Con motivo del vigésimo aniversario de la muerte de Carl Sagan, El escéptico de invierno incluye un Dossier dedicado a destacar su labor en una época en la que la divulgación de la ciencia era aún incipiente. En “De oca a oca” Félix Ares señala la importancia de Sagan para desmontar con ciencia el relato pseudocientífico. Sagan fue un astrofísico que otorgó valor a la comunicación de la ciencia para hacerla llegar a la sociedad, especialmente, según señala el editorial, como forma de pensar el mundo. Los trabajos sobre lógica y falacias y sobre la idea que vislumbró para hacer realidad la navegación espacial propulsada por el viento solar, así como la entrevista a Manuel Toharia constituyen pinceladas del trabajo de un científico y divulgador único en su tiempo. Al hilo de este homenaje a Sagan, comienza una sección filatélica nueva, “Un escéptico en mi buzón”. Artículos sobre museos bizarros con temática diversa, sobre aspectos terminológicos en torno a la ciencia y al escepticismo y sobre falsas atribuciones a la droga conocida como burundanga aderezan también este número. En las Secciones se recogen notas breves en Primer Contacto, recomendaciones de libros en el Sillón escéptico, un análisis sobre el escepticismo en Argentina y una referencia a La Alternativa Racional nº 25 en la sección que pasa de Hace 20 a 25 años. El Humor a cargo de David Revilla, Andrés Diplotti, Martin Favelis y la presentación final de Falacias explicadas graficamente salpica de lucidez la presentación de las ideas en la revista.