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Bromas útiles
Dentro de los pomposamente llamados "misterios de la ciencia", uno de los campos más propicios para las bromas y los fraudes es el de la ufología. A pesar de que gran parte de las observaciones de fenómenos u objetos no identificados no han sido invenciones, sino más bien simples confusiones y malas interpretaciones motivadas por las creencias y la influencia de los clichés culturales de nuestra sociedad, los interesados y estudiosos de esta creencia social no han dejado de plantear la auténtica incidencia de los fraudes y todo tipo de engaños entre esta "casuística". El autor de este artículo desea destacar que la distinción entre "fraudes" y "no fraudes" no implica que entre los segundos haya extraterrestres, ni siquiera fenómenos extraños o poco conocidos por la ciencia, sino sólo testimonios de personas que dicen haber observado algo que no supieron identificar y a lo que, automáticamente, asignaron características que llevaron a describirlos según el difundido icono del platillo volante u ovni. Repito que la ufología es propicia para el engaño, tanto testimonial como fotográfico, y que unos fraudes quedan olvidados rápidamente y no tienen trascendencia social ni siquiera en el mundillo de la ufología, mientras otros causan todo un terremoto en esa zona de arenas movedizas que es la ufología de feria, como un ufólogo escéptico, con razón, la denominó. Voy a pasar revista y a dar mi visión de unas pocas historias ufológicas con total independencia y libertad intelectual, sin sentirme amarrado a ninguna fidelidad --más allá de las que la amistad y el trabajo serio me han procurado--, sin participar jamás del circo ufológico como defensor de su causa; al contrario, como iluso portador de una utopía negativa: la de la explicación total, abso-
RICARDO CAMPO PÉREZ
luta y definitiva de cada uno de los "casos ovni" con los que me he ido tropezando, licuación completa de un mito basado en la media verdad, las "mentes abiertas" y los galileos redivivos, las patrañas de una buena porción de "investigadores", la observación, quizá, de ciertos fenómenos de la naturaleza poco frecuentes y una arraigada creencia cuasi-religiosa en visitas de seres extraterrestres a nuestro planeta. Los extraterrestres, de una forma u otra, son compañeros de viaje de la cultura humana, unas veces más alejados, otras más cercanos. Se han metido en nuestros dormitorios, sirvieron de materia de discusión a Aristóteles y Demócrito, nos han ofrecido ingenuas orientaciones a través de contactados que bebieron en fuentes ocultistas decimonónicas, convirtieron a Giordano Bruno en un pluralista socarrado, sirvieron a Kant para divagar sobre ilustrados alienígenas o destruyen de un bombazo la Casa Blanca en una película propagandística norteamericana. Siempre entre nosotros. Un reflejo de nosotros. ¡Para este largo viaje no nos hacían falta las alforjas ufológicas! LA GUERRA DE ORSON WELLES Puede parecer inapropiado que comience mi revisión de algunas tomaduras de pelo ufológicas con un suceso que ocurrió en 1938, cuando según los hagiógrafos de la ufología ésta no había comenzado. Pero la conocida emisión radiofónica de Orson Welles demuestra que en la mentalidad de los occidentales de 1938 la existencia de extraterrestres era una posibilidad real, una creencia latente. En caso contrario nadie habría prestado atención a la increíble ocurrencia de ese portentoso narrador cinematográfico. La intención de Welles no era gastar una broma a los ufólogos --de hecho no los había entonces, aunque sí alguna especie de "padre ideológico" de los mismos, como Raymond Palmer-- sino revitalizar un programa radiofónico falto de audiencia.
Unos fraudes quedan olvidados rápidamente; otros causan todo un terremoto en esa zona de arenas movedizas que es la ufología de feria
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El sociólogo Hadley Cantril recogió testimonios asombrosos en su famoso estudio sobre el pánico desatado como consecuencia de la emisión radiofónica3. Uno de los oyentes estaba convencido de haber olido el gas y sentido los rayos térmicos descritos por los periodistas, mientras que otro sufrió un desmayo a causa del mismo gas inexistente. No queda ahí la cosa: durante la transmisión varios individuos informaron a la policía de las maniobras de los marcianos aterrizados en Nueva Jersey (EEUU); otro observó el fuego descrito en la radio y algunos pudieron escuchar los disparos de las armas marcianas... Más frecuentemente, el estímulo inicial es real y perfectamente conocido. En estas ocasiones la fabricación de percepciones "anómalas" es un exquisito bocado para los intérpretes de las creencias contemporáneas. El detonante puede ser un fenómeno muy espectacular y poco usual, aunque no es imprescindible. Los episodios de lanzamiento de misiles, por ejemplo, han dado origen a relatos si no tan impactantes como los de la ocurrencia orsoniana sí con el mismo aire de familia: el temor y la total subjetividad de percepción humana. Veamos algunos. Miles de canarios pudieron divisar entre 1974 y 1979 una serie de cinco espectaculares fenómenos originados por lanzamientos balísticos4. En cuanto a los efectos subjetivos destacan los siguientes: El 22 de noviembre de 1974, sobre las 19,30 h --hora local--, fueron vistos ascender desde el horizonte tres objetos circulares de luminosidad rojiza que provoOrson Welles. caban brillantes círculos concéntricos. También los habitantes del cercano archipiélago de Madeira pudieron contemplar los Uno de los oyentes de la emisión efectos causados en la alta atmósfera por radiofónica de Orson Welles estaba los tres misiles Poseidón. En la prensa madeirense (Jornal de Noticias, 23-11-1974) convencido de haber olido el gas y puede leerse que "el impacto causado ensentido los rayos térmicos de los tre la población fue muy intenso, la gente inexistentes extraterrestres se refugió en sus casas y hubo escenas indescriptibles, con frecuentes desmayos".
¿Cómo es posible que miles de americanos picaran el anzuelo lanzado por Orson aquella tarde? Como he comentado, la idea de lo extraterrestre no era nueva en 1938 y tampoco la de naves voladoras tripuladas. Ambas cosas formaban parte ya de la iconografía aérea colectiva de los norteamericanos. Quizá el antecedente más cercano sea el de las observaciones de las naves aéreas de 1896 y 1897 a lo largo de toda la Unión Americana. Se suele citar esta interesante colección de observaciones de naves de origen desconocido en los cielos como un precursor de la paranoia ufológica que se desataría medio siglo más tarde. La ambigüedad del cielo nocturno, la emoción del público por el supuesto logro aeronáutico, más los fraudes de la prensa (aunque no existía la radio comercial ni la televisión sí existía ya el telégrafo y las noticias, que junto con los engaños, corrían rápidamente a la velocidad de la luz de un lado a otro del país), contribuyeron a que el americano que quería ver naves aéreas las viera1. Se parece mucho a lo que ocurriría cincuenta años después en todo Occidente. Como es sabido, la idea de hacer venir unos malvados marcianos a la Tierra fue de Herbert Georg Wells, que en 1898 había publicado en Londres La guerra de los mundos. Esta novela hace uso de la destructiva llegada de los habitantes del planeta rojo para criticar el colonialismo de las potencias occidentales. La arrogancia de los países que disponían de colonias se plasmaba en la administración de lejanas tierras como algo beneficioso para esos mismos países e incluso para los propios colonizados, que accedían de esta manera al "progreso". Wells quiso mostrar un Occidente colonizado por entidades poseedoras de una tecnología superior a la conocida entonces2, momentáneo cambio de rol que pareció quedar en estado larvado hasta que al cineasta norteamericano se le ocurrió representar la novela como si de una crónica periodística se tratara.
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FABRICANDO OVNIS El experimento pionero en España en el campo de la generación artificial de testimonios ufológicos es el Proyecto Iván, comandado en 1978 entre otros por Félix Ares de Blas, actual director del Museo Miramón Kutxaespacio de San Sebastián y veterano interesado en la mitología de los platillos volantes6. El origen de esta broma estuvo en la curiosidad de un grupo de interesados en el fenómeno de los ovnis por probar si podía generarse una oleada, o acumulación de noticias en un intervalo de tiempo bien delimitado, de forma artificial y premeditada, lo cual supondría una nueva faceta de la indistinción ufológica: si el investigador serio siempre se ha apercibido de que los casos no explicados no poseen rasgos definitorios o emergentes con respecto a los explica¿Cómo interpretar a la luz de testimonios dos, ahora podríamos extender esta caabsolutamente subjetivos racterística a las oleadas. A pesar de la indignación de los "ufólogos de campo" la ingente cantidad de relatos de --por usar esa engañosa y ridícula terovnis de alta extrañeza? minología por ellos propuesta-- el experimento fue un éxito, en particular la úl-
El 22 de junio de 1976, alrededor de las 22,30 h, un médico de la localidad grancanaria de Gáldar confundía otra gran esfera de gases expulsados por otro misil Poseidón, con la nave en la que volaban dos extraterrestres de color rojo, aberrante percepción que acabó convirtiéndose en uno de los clásicos de la amañada historia ufológica española5. El 5 de marzo de 1979 un punto luminoso fue visto ascender desde el horizonte occidental hasta transformarse en una enorme campana luminosa, producto de los gases de la combustión que servía de impulso al misil, también de tipo Poseidón. El fenómeno, como en los otros casos similares, se desarrolló a unos mil kilómetros al oeste de las costas canarias, circunstancia realmente difícil de percibir para los asombrados testigos. Uno de ellos, que se encontraba muy cerca de la base del Teide (Tenerife), sintió un zumbido penetrante que hizo estremecer sus oídos, al mismo tiempo que unos pinos cercanos al lugar movían sus ramas. Al testigo le extrañó que se formaran unos remolinos de polvo en las cercanías. Los tripulantes de un petrolero que se dirigía a Santa Cruz desde Las Palmas percibieron "algún ruido que partía de aquel raro objeto" (El Día, 9-3-1979). Un anciano de Tejeda (Gran Canaria) rompió a llorar de emoción al ver el fenómeno, ya que sabía que Cristo había dicho que cuando fuese el fin del mundo todos los cristianos lo verían... (La Provincia, 3-3-1979). Vale la pena recordar que uno de los "testigos" de la invasión patrocinada por Orson Welles aseguró que "las llamas que circundaban la nación eran las llamas del fin
del mundo". De igual forma fenómenos mucho menos impactantes como una conjunción planetaria también han originado inverosímiles testimonios. Así, el de unos vecinos de Murcia que el 24 de febrero de 1999 describieron una conjunción de Venus y Júpiter como "una cosa suspendida en el cielo que bajaba a gran velocidad". Se pueden rescatar centenares de interpretaciones como las citadas de entre toda la casuística de los "ovnis". ¿Dónde queda la supuesta infalibilidad de los testigos de los ovnis, esa especie de oráculos en manos de los tradicionales fabricantes de misterios? ¿Cómo interpretar a la luz de los testimonios citados absolutamente subjetivos la ingente cantidad de relatos de ovnis de alta extrañeza? ¿Cuántos habrán tenido su origen en fenómenos triviales exagerados o malinterpretados por testigos propensos o predispuestos? Como es lógico, no todas las informaciones relacionadas con los extraterrestres que se han divulgado han tenido el mismo efecto. El episodio de Welles es un caso extremo pero nos permite concluir que los medios de comunicación influyen decisivamente en la percepción social de los individuos. Bien sea el caso de una lejana estela en expansión de un misil que es interpretada como una nave de origen desconocido, bien el de unos irreales marcianos que nos están invadiendo, nuestra mente genera percepciones, adorna y exagera otras, apoyándose en nuestras creencias previas, nuestros deseos y temores.
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tima fase del mismo, donde se escenificaría la fantás- a los definitivos comentarios de los ivanitas en el número 50 de Mundo Desconocido: "¿Quién me garantitica aparición de un ovni con toda la barba. La primera etapa del proyecto, durante diciembre de za que no están tratando de manipular igualmente el 1978, fue sensibilizar a la opinión pública local irune- caso Gallarta?", aseguraba con indudable desparpajo el sa mediante la inserción de notas en la prensa sobre novelista al ver cómo se venía abajo su aberrante interpresuntas observaciones de ovnis. Una vez caldeado el pretación de las palabras del incalificable testigo de Gaambiente la oleada surgió como una epidemia desatada llarta. Pero parece que la implicación indirecta de Benítez por los falsos casos divulgados por el Colectivo: era posible inducir una oleada "verdadera" a partir de otra fal- en el Proyecto Iván no quedó ahí. A pesar de que negó haber acudido a entrevistar a los testigos de los ovnis sa. Primera prueba empírica, primer acierto. A continuación los ufólogos confeccionaron un au- prefabricados, al año siguiente escribió en El mundo de téntico objeto volante no identificado mediante los fa- los ovnis: "Mis primeros pasos tras los ovnis en 1979 ros de un coche y otras dos luces similares, alimentadas por la batería del El "ovni" del Proyecto Iván aumentaba vehículo. En realidad, no había más que cuatro luces de coche y unos y disminuía de tamaño e incluso flashes de una cámara fotográfica que ¡vieron aterrizar el "aparato"! se encendían simultáneamente. Gorostiaga, cerca de las Peñas de Aya de Irún, fue el lugar elegido, la noche del 4 de enero de 1979, con Luna nueva. ¡Ahí es nada!: para algunos testigos el ovni au- me llevaron a las tierras de Guipúzcoa. El 4 de ese mes mentaba y disminuía de tamaño e incluso ¡"vieron" ate- de enero, varios de estos objetos --silenciosos, lumirrizar el aparato! La opinión generalizada en la localidad nosos y veloces como el viento-- fueron observados por guipuzcoana es que se trató de una nave extraterrestre los testigos de las Peñas de Aya, desde el faro de Fueny según un electricista era imposible que se tratase de terrabía y desde la plaza de San Juan de Irún, así como un trucaje (en otros casos fraudulentos nos encontramos desde otras zonas de la población y alrededores. Fue con "cualificados dictámenes" similares al citado, toda una oleada ovni [aquí acierta Benítez, sin duda]. como el de un fotógrafo que concluyó que no había en- Los objetos --según explicaron los cientos de testigos-- gaño alguno en las fotos de unos papelitos de forma len- eran circulares y despedían luces rojas, verdes, blancas ticular pegados en el cristal de una ventana por un niño y amarillas. En el caso de los cuatro jóvenes que se enen junio de 1978 en Las Palmas de Gran Canaria...). contraban en Fuenterrabía [finaliza el más genuino "inOtros interesantes testimonios se refieren a la localiza- vestigador de campo" de la ufología española] el ovni ción exacta del fenómeno, su dinámica y las coloracio- terminó por ocultarse en el Cantábrico, a la altura aprones que presentaba. ximada de Hendaya"8. Todo ello permitió obtener importantes conclusiones Que el lector extraiga sus propias conclusiones sobre a tener en cuenta cuando leamos un testimonio sobre la la infatigable ufología de campo y playa. observación de un fenómeno extraño. Esta prevención o duda básica significa un órdago a lo grande para la ufo- BASES DE OVNIS EN LA TIERRA logía comercial, que ha preferido ocultarlo al quedar en Otro hilarante episodio que, con el paso de los años, dio evidencia las débiles bases argumentales en las que se pie a jugosas enseñanzas es el de la novela Bases de ovapoya el sucedáneo de investigación en el que habi- nis en la Tierra, firmada con el seudónimo Douglas tualmente se ocupa, pura figuración social que se O´Brien por el periodista zaragozano Javier Esteban, meaprovecha de la ignorancia de los consumidores de recido e implacable fustigador de cuantos Indiana Jones "misterios". de lo "anómalo" se ponen a su alcance. El exitoso experimento ufológico tuvo un colofón desLa obra9 trata de las correrías autobiográficas de un ternillante cuando el periodista Juan José Benítez echó agente secreto de la CIA que trata de evitar que se comano de esta historia para desprestigiar a sus autores, nozca la verdad ocultada por los gobiernos a la poblaque habían defenestrado completamente el caso de las ción sobre los platillos volantes. Según declaró el profalsas huellas de Gallarta de 19777. La verdad es que pio autor "desde el momento de la publicación de la uno llega a dudar de la capacidad de hilar razonamien- novela, hasta fechas bien recientes, tuve que aguantar tos coherentes del inventor navarro cuando lee su réplica el acoso de los que investigan tonterías y soportar la pu-
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Portada de la novela Bases de ovnis en la Tierra.
blicación de artículos en los que se me reclamaba que confesase la verdad". Estamos ante una de las mayores tomaduras de pelo de la historia al irracionalismo sensacionalista: se extendió en el tiempo durante más de quince años y casi todos los líderes de lo ufológico-paranormal en España picaron el anzuelo. Tanto lo picaron que alguno lo hizo suyo y lo regurgitó, plagiando las invenciones de Esteban. Otros, como Bruno Cardeñosa, se dedicaron a escribir resentidos artículos una vez que Esteban destapó que todo se trató de una monumental farsa10, donde además de acusar a nuestro periodista especula con la calumniosa posibilidad de que Vicente-Juan Ballester Olmos y Joan Plana fueran dos de esos ufólogos pagados por las autoridades para "desacreditar" el fenómeno ovni. Para debunkizar cada una de las afirmaciones
de Cardeñosa necesitaríamos un espacio del que no disponemos aquí, pero baste decir que se trató de un paranoico ataque contra el sentido común, con el torpe y rudimentario estilo de aquellos que pretenden deformar la realidad a su conveniencia. Esteban se pasó una década y pico toreando a los ufólogos de campo de nuestro país. En una ocasión se presentó ante Juan José Benítez como espía del gobierno americano; en otra como escéptico ante Cardeñosa, cosa que éste, con su habitual buen juicio, no creyó aun siendo cierto. La doble jugada de Esteban fue notoria: se hizo pasar por espía que era presionado por sus superiores que a la vez deseaba entrar en ARP (Alternativa Racional a las Pseudociencias) para "realizar la labor que tengo que hacer", todo ello para mantener vivas las enormes tragaderas del ufólogo zaragozano y perpetuar el engaño, como podemos leer en su panfleto publicado en Más Allá. Cardeñosa finaliza su artículo afirmando que "quizá nunca sabremos si Esteban Aller es un farsante, o un verdadero `topo infiltrado' y tal vez la publicación de este reportaje le motive a contar la verdad". Pero la verdad ya la había contado Javier Esteban un año antes de que Bruno publicase su artículo-rabieta: todo quedó al descubierto en 1996 en un histórico artículo publicado en la revista La Alternativa Racional11. Increíblemente, los fantasiosos sucesos del libro de Esteban fueron fagocitados y digeridos sin problema por Benítez, que llegó a escribir que había obtenido la información de sus contactos en las esferas militares norteamericanas. Entre otras referencias baste recordar la que publicó El Heraldo de Aragón en agosto de 1983. En este disparatado artículo nos informa sobre el accidente de un avión P-3 norteamericano en la isla canaria de El Hierro el 11 de diciembre de 1977 (Benítez, al igual que el canario Francisco Padrón, reproduce el gazapo de Esteban al situar el suceso en 1978) que habría sido atacado por un ovni. Por supuesto el suceso fue debido a causas humanas más la conjunción de factores meteorológicos y tecnológicos12. Un auténtico expediente X canario... UNA "ALERTA OVNI" HISTÓRICA En los años setenta y ochenta del siglo XX, el mito de los platillos volantes estaba vivo en nuestro país, mucho más que ahora, que se reduce a noticias de relleno en las páginas de revistas que han quedado convertidas en productos nuevaeristas y de difusión de insensateces neo-vondänikeneanas. Las observaciones eran frecuentes y los medios de comunicación se hacían eco con una dedicación impensable hoy en día.
Javier Esteban se pasó una década y pico toreando a los ufólogos de campo de nuestro país
J. ESTEBAN
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Una de las manifestaciones sociales del mito eran las "alerEn la alerta ovni de Las Cañadas del Teide en tas ovni", concentraciones mul1989 los que esperaban la "receptividad titudinarias de creyentes --y alvibracional cosmo-telúrica" se encontraron con gún escéptico con espíritu de antropólogo-- que acudían a la un gran globo sonda y una magnífica linterna de llamada de un contactado o de la señales de color rojo-naranja publicidad de una emisora de radio. La alerta ovni más importante de las que se celebraron en España fue la que tuvo lugar el 24 de junio de 1989 en el Parque Nacional del Teide esos camaleones del misterio que ante los más aberrantes ejemplos televisivos de la irracionalidad se dis(Tenerife), en el mirador de La Ruleta. La organización puso a disposición de las personas fraza de escéptico y pocas horas después intenta que los interesadas en acudir un servicio gratuito de guaguas -- oyentes de su emisión radiofónica traguen carros y caautobuses-- desde la Plaza de España en Santa Cruz de rretas misteriosos. El contacto en la isla del programa Tenerife hasta el Parque Nacional, que, unido a la gran era el ocultólogo local Francisco Padrón, que no tuvo incantidad de coches particulares, produjo largas carava- conveniente en afirmar en un artículo periodístico que nas en las carreteras de acceso. De hecho, las guaguas se trata de "... una gran reunión en el Parque Nacional de la organización estuvieron detenidas alrededor de una con el fin de aprovechar esa energía telúrica y, tras un hora en el cruce de Arafo, hasta que las fuerzas poli- ejercicio de relajación, emitirla con ideas positivas de ciales les permitieron continuar hacia el volcánico pai- paz y armonía, proyectándola hacia todo el planeta". De saje ya colapsado. Cuando llegamos al lugar, alrededor paso, "se aprovechará este acto para invitar a los tripude las 11 de la noche, se habían reunido unas 10.000 lantes de las naves extraterrestres a que efectúen una personas a la llamada de los organizadores (¿o de los aparición y que se unan a esta manifestación de buena voluntad"13. ET?). Previamente al acto, el ambiente se había calentaSe les invita y ni siquiera tienen el detalle de decir do adecuadamente a través de numerosas inserciones que no iban a aparecer; un poco maleducados estos expublicitarias a página completa en la prensa local, así traterrestres... Las Cañadas del Teide es lugar predileccomo por medio de intervenciones radiofónicas en las to para los aficionados a los misterios y a las energías no que destacados personajes de la subcultura de lo para- mensurables. Padrón informaba a sus lectores en el misnormal, tanto canarios como peninsulares, daban su vi- mo artículo de las cosas que pueden pasar en el bello sión del acto. paisaje: "Especialistas en cuestiones esotéricas o paraEl promotor fue el programa radiofónico Espacio en normales y en receptividad vibracional cosmo-telúrica Blanco, que todavía hoy presenta Miguel Blanco, uno de han afirmado que en la zona existe una energía especial. Y como enclave misterioso también aquí ocurren hechos sorprendentes: luces que aparecen y desaparecen, seres gigantescos o, por el contrario, bajitos y cabezones que tiran piedras a los testigos, ruidos de potentes turbinas que se escuchan a altas horas de la madrugada, música que no se sabe de dónde se emite, discos metálicos o luminosos que se detienen en lo alto de un grupo de personas o de coches, que lanzan un rayo cegador, un jeep que persigue, sin darle alcance, a una esfera luminosa que brinca ante ellos...". Así, como lo han leído, sin quitar ni poner ni una coma ni una tilde. Estos disparatados rumores, culCORTESÍA F. ANOMALÍA
Instantánea de la alerta ovni de Las Cañadas del Teide el 24 de junio de 1989.
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tivados durante años en los irracionales ambientes misteriófilos canarios, son los que probablemente muchos de los asistentes a la alerta ovni querían confirmar esa noche. El conductor de Espacio en Blanco tampoco tenía pelos en la lengua: "Contactados de todo el mundo coinciden en los mismos mensajes y todos dicen que algo está a punto de ocurrir. Es como si de repente la última parte del plan (sic) se hubiera despertado y muchos coinciden que tiene algo que ver con el día de hoy. Los mensajes coinciden en que es necesario crear una concentración de personas para que den una prueba irrefutable de que están entre nosotros..."14.
Dos mil personas contemplaron el estupendo fraude del globo con luces en Frontera (El Hierro) en 1995
Según el "experto" canario no se divisó ningún ovni aquella noche pero en una información enviada junto con Javier Sierra a la revista Cuadernos de Ufología y publicada en septiembre de ese mismo año "... en el entorno de las islas sí se produjeron algunas observaciones"15. Probablemente hubo, como suele ser habitual, opiniones para todos los gustos, pero, para este autor, la alerta fue un fracaso a pesar de los 20.000 vatios de luz y los 10.000 de sonido empleados en un montaje que pretendía recordar al de una fantasiosa película de Steven Spielberg. Yo esperaba la bajada de las naves extraterrestres pero lo único que bajó allí fue la temperatura, que rondaba los 0 grados (ni frío ni calor, que diría un bromista) e "imaginé" algo más que una descomunal tomadura de pelo a los miles de personas que acudieron por parte de los organizadores. Para otros, seguramente, significó toda una experiencia de comunicación, un acto colectivo de identificación con los seres del espacio a través de los años luz que nos separan. Algunos también debieron ver ovnis, aunque quizá se trató de los aviones que sobrevolaron la isla durante la alerta y que provocaban murmullos entre los asistentes; quien se atrevía a apuntar esta posibilidad --me señalo a mí mismo-- era mirado como si de un aguafiestas se tratara; o, tal vez, los bromistas que, cerca del cráter del Teide, se dedicaban a apuntar con linternas hacia la multitud congregada propiciara el anhelado cambio de conciencia... O quizá se trató de Lluís Tomàs Roig, que trabajaba en aquélla época en el Instituto de Astrofísica de Canarias y que junto con dos compañeros se encontraba con-
templando desde el observatorio de Izaña la larga cola de vehículos que se dirigía a Las Cañadas, al mismo tiempo que se preguntaban por la poderosa razón que movía a tanta gente a pasar una noche en vela. "Para algunos --nos relató Tomàs Roig-- se trataba de pasar el rato, cenando y bebiendo con los amigos, pero para muchos, se trataba de algo muy serio: ¡Entrar en contacto con los extraterrestres! No podían quedar defraudados. Había que hacer algo". La experiencia de Tomàs Roig y sus colegas, en hilarante línea ivaniana, ha permanecido oculta hasta este momento. Muchos kilómetros de investigación de campo he tenido que recorrer para que finalmente mi confidente me aportara todos los detalles. Tuve que reunirme con varios soplones del Ejército y otros pocos del CESID para que, todos a una, presionaran al autor que pergeñó esta puesta en escena. En una reunión secreta, Lluís Tomàs Roig confesó que había en el observatorio del Teide material sobrante de las prospecciones para determinar si Izaña era el lugar ideal para instalar los telescopios solares. Disponían de un gran globo-sonda, de una enorme cometa, botellas de hidrógeno y pintura fluorescente. "Ah!, y una magnífica linterna de señales de color rojo-naranja", agregó nuestro informante. ¡Un tesoro para McGiver y para estos solares guasones! En un abrir y cerrar de ojos planearon y confeccionaron el "ovni". Pintaron parte del globo, introdujeron en él la linterna y utilizaron el largo cable de recogida de la cometa para mantener el globo bajo control. Cargaron todo el material en un Land Rover junto con la botella de hidrógeno y se dirigieron a Las Cañadas. Ya de noche, se ocultaron entre unas retamas (arbustos autóctonos del Parque Nacional) y procedieron a inflar el globo. Naturalmente, entre las prisas, los nervios, el temor a ser descubiertos y la falta de experiencia, la cosa no podía funcionar bien, pero durante algunos minutos el extraño artefacto voló majestuoso por encima de la reunión cósmica. "Oíamos algunos gritos de gente extrañada. ¡Ahí están!, decían unos", nos aseguró Tomàs Roig. En la carretera cercana un taxista frenó en seco, lo que produjo un pequeño choque en cadena de cuatro coches... Viendo que la gente se dispersaba y que algún grupo se dirigía rápidamente hacia el lugar en el que se encontraban escondidos los astrónomos, éstos cortaron el cable que sujetaba el globo y éste desapareció en lo alto. El astrónomo recuerda la experiencia como muy emocionante y al mismo tiempo divertida. "Además, ofrecimos a alguien precisamente lo que deseaba: ver ovnis", aseguró finalmente. ¿Fue ésta la respuesta a la llamada cósmica efectuada por Blanco y Padrón?
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EL GLOBO DE FRONTERA (EL HIERRO) En este último episodio desconocemos la identidad de los bromistas, pero sí se dispone, tras la correspondiente investigación de campo --que no se diga y haciendo honor a mi apellido-- del testimonio de una persona, Carmelo Padrón, que observó cómo manipulaban el objeto usado para el monumental fraude16. El caso pudo haberse convertido en uno de los históricos de la ufología española: pocos son los sucesos catalogados como "ovni" que contaron con 2.000 testigos, reunidos con motivo de una verbena popular la noche del 12 de agosto de 1995 hasta las 2 de la mañana en la localidad de Frontera (El Hierro). Se trató de la observación de una luz roja fija y cuatro o cinco blancas alrededor que se encendían intermitentemente a gran velocidad. El fenómeno permanecía prácticamente estático, con ligeros balanceos, aunque según algunos testimonios realizaba "movimientos imposibles para cualquier objeto conocido". Ya sabemos qué crédito hay que otorgar a estas afirmaciones... Pero tras la espectacular aparición no se ocultaba otra cosa que una sencilla instalación eléctrica y unas cuantas bombillas dispuestas para asombrar a la concurrencia. Un testigo, Carmelo Padrón, tuvo la suerte de descubrir a contraluz el globo del que colgaba el ovni prefabricado cuyos manipuladores cortaron el cable que lo mantenía atado a tierra cuando se apercibieron de que habían sido descubiertos. En ese momento el artilugio se elevó y desapareció, tal y como los testigos describieron desde la parte inferior del barrio. El análisis de las imágenes videográficas obtenidas por un cámara de una televisión local tinerfeña desplazada a la isla no mostró elemento alguno de extrañeza; sus características encajan con las que serían de esperar en el caso de que se hubiese tratado de un sencillo dispositivo eléctrico luminoso elevado por un globo.
CORTESÍA R. CAMPO
Imagen de la calle de Frontera (El Hierro) donde se celebró la verbena el 12 de agosto de 1995. Al fondo, entre la bruma, el pico de Malpaso, sobre el que aparentaba estar el "ovni" aunque en realidad el globo con las luces que motivó la confusión se hallaba mucho más bajo.
Lógicamente esta explicación recibió críticas por parte de los adalides de lo enigmático, ofendidos ante la estrepitosa caída del suceso. Se pudo leer a algún ocultista canario que "2.000 personas no pueden haber sido engañadas" o que "todos los testigos eran unos tontos al dejarse engañar por una broma de tal calibre", ejemplos de acartonada ironía, último recurso ante la inexistencia de pruebas que demuestren la extrañeza de un fenómeno. Me gustaría saber cómo han comprobado esos visitantes asiduos de los "estados vibratorios paralelos" que todos los testigos se tragaron la broma o cuántos pensaron que estaban ante un fenómeno luminoso extraño y platillesco.
Dibujo del globo observado por Carmelo Padrón, que motivó la observación de El Hierro el 12 de agosto de 1995.
CORTESÍA R. CAMPO
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Podemos estar seguros de que no todos los herreños presentes en el lugar cayeron en la trampa. De hecho, un año después de la observación aún circulaba en la zona el rumor de que se había tratado de un engaño, posiblemente perpetrado por unos turistas alemanes que se estaban alojando en un hotel cercano al lugar; muy cerca de donde Carmelo Padrón pudo descubrir a los manipuladores del artilugio luminoso. Los propagandistas de Canarias como "tierra de misterios" suelen estafar al extranjero asegurando que en estas islas tienen lugar hechos misteriosos cada fin de semana. Quizá los autores de la broma sabían de esta absurda leyenda y decidieron hacer uso de ella para pasar una divertida noche. Estoy seguro que Orson Welles, los componentes del proyecto Iván, Javier Esteban, Lluís Tomàs Roig y los fabricantes del super-ovni de caucho de El Hierro rieron satisfechos cuando tuvieron conocimiento de los resultados de sus ocurrencias, útiles bromas para saber a qué atenernos ante informadores acríticos y ante testimonios respetables pero de validez científica nula. ¿Podemos esperar algo más del periodismo ufológico y de la monomanía de la "investigación de campo"? é
NOTAS 1. Robert E. Bartholomew: "The Airship Hysteria of 1896-97". The UFO Invasion. Prometheus Books, Amherst, New York, 1997. 2. Miguel Herrero-Uceda: "H.G. Wells y la Guerra de los mundos", Claves de Razón Práctica, 89, enero/febrero, 1999. 3. H. Cantril et. al. publicaron un estudio clásico sobre esta experiencia: The Invasion from Mars. Un resumen de esta monografía puede consultarse en: http://faculty.luther.edu/~johnsmar/CL46/cantril.htm. 4. Vicente-Juan Ballester Olmos y Ricardo Campo Pérez: "¡Identificados! Los OVNIS de Canarias fueron misiles Poseidón", Revista de Aeronáutica y Astronáutica, 701, marzo 2001, Ministerio de Defensa, Madrid. También en: Cuadernos de Ufología, 27, Santander, Fundación Anomalía, 2001, y en: http://www. anomalia.org/misiles.htm. 5. Véase: http://perso.wanadoo.es/jjreina/divulgacion/100tifica/articulo/laverdad…. 6. Puede leerse la historia completa del Proyecto en: Félix Ares de Blas: "Iván: historia de un proyecto", El Escéptico Digital, edición 2002, número 3, 28 de abril de 2002. 7. Colectivo Iván: "Ovnis en Gallarta", Mundo Desconocido, 49, julio 1980, pp. 62-70. Previamente Juan
José Benítez publicó un artículo en torno a las "huellas de aterrizaje" en: J. J. Benítez: "Sí hubo OVNI en Gallarta", Mundo Desconocido, 45, marzo 1980, pp. 61-67. Como respuesta a la réplica del Colectivo, Benítez dio salida desde la otra dimensión a este inefable artículo: J. J. Benítez: "Gallarta otra vez", Mundo Desconocido, 50, agosto 1980, p. 56-61. 8. Juan José Benítez: El mundo de los ovnis (2 Vol.). Ediciones Riego, Madrid, 1980, p. 3. 9. Bases de OVNIs en la Tierra de Douglas O´Brien. Alvarez Esbec, J. M., editor. Puede accederse al contenido íntegro del libro desde http://www.magufomedia.com/leer.php?id=150. 10. Bruno Cardeñosa: "Infiltrados: ufólogos a sueldo", Más Allá, 96, febrero 1997. 11. Javier Esteban: "La verdad está ahí fuera..., pero los ufólogos no la ven", La Alternativa Racional, 39, II, 1996. Esteban intervino algunos meses después en el programa televisivo de Tele 5 Día a día, el 27 de enero de 1997, en compañía del periodista escéptico Miguel Ángel Almodóvar. En esta oportunidad y en un medio masivo relató los plagios de que fue objeto su libro y puso en evidencia la credibilidad de los investigadores que lo tomaron por fuente de información contrastada, entre ellos Benítez y Cardeñosa. La revista Más Allá declinó la invitación del programa para participar en el debate: prefirieron mirar para otro lado cuando se descubrió el bochornoso ridículo en que habían caído. 12. Juan José Benítez: "Podrían provocar una guerra atómica por error". El Heraldo de Aragón, 21 de agosto de 1983. El ufólogo-esoterista-parapsicólogo canario Francisco Padrón no pudo resistirse a la tentación de escribir sobre este accidente y la correspondiente invención de Esteban. El artículo, con su habitual estilo macarrónico, lo publicó Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife) el 21 de febrero de 1988. Todo este material es accesible en Internet desde la web de Generación Escéptica: http://orbita.starmedia.com/genskeptic/archivo/ufo1a.html. Sobre el accidente de la aeronave militar en la isla herreña véase: Ricardo Campo: "El avión que se estrelló en ovnilandia". Cuadernos de Ufología, 22-23, 1998, pp. 42-46, Fundación Anomalía, Santander. 13. Diario de Avisos, 18-6-1989. 14. El Día, 24-6-1989. 15. Cuadernos de Ufología, 6, septiembre 1989, pp. 278, Fundación Anomalía, Santander. 16. Ricardo Campo: "El ovni que acabó deshinchándose", Cuadernos de Ufología, 24, 1998, Fundación Anomalía.
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el escéptico
verano 2002