"Art. 4 º ARP-SAPC impulsa el desarrollo de la ciencia, el pensamiento crítico, la educación científica, el laicismo y el uso de la razón; promueve la investigación crítica de las afirmaciones paranormales y pseudocientíficas desde un punto de vista científico y racional, y divulga la información sobre los resultados de estas investigaciones entre la comunidad científica y el público en general."
PENSANDO MAL. LOS SIETE PECADOS IRRACIONALES
Esta mañana ha tenido lugar el debate habíamos anunciado sobre agricultura ecológica en el programa "Para todos la 2", de RTVE. Ya está disponible en:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-debate-alimentos-ecologicos/1710737/
El espacio "para todos la 2" contará con la presencia de JM Mulet, que participará en un debate sobre la agricultura ecológica y las supuestas bondades que se publicitan sobre ella. Será el próximo día 7 de marzo durante la emisión del programa (de 12 a 14h).
Más información, y el programa en streaming en la web del magazine:
La editorial Laetoli informa en su último boletín que está próximo a salir el primer volumen de la Biblioteca Bunge. Esta iniciativa pretende rescatar libros del filósofo argentino descatalogados o publicados solo en su país natal. Una de las características de esta colección es el Grupo de Amigos de la Biblioteca Bunge, que financian esta colección mediante patrocinio o suscripción.
Mario Bunge (Buenos Aires, 1919), es autor de más de 50 libros traducidos a numerosos idiomas y durante varias décadas ha sido profesor en la universidad canadiense de McGill. Filósofo mundialmente conocido, es el único autor de habla española que se encuentra entre los científicos “más famosos de los últimos 200 años”, según The Science Hall of Fame (concretamente, en el puesto 113).Hace un par de años publicamos en Laetoli un libro de Mario Bunge titulado Las pseudociencias ¡vaya timo!, que el autor encontró particularmente bien cuidado. A partir de ese momento, Bunge nos sugirió la reedición de algunos títulos publicados hace tiempo en editoriales como Alianza y Ariel, agotados y prácticamente desconocidos por las nuevas generaciones interesadas en la ciencia.Cuando a lo largo de los meses surgió la posibilidad de editar otros libros de Bunge —unos descatalogados; otros publicados en Argentina pero desconocidos en España y otros países; otros publicados en inglés o alemán y no traducidos al español; y otros simplemente inéditos—, me pareció que el proyecto tomaba unas dimensiones extraordinarias y, a imitación de la Biblioteca Darwin, propuse a Bunge editar una colección dedicada exclusivamente a su obra: la Biblioteca Bunge.
"¿Por qué conviene hacer filosofía de la ciencia? Porque todos los investigadores científicos presuponen o dicen usar algunos principios filosóficos, pero rara vez los examinan" (del nuevo prólogo de Mario Bunge a La ciencia, su método y su filosofía).
"Contrariamente a lo que da a entender su título —escribe en su epílogo la profesora de la Sorbona Stéphanie Roza—, el Diccionario de ateos no es un catálogo biográfico de los ateos más ilustres de la historia. Se trata más bien de un repertorio imponente de citas favorables no sólo a la tesis atea, pues también pretenden cuestionar los dogmas en general. Las citas y los ejemplos buscan igualmente rehabilitar la moralidad de los ateos frente a las acusaciones de que son objeto [...]. Hay que ver en el diccionario un intento de recopilar argumentos destinados a reforzar la posición tanto teórica como moral del ateo".
Enrique Joven (Zaragoza, 1964). Doctor en cc Físicas.
Desde 1991 resido en Tenerife (La Laguna) por aquello de trabajar en el IAC. Actualmente ocupo plaza de ingeniero senior del dpto de Electrónica del área de instrumentación del IAC.
Publicaciones científicas, unas cuantas (en torno a 40-50 como autor pero más de coautor)
Labores de divulgación: artículos en revistas de astronomía, charlas (ferias de libro, de la ciencia, primera luz del GTC...), un par de años de columnista desinteresado de El Día de Tenerife (zona@web), y algunas sueltas para La Opinión. Lo más relevante, la idea original y guión de la serie de TVE "Un programa estelar" sobre astronomía (emitda en la 2 y en el canal internacional de vez en cuando) en 2004-2005. También un blog en el dominio de Blogalia, semiabandonado ahora.
Por último el libro biográfico de "John Dalton: la teoría atómica" (2013) Colección RBA Grandes IDeas de la Ciencia nº 22:
http://grandesideasdelaciencia.com/
Novelas de ficción:
2002 "El libro horrible" (Difácil Editores, Valladolid) Experimental...
2007 "El castillo de las estrellas" (Roca Editorial, Barcelona) La más conocida, traducida a varios idiomas (italiano, portugués, checo, inglés, coreano, polaco...) con dispar fortuna (más de crítica que de ventas).
Info en español:
http://www.rocaeditorial.com/catalogo/El%20castillo%20de%20las%20estrel…
Info en inglés (más interesante):
http://www.goodreads.com/book/show/6373211-the-book-of-god-and-physics
http://articles.washingtonpost.com/2009-06-08/news/36872585_1_jesuit-ju…
(el último enlace es del Washington Post, ... creo que lo más que me ha pasado)
2013 "El templo del cielo" (Roca Editorial, Barcelona) La que sale en abril...
Info de la editorial, todavía en catálogo:
http://www.rocalibros.com/archivosweb/Roca_catalogo_marzo_abril_2013.pdf
Y ya comenzando a aparecer información...:
http://www.amazon.com/templo-del-cielo-Spanish-Edition/dp/8499180736
¿Cómo se compagina el trabajo de investigación con la tarea de hacer divulgación?
Básicamente, estirando el tiempo. Robándoselo a la familia o al ocio, o entendiendo el propio ocio como la misma divulgación. En ningún caso robándoselo al erario público, que bastante agobiados nos tiene. Si el gobierno invierte mucho menos de lo necesario en I+D, qué interés puede tener en hacer que la ciencia sea, precisamente eso, interesante. En el mejor de los casos publicar fuera de horas supone un modesto sobresueldo que conlleva unos impuestos desproporcionados. Por tanto no cabe sino concluir que la divulgación científica, hoy en día y aquí en España, no es otra cosa que una mezcla de devoción y estupidez.
¿Cómo se te ocurrió -en más de un sentido- lanzarte a la aventura de escribir?
Supongo que la decisión la tomé un día que no había nada interesante en la televisión. Uno comienza apagando el aparato y cogiendo un libro. Y se le coge el gusto al asunto (espero que esto no se lea en México). De leer a escribir hay bastantes pasos que dar, pero al principio se piensa que es uno solo y pequeño. Con el tiempo las cosas salen mejor, y conforme los textos cobran vida y sentido uno ya no puede evitar sumergirse en la aventura escritora. Pero son muchos los llamados y pocos los elegidos, y yo estoy esperando elecciones. Generales, si es posible.
¿Dónde te sientes más cómodo a la hora de escribir? ¿en la elaboración de relatos de ficción o en la de trabajos de corte biográfico?
En el punto medio, si éste es accesible. Me gusta indagar en la vida y obra de los científicos, e imaginarme cómo fueron su tiempo y sus problemas e inquietudes. Añadir ficción al escrito meramente biográfico no sólo es gratificante para el autor, sino que lo hace más atractivo al lector. No sólo se vive de fórmulas, especialmente si el lector no quiere padecerlas. Hagámoslo más fácil y disfrutaremos todos.
¿Cuál has sido tu experiencia con las editoriales?
Bastante buena. Y vaya por delante el terrible panorama que tienen, nublado principalmente por el menguado interés social por la lectura (fruto de unos planes de estudio politizados demencialmente), y por el propio cambio del modelo editorial. Por fortuna la industria editorial está soportando algo mejor que la musical el empuje arrollador de internet. Pero aunque así sea, ya se encarga el gobierno de turno de fundir a impuestos las ediciones digitales fomentando, paradójicamente, lo que dicen querer evitar, las descargas ilícitas.
En mi caso personal no tengo motivo alguno de queja, ni con la pequeña editorial local con la que arranqué, ni con la que me publica las novelas de ficción. Tampoco con alguna otra con la que he colaborado. El principal problema respecto a las editoriales para un escritor novel es acceder a ellas, por el ya mencionado problema económico que padecen la mayoría y la saturación de títulos (y, por ende, de escritores)
Centrándonos en la labor divulgativa, acaba de salir tu publicación "John Dalton: la teoría atómica" (RBA, 2013) ¿Cómo empezó el proyecto?
Pues... no lo sé. Casi me entero por la tele, pero ya he contado que dejé de verla a tiempo de mantener cierta salud mental. Simplemente, se pusieron en contacto conmigo para pedirme que escribiera uno de los volúmenes (son 40 biografías), supongo que a raíz de otras publicaciones mías anteriores. Me costó aceptar el encargo porque tenía muy poco tiempo libre, pero terminaron por convencerme. De entre los científicos que me ofrecieron para elegir, escogí a Dalton. Tal vez porque para algunos no era otra cosa que "un cuáquero insoportable" del que sólo se salvaba la idea de su modelo atómico. Tenía que haber algo más detrás del científico, una personalidad por descubrir. La colección en la que se enmarca esta biografía ("Grandes ideas de la ciencia") es un proyecto ambicioso y arriesgado. Todos las obras son originales y escritas por divulgadores científicos en castellano de buen nivel, y por tanto actuales. Y moderadamente asequibles, como cualquier colección de quiosco. Tal vez un modelo de venta a extinguir. O de los pocos que sobrevivirán, quizá.
¿Crees que trabajos como éste pueden servir para difundir la imagen de científicos célebres entre el público?
Tengo que creerlo así, en caso contrario no habría hecho el esfuerzo de escribir este volumen. Y no sólo con este texto. La novela biográfica -como es el caso de "El castillo de las estrellas"- también puede cumplir con este cometido. Resulta apasionante, por ejemplo, el interés que puede despertar entre los lectores la relación de amor y odio que hubo entre Tycho Brahe y su discípulo, Johannes Kepler. Tanto como para pensar que la obsesión por conseguir los mejores datos científicos puede llevar, incluso, al asesinato. A veces es necesario incidir sobre los aspectos más inesperados de las relaciones humanas para hacer descubrir al público el trabajo científico. Y su importancia posterior.
¿Consideras que la divulgación dejará de ser algún día el pariente pobre de la actividad científica?
Tal vez llegue ese día, pero si llega es seguro que tardará. Al menos en España. Si no somos capaces de financiar la propia ciencia, menos lo seremos para compensar a aquellos que simplemente estudian la ciencia de la ciencia, por decirlo de algún modo. Divulgar tiene muchos inconvenientes. No sólo está mal remunerado (o nada), además no hay casi canales para estos trabajos y también el interés entre los propios colegas no es siempre el mayor. Para más inri, el periodismo científico está bajo mínimos -como el propio periodismo- , lo que hace que la actualidad se distorsione y sólo lleguen al público los acontecimientos catastróficos. Nada mejor que un asteroide errante para que el personal recuerde que los astrofísicos existen, por ejemplo.
¿Cuáles son tus próximos proyectos en el campo literario?
El más inmediato es la aparición en abril de la "precuela" de "El castillo de las estrellas", novela que llevará el título de "El templo del cielo". Una, espero que, apasionante historia de los primeros astronómos occidentales en la China imperial de la dinastía Ming. Un grupo de científicos jesuitas cuidadosamente elegidos para asombrar con su sabiduría al emperador y conseguir la conversión al cristianismo de todo un imperio. Personajes reales en un entorno increíble y en una época histórica decisiva.
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Ya está en Internet las charlas de la pasada jornada de divulgación de la Universidad de Alicante, celebrada el día 25 del pasado mes de febrero. En la misma intervinieron Bernardo Herradón, que habló sobre "La ciencia como parte de la cultura" y "la química de las cosas que nos gustan", y José Miguel Mulet, que habló sobre "Transgénicos y agricultura ecológica, ¿un cuento de buenos y malos?".
Las charlas de Herradón está en castellano, mientras que la de Mulet se impartió en valenciano:
http://vertice.cpd.ua.es/46165
También pueden verse las charlas por separado en youtube:
Aquí tenemos la convocatoria de la nueva edición, que se celebrará el sábado 16 de marzo a las 19:30 en el pub irlandés Irish Corner, como viene siendo habitual. Recordamos que la entrada es gratuita y no es necesaria inscripción previa.
Almudena Martínez es humanista y sexóloga. Montse Ibáñez es matemática. Ambas provienen del mundo de la formación clínica y universitaria. Se conocieron en un curso sobre sexualidad humana y pronto definieron una visión novedosa del modo en que se estudia el erotismo y la sexualidad. Ordenaron sus ideas fundando Cassire, consultora especializada en dar a la sexualidad un enfoque lúdico. El resumen de la charla es el siguiente:
¿En qué momento de tu vida optaste por la monogamia? ¿Crees que es el único esquema de relación emocional que funciona? ¿Adoptarías otro si tuvieras la opción? ¿Conoces a gente infiel? ¿Y a gente estrictamente monógama?
La monogamia no es el único esquema de relaciones interpersonales que existe. Tampoco es el único que funciona. Ni siquiera es el más satisfactorio para algunos de los individuos que optan por ella.
Os proponemos una charla informal donde abordaremos el mito de la monogamia, su efectividad como esquema de relaciones interpersonales, algunas de las razones por las que se adopta como opción vital, las alternativas que existen y el grado de satisfacción que individuos con determinados requisitos y expectativas obtienen de ellas.
(Artículo publicado originalmente en el diario El Correo).
Helena Matute (@HelenaMatute en Twitter) es catedrática de psicología experimental de la Universidad de Deusto.
Existen dos modos de pensamiento. Uno es racional, crítico, lento y terriblemente costoso. El otro es automático, inconsciente, emocional, rápido, intuitivo, pero también muy vulnerable y sujeto a errores. Este último módulo viene instalado de fábrica en el cerebro humano y actualizado con la última versión, se ha desarrollado y pulido sin descanso durante millones de años de evolución de las especies. El otro, el racional, es demasiado joven aún, no se ejecuta de manera automática y tiene muchos agujeros que necesitamos ir parcheando.
El módulo emocional y automático es el que nos permite salir corriendo a escondernos sin necesidad de pensarlo cuando oímos un ruido extraño en la noche. Es el que nos empuja a invertir en casas no cuando el sector inmobiliario está barato, sino cuando está disparado en precios y todo el mundo quiere comprar una segunda y hasta tercera vivienda (algo que, si lo analizamos en modo racional, veremos que no tiene sentido, pero no es el modo racional el que usamos por defecto). Es también el que nos permite rechazar automáticamente un alimento que hemos asociado, quizá inconscientemente, con un malestar gástrico. Aunque racionalmente sospechemos que posiblemente sea erróneo el diagnóstico que estamos haciendo, la mera visión de ese alimento nos producirá náuseas si lo hemos asociado con el malestar. Pero este módulo de pensamiento tan falible es también el que nos ha permitido sobrevivir al ayudarnos a evitar alimentos potencialmente tóxicos sin necesidad de pensarlo, algo que resultaría lento, costoso y a veces letal.
Es también este modo de funcionamiento automático el que nos permite recuperar en una milésima de segundo toda la esencia de la infancia perdida al saborear un trocito de magdalena mojada en té, como aquella que tomábamos cuando niños y que tan magistralmente supo devolvernos Marcel Proust. Es, en definitiva, el mismo módulo que permite al perro de Pavlov predecir qué sonidos irán seguidos de alimento y cuáles pueden ser ignorados. O, lo que es lo mismo, es el que indica ante qué estímulos procede salivar o modificar parámetros corporales o rememorar infancias perdidas con toda su carga emocional, y quizás hormonal, y ante cuáles es mejor no hacer nada.
Pero, como estamos viendo, este módulo es también muy incierto, muy intuitivo y acostumbra a cometer muchos errores, a modificar parámetros fisiológicos a veces ante meros placebos, a hacernos salir corriendo ante peligros que no son tales o a rechazar de vez en cuando alimentos que no suponen amenaza alguna. Ante la duda se decide, sin pensarlo dos veces, por la opción que generalmente presenta menos riesgo. Conlleva menos riesgo normalmente rechazar un alimento inocuo que ingerir uno tóxico o que pensarlo durante largo tiempo. Esta estrategia ha tenido, como es lógico, mayor valor de supervivencia. Por eso predomina.
Es también, este modo automático de pensamiento, el que empuja a las palomas -y a las personas- que participan en experimentos psicológicos a desarrollar la superstición de que es, por ejemplo, moviendo la cabeza hacia la derecha -o colocándose un amuleto- como consiguen la comida o el premio. Esa recompensa está programada de antemano para ocurrir independientemente del comportamiento del sujeto, tal y como sucedería, por ejemplo, con la danza de la lluvia y las remisiones espontáneas de determinadas dolencias en situaciones naturales. Tanto en el caso de la paloma que acaba desarrollando la superstición de que son los saltitos hacia la izquierda lo que causa la entrega de comida como en el del humano que acaba creyendo que teclear 456 es lo que hace que aparezca el premio en un videojuego experimental, es en realidad la mera coincidencia entre ese comportamiento y la ocurrencia del resultado deseado lo que propicia la instauración de la creencia supersticiosa y de la ilusión de estar controlando el entorno.
Y, sí, decíamos que existe también otro tipo de pensamiento. Pensamiento racional, lógico, crítico, correcto. Es el que un robot y un científico darían por bueno. Pero es muy costoso y muy cansado. Requiere pensar, pararse, analizar ventajas e inconvenientes, ver el mismo problema desde varios ángulos. Requiere esfuerzo, tiempo, energía. Ni siquiera el científico, cuando sale de su trabajo y llega a casa, puede mantener conectado ese modo de pensamiento; necesita poner el piloto automático para poder tomar decisiones rápidas cuando ve la tele con los niños, prepara la cena, decide el coche que comprará el sábado mientras suena el teléfono y amenaza tormenta.
No, el pensamiento crítico y racional no viene instalado de fábrica, y eso es lo más importante que debemos recordar. Hay que preocuparse de instalarlo y configurarlo adecuadamente a base de mucho aprendizaje, muchas lecturas y mucho esfuerzo consciente. Y hay que actualizarlo a diario, porque no es el pensamiento crítico el sistema operativo por defecto de la mente humana, ni está pulido por el uso y por la evolución como lo está el modo automático y emocional de funcionamiento mental. El módulo racional, no nos olvidemos, es una conquista muy reciente, necesitamos acordarnos de mantenerlo conectado y de actualizarlo a diario. Para que no nos entren muchos virus de esos que atontan la mente.
URL: http://ciencia.elcorreo.com/firmas/2012-11-30/pensamiento-critico-culti…
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