ÉTICA Y CLONACIÓN
José Luis Calvo
La Sra. Ministra de Sanidad, doña
Ana Pastor, asegura que existen "suficientes justificaciones
de tipo científico, jurídico y ético
como para evitar en estos momentos la investigación
con embriones humanos." [1]
Es evidente que sí existe un problema
jurídico, la legislación española
prohíbe esa experimentación (mejor dicho,
la limita de tal forma que a efectos prácticos
equivale a ello), pero la cuestión es, precisamente,
si esa situación debería cambiar o si
hay motivos científicos y/o éticos para
que continúe vedada a la investigación.
Centrémonos en el segundo apartado.
¿La investigación con embriones es contraria
a la ética? Sospechamos que la Sra. Pastor ha
confundido dos términos distintos, moral y ética.
No dudamos en que es contraria a SU moral, es decir,
al conjunto de valores que ella considera como buenos.
Tampoco dudamos de que su opinión es compartida
por otras muchas personas puesto que la premisa de que
un embrión es un ser humano es defendida por
la Iglesia Católica y otras confesiones religiosas;
pero eso no es ética.
La ética no es el conjunto de
normas más o menos arbitrarias sobre lo que es
bueno o malo sino la reflexión racional sobre
por qué lo consideramos así. Moralmente,
la Sra. Pastor puede decir que la investigación
con células embrionarias es mala porque así
lo dice el Papa que está iluminado por el Espíritu
Santo y ella lo acepta, pero si es incapaz de defender
esa postura de una forma racional, su juicio no puede
ser considerado como éticamente válido.
Cuando George Edward Moore publicó
en 1903 sus Principia Ethica, dio comienzo a la llamada
filosofía moral analítica. Su fundamentación
es clara:
"Una conclusión correcta
siempre se puede obtener de un razonamiento falaz, y
la vida buena y las máximas virtuosas de un hedonista
no demuestran de ninguna manera que su filosofía
ética sea también buena. A mí sólo
me interesa esta filosofía ética. Lo que
discuto aquí es la eminencia del razonamiento,
no la eminencia del carácter del hedonista como
persona ni siquiera su eminencia como maestro de moral."
[2]
Así, para evaluar si una acción
es ética o no, lo que debemos preguntarnos es
si racionalmente tiende a un fin ideal y si existe una
proporción entre el fin buscado y los medios
empleados. ¿Qué es lo ideal? Aquello que
contenga el mayor número de cosas con valor positivo.
Todos estaremos de acuerdo en que la
enfermedad y el dolor son claramente negativos, por
tanto una vida sana y sin sufrimientos innecesarios
es un ideal. Como consecuencia de ello, si la experimentación
con células embrionarias fuera antiética,
los sería por los medios empleados, nunca por
su fin puesto que pretende obtener nuevas técnicas
de reparación de lesiones hoy incurables, de
obtención de órganos para transplantes
sin problemas de disponibilidad de donantes ni de rechazos.
¿Lo son sus medios? Puesto que
la pretensión moderna de la ética es la
de que tiene que ser lo más objetiva y racional
posible porque, de otra forma, no existiría una
ética general, no podemos aplicar la lógica
sobre premisas inciertas. El que un embrión sea
un ser humano no se sostiene desde un punto de vista
científico. Así, Francisco Ayala, catedrático
de ciencias biológicas en la universidad de California,
ha dicho:
"En realidad, un embrión
congelado es una especie de morita que tiene el tamaño
de la cabeza de un alfiler." "Esas moritas
no son seres humanos. Un embrión congelado no
es un ser humano." [3]
Por tanto, al no ser el embrión
un ser humano no se puede aducir una desproporción
entre fines y medios. No existe colisión de derechos
porque sólo los seres humanos somos titulares
tanto de deberes como de derechos. Entonces, los únicos
derechos que deberían tenerse en cuenta son,
por un lado, el derecho a la libre investigación
y, por otro, el derecho a la salud de los enfermos a
los que esta prohibición absurda puede impedir
su curación.
Sin embargo se habla de que la curación
podría lograse igualmente mediante el empleo
de células madre obtenidas de, por ejemplo, cordones
umbilicales o de la médula espinal, las llamadas
células madre adultas por contraposición
a las células madre embrionarias. No obstante,
eso no es así. Las células madre adultas
son pluripotentes pero no son totipotentes como las
embrionarias. Es decir, sí pueden ser útiles
para regenerar algunos tipos de células, pero
no todas. En palabras de Francisco Ayala:
"En nuestro organismo, hay células
madre que reproducen parte de las células del
sistema inmune y los glóbulos rojo. Pero una
célula madre adulta no puede convertirse en cualquiera
de las del organismo, como las embrionarias." [3]
Aunque pudiéramos sentir algún
tipo de desagrado por la destrucción de embriones
congelados sobrantes de técnicas de fertilización
in vitro, ¿qué se piensa hacer con ellos?
En España hay unos 40.000 que no se van a emplear
para reproducción (en las técnicas de
fertilización se fecundan varios óvulos
de los que no todos se emplean), pero tampoco se permite
su empleo para investigación. Su destino más
probable es el de ser destruidos sin provecho alguno.
Por ello no es de extrañar que
desde diversos estamentos se haya protestado por esta
situación. Por ejemplo, Carlos Martínez
del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
declaró: "España no debería
quedarse atrás [en la investigación sobre
células madre]" y "pero el sueño
es que todas, o al menos, una buena fracción
de las enfermedades podrían curarse con esta
nueva estrategia." [1]
Así las cosas, es lícito
que nos preguntemos ¿quién está
manteniendo una postura antiética? ¿Los
que nos mostramos favorables a dicho experimentación
con la esperanza de que de ella se derive un gran bien
o los que se oponen a ella por motivos derivados de
su creencia religiosa? Creemos que la respuesta está
clara.
Nos sumamos, pues, no sólo a los
que piden que se derogue la prohibición del uso
de embriones para la investigación de la clonación
terapéutica sino que también queremos
levantar nuestra voz contra los intentos de imponer
una ética que es sólo una moral basada
en prejuicios religiosos.
NOTAS:
[1] Citados en http://www.terra.es/ciencia/articulo/html/cie7727.htm
[2] Citado en Ética y Filosofía
Política, Francisco Fernández Buey. http://www.upf.es/iuc/buey/etica-c/tema1.htm
[3] Citado en la entrevista realizada
por Luis Alfonso Gámez y publicada en El Correo.
4-X-2002
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