Recomendamos escuchar con atención el breve e intenso debate sostenido ayer por nuestro premio Mario Bohoslavsky, el farmacéutico Jesús Fernández, y el presidente de la Asociación Vasco-Navarra de Médicos Homeópatas.
Los pocos minutos del programa de Onda Vasca fueron sumamente interesantes, y dejaron clara una cosa: que los homeópatas son capaces de realizar afirmaciones peregrinas en cualquier contexto, de hacer caso omiso de los metaanálisis y de invocar el principio de autoridad para apoyar sus afirmaciones. Luc Montaigner es el gran nombre que pasean los homeópatas por tertulias y también por el congreso que celebrarán próximamente en San Sebastián. Premio Nobel de Medicina en 2008 junto a Françoise Barré-Sinoussi por el descubrimiento del virus VIH, Montaigner afirma que la homeopatía es útil y ha ido a investigar a China las ondas electromagnéticas que, según él, emanan del ADN muy diluido de diversos patógenos. La entrevista que hizo Science a Luc Montaigner en 2010 es de sumo interés ("French Nobelist Escapes Intellectual Terror to Pursue Radical Ideas in China", SCIENCE, 24 de diciembre de 2010, Vol. 330, número 6012).
Que un galardonado con el Nobel defienda la homeopatía no la convierte en medicina científica. Tan premio Nobel como Montaigner lo es Venky Ramakrishnan, presidente de la Royal Society e investigador en la Universidad de Cambridge, y ha hecho pública en muchas ocasiones su tajante oposicion a la homeopatía. La cuestión no se dirime mediante argumentos de autoridad, sino mediante argumentos científicos: y ahí es donde la homeopatía fracasa estrepitosamente. La lamentable ignorancia demostrada por la máxima dirigente de los laboratorios franceses Boiron, en su pasada intervención en Madrid, es una muestra elocuente de ese fracaso.
En el debate cuya grabación adjuntamos, el presidente de los homeópatas vasco-navarros llega a decir que la homeopatía trata todo tipo de dolencias, y que reciben pacientes que les envían especialistas médicos que no tienen solución a ciertos problemas. Alude a los efectos del cáncer, que son palabras muy mayores para tratrase con excipientes homeopáticos, y llega a decir que tratan infecciones urinarias que les remiten los ginecólogos. Resulta que en ese curioso universo paralelo, los ginecólogos tratan infecciones urinarias y los homeópatas las resuelven. Cuando los otorrinolaringólogos traten las cataratas, pero no puedan resolverlas, ya saben que pueden recurrir a los homeópatas; por si acaso, es mucho mejor dejar las cataratas en manos de los oftalmólogos y de los cirujanos, los tratamientos de cáncer en manos de los oncólogos y la medicina, siempre, en manos de los médicos que emplean criterios científicos.
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