EL ESCÉPTICO DIGITAL
Edición 2009 - Número 4 (230) - 4 de abril de 2009
Rosa M. Tristán
(Noticia publicada originalmente en el diario El Mundo del S. XXI)
Pequeños dinosaurios carnívoros, con menos envergadura que un gato pero con unas garras curvadas muy peligrosas, se paseaban hace 75 millones de años, en el Cretáceo tardío, por Norteamérica. Unos fósiles, que llevaban 25 años guardados en un cajón, acaban de salir a la luz y se han convertido en una nueva especie depredadora, única en este continente.
El hallazgo es fruto del empeño de dos paleontólogos, Nicholas R. Longrich y de Philip J. Currie, de las universidades canadienses de Calgari y Alberta. Han sido ellos quienes han estudiado los fósiles encontrados por Elisabeth Nicholls en 1982, en varios lugares del Parque Provincial de Dinosaurios. De ahí que a la nueva especie la hayan bautizado como 'Hesperonychus elizabethae' (la 'garra occidental' de Elisabeth).
"Se trata del dinosaurio más pequeño conocido en Norteamérica, pero nos abre la posibilidad de que los hubiera incluso más pequeños, pero aún no han sido encontrados. Y en un ambiente en el que estaban totalmente ausentes hasta ahora, lo cual era extraño porque hoy tenemos muchos más pequeños carnívoros que grandes", explica Longrich.
Como dice el paleontólogo, "estaban ahí y desempeñaban un papel más importante que el que habíamos observado, porque durante 100 años los hemos pasado por alto".
Según el estudio, que publican en 'Proceedings of National Academy of Science (PNAS)', el dinosaurio pesaba en torno a 1,9 kilos y tenía unos 50 centímetros de alto, dos patas y garras en forma de hoz en el segundo dedo de las extremidades. Era muy similar al famoso depredador Velocirraptor, con el que estaba emparentado.
También tenía dientes, con los que trituraba sus presas: "Pensamos que comía insectos, anfibios, mamíferos pequeños e incluso crías de otros dinosaurios", comenta Longrich. Los expertos le sitúan la mayor parte de su tiempo en la tierra, buscando comida en las zonas pantanosas y boscosas que caracterizan la vegetación del final del Cretáceo.
Se trata de un entorno que los 'Hesperonychus' compartían con dinosaurios que pesaban miles de kilos, pero explotando un nicho dedicado a carnívoros pequeños. En Europa, Asia y Gondwana (Latinoamérica, Australia y África) si se habían encontrado especímenes de un tamaño similar.
En un principio los investigadores pensaron que se trataba de una cría (de ahí sus dimensiones), pero el estudio de una pelvis muy bien conservada, y totalmente consolidada, les convenció de que era un animal adulto.
Su hallazgo amplía el género de los microrraptores unos 45 millones de años, pues los anteriores fósiles similares eran de hace 120 millones de años, y fueron descubiertos en China.
URL: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/03/16/ciencia/1237227518.html