El número 49 de El Escéptico centra particular atención en torno a cómo la extensión de los potenciales abusos de la industria farmaceútica favorece la crítica y la desconfianza en la medicina como ciencia, es decir, la medicina que utiliza procedimientos racionales para la elaboración y contrastación de hipótesis que puedan ganar terreno a la enfermedad y, con ello, mejorar la salud.
