La acupuntura y la homeopatía ¡vaya timo!
Humanistas seculares de Puerto Rico
El próximo 1 de junio se celebrará la asamblea constituyente de los Humanistas Seculares de Puerto Rico (HUSE), una nueva asociación, que se define así:
HUSE es una organización educativa sin fines de lucro que propicia y fomenta un sentido de comunidad entre la población no creyente de Puerto Rico, además de combatir los estigmas, los prejuicios, el discrimen, la marginación y el ostracismo producto de la desinformación, la intolerancia y la mentalidad oscurantista que impera en nuestra sociedad mediante la promoción de la razón, el pensamiento crítico y una sociedad secular para todos. Es también nuestra misión promover y hacer valer el precepto constitucional de separación de iglesia y estado.Nuestra visión es la de una sociedad puertorriqueña que se desarrolle mediante valores seculares, evidencia, pensamiento crítico, lógica y razón, utilizando la ciencia y su método y una filosofía naturalista como la base para llegar a la verdad. Aspiramos a que el ateísmo sea visible y aceptado, y donde las opiniones y los derechos de los no creyentes sean igualmente considerados y respetados.
Desde ARP-SAPC damos la bienvenida a esta nueva asociación, y animamos a los lectores del país a acudir a esta convocatoria.
Conferencia sobre vacunación en Málaga
"Vacunas ¿Si o no?" Introducción al mundo de las vacunas en la sociedad alemana y otros países.
Elkin Fricke nos presenta las preguntas y respuestas más comunes acerca de las vacunas.
¿Las vacunas son o no eficaces?
¿Aumentan el desarrollo de alergias? ¿O el contacto con microorganismos favorece el desarrollo de los niños? ¿Las vacunas provocan la enfermedad, en lugar de prevenirla? ¿Pueden ser tóxicas? Y más…
Elkin nos explicará a través de ejemplos los argumentos que responden a estas preguntas.
Eparquio Delgado: "Llevar la homeopatía a la sanidad pública es una barbaridad"
El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 268
Verónica Martín
(Entrevista publicada originalmente en el Diario de Avisos).
Eparquio Delgado tiene muchas cosas claras en su vida y una de ellas es que la izquierda debe, de una vez, dar un paso adelante en la defensa de la ciencia y en la lucha contra el fraude y la pseudociencia. En esto es tan contundente que ha logrado convencer al partido donde milita: Izquierda Unida para que apruebe una resolución rechazando la homeopatía y al resto de terapias mal llamadas naturales “hasta que se pruebe su eficacia científicamente”. Esta resolución es la primera que un partido político en España asume y es toda una declaración de principios.
Por este motivo, este psicólogo orotavense ha recibido el premio Mario Bohoslavsky, que concede ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, ha recaído este año por haber logrado “como delegado de Izquierda Unida, que la coalición aprobara el pasado mes de diciembre en su X Asamblea Federal una resolución de rechazo a la homeopatía y el resto de terapias pseudocientíficas”.
Delgado se muestra muy orgulloso de este premio pues se concede a aquellas personas que “han contribuido a la divulgación del pensamiento crítico y que no pertenezcan a la asociación que lo otorga”, explica y añade que se trata de un reconocimiento externo al trabajo de reflexión y de acción que se hizo en el seno de este partido político. Este tipo de resoluciones son de obligado cumplimiento para todos los miembros de IU, incluyendo aquellos que tienen cargos electos, por supuesto. Eparquio Delgado cuenta que es la primera vez que este asunto se eleva de esta manera en un partido político y explica que tienen la idea de ir más allá y de crear un área de ciencia en IU para defender no solo este sector sino para asesorar a todos los miembros desde la perspectiva científica con respecto a cualquier asunto.
Desde hace años, los círculos escépticos han luchado en contra de una de las terapias alternativas más extendidas: la homeopatía. Eparquio Delgado explica que “es una pseudociencia como otra cualquiera pero tiene particularidades que la hacen muy llamativa: parece que tiene legitimidad porque se presenta con un medicamento y se compra en farmacia. La gente la confunde con la fitoterapia (que es el tratamiento con plantas) y, además, hay pocos (pero los hay) médicos que han estudiado medicina científica (para diferenciarlos) y que cuando acaban la carrera ponen una consulta para recetar homeopatía, algo que no lo puedo llegar a entender más allá de que pueda suponer un negocio y que responde a una demanda social”. Este psicólogo insiste en que “no hay ningún estudio científico serio a día de hoy que demuestre la eficacia de la homeopatía”.
Con respecto al argumento de que la homeopatía se ataca porque va en contra de los intereses de la industria farmacéutica responde: “Tenemos que luchar en contra de la mala praxis de la industria farmacéutica siempre”, pero recuerda que “los laboratorios que venden homeopatía son también multinacionales”, que defienden su negocio y “además, venden sus productos como eficaces. “No tenemos ni que aplaudir a las farmacéuticas ni lanzarnos a las terapias alternativas… ahí veo por parte de la población una posición muy crítica con la industria, pero muy poco crítica con lo alternativo”, dice. “Que la homeopatía se lleva a la Sanidad pública es una barbaridad. Ellos en 200 años no han demostrado su eficacia y no lo pueden hacer porque su composición es básicamente agua y azúcar”, asevera.
Con respecto a cómo llegó a aprobarse esa moción en IU explica que “tuvimos que lograr más del 25% de los avales de los delegados que acudían al evento (que eran unos 1.000) y logramos 300. Nosotros pensamos francamente que no se iba a aprobar porque falta mucha información pues en IU claro que hay gente que hace reiki o son homeópatas, pero nos encontramos a muchos que están un poco hartos de todo esto y que vienen del mundo de la ciencia”. “Hubo desde gente que nos dijo que a su abuela le curaron el cáncer con pepitas de tomate hasta la gente que nos apoyó en ser el primer partido que se posiciona en serio a favor de la ciencia en materia de salud”, recuerda.
URL: http://www.daciencia.com/2013/05/01/eparquio-delgado-llevar-la-homeopat…
Rueda de prensa sobre enseñanzas "mágicas y pseudocientíficas" en la Universidad de Zaragoza
Jordi Évole me pone enfermo
El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 268
Jorge Alcalde
(Artículo publicado originalmente en Libertad Digital).
No, no me refiero a él, admirado y premiadísimo periodista que ha recuperado para la televisión el formato de docu-denuncia, con todas sus luces y todas sus sombras, y con el que dicen que, además del nombre, comparto cierto parecido físico. Lo siento, Jordi, algo malo tenías que tener.
Lo que ocurre es que, desde que hace unas semanas se emitiera su especial Salvados sobre la industria farmacéutica, no han dejado de llegarme cartas, llamadas de teléfono, mails de médicos, pacientes e investigadores que están que trinan. Crece en las consultas el número de enfermos que acuden al médico preguntando si es verdad lo que dice Jordi. Como si la emisión del reportaje nos hubiera puesto a todos un poquito más enfermos.
¿Y qué dice Jordi? Bueno: él dice sin decir. Más bien hace que digan otros o maneja con sutileza el género de la repregunta y la edición postproducción para que parezca que digan que la industria farmacéutica se inventa enfermedades, que las relaciones entre las empresas fabricantes de medicamentos y los médicos son más estrechas de lo que éticamente resulta permisible, que los médicos recetan bajo presión del capital, que los medios de comunicación alentamos la sensación de que estamos más enfermos de lo que realmente estamos para hacer el caldo gordo a los pérfidos vendedores de pastillas...
Es decir, que entre todos somos unos promotores de la enfermedad, idea nada nueva que ya propusiera William James en 1894 y que sirvió a la periodista Lynn Payer para hacerse de oro vendiendo su libro sobre el tema en los años 90. Ella lo decía en inglés (disease mongering) y lo definía como el empeño de la industria de tratar de convencer a la gente sana de que está enferma y a la enferma de que está más enferma. El documental de Évole bebe mucho de esa idea de Payer, 20 años después.
Los que tienen la paciencia de seguir estas columnas en Libertad Digital saben que soy de la legión de quienes piensan que sin industria médica no seríamos ni la mitad de lo que somos. Si vivimos en un mundo en el que la esperanza de vida al nacer es más alta que nunca antes en la historia, en el que enfermedades que antes mataban hoy son meros acompañantes benignos, en el que lo raro es que un niño muera en el parto (y no lo contrario, como antes), en el que miramos a los ojos cara a cara a algunos tipos de cáncer, en el que un virus asesino como el VIH puede ser controlado... es gracias a que hay empresas que se dejan miles de millones de dólares en el empeño.
Y sí, esas empresas, además, tienen la mala costumbre de querer recuperar el dinero invertido y, si pueden, ganar algo. Es más, en la actual coyuntura, en la que los estados andan con las arcas que dan pena, muchas líneas de investigación sólo son posibles con la cobertura de una marca que las financie.
En su programa, Jordi Évole no tuvo tiempo para entrevistar más que a una decena de representantes de la cosa médica nacional. No le cupo, por eso, el testimonio de los miles de médicos que practican su trabajo por vocación, que reciben centenares de miles de pacientes en sus consultas y que se mantienen al día (en uno de los sistemas de mayor exigencia de calidad del planeta) gracias a cursos de formación constantes impartidos, sí, por la industria farmacéutica. Lo hacen y lo harán mientras los cursos de formación no sean gratuitos y pagados por el Estado (cosa que, entre ustedes y yo, espero que nunca ocurra. Puestos a elegir quién decide de qué voy a enfermar, prefiero que no sean los políticos).
Existe en psicología un conocido sesgo cognitivo que a todos nos aqueja. Cum hoc, ergo propter hoc (con ello, luego a causa de ello). Tendemos a creer que cuando dos cosas ocurren juntas, una es consecuencia de la otra. Jordi, en su gran documental, hace ver que el hecho de que los médicos se formen en cursos patrocinados por una marca farmacéutica condiciona su libre decisión terapéutica en consulta. Pensar eso, aparte de un flagrante insulto a la profesión médica, sería como pensar, dios nos libre, que el hecho de trabajar en La Sexta (emisora de reconocido ideario izquierdista) condiciona la libertad de Évole para exponer la realidad que halla en sus investigaciones.
La relación entre la industria y la clínica aparece de manera espontánea donde uno quiera mirar. Lo recordaba el otro día mientras visitaba la unidad Ciberknife del Instituto Madrileño de Oncología. Allí, el doctor Rafael García aplica una técnica pionera de radioterapia a pacientes con cáncer. La radioterapia es una estrategia complicada. Si se irradia a un paciente para atacar un tumor se corre el riesgo de dañar el tejido sano que lo rodea. De hecho, se daña. Por eso hay que reducir la intensidad y la cantidad de las sesiones, en ocasiones en perjuicio de la propia curación. Ciberknife es un robot que localiza el área tumoral y lo sigue (como si fuera un misil guiado) allá donde vaya. Incluso en órganos que no se pueden inmovilizar, como los pulmones que respiran espontáneamente, el aparato ajusta su diana a la zona que hay que curar: reduce el daño de los alrededores y permite que la terapia se haga más veces y con mayor intensidad. Ciberknife salva vidas. Pero aún es un gran desconocido en la sanidad española. Está en un centro privado, sí, pero empiezan a derivarle pacientes del sistema público. El centro donde se practica pertenece a una compañía privada, el fabricante es una empresa que cotiza en el Nasdaq, cuenta con un importante departamento de comunicación y un buen número de accionistas... pero también es un aparato que salva vidas. ¿Qué hay de malo en ello? Por cierto, si Ciberkinfe invirtiera parte de su dinero en spots publicitarios en, por ejemplo, la Sexta, quizás sería más conocido entre los médicos del sistema público y más pacientes sin seguro privado podrían beneficiarse de él... ¡Qué malo es el mercado libre!
El otro día una pediatra que se deja la vida en un modesto centro de salud público me decía que le llegan muchos padres acongojados por el programa de Jordi. Sus hijos sufren transtorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), esa "enfermedad que dicen en La Sexta que se la han inventado los médicos para recetar más pastillas". Es curioso que en la consulta de esta doctora, como en la media de todas las consultas de este tipo, al 40 por 100 de los niños con TDAH no se les medicalice: reciben terapia cognitivo-conductual y psicopedagógica. Pero esos no interesan porque no parecen ser "víctimas de la pérfida industria". Como tampoco interesa decir que está demostrado que, en los casos de niños erróneamente diagnosticados, la medicación no hace ningún efecto. Cuando el diagnóstico es correcto, el tratamiento farmacológico demuestra resultados espectaculares incluso en la primera semana.
Los médicos suelen tomar sus decisiones por un proceso llamado medicina basada en la evidencia. Se decantan por una estrategia u otra según el corpus de evidencia que cada una pueda presentar. En la cúspide de la credibilidad están los estudios clínicos realizados entre cientos o miles de pacientes y supervisados por docenas de expertos. En la parte más baja se encuentran las opiniones personales bajo los focos de la televisión, aunque sean de expertos eminentes. Lo malo es que al ciudadano le pasa lo contrario: lo que sale en la tele tiene mucha más autoridad que cualquier revisión de mil ensayos clínicos.
Aun así, los datos terminan por aflorar. Desde que la industria farmacéutica vende masivamente vacunas en Estados Unidos (y se forra con ello, claro), los casos de difteria han caído un 99,9 por 100, los de gripe un 99, la hepatitis A un 91, los de sarampión un 99, los de neumonía un 74, los de rubeola un 99, los de viruela el 100 por 100. El número de vidas salvadas compensa con creces el de millones de dólares ganados. Pero para que la vacunación llegara a ser efectiva hicieron falta inversiones gigantescas en concienciación, campañas de información a los médicos, formación al personal sanitario, presión a las autoridades sanitarias... a cargo de las compañías fabricantes. ¿Y qué?
Hay otro modo de hacer las cosas. Podemos no gastar dinero en informar. Podemos hacer como en Pakistán. Allí la campaña de vacunación contra la polio fue bloqueada en 2007 después de que un grupo de fanáticos religiosos publicara un texto en el que se aseguraba: "La polio es en realidad una enfermedad inventada por los Estados Unidos para enriquecerse y esterilizar a nuestros hijos". El número de niños muertos y aquejados de invalidez severa ha aumentado exponencialmente. O como en el norte de Nigeria, donde se dejó de vacunar a la población infantil en 2003 y 2004 cuando cundió la idea de que las vacunas estaban contaminadas con VIH para matar a los niños. La idea la propagó, asómbrense, un médico, el presidente del Consejo Supremo de Nigeria para la Sharia.
Todos estos movimientos radicales se nutren de argumentos como los del disease mongerin de Lynn Payer (inspiración lejana del programa de Évole). La propia Lynn es hoy utilizada permanentemente por grupos activistas de todo tipo: desde organizaciones antiglobalización a ligas contra la psiquiatría financiadas por la Iglesia de la Cienciología. Por desgracia, ella no ha podido ver cómo su nombre y sus argumentos han ayudado a propagar las más variopintas creencias anticientíficas. Murió hace una década a causa de (dios mío, por qué son tan crueles los guionistas de la vida) un cáncer prematuro.
En la Universidad de Córdoba han colgado un cartel anunciando un curso intensivo de Homeopatía Veterinaria. Entre quienes lo imparten se encuentra doña Coral Mateo, presidenta de la Sociedad Española de Homeopatía Veterinaria. No creo que mi tocayo Évole la entrevistara para su programa porque la homeopatía está entre las prácticas libres de la sospecha del atroz neoliberalismo médico. Pero esta señora se gana la vida regentando una clínica veterinaria que espero sea muy rentable e impartiendo cursos y charlas, por los que espero que cobre. En su página web utiliza como argumento de venta para sus ideas lo que sigue:
En las universidades españolas ya se imparten cursos de homeopatía veterinaria, anímese: no se quede usted atrás.
Si llevo 1.747 palabras justificando que la empresa privada se promocione en el sistema de salud, no voy ahora a criticar a doña Coral por aprovechar su curso para vender el pescado propio. Pero resulta que esta facultativa es conocida (según descubren en Naukas) por tener una visión del cáncer digamos que peculiar.
En declaraciones al grupo de divulgación de la pseudociencia Discovery Salud, la señora Mateo dice, por ejemplo que "destruir los tumores de los enfermos es un sinsentido". Asegura que está científicamente demostrado que los tumores son acumuladores de tóxicos del organismo y que no hay que eliminarlos. "Por eso atacan lugares del cuerpo prescindibles, como el útero, las mamas, los ovarios, nunca el corazón". Y remata:
El cáncer son toxinas provocadas por el sufrimiento, el estrés... se cura cambiando de estilo de vida.
La fobia a la farmacia produce monstruos. Hombre, ni esto es la Biblia ni yo soy quién para decir "o se está conmigo o se está contra mí". Pero, querido Jordi, a veces hay que decidir del lado de quién nos ponemos cuando avalamos una idea. Yo elijo el lado de la medicina y de la ciencia. Mañana tengo cita para hacerme una gastroscopia, espero que al médico que me atienda le haya pagado un buen puñado de cursos la empresa que fabrica el Propofol con el que piensa sedarme.
URL: http://www.libertaddigital.com/opinion/jorge-alcalde/jordi-evole-me-pon…
La ciencia toma la palabra: los problemas sociales de las pseudociencias
La ciencia toma la palabra: los problemas sociales de las pseudociencias pretende ser un curso de divulgación de la ciencia y concienciación social. Este año nos centraremos en los problemas sociales que las pseudociencias acarrean y cómo se están implantando cada vez más en nuestra sociedad pese a que no hay ninguna evidencia científica que las avale. Es más, muchas de ellas incluso están totalmente desacreditas, son contraproducentes o directamente absurdas y opuestas a todo el conocimiento científico actual.
Los temas que tratan van, desde la astrología y el fin del mundo Maya hasta la física cuántica, pasando por la astronomía, física, química,medicina, botánica o, incluso, las dietas milagro. Para ello traeremos a grandes expertos de la Comunidad Valenciana pero también del resto de España.
En este curso se aportarán herramientas intelectuales para evitar que nos engañen con este tipo de pseudocienas.
Este curso entra dentro de los organizado dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Alicante "Rafael Altamira" y está abierto a todos los públicos. Tiene un coste de 70€ para universitarios y parados y de 90€ para el resto, aunque se repartirán un número dado de becas (todavía sin determinar) a estudiantes con mejores expedientes. Para todas aquellas universidades con convenios especificos de la Red Lluis Vives podrán convalidar el curso por 2 créditos de libre configuración.
Este curso ha sido una iniciativa de Isabel Abril Sánchez, del Departamento de Física Aplicada, y José M. Gómez, del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos, ambos departamentos pertenecientes a la Universidad de Alicante. Cuenta con el patrocinio de la Cátedra de Telefónica "Impacto de las tecnologías del lenguaje humano en la inclusión social" y el Institut d'Estudis Catalans.
JM Mulet en "Salvados"
JM Mulet, autor de "los productos naturales ¡vaya timo!", es uno de los protagonistas del programa Salvados, de la cadena de televisión La Sexta, que se emitió el pasado domingo 5 de mayo. El capítulo, que lleva el título de "¿Que comemos?", trata sobre la alimentación, y trata varias cuestiones como los aditivos, el fraude en la carne, las toxinas o los pesticidas.
En la entrevista a Mulet, el profesor de la UPV comenta qué son los aditivos, y cual es el cometido de algunos de ellos. También explica que la comida hoy día es más segura que nunca, y que ello redunda en la esperanza de vida de los ciudadanos.
La entrevista completa (unos 8 minutos), está colgada en la página de La Sexta televisión:
El programa completo se encuentra también en la web de dicha cadena:
http://www.lasexta.com/videos/salvados/2013-mayo-5-2013050300035.html
Por otro lado, JM Mulet ha publicado su experiencia en la grabación del programa en su blog:
http://www.losproductosnaturales.com/2013/05/dentro-de-salvados.html
La compañía homeopática Boiron pagará 12 millones de dólares para librarse de ir a juicio debido a la inefectividad de sus productos
El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 268
Seila Sánchez
(Noticia publicada originalmente en Mundo Obrero).
El rey de la casa Boiron, el Oscillococcinum -un supuesto remedio contra la gripe- y su segundo de a bordo, el Arnicare -que contiene una sustancia tóxica que en diluciones homeopáticas es supuestamente antiinflamatoria-, son dos de los preparados que están entre los cuatro productos acusados de inefectividad.
La compañía francesa de productos homeopáticos Boiron tendrá que pagar 12 millones de dólares en Estados Unidos para evitar una demanda colectiva producto de la publicidad engañosa de sus supuestos remedios. Esta empresa ha aceptado pagar 5 millones de dólares a los demandantes particulares que solicitan la devolución de su dinero, con una indemnización no superior a 100 dólares por demandante particular, debido a la violación de las leyes del estado de California de publicidad engañosa, puesto que queda demostrado que al menos cuatro de sus productos no curan ni tratan aquellas enfermedades para las que han sido publicitadas.
El rey de la casa Boiron, el Oscillococcinum -un supuesto remedio contra la gripe hecho a base de corazón y cerebro de Cairina moschata, un tipo de pato- y su segundo de a bordo, el Arnicare -que contiene una sustancia tóxica que en diluciones homeopáticas es supuestamente antiinflamatoria-, son dos de los preparados que están entre los cuatro productos acusados de inefectividad.
La indemnización no es solo consistente en una cuantía económica, sino también en la obligatoriedad de incluir en EEUU una advertencia donde diga que la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos, en sus siglas en inglés) no verifica su efectividad, además de una explicación sobre el método de dilución del principio activo homeopático. Estos cambios de etiquetado le costarán a Boiron otros 7 millones de dólares.
Para entender en qué consiste la homeopatía, se han de conocer las 2 grandes leyes de esta supuesta medicina alternativa. La primera es que aquello que te daña, te cura. Por ejemplo, si aparece en nuestro cuerpo urticaria (ronchas, quemazón, elevación de la piel y de la temperatura localizadas), la solución será tomar unas bolitas de azúcar impregnadas en tintura madre de Urtica Urens o Apis Mellifera, entre otras. Esto no es más ortigas y abeja machacadas. Si esto aún no desafía lo suficiente los conocimientos mínimos de la medicina occidental, el segundo principio de la homeopatía representa el acabóse: cuanto más diluido está el principio activo, más efecto tiene el “medicamento” en el cuerpo. Las diluciones homeopáticas representan una extravagancia en sí mismas, ya que se basan en la “memoria del agua”, que no es más que el recuerdo que el agua tiene de haber estado en contacto alguna vez con el pobre insecto triturado, aunque ya no quede molécula alguna disuelta en el líquido con que se impregna la bolita de azúcar.
La homeopatía, como es lógico, no ha demostrado jamás su efectividad más allá del efecto placebo. Aún así, se puede encontrar en farmacias, existen títulos universitarios en homeopatía impartidos por universidades públicas, y demás aberraciones promovidas por la poderosa industria homeopática.
Decir que en España todos los productos homeopáticos carecen de la autorización de la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios), aunque el lobby homeopático (que es mucho más real que la efectividad de sus productos) presiona para que se incluyan estos caramelitos como un medicamento más en la maltrecha sanidad pública, pese a que un informe encargado en 2007 por el Ministerio de Sanidad revela que la efectividad de esta y otras “terapias alternativas”, habiendo sido medidas en ensayos clínicos, no ha sido demostrada en ningún caso.