El 26 de noviembre de 1993 se inauguraba el PLANETARIO DE PAMPLONA, un proyecto cultural que había arrancado unos años antes como propuesta desde el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona. La puesta a punto del edificio que preside el parque de Yamaguchi, cofinanciado por la Caja Navarra, permitió arrancar a finales del 93 con muchas ilusiones y no pocas incertidumbres: eran épocas complejas en lo político y lo económico y el planetario se convertía en el primer gran centro cultural moderno de la comunidad foral de la democracia, de igual manera que en otras partes del país se comenzaban a abrir centros de ciencia, museos y planetarios, apostando por la cultura científica y el ocio inteligente.
Desde su comienzo, la apuesta del que luego se denominaría PAMPLONETARIO fue abrir espacios de conocimiento, diálogo y nuevas propuestas culturales. Y crear, con la ESCUELA DE ESTRELLAS, la primera propuesta integral para una educación con ciencia y astronomía en todo el rango de edades del sistema educativo, desde la escuela infantil a la universitaria. Esta escuela, que ha servido de ejemplo para otros centros científicos y planetarios nos ha permitido centrar una importante parte del esfuerzo de nuestro equipo en desarrollar materiales y atender anualmente a más de 15.000 escolares. Año a año, curso tras curso, órbita terrestre a órbita terrestre.
Ahora, transcurridas 25 órbitas de la Tierra alrededor del Sol, tenemos un momento para constatar que el mundo ha cambiado tanto en este cuarto de siglo que resulta casi paradójico que sigamos en en el mismo sitio y con las mismas estrellas que desde su Sala Tornamira comenzaron hace todo ese tiempo a iluminar el cielo. Y nos reestrenamos, al incorporar un nuevo sistema de proyección digital que nos permite además de contemplar el cielo viajar por él en vivo, en un Universo lleno de colores y sorpresas, y que ha sido posible gracias al proyecto europeo en que el Planetario se ha embarcado en los últimos años, PIRINEOS LA NUIT, sobre contaminación lumínica. Bajo la cúpula de la Sala Tornamira las antiguas tradiciones y los modernos descubrimientos conviven creando historias en las que vamos buscando día a día una mayor participación de la gente, su complicidad y abiertos siempre a las tecnologías que lo van haciendo posible.
Desde ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico queremos agradecer todo el tiempo y espacio que nos dedica, y desear un feliz aniversario al Pamplonetario. Que cumpla muchos años más mirando a las estrellas de ese modo tan peculiar.