que han luchado tenazmente a
lo largo de los siglos para sostener el reinado de la
Razón -algunos al precio de sus vidas, los más
a costa de la burla ajena, el perjuicio económico,
la soledad- ven con desesperación cómo,
una y otra vez, gente poco escrupulosa negocia con la
credulidad ajena. Bien es verdad que la Ciencia ha avanzado,
y que la gente ya no cree en algunas viejas patrañas
que otrora fueron aceptadas por casi todos, pero cada
día nacen nuevas mentiras, tonterías que
son aceptadas sin pensárselo dos veces. Y lo
que es peor: los modernos charlatanes, sabedores de
que la Razón es más fuerte que ninguna
otra cosa en el Universo, se disfrazan a veces de científicos,
visten sus patrañas de un lenguaje exterior que
remeda los modales, el lenguaje científico. Pero
eso no es Ciencia: es pseudociencia.
Una Alternativa Racional
Hay dos clases de escépticos:
los pasivos y los activos. Los escépticos pasivos
se limitan a sonreír socarronamente cuando ven
cómo los crédulos tragan el anzuelo que
les ofrecen los charlatanes. Con desdén por esas
masas ignorantes, a veces poco instruidas y otras veces
aquejadas de "ignorancia relativa" de todo
lo que es ajeno a su especialidad o profesión,
los escépticos pasivos se encogen de hombros
y en todo caso se duelen de que "la gente sea tan
tonta", pero consideran inútil enfrentarse
con los charlatanes y embaucadores.
Otros escépticos, en cambio, se sienten horrorizados
por la supervivencia de tantas tonterías de la
Edad de Piedra en plena Era Atómica, y piensan
que si no actúan en la medida de sus fuerzas,
estarán colaborando con los ejércitos
del oscurantismo. Creen, también, que la gente
no es tonta, sino que está desinformada, y que
alguien ha de desafiar a los profesionales de la mentira
para que las personas crédulas tengan al menos
la oportunidad de confrontar dos puntos de vista distintos,
uno de ellos racional y el otro pseudocientífico.
Estos son los escépticos activos, reunidos en
las asociaciones escépticas de todo el mundo,
y entre ellos se encuentran celebridades mundiales como
los investigadores Martin Gardner o Carl Sagan, científicos
famosos (incluso varios Premios Nóbel) y filósofos
de reconocido prestigio internacional, como Mario Bunge
(Premio Príncipe de Asturias) o Stephen Toulmin
(biólogo y filósofo de la ciencia).
En España los escépticos activos nos reunimos
alrededor de una asociación: ALTERNATIVA RACIONAL
A LAS PSEUDOCIENCIAS (ARP), que edita trimestralmente
una revista llamada La Alternativa Racional. La Asociación
no cuenta con el dinero ni las personas suficientes
para llevar a cabo una investigación sistemática,
objetiva y científica de todos los supuestos
hechos "sorprendentes" o "carentes de
toda explicación posible", como suele decirse,
ni puede salir al paso de todas las afirmaciones temerarias
que se oyen cada día por radio y televisión,
o que se publican en diarios, revistas y libros. Pero
tampoco se limita a la labor documental y bibliográfica.
En los puntos de España donde los socios de ARP
son más numerosos y activos, se están
poniendo en marcha nuevas investigaciones, a veces con
resultados sorprendentemente exitosos. En el País
Vasco, por poner sólo un ejemplo, ARP logró
demostrar que el sonido proveniente de un supuesto platillo
volante extraterrestre era en realidad el canto de un
sapo, presentó una grabación en vivo del
batracio, y hasta identificó la especie zoológica
que había protagonizado el suceso. Como es natural
y comprensible, los charlatanes y embaucadores profesionales
tienen una pésima opinión de ARP y sus
asociados...
¿Eres uno de los nuestros?
Algunos pocos miembros de ARP fueron
escépticos toda su vida, pero la mayoría
empezaron siendo bastante crédulos hasta que
alguna cosa les hizo tener las primeras dudas. No creas
que para acercarte a nosotros debes estar de acuerdo
en todo: basta con que estés de acuerdo en que
lo mejor, ante una afirmación extraordinaria,
es sopesarla con cuidado antes de darla por cierta.
Si piensas de este modo, quizás te convenga empezar
por leer nuestra revista La Alternativa Racional donde
encontrarás artículos de autores locales
y otros traducidos de todas las revistas escépticas
del mundo con las que mantenemos un fraternal intercambio.
Si ya te sientes escéptico, y quieres acercarte
de un modo más activo, puedes contactar con los
delegados locales de ARP en tu comunidad autónoma.
Ellos tendrán mucho gusto en conversar contigo
personalmente y aclararte cualquier duda.
España, como todo el mundo occidental, está
viviendo en esta época un cierto retroceso de
la Razón, un avance de posiciones y creencias
que no son acientíficas e irracionales, sino
anticientíficas y antirracionales. Un avance
del oscurantismo puede llegar a afectar el futuro de
todos de un modo muy negativo: hace poco se reveló
que el entonces presidente del país más
poderoso de la Tierra tomaba sus decisiones previa consulta
astrológica, como en la Babilonia de hace cincuenta
siglos. Y también hoy, como en tiempos de la
creencia generalizada en brujas y demonios, nos llegan
aún noticias de crímenes cometidos por
personas plenamente convencidas de que solucionan problemas
a familiares "poseídos". No es esa
la imagen que nosotros tenemos de un futuro deseable.
Muchos de nuestros centros locales son aún tan
pequeños que no pueden afrontar tareas hacia
afuera, y están dedicados solamente a crecer.
Si hoy decides unirte a nosotros, quizás mañana
podamos, juntos, desenmascarar una mentira. Pero sea
hoy o mañana, piénsatelo. No podemos tirar
dos millones de años de evolución a la
basura.
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