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No al sectarismo: en defensa de una izquierda laica y racional

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 271

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Andrés Carmona Campo

Estamos asistiendo estos días a una cierta polémica a raíz de un texto de Mauricio-José Schwarz titulado "“Juana de Arco” Forcades, más allá del antivacunismo mortal", publicado por el autor en su blog el 21 de julio de 2013 (1) y publicado también por Sinpermiso el 27 de julio de 2013 (2) pero con una diferencia: los enlaces del texto, disponibles en el texto original, no pueden utilizarse en el texto de Sinpermiso. Dicho texto ha tenido por lo menos dos respuestas desde entonces. Una firmada por Martí Caussa, el 2 de agosto de 2013, en la edición digital de Viento Sur y llamado "Teresa Forcades en la hoguera digital" (3) y otra más por parte de Vicenç Navarro, del 8 de agosto de 2013, titulada "No al sectarismo de izquierdas: en defensa de Teresa", disponible en su blog (4) y publicada en su columna de Público (5) y también difundida a través de la web de Anticapitalistas (6).
La polémica discurre por varios derroteros que, al estar centrada en Teresa Forcades, que además de monja tiene una opinión cuanto menos dudosa acerca de las vacunas, la gripe A y las medicinas llamadas alternativas, Caussa resume en dos temas: “en qué medida son científicas y deben promocionarse (o no) algunas prácticas que se presentan como medicinas alternativas; y cuál es la versión del laicismo que conviene impulsar desde la izquierda.”

El texto de Schwarz es sumamente crítico con Forcades. El autor la critica no solo por ser antivacunas sino por ser una promotora de pseudomedicinas, conspiranoias y tonterías peligrosas, como él mismo las llama (muchas de las cuales Izquierda Unida ha rechazado en su última asamblea federal en una resolución contra las pseudomedicinas y pseudoterapias) (7). Y aquí hay que dar la razón a Schwarz (por el contenido, aunque a lo peor no tanto por las formas) y dar un tirón de orejas a parte de la izquierda que ha abrazado las teorías pseudocientíficas y conspiranoicas que difunde Forcades. Ella, y la izquierda que como ella hace lo mismo, caen en el error de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, y así se alían con lo peorcito del mundillo magufo creyéndolos aliados del anticapitalismo. Que la industria farMAFIAcéutica tiene intereses capitalistas, y que su principal objetivo no es curar, sino hacer negocio, es tan evidente como que el objetivo de cualquier panadero no es alimentar a sus vecinos sino ganar dinero (por eso cuando deja de ganarlo cierra la panadería en vez de seguir haciéndolo gratis). Hay innumerables argumentos de peso contra las industrias farmacéuticas, y no hace falta inventar mentiras científicas ni conspiranoias para luchar contra ellas. Es más, es contraproducente, pues al ser falsedades fácilmente constatables con un mínimo de rigor científico, desacreditan a quien las utiliza, y de paso desacredita a las auténticas críticas con fundamento que se pudieran utilizar. Si el alcalde de mi pueblo fuera un corrupto y yo pudiera demostrarlo, no me hace falta decir, además, que es un borracho y un líder de una secta pederasta si es que no es así, pues los abogados del alcalde demostrarían rápidamente que ni es borracho ni líder de una secta que no existe, y les resultaría muy fácil, después, desacreditar mi acusación de corrupción, puesto que ya han demostrado que no soy alguien de fiar sino dado al delirio y a ver fantasmas. Y lo dicho contra la conspiranoia anti-vacunas bien vale también para los antitransgénicos, anti-antenas de telefonía móvil, anti-wifi y anti-otras-tecnologías: hay argumentos de sobra, sensatos y bien fundados, para la crítica y la lucha contra Monsanto, las eléctricas y otras grandes empresas capitalistas, sin necesidad de echar mano de falsedades científicas sobre la supuesta maldad de los organismos modificados genéticamente (OMG) o de las radiaciones electromagnéticas para la salud, o de conspiraciones para envenenar a la población ni nada por el estilo. Lo que pasa es que hay ciertos grupos que creen dogmáticamente en ciertas doctrinas cuasi-religiosas de tipo espiritualista, armonicistas, cosmo-eco-bio-centristas y neoluditas que reniegan de la tecnología (y de la ciencia moderna que está a su base) en pro de un cambio civilizatorio hacia otra forma de vida más “natural”, “ecológica”, “espiritual” y en comunión con la “diosa” Naturaleza. Son estos grupos los que difunden la ideología de la maldad intrínseca de las tecnologías desde su FE irracional y por eso no les importa que no haya pruebas científicas de lo que dicen: les pasa como a los creacionistas, siguen creyendo en sus dogmas aunque las pruebas indiquen lo contrario. Y estos grupos (a veces auténticas sectas) son anticapitalistas pero en ese sentido cuasi-religioso (o plenamente religioso, según los casos) y a años-luz del anticapitalismo de raíz marxista. Se oponen al capitalismo como los “socialistas reaccionarios” se oponían también en el siglo XIX, como acertadamente Marx y Engels supieron desenmascarar en el Manifiesto Comunista (III. Literatura socialista y comunista) (8). Por no hablar del lobby que se aprovecha de estas irracionalidades para sembrar miedo a las tecnologías y ofrecer sus productos “mágico-naturales”, contra el cáncer, e incluso burkas contra las radicaciones (9), (10). El problema es que esta ideología fluye entre cierta izquierda con desconocimiento de su origen más o menos religioso (y de los intereses económicos) y cala peligrosamente entre quienes con buenas razones se oponen a las grandes corporaciones, empañando y deslegitimando estas buenas razones cuando se mezclan con aquellas idioteces. Flaco favor ha hecho, entonces, Vicenç Navarro al intentar defender esas tonterías anti-vacunas en su texto: ha intentado hacer ver que las opiniones de Forcades sobre la gripe A son una “postura crítica” cuando en realidad es un prejuicio conspiranoico, y para eso ha seleccionado a los pocos científicos a favor de ese prejuicio, ignorando que la gran mayoría está en contra (lo que se conoce como falacia de cherry picking) (11). Ha incurrido, seguramente sin darse cuenta, en la misma falacia que quienes indican que hay científicos que niegan el cambio climático: haberlos haylos, pero no representan la perspectiva científica del asunto. Bien haría Navarro si, por lo menos, matizara lo que ha dicho, aunque es fácil darse cuenta de que su texto es precipitado y más cordial (hacia Forcades) que racional o razonado: en sus prisas por salir en defensa de la que llama amigablemente Teresa, parece que no reparó ni en leer el texto original de Schwarz, lo que explica porqué cometió el error de escribir: “[Schwarz] no muestra ninguna evidencia que avale sus acusaciones. Los resaltados (que parecerían indicar links a documentos adjuntos), son resaltados, sin más”, lo que es así en la versión del texto de Sinpermiso, pero no en el original del autor y que era fácilmente accesible vía google.

El otro asunto era lo relativo al laicismo. El tema surge porque Forcades es una religiosa, una monja, metida en política. Al respecto dice Schwarz: “Otros podríamos pensar que la intervención de ministros y monjes en los asuntos civiles es esencialmente contraria a la concepción de un estado laico, aconfesional y libre en los esquemas políticos resultado de la Ilustración. Y que este intervencionismo es aún más rechazable cuando se trata de religiosos que han jurado obediencia ciega al jefe de un estado extranjero, el imperio Vaticano, con lo cual están en obligación de poner los intereses de ese estado y su cabeza por encima de los intereses de la gente del país donde nacieron, viven o actúan obedientemente. Ser chupasotanas cuando se tercia y anticlerical cuando no conviene no parece ser laicismo y, si mucho me apuran, tampoco parece izquierda”. A lo que responde Martí Caussa: “¿Sacerdotes, frailes y monjas no podrían opinar de política en un Estado laico? ¿No podrían formar parte de partidos y asociaciones políticas? ¿No podrían votar? ¿Un católico ferviente sería más digno de confianza en su actitud hacia el “imperio vaticano” o tampoco podría intervenir en los asuntos civiles? Todos sabemos que hay diversas concepciones del laicismo, pero la versión antirreligiosa que apunta el artículo me parece completamente inconveniente para una política de izquierda”, y concluye: “cuál es la versión del laicismo que conviene impulsar desde la izquierda. Hacer esto con seriedad y respeto para las opiniones diferentes podría conducir a una clarificación importante”. Me parece que Caussa confunde cosas. De lo que dice Schwarz no se deriva que frailes, monjas o católicos no puedan opinar ni votar. Pero sí se deriva algo que es el abecé del laicismo (por lo menos del republicano) y que es la separación entre público y privado, una de cuyas concreciones es la de Estado y confesiones, y otra la de política y religiones. En el ámbito privado cada cual opina y hace lo que le da la gana, y el Estado protege el ejercicio de esa libertad en ese ámbito: ahí una puede ser monja de San Benito, o sacerdotisa Wicca, o adoradora de Satán o lo que sea). Pero el ámbito público es el ámbito de todas y todos en tanto que ciudadanas y ciudadanos de la res publica, y en ese sentido ciudadanas y ciudadanos participan como tales en la búsqueda del bien común (la libertad como no-dominación, en sentido republicano) pero no lo hacen como monjas, sacerdotisas o adoradoras de Satán buscando su interés privado, particular (por legítimo que sea en ese ámbito privado). Dicho de otra forma: cuando la monja, la sacerdotista o la satanista entran en el ámbito público, su velo, su sotana o su pentagrama se quedan fuera. Exactamente igual que un futbolista no opina en el ámbito público como futbolista sino como ciudadano: al pasar al ámbito público, su balón se queda fuera. Si no entendemos esto, no entendemos el laicismo. Y en el caso de los religiosos es más grave. El ciudadano busca, en el ámbito público, el bien común, el bien de la república, la libertad como no-dominación de toda la ciudadanía, y si para eso debe dejar de lado sus intereses particulares y privados, más aún deben quedar fuera los intereses de potencias extranjeras, grupos de presión o empresas capitalistas. Los religiosos juran lealtad, fidelidad y obediencia ciega (explícita o tácitamente) al supuesto sucesor de San Pedro en Roma y papa de la Iglesia Católica, lo que los convierte en sospechosos, por lo menos potenciales, para la república. No en vano, por eso mismo, el art. 26 de la Constitución Republicana de 1931 (12) decía: “Quedan disueltas aquellas Órdenes religiosas que estatutariamente impongan, además de los tres votos canónicos, otro especial de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado. Sus bienes serán nacionalizados y afectados a fines benéficos y docentes”. Y respecto a las demás órdenes religiosas se tomaban especiales precauciones en el mismo artículo por la misma razón, entre las que estaban la “prohibición de ejercer la industria, el comercio o la enseñanza”, adquirir ciertos bienes, someterse a las leyes tributarias, rendir cuentas, etc.

El caso Forcades levanta ampollas porque cierta izquierda la ha tomado como referente y desde otra izquierda se la mira con desconfianza. La una acepta acríticamente sus opiniones estúpidas sobre cuestiones científicas simplemente porque simpatizan con sus ideas políticas, lo cual es un grave error: Forcades podría tener muy buenas ideas políticas y estar totalmente equivocada en asuntos científicos. La otra desconfía precisamente porque esas ideas estúpidas siembran dudas sobre el resto de ideas que pueda tener: no necesariamente la estupidez de una idea en un asunto se contagia automáticamente a las ideas en otros asuntos, pero parece difícil pensar que una persona pueda defender cosas tan irracionales en un ámbito y luego sea totalmente racional en otro. Y esa simpatía o antipatía hacia Forcades está influyendo incluso en la concepción del laicismo en la izquierda. Parece como si la izquierda amiga de Forcades tuviera que renunciar al laicismo tal cual, y a su racionalismo de base, para adoptar otro más “respetuoso” con la religión que conceda que ésta pase al ámbito público aunque sea por la puerta trasera del “respeto”. Ese falso laicismo “respetuoso” es una forma de defensa del irracionalismo, el oscurantismo y la ignorancia disfrazados de “derechos”, una concesión al falso laicismo del tipo “laicidad abierta” y similares que tanto gustan entre el clericalismo “progre”.
Que los dioses te bendigan, Teresa.

Notas:

(1) http://charlatanes.blogspot.com.es/2013/07/juana-de-arco-forcades-mas-a…

(2) http://www.sinpermiso.info/articulos/ficheros/forqui.pdf

(3) http://www.vientosur.info/spip.php?article8249

(4) http://www.vnavarro.org/?p=9421

(5) http://blogs.publico.es/dominiopublico/7331/7331/

(6) http://anticapitalistas.org/spip.php?article28747

(7) http://esmateria.com/2012/12/27/una-voz-politica-contra-la-pseudocienci…

(8) http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm

(9) http://blogs.elcorreo.com/magonia/2012/12/13/mujeres-burka-espanolas-el…

(10) http://charlatanes.blogspot.com.es/2011/10/el-negocio-del-miedo-electro…

(11) http://es.wikipedia.org/wiki/Falacia_de_evidencia_incompleta

(12) http://es.wikisource.org/wiki/Constituci%C3%B3n_de_la_Rep%C3%BAblica_Es…

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Jornada de Ciencia y Conocimiento en el IES Secretari Coloma de Barcelona

Por noticias, 16 Noviembre, 2013
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El pasado día 15 de noviembre se celebró en el IES Secretari Coloma de Barcelona una jornada de ciencia  y pensamiento crítico, coincidiendo con el día de San Alberto, patrón de los científicos.

Al salón de actos del instituto acudieron unas 120 personas. A las 12 en punto comenzaba una breve presentación del acto, que dio paso a la primera charla "Sant Albert el Gran, figura històrica i pensament", impartida por el profesor del centro Francisco Lopera. Tras él Xavier Luri, profesor titular del departamento de Astronomía y Meteorología de la UB, tomó la palabra para hablar del método científico y los procedimientos de la Ciencia.

Tras un descanso se realizó un interesante taller sobre presiones, viendo la diferencia de presión que puede llegar a alcanzar una lata sometida a un calentamiento, hasta su abolladura total.

Sobre las 13:50 comenzaba la última charla, "La Magia, l'escepticisme i la necessitat del pensament crític", a cargo del socio y premio Lupa Escéptica, Juan Soler. Como es tradicional en su espectáculo, asombró al público doblando cucharas y realizando otros trucos de magia.

Este es el tercer evento de estas características realizado en centros educativos de Cataluña este año,  tras los celebrados en el IES Ramon Muntaner de Figueres y el IES Francesc Macia de Cornellà.

 

Homeopatía y hormesis

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 271

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Víctor Javier Sanz Larriaga

La homeopatía no es hormesis. Se trata de una falsa analogía similar a la que existe entre homeopatía y vacunas (1). He aquí las diferencias esenciales:

1. La hormesis es un término usado en toxicología para referirse a una dosis-respuesta bifásica (de los sistemas biológicos) frente a un agente o estímulo ambiental, de tal modo que una dosis baja produce un efecto beneficioso y una dosis alta un efecto tóxico o nocivo (2). La hormesis es, pues, un concepto necesario y útil para describir las respuestas adaptativas de los organismos a los factores estresantes ambientales. Los ejemplos incluyen, entre otros, el pre-condicionamiento isquémico (muy conocido desde hace tiempo en cardiología), el ejercicio físico, la restricción de la energía procedente de la dieta y la exposición a dosis bajas de ciertos productos físico-químicos. Por el contrario, la homeopatía es una pseudomedicina basada en la creencia mágica de que toda sustancia capaz de provocar ciertos síntomas en el hombre sano a dosis altas, es capaz de curarlos en el enfermo a dosis bajas (1).

2. El mecanismo de acción de la hormesis es "alopático", es decir, basado en el método y en los principios de la ciencia. En efecto, las reacciones químicas que explican la hormesis son inducidas por concentraciones pequeñas pero medibles (respetando el número de Avogadro) de las sustancias que intervienen (3). En el caso de la medicina, nos encontramos, por tanto, ante un preparado correcto y con la dosis correcta, condiciones ambas necesarias para curar un trastorno. Por el contrario, la mayoría de los preparados homeopáticos se diluyen de tal modo que ninguno de los solutos de partida (tintura madre) permanece en la solución; en consecuencia, carece de sentido hablar de una dosis beneficiosa o perjudicial.

3. Por todo lo anterior, las analogías con sustancias que se utilizan en dosis pequeñas (microdosis) son falsas, puesto que en medicina científica no hay diluciones sin soluto, sino dosis perfectamente medibles y mecanismos de acción conocidos. Es el caso de la aspirina (ácido acetilsalicílico), que en pequeñas dosis se utiliza como antiagregante plaquetar (vía Cox-1) y en grandes como antiinflamatorio-analgésico (vía Cox-2). Algo similar sucede con los beta-bloqueadores en el caso de la insuficiencia cardíaca.

4. Conclusión. La hormesis nada tiene que ver con la homeopatía. Por ello, las correspondientes aplicaciones científico-técnicas (medicina, agricultura, etc.) tampoco tienen nada que ver con la homeopatía. Más aún, cualquier analogía (o identificación) que se establezca entre ambos procedimientos será falsa y con la clara intención de engañar o confundir.

Notas

(1) Víctor Javier Sanz Larrínaga (2010). La homeopatía ¡vaya timo! Laetoli.

(2) Moffett JR (2010). Miasmas, germs, homeopathy and hormesis: commentary on the relationship between homeopathy and hormesis. Hum Toxicol Exp; 29(7): 539-43.

(3) Oberbaum M, Samuels N, Singer SR (2005). Hormesis is not homeopathy. Toxicology and Applied Pharmacology; 206(3): 365-366

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SANZ LARRIAGA
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La Verdad sobre las vacunas, en Escèptics al Pub Barcelona

Por noticias, 14 Noviembre, 2013

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Un paradigma en peligro

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 270

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Antonio Manuel Rodríguez Ramos

(Artículo publicado originalmente en el diario El País).

La Mezquita de Córdoba no es un palimpsesto de culturas y religiones, como pretende hacernos creer la jerarquía católica que la posee y explota turísticamente. No se trata de una mera superposición de capas arqueológicas que se aplastan y ocultan unas a otras, quedando visible y victoriosa sólo la última. Todo lo contrario. La Mezquita de Córdoba es un crisol arquitectónico y artístico que desnuda toda la riqueza espiritual de Andalucía y el ser humano. Por eso es Patrimonio de la Humanidad y nos pertenece a todos. Un templo inmemorial que aún no ha perdido la memoria, pero que podría perderla si se sigue tolerando la apropiación jurídica, económica y simbólica que está llevando a cabo la jerarquía católica, especialmente a partir de su inscripción en el Registro de la Propiedad en 2006.

Tomando por cierto lo evidente, en la Mezquita de Córdoba se observan nudos de Salomón como en una sinagoga y columnas entorchadas que el pueblo araña con monedas temiendo oler al diablo; mosaicos decorados al modo de los templos romanos y con idéntica orientación; un bosque sincrético de columnas béticas, visigodas, bizantinas y andalusíes, que abrazan al Mihrab o señalan donde estuvo en otro tiempo; cimacios en el corazón de la Mezquita primitiva con las imágenes intactas de los apóstoles o la Virgen María; el postigo de entrada original con motivos vegetales al estilo bizantino, de construcción previa a la presunta conquista árabe; acueductos con arcos de herradura que, como decía Lorca, ya conocían los arquitectos hispano-andaluces y que mejoraron con las técnicas orientales para crear la identidad más reconocible y auténtica del monumento; tumbas de nobles y canónicos a ras de suelo como enterramientos musulmanes; una Capilla Real con mocárabes y azulejos mudéjares, a semejanza del sepulcro de la mismísima Isabel de Castilla; una zarzuela de cristos y vírgenes; dos catedrales católicas; y el Mihrab de la Mezquita más grande y bella de Occidente. Todo eso y mucho más convierten la Mezquita de Córdoba en un paradigma universal del respeto a la diferencia. En un faro tan luminoso que ciega a quien lo tiene más cerca.

Tomando por cierto lo evidente, el velo invisible de la consagración al culto católico no puede ocultar la caleidoscópica inmensidad de su pasado. Sin embargo, el cabildo cordobés utilizó este argumento y una reforma inconstitucional perpetrada por Aznar para inscribirla a su nombre en el Registro. La llamaron Santa Iglesia Catedral de Córdoba. Y desde entonces cometen esta metonimia hasta en las entradas que cobran y no declaran en concepto de donativos. Ni el Papa se atrevió a cambiar el nombre al Panteón en Roma, ni el Sultán el de Santa Sofía en Estambul. Si toda la Mezquita fuera Catedral pasaría a ser el templo más grande de la cristiandad, superando a la Basílica de San Pedro en el Vaticano. El Obispo de Córdoba estaría sentado en una sede mayor que la del Papa. Algo inadmisible hasta para el catolicismo más integrista. Mezquita es su denominación popular y mundialmente conocida. Mezquita-Catedral, la más ecuménica. En ningún caso, sólo Catedral. La parte no puede denominar al todo, ni justificar la apropiación ilegítima de un bien público. Su inmatriculación es nula de pleno derecho debido a la inconstitucionalidad de las normas en la que se ampara (la Iglesia Católica no es una administración), la carencia de un titulo material para su adquisición (consagrar no es un modo reconocido en nuestro Derecho), y la imposibilidad legal de usucapir bienes públicos. En consecuencia, no se le puede exigir a la Iglesia Católica el IBI por ella, ya que nadie paga por lo que no es suyo.

Tomando por cierto lo evidente, más allá de su destino espiritual, el uso más importante del monumento es el turístico. Dado que el Cabildo lo explota en régimen de monopolio, en un ejercicio abusivo y casi policial, como mínimo debería dar cuentas del dinero que recauda por las entradas. Carece de sentido que exijamos transparencia económica a la corona, partidos, sindicatos o instituciones públicas, y no hagamos lo propio con la jerarquía católica que también percibe dinero de las administraciones públicas, o ingentes cantidades de los particulares como donativos que podríamos desgravar en nuestro IRPF. Si el año pasado se calcula que ganó unos 11 millones de euros con las entradas a la Mezquita, tendría que haber ingresado a las arcas públicas cerca de tres millones en concepto de impuestos. Imprescindibles para salvar de la exclusión a miles de familias. Y no por caridad cristiana, sino por justicia social.

La titularidad y la gestión de la Mezquita de Córdoba deben ser públicas. Cuando la UNESCO revise en 2014 su calificación como Patrimonio de la Humanidad, tiene que conocer al detalle este proceso de apropiación ilegítima por la jerarquía católica, que supera el esperpento cuando la llama en los folletos “intervención islámica de la Catedral”. La Mezquita de Córdoba no sólo es una Catedral y toda es mucho más que una Mezquita. Tomando por cierto lo evidente, un paradigma en peligro.

Antonio Manuel Rodríguez Ramos es doctor en Derecho y profesor de Derecho Civil en la Universidad de Córdoba. En 2009 reveló la inmatriculación de la Mezquita de Córdoba por la jerarquía católica.

URL: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/09/04/actualidad/1378322235_8915…

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RODRÍGUEZ RAMOS ANTONIO MANUEL
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Magos, Mentalistas y Paranormales, en EEEP Salas de los Infantes

Por noticias, 12 Noviembre, 2013

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Pensando Críticamente: Antenofobia

Por Anónimo (no verificado), 11 Noviembre, 2013

Ya está disponible la última entrega de Pensando Críticamente, el podcast de ARP-SAPC. En esta ocasión, Inma León e Ismael Pérez  entrevistan a Alberto Nájera, ponente del Escépticos en el Pub(Madrid) del pasado fin de semana. Con él hablamos de la antenofobia, de la difícil situación de las personas que tienen una sitomatología que creen está causada por la radiación que emiten las antenas. Una conversación ciertamente didáctica.

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Un hospital de Ohio exige que una niña amish se someta a quimioterapia

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 270

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Carolina García

(Noticia publicada originalmente en el diario El País).

n hospital de Ohio ha emprendido acciones en los tribunales con el fin de conseguir que una niña amish de 10 años se someta a quimioterapia, después de que sus padres decidieran que abandonara el tratamiento el pasado mes de junio. Sarah Hershberger padece leucemia, exactamente un linfoma linfoblástico, y sus padres acudieron al centro médico Akron Children para tratar sus tumores malignos en riñón, cuello y pecho.

En un primer momento Andy y Anna Hershberger aprobaron la quimioterapia. Tras un mes de tratamiento y ante las constantes súplicas de su hija, los progenitores decidieron interrumpirlo e informaron a los médicos de su intención de seguir tratándola con medicina natural y vitaminas. A pesar de que el tumor había disminuido, no había sido erradicado totalmente, según explica el diario local The Medina Gazette. Los médicos defienden que con el tratamiento Sarah tiene un 85% de probabilidades de curarse. Sin él, su esperanza de vida es de un año.

Para evitar que esto ocurra, el hospital demandó a los padres y solicitó la guardia y custodia de la niña el pasado mes de julio. Un juez rechazó la demanda alegando que “un tribunal no puede arrebatar a unos padres el derecho a decidir sobre la salud de su hija y que no existía ninguna prueba que demostrase que eran incapaces de hacerlo”, según explicó el magistrado John Lohn en su sentencia. “Los padres son cariñosos, atentos, protectores y se preocupan por su hija. Sarah les pidió abandonar el tratamiento y ellos no podían ver cómo su hija sufría”, añadió el magistrado en su resolución del 31 de julio.

A pesar de la decisión del magistrado, una orden judicial de mediados de agosto obligó a los padres a llevar a la niña al hospital para tratarse hasta que el caso se resolviera, pero los padres solo han acudido una vez desde entonces.

El centro médico ha apelado la decisión de este juez. La abogada del hospital, Maria Schimer, explicaba en una carta entregada al tribunal que “la decisión de los padres de Sarah llevará a la niña a morir. Cada día que pasa sin tratamiento, sus esperanzas de supervivencia se apagan”. “Además, el abandono de tratamiento es algo inmoral. Estamos luchando por lo que creemos que es mejor para la niña: su supervivencia”, alegó el jefe médico del hospital, Robert McGregor, al mismo diario.

La niña decía encontrarse muy mal y tenía miedo de volverse estéril, según explicó la propia enferma al magistrado. Los efectos más comunes de la quimioterapia, entre otros, son las naúseas, el daño de órganos y la esterilidad. A pesar de estas consecuencias, lo más importante para los médicos es que el tratamiento, en este caso, significa vivir o morir, según informa The Washington Post.

La mayoría de los amish no usan la electricidad; no utilizan la tecnología ni los coches, y suelen resolver sus problemas dentro de la comunidad y para curar enfermedades suelen optar por métodos naturales. La ortodoxia amish se define como cristiana y, aunque tiene sus raíces en la Europa del siglo XVII, la mayoría de sus 250.000 integrantes vive en EE UU. En la actualidad existe una docena de grupos en el Condado de Holmes en Ohio, una de las comunidades más numerosas del país.

URL: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/08/26/actualidad/1377534140_47…

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Jornada sobre ciència i coneixement al batxillerat en el IES Secretari Coloma de Barcelona

Por noticias, 9 Noviembre, 2013

SETMANA DE LA CIÈNCIA A L'INSTITUT

JORNADA SOBRE CIÈNCIA I CONEIXEMENT AL BATXILLERAT

Lugar: IES Secretari Coloma de Barcelona

Para alumnos de 1º y 2º de Bachillerato

Intervendrán: 

Xavier Luri (Dept. d'Astronomia i Meteorologia, Facultat de Física). Charla sobre "El método científico y los procedimientos de la ciencia".

Juan Soler (ARP-SAPC). Charla sobre "La Magia, l'escepticisme i la necessitat del pensament crític".

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Despedida de una científica que está haciendo las maletas

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 270

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Amaya Moro-Martín

(Artículo publicado originalmente en el diario El País).

Estimado Sr. Presidente,

Aprovechando el periodo estival, y para minimizar los costes de mi próximo traslado trasatlántico, estoy haciendo limpieza de mi oficina en el CSIC y me gustaría devolverle algunos documentos que ya no voy a necesitar.

Adjunto le devuelvo el certificado oficial de haber superado positivamente la evaluación del Programa I3, el Programa de Incentivación de la Incorporación e Intensificación de la Actividad Investigadora. Agradezco el detalle del Ministerio de Economía y Competitividad pero, en el contexto actual de la investigación en España, no entiendo los conceptos “incentivación”, “incorporación” e “intensificación” (tampoco el de “actividad investigadora”, más allá de la basal). Gracias de todos modos por comunicarme que soy “apta” para investigar; del feedback de la comunidad científica uno no se puede fiar.
más información

Así mismo le devuelvo la homologación española del título de doctor que obtuve en EEUU y la docena de documentos necesarios para su trámite. Todos los documentos vienen con la apostilla de la Haya y las consiguientes firmas del Gobernador del Estado, traducciones oficiales y copias compulsadas con las firmas del Cónsul español en Nueva York. Se incluyen las descripciones detalladas de todas las asignaturas cursadas, que resultaron de mucho interés tanto para el Gobernador como para el Cónsul. Afortunadamente España lidera la cruzada de las homologaciones. Fuera de nuestras fronteras cualquier título original vale, un verdadero escándalo.

El documento que guardo con más cariño, y que también le devuelvo en este envío, es el BOE que describe mi contrato bajo el programa Ramón y Cajal. Subrayado en amarillo encontrará el párrafo donde se detalla el compromiso explícito de, superadas las evaluaciones pertinentes, convocar una plaza con el perfil del investigador contratado. Fue ese párrafo el que me hizo poner fin a más de una década en EEUU. También le devuelvo otro BOE, el de la Ley de la Ciencia, que reafirma ese compromiso de estabilización laboral, introducido precisamente por su grupo parlamentario en el Senado. Le envío esos documentos en una bolsa hermética, son puro papel mojado.

Por el mismo conducto le envío las 700 páginas de certificados y documentos que tenía preparados para el día en que se convocara una plaza con mi perfil, algo que nunca ocurrió. Es la documentación requerida para acreditar la veracidad de mi currículum. Recopilar esa documentación fue una labor de investigación tremendamente gratificante. Sepa usted que en los muchos trabajos que he solicitado fuera de España la documentación requerida es algo más escueta, aproximadamente de 10 páginas: un plan de trabajo y un breve currículum, que no hay que justificar porque la comunidad científica opera con un código de honor. Si quiere un día se lo explico. Sepa usted también que nunca he podido presentarme a una oposición en una universidad española por no tener la acreditación de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación, acreditación que, por otro lado, sólo se consigue si uno tiene una vinculación previa con una universidad española. Es curioso que ni la Universidad de Princeton ni la Universidad de California en Berkeley, donde hice hace unos años sendas entrevistas de trabajo para plazas de profesor, echaran en falta dicha certificación de aptitud. Quizá la permeabilidad tenga algo que ver con la excelencia, ahora que estamos tan preocupados por los rankings internacionales.

Cuando emigre, próximamente, la ciencia que yo haga ya no será española, ni será gracias a España; seguiré haciendo ciencia a pesar de España.

También le devuelvo la carta que la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología tuvo el detalle de enviarme hace unas semanas a mi antigua dirección en la Universidad de Princeton. El objetivo de dicha misiva es realzar la “marca España” con un programa denominado “Ciencia Española en el Exterior”. Sepa usted que me trasladé a España hace cinco años y cuando emigre próximamente la ciencia que haga ya no será española, ni será gracias a España; seguiré haciendo ciencia a pesar de España. No se molesten en enviarme esa misma misiva a mi nuevo centro de trabajo en NASA. Ese esfuerzo ímprobo que han realizado ustedes para localizar a investigadores españoles en el extranjero, que ha llegado incluso a recopilar los viejos correos electrónicos de los que habíamos regresado hacía años, podrían canalizarlo en contactar con los investigadores que todavía están en España y cuya permanencia en el país pende de un hilo. Quizá sea interesante evaluar el alcance del problema, analizar las causas y diseñar una estrategia para buscar soluciones. ¿Cómo, que no sabe a qué problema me refiero? Al de la fuga de cerebros, esa realidad sangrante que su equipo describe como un “topicazo”. Les sugiero un nuevo eufemismo para su colección: inquietud laboral.

Ya se que tiene usted copia porque la dejamos en el Registro de Entrada, pero permítame enviarle de nuevo el CD con las 50.000 firmas de la primera Carta Abierta por la Ciencia y otro con las 80.000 firmas de la segunda. Y una sugerencia: en la verja del Ministerio de Economía y Competitividad, cuyas puertas cerraron a cal y canto el pasado 14 de junio ante la llegada de la mayor manifestación de investigadores en la historia de España, tenga usted disponible, por favor, un rollo de celo. Lo digo para que podamos pegar en la verja la siguiente carta abierta por la ciencia, como pasó con nuestra última carta. O ponga usted un corcho. Entiendo que ambas cosas, el celo y el corcho, excedan el presupuesto de la I+D(*) en España; nos apañamos con uno u otro.

Señor Presidente del Gobierno, devuélvanos la dignidad a toda la comunidad de investigadores en España

También le devuelvo todas las afirmaciones que su equipo ha hecho de cómo España sigue apostando por la I+D(*). Deduzco que esa apuesta fue hecha en Eurovegas y perdimos. Le devuelvo esas afirmaciones con el mismo afecto con que las recibimos. En realidad usted personalmente no miente, porque no ha dicho nada, absolutamente nada al respecto. Pero aquí le envío los contactos de los 156 periodistas nacionales e internacionales con los que hasta ahora he tenido el placer de hablar sobre su política científica, por si algún día se decide a decirles algo sobre este asunto. Somos todo oídos.

En este abultado envío también le adjunto mi certificado de empadronamiento y dudo si devolverle o no el pasaporte de mi hija de nueve meses; tiene doble nacionalidad pero nuestro futuro en España es tan incierto que me pregunto si volverá a necesitar el pasaporte español. Ahí le van. Se los envío con un nudo en la garganta, el nudo doble de los que se enfrentan a la emigración por segunda vez.

Por último, y a cambio de todos estos documentos que le devuelvo, le pido tan sólo una cosa: devuélvame usted mi dignidad como investigadora, y en el mismo envío, si no le es mucha molestia, devuélvasela a toda la comunidad de investigadores en España, y no se olvide de los de humanidades.

Mariano, durante su legislatura la investigación en este país se está hundiendo irremediablemente hacia el abismo de la fosa de las Marianas. Y si bien es cierto que nuestros colegas científicos han descubierto que hay vida allá abajo, sepa usted que es bacteriana.

Un cordial saludo,

Una investigadora.

(*) P.S. I+D significaba Investigación y Desarrollo.

Amaya Moro-Martín es investigadora Ramón y Cajal del CSIC y promotora de la Plataforma Investigación Digna

URL: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/08/19/actualidad/1376935600_48…

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