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Ciencia para el pueblo

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 268

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Joan Benech y Carles Muntaner

(Artículo extraído de la página Rebelión.org).

Prólogo del libro de Eduard Rodríguez Farré y Salvador López Arnal, Ciencia en el ágora. El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2012

“Vivimos en un mundo cautivo, desarraigado y transformado por el colosal proceso económico y técnico-científico del desarrollo del capitalismo que ha dominado los dos o tres siglos precedentes (….) hay síntomas externos e internos de que hemos alcanzado un punto de crisis histórica.” Eric Hobsbawm

“La ciencia es cómplice de todo lo que le piden que justifique”. Pierre Bourdieu

Aunque durante el último tercio del siglo XIX la tecnología basada en el conocimiento científico se convirtió en un factor esencial para la vida social (baste pensar en la aparición de la radio, el cinematógrafo, los automóviles o la aviación), fue en el siglo XX cuando la ciencia y la tecnología modernas se convirtieron, directa o indirectamente, en algo “sin lo cual la vida cotidiana era ya inconcebible en cualquier parte del mundo.” [1] Como a principios de ese siglo mostraron los avances en medicina y salud pública, las comunicaciones o, muy en especial, el armamento bélico, la ciencia y la tecnología no sólo transformaron radicalmente nuestro conocimiento del mundo sino también el propio mundo. Tras la I Guerra Mundial, se fortaleció enormemente la vinculación entre ciencia, estado y ejércitos, convirtiéndose los gobiernos en los principales patrocinadores y clientes de la tecno-ciencia; pero fue a partir de la II Guerra Mundial cuando se consolidó e institucionalizó definitivamente la ciencia a través de su militarización con planes como el Proyecto Manhattan, producto del cual surgió una nueva tecnología militar de consecuencias devastadoras con la bombas nucleares lanzadas por EE.UU. sobre Hiroshima y Nagasaki. Los daños producidos por una tecnología tan peligrosa tenían relación directa con el hecho de disponer un conocimiento científico de enorme calidad. Como sintetizó con claridad Manuel Sacristán: “la peligrosidad o ‘maldad’ práctica de la ciencia contemporánea es función de su bondad epistemológica” [2,3]

En las últimas décadas del siglo XX, el desarrollo científico-técnico (y muy especialmente la investigación militar) y con él el número de científicos, ingenieros y tecnólogos incrementó de forma muy pronunciada su poder bajo el liderazgo de Estados Unidos [4] Durante los años 60, la emergencia de movimientos sociales críticos, incluido el rechazo neo-romántico de la ciencia y la tecnología, las protestas de la izquierda política, y luchas contra guerras como la de Vietnam en los EE.UU. y Europa, promovieron que la sociedad y los propios científicos plantearan con mayor radicalidad su papel social creciendo muy marcadamente la preocupación y conciencia sobre las consecuencias reales o potenciales de los descubrimientos científicos y las tecnologías, no solo armamentísticos sino también en la física, la química, la biología y la sociedad [5]. Fue así, como a inicios de 1969, varias decenas de miembros del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Cambridge (EE.UU.) convocaron una huelga que pronto se extendió a otras universidades, para llamar la atención sobre las amenazas derivadas de los conocimientos técnicos y científicos. En un manifiesto del 4 de marzo los investigadores reclamaban: “que las aplicaciones de la investigación se aparten de su actual énfasis en la tecnología militar para ir a resolver problemas ambientales y sociales urgentes.” [6] El colectivo, conocido más tarde como Science for the People [7], planteó con radicalidad la necesidad de reconocer la naturaleza política de la ciencia, aumentar el acceso de todas las personas al conocimiento, e incrementar la conciencia social sobre la ciencia y la responsabilidad política de los científicos. En un manifiesto de mediados los años 70, ‘Ciencia para el pueblo’ planteaba de este modo su visión de la ciencia y la necesidad de cambio:

“La ciencia en la sociedad estadounidense no es políticamente neutral. ¿Qué ciencia y qué científico puede ser independiente del sistema social y económico que le financia, establece las prioridades, establece las preguntas importantes, y determina la utilización de su trabajo? El control por parte de las burocracias gubernamentales y corporativas sirve tan sólo a unos pocos. En EE.UU., vemos como la ciencia se utiliza para desarrollar las herramientas tecnológicas e ideológicas que precisan las personas en el poder para mantener su poder. ¿Participan en alguna ocasión los científicos o las personas a quienes afecta la ciencia en el establecimiento de que hay que hacer? (…) Ciencia para el pueblo significa conocimiento para el pueblo y, a través de ese conocimiento, la acción” [8]

La necesidad de establecer límites morales y prácticos a la utilización de la ciencia contemporánea se manifestó durante aquellos años en intensos debates sobre temas como las explicaciones deterministas de la inteligencia o la naturaleza humana [9], las implicaciones éticas de las biotecnologías y los malos usos de la ingeniería genética, o la destrucción ecológica y los riesgos para el medio ambiente y la salud pública. Como resultado de muchas movilizaciones y luchas, la financiación de la investigación militar fue reduciéndose hasta mitad de los 70, momento en el cual el neoliberalismo y la fuerte alianza entre el poder económico, político y militar con científicos e ingenieros llevó a una progresiva privatización y mercantilización de la tecno-ciencia [10]. Los científicos críticos quedaron progresivamente marginados en áreas menos relevantes para el desarrollo tecnológico como las humanidades y las ciencias sociales, a la vez que mantenían su situación y privilegios característicos de su elevada clase social [11].

En los últimos decenios, los nuevos descubrimientos científicos, conocimientos prácticos y aplicaciones tecnológicas han conformado un cúmulo de información, conocimiento y poder sin precedentes históricos. Ese enorme poder debe conllevar también una enorme responsabilidad [12]. L os descubrimientos e innovaciones prometen un enorme incremento en el bienestar humano: el conocimiento de las causas y propagación de los procesos cancerosos, el desarrollo de vacunas contra el SIDA o la erradicación de enfermedades como la polio o la malaria son unos pocos ejemplos. Al tiempo, la capacidad productiva, destructiva y de control social de la tecno-ciencia contemporánea plantea enormes peligros e incertidumbres para la humanidad. Un poder que se expresa, por ejemplo, en la destrucción ecológica que sufre el planeta, la acelerada introducción de nuevos productos químicos o de tecnologías de elevado riesgo que una vez introducidas será muy difícil revertir [13], así como en el control y dominio social al que científicos y gran parte de la humanidad se ven sometidos [14]. Más que nunca, la tecno-ciencia sigue siendo en la actualidad una actividad guiada por los valores y objetivos de quienes poseen el poder: las elites económicas, financieras, políticas, militares y científicas. En gran parte la colaboración de los científicos es de hecho implícita dada su condición de asalariados de empresas privados o instituciones públicas controladas por intereses privados y por un modelo intelectual que ignora las consecuencias sociales del conocimiento científico y la tecnología [15].

La difusión de la ideología del “progreso” tecno-científico equipara a éste con el “desarrollo” económico, minimiza los riesgos tecnológicos sobre la sociedad, la ecología y la salud pública, y limita el debate sobre las políticas de investigación haciendo que muchos científicos no se planteen las consecuencias de sus actividades o que éstas sean consideradas algo secundario cuando no simplemente trivial. La actual ideología dominante en el poder sostiene que existe un desarrollo tecnológico “inevitable” (al igual que también se promulga así para la económica neoclásica y las políticas neoliberales), que está “por encima” de ideologías y opiniones, libre de la influencia de factores éticos, sociales y políticos. Esa visión tecnocrática de la ciencia no sólo es errónea sino también incompatible con la democracia. Si todas las decisiones y prioridades que se deben tomar tuvieran una solución técnica, sería más fácil argumentar que la democracia fuera prácticamente innecesaria. La tecno-ciencia es un producto histórico, un resultado social de la acción humana que una sociedad que se reconozca como democrática no puede renunciar a controlar. Para lograrlo, la sociedad debe desarrollar valores morales, culturales y políticos que, basados en los valores de racionalidad político-social, supervivencia, emancipación y justicia social, orienten de otro modo los objetivos y prioridades de la ciencia. Precisamos de una noción de progreso diferente que, a través de procesos participativos y democráticos, reoriente la políticas científicas y permita un acceso más justo, equitativo y ecológicamente sustentable a los beneficios de la tecno-ciencia contemporánea.

Junto a otro modelo y objetivos, se deben también especificar los mecanismos para llevar a cabo la democratización y control de la ciencia. Una conciencia científica nueva, requiere desarrollar una moral de responsabilidad, plena de autocontención y autolimitación, controlada socialmente [16]. Ello no solo debe afectar a los científicos aplicados y tecnólogos sino también a los científicos básicos, en tanto que miembros de la misma sociedad [17]. Allí donde existen dudas sobre la bondad de las aplicaciones tecnológicas se deben proponer moratorias basadas en el ‘principio de precaución’, con límites en aquellos temas que no comprendemos bien y cuyas consecuencias no se pueden predecir. Dos ejemplos actuales son las biotecnologías o la energía nuclear. Como ha señalado Fernández Buey, para realizar las moratorias necesitamos un elevado control social: el autocontrol de los científicos a través de normas éticas claras, controles legislativos aprobados por los parlamentos válidos internacionalmente, y un fuerte control social con la participación ciudadana en la toma de decisiones sobre las políticas y usos de la tecno-ciencia. La idea pequeño-burguesa liberal de que al científico se le deben ofrecer todas las libertades de creación intelectual posibles sin ningún control ético es dañina para la sociedad [18]. Y para que esos controles sean realmente efectivos precisamos también crear asociaciones de científicos y ciudadanos, concienciados y comprometidos con la desmercantilización y democratización de la ciencia y el papel crítico de los investigadores, que mantengan una fuerte presión sobre políticos, partidos y sindicatos y extiendan la cultura y educación científica entre la ciudadanía [19].

¿Quién y de qué forma enseñar la tecno-ciencia moderna? Como señaló el biólogo Barry Componer, las obligaciones sociales de los científicos no sólo tienen que ver con la investigación y la enseñanza sino que han de ayudar a los ciudadanos a entender las cuestiones científicas que tienen un importante impacto sobre la sociedad. Una respuesta posible sería pensar que ya existen instrumentos de difusión, sobre todo por lo que hace al periodismo científico y los escritos de divulgación de los científicos que permitirían que el público estuviera ya bien informado. No obstante, esa difusión puede ser en sí misma también un instrumento de engaño y alienación. Es preciso enseñar la responsabilidad y la conciencia social que los científicos y la población deben tener.

El libro que la lectora o el lector tiene en sus manos plantea críticamente algunas respuestas a varios de los temas planteados. Cada capítulo ofrece conocimiento riguroso sobre varios temas tecno-científicos que nos permiten reflexionar sobre la evolución, riesgos y consecuencias políticas de temas relacionados con la ecología, la medicina y la salud pública. Los temas elegidos son las centrales nucleares y los residuos radiactivos generados por las mismas, las gravísimas consecuencias del reciente “accidente” nuclear de Fukushima, las invisibles consecuencias del nada inocente uso masivo de bombillas de bajo consumo, la supuesta eficacia de las “medicinas alternativas” y la homeopatía, los orígenes del SIDA, y la importancia de las vacunas para la salud pública. Ilustrémoslo con algunos ejemplos.

En el texto se señala la existencia de temas invisibles, poco conocidos, de los que apenas si tenemos conciencia:

“Los problemas del metilmercurio, que es el problema realmente importante en el momento actual porque nos afecta a todos, porque no hay persona que no tengamos metilmercurio en nuestro cuerpo”

Se nos advierte que hay que ser cautos con visiones no propiamente científicas:

“…. Las personas que están en contra de las vacunas, afirman que ellos son los alternativos y los modernos, y luego o al mismo tiempo suelen hablar de medicina oficial a la que suelen presentar como dogmática, agresiva y poca abierta a las novedades. Pero estos dos conceptos que esgrimen son completamente falaces. Es una falacia naturalística, no existe realmente una medicina oficial.”

Se señala la dificultad del proceso de adquisición de conocimiento científico:

“No se tenía conciencia de estas cosas en aquellos años. Y, claro está, si uno no piensa en ello, no lo busca y, consiguientemente, no lo encuentra. Esa misma observación [un trastorno en un grupo de trabajadores de una fábrica de Inglaterra que manufacturaba metilmercurio como fungicida] de la que te hablaba pasó inadvertida en la literatura científica.”

Se nos indica de que la adquisición de conocimiento es un proceso social y que la mentira es el lenguaje usual de las grandes corporaciones:

“Todo lo que puede provocar reacciones con la industria no se difunde, se guarda en carpetas archivadas hasta mejor ocasión (es decir, en muchas ocasiones, hasta nunca). ¿Desde cuando la industria difunde información sobre las cosas que pueden afectar a la salud humana?”

Y nos apunta que la adquisición de conocimiento es un tema político, muchas veces oculto para un público pasivo, al que no se deja participar:

“[En los centros de procesamiento de residuos nucleares] está muy presente el componente militar, que es un nudo esencial de todo este asunto, todo ha quedado siempre bastante ocultado. Son generalmente datos que aparecen en la literatura científica, minoritaria, y a veces, además de forma muy controlada. Es cosa, digámoslo así, más bien de expertos. Se habla muy poco de este tema en ámbitos ciudadanos más amplios.”

Los autores de este libro, entrevistador (Salvador López Arnal) y entrevistado (Eduard Rodríguez Farré), son admirables por sus trayectorias personales y profesionales. Por su rigor -uno como filósofo y ensayista, el otro como científico y ecologista- y ambos por su compromiso social y político. Salvador López Arnal es profesor, experto en el gran filósofo eco-marxista Manuel Sacristán, ensayista, divulgador, colaborador de la revista digital Rebelión, activista, y muchas otras cosas más, actividades todas ellas que realiza con incansable finura, tenacidad y entusiasmo. Eduard Rodríguez Farré, es investigador, divulgador, activista, miembro fundador de ‘Científicos por el Medio Ambiente’ (CiMA) [20], y un científico (médico, radiobiólogo, farmacólogo y toxicólogo) con una prodigiosa abundancia y profundidad de conocimientos.

La ciencia es demasiado importante, poderosa e indispensable para la sociedad como para dejarla a merced de los científicos, y desde luego para dejarla en manos de políticos profesionales, empresas y militares. Necesitamos una ciencia ‘con conciencia’, más democrática, que no sea alienante y que no esté mercantilizada. Necesitamos científicos que sean algo más que magníficos especialistas que se enorgullecen de publicar artículos originales en revistas de elevado prestigio. Necesitamos investigadores menos elitistas y más igualitarios, no solo en lo económico sino en lo político y lo cultural, con una profunda visión de la ética y la política, que pongan los valores sociales de la equidad y lo público por delante de intereses personales y corporativos. Necesitamos científicos que estén organizados socialmente y que sean activos [21]. Y necesitamos también una población mucho mejor informada, capaz de participar, tomar decisiones y actuar ante un tema social de enorme trascendencia. Como señaló el manifiesto aludido de Science for the People:

La acción para oponerse al sistema, para recuperar el control de nuestras vidas, nuestros valores y nuestras prioridades, es ahora respondida por una ciencia que proporciona una tecnología de vigilancia, armas de contrainsurgencia y el control del comportamiento (…) Nuestras acciones nos sirven para juzgarnos. Juzgamos a los demás por su práctica del mismo modo que esperamos ser juzgados por la nuestra [22]

Por irrealizable o lejano que ahora pueda parecer, otra tecno-ciencia es posible, una tecno-ciencia pacifista, ecologista y feminista, que a la vez sea democrática, participativa y popular. Una ciencia que sea de y para el pueblo.

Joan Benach y Carles Muntaner, profesores de salud pública en la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y la Universidad de Toronto (UofT) respectivamente pertenecen al Grupo de Investigación sobre Desigualdades en Salud (GREDS-EMCONET) de la UPF, son miembros fundadores de Científicos por el Medio Ambiente (CiMA), y ambos investigan y enseñan sobre temas de sociología de la salud y epidemiología social. Entre sus libros se encuentran: Aprender a mirar la salud (Barcelona: Viejo Topo, 2005), y Empleo, trabajo y desigualdades en salud: una visión global (Barcelona: Icària, 2010).

Notas:

1 Hobsbawm E. Historia del siglo XX. Barcelona: Crítica, 1995:519. [Ed. orig. 1994]

2 Sacristán M. M.A.R.X. Máximas, aforismos y reflexiones con algunas variables libres. López Arnal S (editor). Barcelona: El Viejo Topo, 2003:268.

3 Científicos como el propio Albert Einstein se dieron cuenta de ello demasiado tarde. Ver: Einstein A. Escritos sobre la paz [1914-1955]. Barcelona: Península, 1967 (trad. J. Solé Tura).

4 Tras la I Guerra Mundial, el número de científicos era de sólo unos miles o unas pocas decenas de miles a lo sumo. A finales de los años 80 del siglo XX se estima que la cifra alcanzó los 5 millones. En 2010 el gasto de armamentos se estimó en alrededor de 1 billón y medio de dólares anual, con Estados Unidos, China y Francia como los mayores presupuestos. El presupuesto militar oficial de EE.UU. es del 5% del PIB, aunque la cifra real podría alcanzar el 7%.

5 Rose H, Rose S. La radicalización de la ciencia. México: Nueva Imagen: 1980 (ed. or. 1976).

6 Leslie SW. The Military–Industrial–Academic Complex at MIT and Stanford. New York, 1993:233.

7 El 3 de febrero de 1969 se convoca la primera reunión en Nueva York donde se constituye el colectivo Scientists for Social and Political Action (SSPA). En septiembre del 69, el grupo pasa a llamarse Scientists and Engineers for Social and Political Action (SESPA) y a finales del mismo año se acuña el nombre Science for the People, apareciendo desde agosto de 1970 la revista bimensual de igual nombre. Tras unos años de paréntesis, el 8 de noviembre de 2002 en Florencia se inició la revista y página web ‘Science for the People’, como un movimiento de científicos anticapitalistas. Ver la web: www.scienceforthepeople.com.

8 Texto reproducido de un folleto de 1975 de Science for the People de Boston. Acceso el 05-06-2011: http://socrates.berkeley.edu/~schwrtz/SftP/Brochure'75.html

9 Ann Arbor Science for the People Editorial Collective Biology as a Social Weapon Pearson 1977.

10 En los años 70 el gobierno de EE.UU. sufragó dos tercios de los costes de la investigación básica del país (casi 5.000 millones de dólares anuales) dando trabajo a casi 1 millón de científicos e ingenieros; mediados los 80, con la administración Reagan, la financiación privada en investigación y desarrollo ya superó a la inversión pública. Ver: Echevarría J. La revolución tecnocientífica. Madrid: FCE, 2003:31,63.

11 Jacoby R. The last intellectuals: American culture in the age of academe. New York: Basic Books, 1987.

12 Se estima que 1 de cada 5 científicos e ingenieros (más de medio millón) trabajan en investigación militar en el mundo, y que ésta representa un tercio de toda la inversión mundial en I+D.

13 Algunos ejemplos: las biotecnologías, la producción, difusión y uso de nuevas sustancias químicas, la nanotecnología molecular, la infotecnología o los nuevos descubrimientos y aplicaciones militares.

14 En 1950 Albert Einsten ya señaló: “Tal concentración del poder económico y político en manos de unos pocos no sólo ha traído consigo una dependencia material, sino que también amenaza su existencia, impidiendo el desarrollo de una personalidad independiente, mediante el uso de medios de influencia espiritual muy refinados.” Ver: Einstein A. Para la humillación del hombre científico. En: Mi visión del mundo. Barcelona: Tusquets, 1980:234.

15 En este punto cabe destacar los análisis de Noam Chomsky sobre la responsabilidad de los intelectuales y la forma “apolítica” con la cual los científicos que generan la tecnología militar son formados, por ejemplo en el caso del ya citado MIT. Ver: The Essential Chomsky (edited by Anthony Arnove), New York: The New Press, 2008.

16 Riechmann J. En busca de un nuevo contrato social con la ciencia y la tecnología. Ciencia, Tecnología y Sustentabilidad. El Escorial, julio 2004.

17 Bunge M. Filosofía política: solidaridad, cooperación y democracia integral. Madrid: Gedisa, 2010.

18 Ello significa hasta cierto punto que el científico pierda el control de la actividad científica para hacerla más responsable a las necesidades colectivas. No obstante, hay que señalar que la actual “libertad” de los científicos básicos es de hecho en gran parte limitada ya que en realidad se les paga bien y se les da medios mientras no cuestionen la ética del conocimiento que generan. Es decir, no se trata tanto de reducir la autonomía del científico sino de cambiar las prioridades en la investigación y la gestión de la tecnociencia.

19 Fernández Buey F: Sobre tecnociencia y bioética. En: Ética y filosofía política. Barcelona: Bellaterra, 2000:301.

20 Científicos por el medio ambiente (CiMA) es una asociación independiente de ámbito estatal fundada en 2003 (www.cima.org.es): “Científicos por el medio ambiente CiMA es una asociación independiente de ámbito estatal fundada en 2003. Está formada por científicos y técnicos, investigadores e investigadoras, que trabajamos en todas las disciplinas de las ciencias naturales y sociales. Caracteriza al sistema contemporáneo de CyT (Ciencia y Tecnología) su enorme poder; que convierte todo --incluidos nosotros mismos-- en posibles objetos de su capacidad manipuladora y transformadora. Ahora bien: a mayor poder, mayor responsabilidad. Los socios de CiMA nos sentimos vinculados por una conciencia común de nuestra responsabilidad socio-ecológica, y deseosos de proteger el medio ambiente y la diversidad (tanto biológica como cultural), así como promocionar la salud pública y la sustentabilidad.”

21 Un ejemplo actual es la organización ‘Scientists for Global Responsibility’ (SGR), una organización independiente de científicos, ingenieros, tecnólogos y arquitectos ingleses que promueven una ciencia, diseño y tecnología que contribuyan a la paz, la justicia social y la sostenibilidad ambiental. Ver la página web: www.sgr.org.uk/

22 Texto reproducido de un folleto de Science for the People de Boston de 1975. Texto consultado el 05-06-2011: http://socrates.berkeley.edu/~schwrtz/SftP/Brochure'75.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes

URL: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=146069
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"Els problemes socials de les pseudociències", curso de verano de la UA

Por noticias, 7 Junio, 2013
  • noticias's Blog

La Universidad de Alicante organiza el curso sobre los problemas sociales de las pseudociencias, dentro de sus cursos de verano "Rafael Altamira". Las ponencias se desarrollarán durante los días 23, 24 y 25 de julio, con 20 horas certificadas, y dos créditos de libre configuración.

La matrícula, abierta a todo el público, oscila entre los 70 y 90 euros, con posibilidad de pedir beca. El plazo expira el 13 de julio (el 15 de junio para pedir beca).

El programa es el siguiente:

23 Jul

09:30 - 10:00     Apertura del curso
                            Ponentes: Isabel Abril Sánchez, José M. Gómez
10:00 - 11:30     Es necesaria la cultura científica en la inclusión social? Parte I
                            Ponente: Bernardo Herradón García
11:30 - 12:00     Pausa
12:00 - 14:00     Es necesaria la cultura científica en la inclusión social? Parte II
                            Ponente: Bernardo Herradón García
14:00 - 16:30     Pausa para comer
16:30 - 18:00     Derivas místicas de la Física Cuántica (Parte I)
                            Ponente: Jesús Navarro Faus
18:00 - 18:30    Pausa
18:30 - 20:00     Derivas místicas de la Física Cuántica (Parte II)
                            Ponente: Jesús Navarro Faus
24 Jul
 
09:30 - 11:30     Medios de comunicación, redes sociales, ciencia y modas y su relación con la inclusión social
                            Ponente: Javier Armentia Fructuoso
11:30 - 12:00     Pausa
12:00 - 13:30     Tempestades solares, impactos cósmicos, profecías del fin del mundo: astronomía al límite
                            Ponente: Javier Armentia Fructuoso
13:30 - 16:00     Pausa para comer
16:00 - 18:00     La etnobotánica, instrumento para evitar a los excluidos sociales caigan víctimas de las falsas curaciones
                            Ponente: Daniel Climent Giner
18:00 - 18:30     Pausa
18:30 - 20:30     No usarás el nombre de la ciencia en vano
                            Ponente: Rafael Garcia Molina
25 Jul
 
09:30 - 11:30     "A mi me funciona": Las ecobolas para lavar y otros milagros químicos pseudocientíficos (Parte I)
                            Ponentes: Claudi Mans Teixidó
11:30 - 12:00     Pausa
12:00 - 13:30     "A mi me funciona": Las ecobolas para lavar y otros milagros químicos pseudocientíficos (Parte II)
                            Ponente: Claudi Mans Teixidó
13:30 - 16:00     Pausa para comer
16:00 - 18:30     Exclusión social y salud: las dietas milagro en el contexto de la obesidad de la pobreza
                            Ponente: Josep Bernabeu-Mestre
18:30 - 19:00     Cierre del curso y entrega de diplomas
                            Ponentes: Isabel Abril Sánchez, José M. Gómez
 
Toda la información en:
http://gplsi.dlsi.ua.es/lacienciaprenlaparaula/

Wert avala un curso para profesores sobre "Apariciones y milagros de la virgen"

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 268

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Luis Díez

(Artículo publicado originalmente en la página Cuartopoder.es).

El Gobierno de la Comunidad Valenciana se ha adelantado a las previsiones doctrinarias de ley Wert y ha incluido en la formación del profesorado un curso titulado: “Apariciones y milagros de Nuestra Señora”. Esta elevación de la Virgen a categoría didáctica y formativa como si fuera una disciplina científica, sorprendió al pedagogo y diputado socialista por Valencia Federico Buyolo, quien, no exento de admiración hacia la Mare de Déu, dirigió dos preguntas por escrito al ministro “españolizador”, también conocido como “el ministro del taper”.

La primera rezaba: “¿Tiene previsto el Ministerio ampliar este tipo de cursos a otros santos y santas que también tengan milagros importantes para la mejora de la calidad educativa de nuestro país?” Y la segunda interesaba: “¿Tiene el Ministerio previsto ampliar la oferta a todas las Comunidades?” La lógica de la primera se explica por la existencia de santos tan célebres y celebrados como, pongamos por caso, Isidro labrador, al que se atribuye el milagro de la holganza, pues mientras dormía la siesta los bueyes araban solos unos surcos tan rectos y perfectos que sin ninguna duda los boyeros eran ángeles. Y la segunda se explica porque España es el país de María Santísima y las diez mil vírgenes de agosto sin distinción autonómica.

Las preguntas formuladas por Buyolo el 30 de enero del corriente no han sido contestadas con demasiada precisión por el departamento de José Ignacio Wert, lo que permite suponer que al amparo de la LOMCE y con la Religión puntuando como las Matemáticas y el Inglés pronto cundirá el ejemplo. No obstante, la respuesta de Educación es muy significativa porque reconoce que la autoridad educativa -la Consejería de Educación de la Generalitat Valenciana en este caso, de la que es titular María José Catalá Verdet- “acredita el curso para que tenga validez”.

Luego de recordar que entre las competencias autonómicas en materia educativa “se encuentra el reconocimiento, la acreditación y el registro de la formación del profesorado y de los inspectores de educación, así como la promoción y el establecimiento de acuerdos de colaboración con las Administraciones Públicas, Universidades y otras instituciones o entidades para la formación permanente del profesorado”, el Ministerio puntualiza que el curso de formación de los profesores sobre los milagros y apariciones de la Virgen “está organizado y, por tanto, pagado por el Arzobispado”. Las autoridades educativas “lo ofrecen” junto con otras materias y “acreditan” su validez.

Con ello el ministro Wert y la consejera Catalá quieren dejar claro que no quitan el dinero ni los comedores escolares para favorecer la formación religiosa de los profesores según los dictados del arzobispo Osoro Sierra, por lo demás diplomado en Magisterio y licenciado en Matemáticas; ellos sólo “certifican” la validez de estos cursos. Si después, debido a la ley de la causalidad (toda causa produce un efecto), hay escolares a los que se les aparece la Virgen, no quedará más remedio que investigar el fenómeno. Otra cosa es que en un futuro, como ya hizo monseñor Cámara hace 90 años cuando era obispo de Salamanca, donde tiene una estatua, las autoridades educativas, siempre de acuerdo con los arzobispos, decidan prohibir los milagros.

URL: http://www.cuartopoder.es/laespumadeldia/2013/05/21/wert-avala-un-curso…
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Curso de verano: Escepticismo y pensamiento crítico. La ciencia ante los fenómenos paranormales o las vulgares estafas

Por noticias, 5 Junio, 2013
  • noticias's Blog

La Universidad de Castilla-La Mancha organiza el curso de verano "Escepticismo y pensamiento crítico. La ciencia ante los fenómenos paranormales o las vulgares estafas", los próximos días 1 y 2 de julio, en el campus de Albacete.

El curso trata de poner de relieve los posibles fraudes y estafas que se cometen bajo el auspicio de las pseudociencias y la creencia en lo paranormal. Para ello contará con conocidas figuras como Luis Alfonso Gámez, José Miguel Mulet, Fernando L. Frías, Andrés Carmona, Alberto Nájera, Luis Rodríguez Ruiz, y Fernando Cuartero.

El programa es el siguiente

Día 1 de julio, lunes:

- Mañana.

              9:30   Inauguración.

10:00   Ponencia 1. Luis Alfonso Gámez. Periodismo gilipollas. De las ondas asesinas al gato que ve muertos: los medios de comunicación contra la razón.

            11:00   Ponencia 2. José Miguel Mulet. Los productos naturales, vaya timo.

            12:00   Ponencia 3. Fernando Frías Sánchez. La lista de la vergüenza.

- Tarde.

17:00   Ponencia 4. Andrés Carmona Campo. Parapsicología y magia: fraude y navaja de Ockham

18:00   Mesa redonda. ¿Por qué creemos y por qué nos gusta creer?. Moderador: Jorge Laborda.

 

Día 2 de julio, martes:

- Mañana:

              9:30   Ponencia 5. Alberto Nájera López. Antenofobia y otros miedos irracionales.

            10:30   Ponencia 6. Luis Rodríguez Ruiz. Las casualidades existen.

            11:30   Ponencia 7. Fernando Cuartero Gómez. El timo de la homeopatía.

            12:30   Clausura.

Toda la información del curso en la web de la UCLM y en el archivo adjunto.

Magos contra la farsa

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 267

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Luis Miguel Ariza

(Artículo publicado originalmente en el suplemento El País Semanal).

Esta escena transcurre hacia 1943, en una parroquia de Toronto (Canadá). El sacerdote pasa una cesta, y muchos feligreses depositan en ella sobres con sus nombres escritos en el exterior que contienen las súplicas que quieren dirigir a Dios. El cura extrae uno, lo sostiene en alto sin abrirlo, lee el nombre del remitente y exclama: “Esto es lo que Mary quiere saber. Y Dios me dice que su hermana, que está enferma de cáncer, se va a curar y que va a vivir mucho tiempo”. Después, el orador abre el sobre, lee su contenido y lo pasa abierto para que lo compruebe un público asombrado. De forma metódica, este religioso va averiguando el contenido de cada sobre antes de abrirlo. Nadie duda de su clarividencia. Salvo un chico de 15 años que ha cazado la trampa.

El muchacho es un aprendiz de mago llamado James Randi que años antes había contemplado algo mucho más exótico en un viejo teatro de variedades: el famoso mago Harry Blackstone había hecho levitar a una princesa sobre el escenario. Tras el espectáculo, el niño fue al encuentro de Blackstone en el camerino y el mago le enseñó unos cuantos trucos de manos. La experiencia le marcó. Y unos pocos años después tendría su primer encontronazo con el charlatán de la parroquia de Toronto.

“Randi se dio cuenta del truco”, explica el director de documentales Randy Weinstein desde su oficina en Nueva York. “Cuando el charlatán escoge el primer sobre, con el nombre de Mary, pregunta por un tal David entre el público, que en realidad es su compinche”. Por supuesto, el predicador sabe de antemano la pregunta de su colaborador. Aprovecha la ocasión para abrir el sobre de Mary haciendo creer que es el de David y memoriza su contenido. Coge otro sobre y dice: “Este lo ha escrito Mary”, cuando en realidad pertenece a la siguiente. Y sigue la cadena hasta desvelar los contenidos de todos los sobres.

En 1956, randi aguantó en un ataúd sellado y sumergido 104 minutos, nueve más que el récord de Houdini

El joven Randi subió al púlpito y mostró la técnica. “Los que estaban allí se negaron a escuchar. Estaban indignados”, detalla Weinstein. “Uno de ellos fue a buscar a un policía, el cual cogió al muchacho por las orejas y lo llevó a la comisaría. Fue el primer acto en el que Randi descubría a un embaucador, pero sin éxito”. El Asombroso Randi sería el nombre artístico que catapultaría al joven aprendiz hasta convertirse en el primer escapista tras Harry Houdini. En 1956 aguantó dentro de un ataúd metálico sellado y sumergido durante 104 minutos, nueve más que el récord de Houdini. En un programa presentado por el actor Peter Lawford, desafió a los espectadores al surgir del interior de una caja fuerte de un banco llevando en su cuerpo relojes, pulseras y pendientes de un grupo de asistentes. El público había visto previamente que la caja estaba vacía, antes de que se depositara en ella los objetos en otra caja más pequeña y bajo llave. En 1976, colgado de un cable, boca abajo sobre las cataratas del Niágara, se libró de su traje de fuerza y sus cadenas en poco más de dos minutos.

Todas sus hazañas como ilusionista, sin embargo, pasaron a un segundo plano. Randi ha cumplido 84 años, pero ese encuentro cuando era un muchacho con un charlatán de parroquia le condicionó de por vida, dice Weinstein, que está finalizando An honest liar (Un mentiroso honesto), un documental sobre este hombre de baja estatura y barba blanca que parece salido de un cuento medieval. “Randi es alguien con una misión”, según Weinstein. Un mago con fama mundial por haber expuesto de forma infatigable y a la luz pública muchos de los subterfugios que usan todo un ejército de videntes, psíquicos y curanderos milagrosos. La Fundación MacArthur distinguiría a Randi en 1986 con un premio de 272.000 dólares por su trabajo educativo y su energía a la hora de exponer los fraudes.

Su leyenda empezó con un cheque de 10.000 dólares que llevaba en el bolsillo de la camisa destinado a cualquiera que demostrase, en un entorno controlado y científico, que posee genuinos poderes paranormales. La Fundación Randi ofrece hoy un millón de dólares a cualquier psíquico que lo consiga. Randi suele bromear cuando se le pregunta si teme perder semejante fortuna. “Nunca mi dinero ha estado en lugar más seguro”.

A mediados de los setenta, mostró ante las cámaras cómo doblar las cucharas a la manera de Uri Geller, la superestrella psíquica del momento. También asesoró a su amigo el presentador Johnny Carson para que preparara unos experimentos antes de que Geller pasara por su show. El mentalista israelí fracasó ante millones de telespectadores, aduciendo que en el aire había malas vibraciones. Randi escribiría a principios de los ochenta un libro demoledor, La magia de Uri Geller, en el que exponía todos sus trucos. Aunque Geller le denunció tres veces, fracasó en su intento de arruinarle.

En 1986 se haría famoso al tender una trampa al telepredicador Peter Popoff. Los espectáculos de este charlatán resultaban extravagantes: adivinaba entre la gente congregada los nombres de los enfermos. Se acercaba a ellos, descubriendo peculiaridades sobre sus vidas y dolencias, hasta que los tocaba. Invocando el poder divino, Popoff los sanaba entre gritos de ¡aleluya! Ganaba más de cuatro millones de dólares al mes, hasta que Randi mostró el truco. El evangelista usaba un dispositivo inalámbrico en su oído; su mujer le transmitía los nombres, direcciones y enfermedades de las personas a las que iba a curar. Todo quedó grabado en una película. Popoff se declararía en bancarrota poco después. Sin embargo, el predicador ha vuelto y en su web comercializa botellitas de agua milagrosa. Y posee una fortuna de decenas de millones de dólares, de acuerdo con una noticia del canal estadounidense ABC.

Esta resurrección no le sorprende a Randi, un hombre afable, siempre dispuesto a hablar con cualquiera que apueste por el escepticismo. Para alguien desesperado, asegura, el charlatán que invoca a Dios ofrece una solución. Randi ha tachado a las autoridades estadounidenses de irresponsables por no haber hecho nada ante los hechos. Popoff no es el único que ha resucitado. En Estados Unidos y muchas otras partes del mundo –incluida España–, la legión de curanderos y seudomédicos no para de crecer. “Existe un peligro financiero”, asegura Randi, atendiendo la llamada de El País Semanal desde su oficina en Florida (Estados Unidos). “Algunas personas han enviado todo su dinero a estos predicadores que prometen sanar enfermedades de forma sobrenatural”. Las donaciones suelen llegar por correo, con la esperanza de que la curación tendrá lugar también a distancia. “Mucha gente es tan ingenua que se lo cree y envía todo su dinero”. Hay muchos historiales de familias completamente arruinadas, nos dice.

Muchas personas ingenuas envían todo su dinero a quienes prometen sanar enfermedades de forma sobrenatural”

Junto a los sanadores espirituales, que curan milagrosamente el cáncer, surgen aquellos que hablan con los muertos, nos dice Randi; una moda transformada de las sesiones de espiritismo del siglo XIX. Todos desean lo mismo, vaciarle la cartera a los ingenuos. “A la gente poco educada se les quita su seguridad. Se les inculca una falsa filosofía para vivir. Si la aceptan, aceptarán cualquier cosa que se les diga”. Quienes envían dinero por correo esperando un milagro lo volverán a hacer con los colegas de los charlatanes, ya avisados sobre los nuevos yacimientos de crédulos. La estafa no se detiene en el estafado. Es como una epidemia, una mancha de tinta que se extiende.

Las víctimas de videntes, farsantes y mentalistas suelen tener una educación pobre, explica Randi. Siempre hay excepciones, como la escritora de novelas románticas Jude Deveraux, con más de 50 millones de ejemplares vendidos y 37 referencias en la listas de best sellers de The New York Times. En 2011, el detective Charles Stacks encontró a la escritora en la habitación de un hotel en un estado lamentable, sin dinero; “a días de suicidarme”, describiría Deveraux a la cadena ABC News. Había caído en las garras de Rose Marks, jerarca de un clan de videntes neoyorquinos.

Durante 17 años, la escritora le transfirió 20 millones de dólares. Marks aseguraba a sus clientes que el dinero era una fuente de corrupción diabólica. Convenció a Deveraux para que vendiera sus propiedades. Logró aislarla de su familia y amigos. Su hijo había muerto en un accidente de motocicleta en 2005, con ocho años, y la vidente aseguraba que el alma del pequeño se encontraba “entre la tierra y el cielo”. Los informes policiales sugieren que la novelista recibía amenazas para que el dinero siguiera fluyendo. Las víctimas del clan de Marks eran en su mayoría mujeres inteligentes y con recursos que habían tenido un suceso desgraciado en sus vidas. Ahora se enfrentan a un juicio por estafa.

“La industria de la seudociencia es tremendamente rentable, pero no podemos saber las cifras”, dice Randi. Los charlatanes que han fundado alguna secta acogiéndose a alguna creencia religiosa son los más opacos. “Ellos no informan sobre lo que ganan. En este país no pagan impuestos si escogen algún título religioso de algún credo, se les da el privilegio de no pagar”. En España, la opción de darse de alta como astrólogo o similar está tipificada en el registro de actividades económicas de Hacienda. Pese a ello, resulta imposible obtener una cifra global de ganancias.

Los videntes pueden registrarse y pagar impuestos. Si la astrología y la adivinación son legales, ¿hasta qué punto la ley protege a quien ha sido estafado? “Cuando el usuario de esos servicios posee un nivel de entendimiento medio-alto, se entiende que no puede haber engaño porque ha sido el propio engañado quien se ha dejado engañar”, dice Luis Javier Capote, profesor del departamento de disciplinas jurídicas de la Universidad de La Laguna (Tenerife). “Si la persona está afectada desde el punto de vista mental o tiene una cultura muy baja, sí hay casos de condenas”. La solución no pasa por la prohibición de este tipo de prácticas sin fundamento científico, comenta este experto por correo electrónico.

Desde hace décadas, James Randi intenta convencer a las grandes estrellas de la magia norteamericana para que se sumen a su causa. El gran Harry Houdini se convirtió progresivamente en un investigador de fenómenos paranormales, descubriendo las argucias de los espiritistas en la segunda década del siglo XX. “Admito que al principio me inspiré en lo que hizo”, dice Randi. “Houdini, como yo, no tuvo educación superior, ni fue a la universidad. En cierto modo era ingenuo. Pero nunca creyó a los farsantes, porque conocía sus trucos. Él me mostró el camino”.

La línea que separa al mago del psíquico a veces es muy estrecha. Geller no se dedica ya a doblar cucharas. Pero vive en una mansión a las afueras de Londres. Usa sus poderes para encontrar oro y petróleo. Y hace poco compró una pequeña isla en la costa escocesa, como él mismo afirma en su web, al intrigarle unas imágenes que mostraban un ovni sobre ella. Ha comentado en programas de televisión que el hecho de que los magos logren reproducir sus hazañas no significa que él no posea poderes sobrenaturales, como hacer germinar las semillas entre sus dedos o mover con la mente una brújula. “Geller empezó como un mago que realizaba números en salas de fiesta en Israel, y descubrió que ganaba mucho más cuando se presentaba como alguien dotado”, explica Ricardo Campo, colaborador del departamento de filosofía de la Universidad de La Laguna y autor del libro Ovnis, vaya timo (Laetoli).

Siempre advierto a la audiencia de que en mi espectáculo no hay fenómenos paranormales”, cuenta un mago español

Los magos coquetean con el misterio. La tentación para pasarse a ese otro lado es grande. El ilusionismo es el arte de engañar al cerebro haciéndonos creer lo imposible. Y los magos del gran espectáculo, como Criss Angel y David Copperfield, lo consiguen: levitan entre dos edificios, hacen desaparecer la estatua de la Libertad, atraviesan paredes y caminan sobre el agua. ¿Cómo reaccionan estas estrellas ante la petición de descubrir a los farsantes o magos reconvertidos en místicos con poderes mentales?

“La respuesta es mixta, mitad y mitad”, dice Randi, con cierta comprensión no exenta de crítica. En privado, y en los templos sagrados de la magia como El Castillo Mágico, un exclusivo club de magos en Hollywood, o el legendario Círculo Mágico de Londres, se observa su causa con simpatía. Pero la mayoría se sienten incómodos si tienen que dar un paso al frente. No desean convertirse en detectives de lo paranormal. Las estrellas como Angel o Copperfield no prestan mucha atención. “Piensan que no es de su incumbencia el interferir con la actuación de otros”, dice Randi. “Pero no se dan cuenta de que son criminales que se aprovechan de la gente para robarles y quitarles su seguridad por medios falsos”.

Pese a las reticencias, Randi ha cosechado la complicidad de algunas estrellas como la pareja formada por Penn y Teller –quizá el dúo de magos más famoso en la actualidad–. Penn es un tipo más bien grande, mientras que Teller es un hombre bajo que apenas habla. Forman una pareja inigualable, realizando trucos revolucionarios en los que se parte el torso de una mujer, las monedas en un recipiente con agua se transforman en peces de colores o aparecen 100.000 moscas volando en un plató. Y también se han dedicado a desentrañar los trucos de los psíquicos, denunciando a farsantes de todo tipo, desde los que dicen hablar con los muertos hasta los curanderos. “Randi fue el que nos hizo”, confiesa la pareja en la película de Randy Weinstein. “Nos miraba como si fuéramos especímenes”. Él fue quien les sugirió que debían formar equipo.

La respuesta de los magos españoles es parecida, mezcla de indiferencia e interés. Cada vez que Randi ha venido a España para impartir sus conferencias ha encontrado buena acogida. Entre los miembros de la organización Círculo Escéptico se encuentran ilusionistas como David Blanco, en cuyas actuaciones realiza efectos de mentalismo en los que adivina mensajes que el público escribe en trozos de papel… “Siempre advierto a la audiencia de que lo que van a ver no son fenómenos paranormales. No puedo mandarles a casa haciéndoles creer que tengo poderes”. Blanco admira la cruzada de Randi contra los farsantes. Incluso llamó a uno de sus números Las honestas mentiras de David Blanco. En ocasiones, la reacción del público le sugiere que la fuerza para creer en lo sobrenatural es irresistible en muchas personas, sobre todo por no ejercitar el pensamiento escéptico. Se corre el peligro de abandonarse delante de un televisor creyendo a pies juntillas todo lo que allí se dice. Incluso hay gente dentro de la magia que cree. “No estamos acostumbrados a pensar por nosotros mismos”, asegura este ilusionista.

¿Por qué es más fácil creer en lo mágico? Para D. J. Grothe, presidente de la Fundación Randi, las seudociencias tratan de calmar nuestras ansiedades simulando responder a las cuestiones que preocupan a todo el mundo, como la muerte, el dinero, las relaciones humanas y la salud. “La gente cree básicamente en los ovnis porque les hacen sentir que están menos solos en el universo, en los sanadores divinos porque les dan esperanza de curación, o en los psíquicos que hablan con los muertos porque echan profundamente de menos a sus seres queridos que han perdido”.

La ciencia, en cambio, ha logrado explicar las posesiones demoniacas como ataques epilépticos, las abducciones alienígenas como alteraciones del sueño, o la creencia en fantasmas como el deseo de vivir tras la muerte. Para el periodista Mauricio-José Schwarz, que lleva 30 años combatiendo la seudociencia, se trata de entrenar los mecanismos del pensamiento y la deducción. “Nadie compra un coche usado a ciegas. Necesitamos abrir el capó, probar el coche. Hemos de tratar las afirmaciones paranormales como coches usados”.

Aquellos que están convencidos de que hay personas con poderes tendrían que preguntarse por qué ninguno de ellos se ha presentado a las pruebas para ganar el millón de dólares ofertada por la Fundación Randi. “Cada semana nos topamos con algún candidato, pero no están suficientemente preparados para engañarnos. Rellenan el formulario para obtener el premio, pero luego no oímos nada de ellos. Tratan de ver si tenemos alguna flaqueza, pero no la tenemos”, asegura Randi. Alguno intenta llegar un paso más allá. Pero al final todos los psíquicos se esfuman y desaparecen…casi de manera sobrenatural.

URL: http://elpais.com/elpais/2013/05/20/eps/1369069976_455393.html

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ARIZA LUIS MIGUEL
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Número 10 de Journal Of Feelsynapsis

Por noticias, 3 Junio, 2013
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Acaba de salir el número 10 de la revista electrónica de divulgación científica Journal of Feelsynapsis. Como en anteriores números, el colectivo Feelsynapsis tiene un hueco especial para el pensamiento crítico; además de artículos muy completos y documentados sobre temas de actualidad muy dados a la superchería y la pseudociencia.

La revista, como siempre, es gratuita, y se encuentra en formato de alta calidad, o portable. Se puede descargar desde su página web http://feelsynapsis.com/jof/

Cómo será la comida del futuro: ¿Transgénica o ecológica?

Por noticias, 3 Junio, 2013

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Cómo saquear el erario público con tres normas nacionales,en cuatro pasos, y con la excusa de las publicaciones científicas

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 267

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Javier de la Cueva

(Artículo publicado originalmente en la página Naukas.com).

Les voy a relatar cómo pueden los gobernantes saquear fondos públicos en favor de asociaciones privadas mediante tres normas nacionales y en cuatro cómodos pasos. Los pasos son los siguientes:

-El gobierno del Estado promulga una primera norma nacional contraria a la legislación europea. En esta norma el Estado se obliga a pagar a una asociación privada un dinero.
-El gobierno del Estado espera cómodamente a que cualquier afectado por la primera norma luche judicialmente contra la misma hasta que consiga que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea la declare contraria a la normativa europea. Se confía en que tarde muchos años. Mientras tanto, se sigue pagando a la asociación privada.
-Una vez que el Tribunal europeo haya declarado que la primera norma nacional es contraria a la normativa europea, el gobierno del Estado espera todo lo posible para promulgar una segunda norma nacional en la que adapte su legislación a la sentencia europea. Hasta entonces, se sigue pagando a la asociación privada.
-El gobierno del Estado promulga una tercera norma nacional en la que declara que lo pagado a la asociación privada es irrecuperable.

Si lo anterior les parece pura teoría, quizás pueda sorprenderles saber que esta estrategia ya se ha completado en una ocasión. Como les salió bien, ahora estamos asistiendo al inicio de la segunda. Los gobiernos del Estado son los del PP y PSOE, que votan conjuntamente leyes nacionales de propiedad intelectual, y las asociaciones privadas son las entidades de gestión de la propiedad intelectual (SGAE, CEDRO, DAMA, VEGAP, AIE, AISGE, AGEDI y EGEDA).
Primera ocasión: el canon digital.

El primero de los casos consistió en el canon sobre los equipos, aparatos y materiales susceptibles de realizar copias de «obras divulgadas en forma de libros o publicaciones que a estos efectos se asimilen reglamentariamente, así como de fonogramas, videogramas o de otros soportes sonoros, visuales o audiovisuales» tal y como constaba en el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprobaba el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual. Al gobierno se le hizo saber en dos ocasiones que debía cambiar la ley puesto que no era de recibo que el Estado fuese quien más canon pagara. En las dos ocasiones el gobierno, primero del PP y luego del PSOE, señalaron que ya lo estudiarían, cosa que nunca hicieron.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea derogó la legislación española mediante su sentencia de 21 de octubre de 2010, en el caso Padawan vs. SGAE.

El gobierno nacional no adaptó la legislación interna hasta el Real Decreto-ley 20/2011, de 30 de diciembre, de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la corrección del déficit público, en el que derogó el canon vigente hasta entonces.

Con posterioridad, mediante la Disposición transitoria primera del Real Decreto 1657/2012, de 7 de diciembre, por el que se regula el procedimiento de pago de la compensación equitativa por copia privada con cargo a los Presupuestos Generales del Estado se declaró irrecuperable el canon pagado hasta el 1 de enero de 2012.

En resumen, señalamos las tres normas y los cuatro pasos:

-La primera ley nacional es la ley de 1996, que establece el canon. El Estado es el principal pagador del canon pues era el mayor consumidor de equipos, aparatos y materiales para copias.
-El Estado espera hasta que el 21 de octubre de 2010 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea decreta que la ley española es contraria a la europea. El Estado sigue pagando.
-La segunda ley nacional se produce el 30 de diciembre de 2011, en la que por fin se deroga el canon. Por fin el Estado deja de pagar canon.
-La tercera ley nacional se produce el 7 de diciembre de 2012, en la que se establece que lo pagado antes del 1 de enero de 2012 es irrecuperable. Además, esa propia ley de 7 de diciembre establece que si antes el Estado pagaba el canon a través de su consumo, ahora lo hará directamente de los presupuestos generales del Estado.

Segunda ocasión: el canon sobre las universidades.

Si en la primera el principal beneficiado fue la SGAE, en esta segunda lo va a ser CEDRO, la que podríamos describir coloquialmente como la SGAE de los libros.

En el año 2010, CEDRO solicitó a la Comisión de Mediación de Propiedad Intelectual del Ministerio de Cultura una intervención para lograr un acuerdo con el conjunto de las universidades españolas con el fin de que le pagasen los derechos que CEDRO pretendía tener sobre las obras que se digitalizaban y se colgaban en los campus virtuales de las universidades. La petición de CEDRO no era pequeña sino que se trataba de 5 euros por alumno por copia digital más otros 4,12 euros por copia reprográfica. El importe al que aspiraba era de 13,5 millones de euros cuyo reparto entre universidades públicas y privadas se haría conforme alumnos: un 80% de alumnos de las primeras y un 20% de las segundas por lo que el importe a satisfacer por las públicas ascendería a 10,8 millones de euros. De estos 10,8 millones, 7,4 millones corresponderían a derechos sobre copias digitales y 3,4 millones a derechos por fotocopias.

El único problema, según las universidades, es que CEDRO estaba intentando cobrar por unos derechos digitales que la inmensa mayoría de los autores nunca había encargado su gestión a CEDRO. Las universidades están llenas de autores, unos 130.000 de los que un 80% tenía acreditado el último sexenio, lo que implica unos 104.000 autores en pleno proceso de creación. Mientras tanto, CEDRO señala, en su página web y en las fechas de escribir estas líneas, que tiene 19.631 socios personas físicas. Además, si CEDRO señalaba que su gestión alcanza a unos 4 millones de obras, el catálogo de REBIUN, la red de bibliotecas universitarias, señala la existencia de unos 29 millones de obras. Y sobre los derechos digitales, los profesores bien sabían que pocos habían encargado a CEDRO la gestión de sus derechos.

Las sospechas de las universidades se agudizaron cuando al solicitar a CEDRO que mostrara sus derechos, ésta abandonó en primavera del año 2011 el proceso negociador con la excusa de que no podía enseñarlo por los derechos de privacidad de sus socios, excusa que luego se comprobó que no era cierta puesto que en los contratos que CEDRO firma con sus socios, hay una cláusula en la que se permite mostrar los datos para la realización de los fines del contrato y qué mejores fines que los de cobrar a quienes usan el repertorio.

Tras abandonar este proceso negociador, CEDRO demandó ante la jurisdicción civil a tres universidades: la Universidad de Barcelona, la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad Carlos III de Madrid. En la demanda que se interpuso y en sus documentos adjuntos se pudo comprobar cómo, mientras las universidades negociaban de buena fe en el Ministerio de Cultura, CEDRO matriculaba detectives en las universidades para luego verificar qué profesor subía textos escaneados a los campus virtuales y levantar acta de tales copias digitales. No parece éste un detalle de buena fe. Pero lo más desatinado es la perversidad de la reclamación: imaginemos que se hubiera producido la situación de que CEDRO hubiese encargado a un socio suyo, profesor de universidad, que digitalizase obras y las subiera a un campus virtual. Luego, el detective matriculado levantaría acta, se la pasaría a CEDRO para que ésta demandase a la universidad. Si CEDRO ganase el pleito, esta entidad recibiría un dinero que luego pagaría al profesor que es, precisamente, quien realiza la subida de los archivos sin conocimiento ni consentimiento de la universidad por lo que en buena lógica, es a quien CEDRO debiera haber demandado. Sin embargo, demandarles sería un acto de tirar piedras contra su propio tejado pues bastante le cuesta a CEDRO obtener socios en el ámbito universitario como para encima demandarles por usar obras sin consentimiento.

Las universidades nunca se negaron a pagar a CEDRO, pero no aceptaban un sistema de tarifa plana que era el que esta entidad exigía, sino que propusieron pagar, tal y como señala la jurisprudencia, por el efectivo uso del repertorio de CEDRO, que es lo que les parecía justo. El sistema propuesto por las universidades consistía en, a principio de curso, enviar a CEDRO una relación de obras que los profesores querían utilizar en sus aulas virtuales; CEDRO verificaría entonces cuáles eran las gestionadas por ella y enviarían la factura a la universidad. CEDRO no aceptaba esta solución puesto que entonces se haría evidente la poca representatividad de esta entidad pero, además, implicaría la contratación de personal administrativo y, lo más significativo, CEDRO tendría que pagar a cada autor lo suyo, en lugar de meterlo todo en un saco común y que luego fuera la Junta Directiva quien encargara los estudios de cómo repartirlo. Las universidades ya satisfacían del orden de unos 125 millones de euros anuales en concepto de suministro de obras, pago que se realizaba directamente al titular de los derechos, y su única cuestión con CEDRO era la de pagarles por lo que verdaderamente representaban, y no por lo que decían que representaban.

Se daba otra cuestión que se descubrió en los procedimientos: CEDRO había adaptado sus contratos para poder gestionar los derechos digitales en el año 2004 por lo que para tener derechos sobre las obras anteriores a ese año debería haberse realizado una ampliación de sus contratos de gestión. Esa labor sería fácil con respecto a las editoriales pero es prácticamente imposible en el caso de autores y traductores, que son los otros titulares de los derechos de un libro. En el juicio de CEDRO contra la Universidad Autónoma de Barcelona incluso quedó demostrado que la editorial de esta universidad adaptó sus contratos para incluir derechos digitales en el año 2011, por lo que difícilmente CEDRO podía reclamar derechos a terceros por obras de esta editorial que fueran anteriores a dicha fecha, puesto que la editorial no había actualizado todos los derechos de su fondo editorial y, por tanto, si los autores no los habían cedido difícilmente podía tenerlos la editorial y ésta pasárselos a CEDRO.

Y llega el Ministerio con una propuesta de reforma legislativa. En el anteproyecto de reforma de la ley de propiedad intelectual se crea un canon a las universidades: Las universidades tendrían que pagar a CEDRO por el uso de un repertorio que ya sabemos que no es suyo.

CEDRO gestiona muy pocos autores y muy pocas obras del total pero al Ministerio de Cultura no le importa: en la reforma se propone la creación de un límite a la propiedad intelectual consistente en el derecho de los centros educativos a reproducir las obras de los autores, creando un canon a pagarles a éstos, canon gestionado obligatoriamente a través de las entidades de gestión, esto es, CEDRO.

El problema es que esta excepción no figura en la legislación europea pero ya sabemos que al Estado no le preocupa esta cuestión: en diez años el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declarará esta excepción ilegal y luego con promulgar una norma nacional en la que impida la recuperación de las cantidades pagadas irregularmente, se acabó el problema.

Mediante la promulgación de esta reforma de la ley, se “tapa” el agujero de que CEDRO no tiene la representación de los autores y se extrae dinero del ámbito público para financiar a una asociación privada de la que no existe ninguna garantía que luego pague a los autores. Es más, CEDRO en realidad no se ocupa de los autores sino que, según sus reglamento de reparto, en este caso cumple con pagar a las editoriales, despreocupándose de si éstas pagan o no a los autores de las obras.
La apropiación del open access y expropiación del procomún

Pero con esta reforma también se le otorga a CEDRO la gestión del open access, expropiándose el procomún. Al crear un derecho irrenunciable que obligatoriamente se tiene que gestionar a través de CEDRO, por ley se estaba expropiando el procomún (lo que es de todos y no es de nadie), cuya gestión se entrega a una asociación privada.

En las publicaciones académicas es importante la circulación libre del conocimiento puesto que sólo así pueden refutarse las teorías: la ciencia depende de la capacidad de difusión y de refutación. Lo que se propone mediante esta nueva ley es que los centros educativos que utilizan open access pagan por ello a CEDRO, a quien se le crea ex profeso un derecho sobre esas publicaciones que hasta la fecha no tiene.

Con esta reforma, el Ministerio no sólo está previendo que CEDRO pueda perder los litigios contra las universidades, sino que le otorga toda la gestión del conocimiento escrito, tenga esta asociación privada o no derechos sobre el mismo. El Ministerio “tapa” los flancos débiles que las universidades han puesto de manifiesto al defenderse de la pretensión de CEDRO de cobrarles por unos derechos que la entidad de gestión nunca pudo obtener de los autores, confiriéndosele por ley lo que esta entidad nunca pudo obtener por la voluntad de los creadores.

Y, por último, se produce una situación kafkiana: las universidades son las mayores productoras de propiedad intelectual en formato libro y artículos; ninguna editorial dispone de una fuerza creadora de 130.000 autores como la tienen las universidades. Las leyes de la Universidad y de Economía Sostenible señalan que las universidades son las titulares de la propiedad intelectual que se crea bajo su entorno, por lo que la reforma pretendida por el Ministerio de Cultura obliga a que las universidades, propietarias de esas obras, a que cedan la gestión de su patrimonio a una asociación privada, CEDRO, para que ésta les cobre una tarifa por publicar en sus propios campus virtuales obras de las que las que la universidad es la dueña.

El resumen es muy claro: mientras el Ministerio de Cultura paraliza todos los pagos posibles en becas, en ciencia y en investigación, sin embargo publica un anteproyecto de ley donde propone una excepción a la propiedad intelectual inexistente en la normativa europea y que obliga al erario público, esto es, a todos nosotros, a pagar 10,8 millones de euros a la asociación privada CEDRO.

Para terminar, les dejo con el texto del anteproyecto. Pueden encontrar la norma expropiatoria en la adición de un artículo 32.3, página 7.

URL: http://naukas.com/2013/03/20/como-saquear-el-erario-publico-con-3-norma…
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DE LA CUEVA JAVIER
El Escéptico
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Descubren cómo se formaron las galaxias "muertas" del universo temprano

El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 266

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(Noticia extraída del Diario Digital de la Universidad de La Laguna).

Un equipo internacional, en el que han participado investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias y de la Universidad de La Laguna, ha observado la formación de una galaxia muy lejana a partir de la fusión violenta de otras dos. Los datos, obtenidos por telescopios espaciales de la NASA y la ESA y telescopios terrestres, contradicen la teoría más común que explica la formación de las galaxias muy masivas a partir de la incorporación de otras más pequeñas a lo largo del tiempo.

Cuando el universo tenía tres o cuatro mil millones de años estaba ya poblado por galaxias elípticas masivas y rojizas formadas por viejas estrellas. La comunidad científica le ha dado muchas vueltas a la cuestión de si estas galaxias se formaron lentamente a lo largo del tiempo mediante la incorporación de galaxias más pequeñas (el modelo más popular y aceptado) o si lo hicieron rápidamente a partir de poderosas colisiones entre dos galaxias grandes. Un estudio, que aparece publicado en el último número de la revista Nature, señala que es este último modelo de grandes colisiones violentas y fusiones masivas el generador de las galaxias rojas 'muertas'. No parece que en la juventud del universo reinara la calma.

El observatorio espacial Herschel, una misión de la ESA (la Agencia Espacial Europea) con participación de la NASA, tomó imágenes a través de grandes nubes de polvo de una fusión muy poco frecuente de dos galaxias masivas. Los estudios sucesivos realizados gracias a varios telescopios espaciales y terrestres, entre ellos el telescopio espacial Hubble y el telescopio William Herschel, del Observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla de La Palma, cuentan la historia de dos lejanas galaxias entrelazadas que fabrican estrellas frenéticamente. Finalmente, se espera que la pareja se asiente y se convierta en una sola galaxia elíptica supergigante.

“Estamos mirando a una fase anterior en la vida de las galaxias rojas y muertas, una explosión adolescente de actividad que no dura mucho”, ha dicho el director del estudio, Hai Fu, de la Universidad de California (Irvine).

“Estas galaxias fusionadas están explotando, formando nuevas estrellas y se encuentran completamente cubiertas por polvo”, señala Ismael Pérez Fournon, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), profesor titular de la Universidad de la Laguna y coautor del trabajo. “Sin los detectores sensibles al infrarrojo lejano del instrumento SPIRE de Herschel, no habríamos sido capaces de ver a través del polvo la acción que tenía lugar detrás”, detalla.

El efecto ‘lente’ de las galaxias

En el nuevo estudio, Herschel fue usado para identificar las galaxias que chocaban entre sí, llamadas HXMM01, localizadas a unos 11 mil millones de años luz, en un tiempo en el que nuestro universo tenía unos tres mil millones de años. Al principio los astrónomos pensaron que los dos objetos eran, de hecho, varias imágenes amplificadas, como en un espejo, de una sola galaxia. El efecto ‘lente’ producido por otras galaxias en el camino de la luz emitida por las galaxias rojas lejanas es bastante común en astronomía y se produce cuando la gravedad de una galaxia en primer plano ‘dobla’ la luz procedente de un objeto más distante. Después de una meticulosa investigación, no obstante, el equipo se dio cuenta de que en realidad estaban mirando a dos galaxias masivas fusionándose.

Las caracterizaciones de la pareja en colisión revelaron que estaban generando el equivalente a 2.000 soles al año. Por comparación, la Vía Láctea ‘incuba’ entre dos y tres soles al año. El número total de estrellas de los dos cuerpos observados es de unos 400 mil millones de soles. Las fusiones son bastante comunes en el cosmos, pero este evento en particular es más inusual, dada las prolíficas cantidades de gas y estrellas en formación, y la gran intensidad de la fusión en una época tan distante.

Según destaca la investigadora del IAC y coautora del estudio, Paloma Martínez Navajas, “las observaciones realizadas con el instrumento LIRIS del telescopio William Herschel ayudaron a determinar la gran masa estelar de las dos galaxias lejanas”. “Los telescopios de tamaño mediano con instrumentación infrarroja siguen siendo fundamentales en estos estudios”, añade.

Toda la labor de Herschel, a disposición de la comunidad científica

Estos resultados se publican poco después de que el 29 de abril de 2013 el observatorio espacial Herschel acabara su misión al terminarse el helio que permitía enfriar sus tres instrumentos. Herschel fue lanzado al espacio, junto con el satélite Planck, el 14 de mayo de 2009. En estos cuatro años, Herschel ha realizado unas 35.000 observaciones de 600 programas científicos durante más de 25.000 horas de observación. También ha dado lugar a más de 600 publicaciones científicas.

La mayor parte de los datos astronómicos obtenidos están ya disponibles libremente para su explotación científica en el archivo de Herschel y serán utilizados por la comunidad científica internacional en las próximas décadas. Hasta el año 2022, por lo menos, no existirá ningún otro observatorio espacial operando en el rango de Herschel.

Más información en http://www.iac.es/divulgacion.php?op1=16&id=793

URL: http://www.ull.es/viewullnew/institucional/prensa/Investigacion/es/2413…

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Scooby Doo en el pensamiento de hoy: racionalidad y vida cotidiana

Por noticias, 28 Mayo, 2013

El pensamiento cuestionador no es patrimonio de ninguna persona, grupo o circunstancia. Es un descubrimiento extraordinario y tremendamente reciente que en sólo 400 años ha dado más frutos que ninguna otra forma de pensar o de tratar de explicar el universo que el ser humano hubiera diseñado.

Pero, por desgracia, donde más bien puede hacer el pensamiento cuestionador es donde más escasea: los medios de comunicación, la vida cotidiana, la toma de decisiones sobre nosotros mismos y el análisis de lo que nos rodea. Vivimos inmersos en un océano de supersticiones, algunas viejas y otras muy, muy nuevas, pero todas igualmente peligrosas. Porque detrás de los misterios de lo cotidiano siempre está el estafador, el ladrón, el listo de turno. Veremos algunas de las supersticiones más comunes para sugerir cómo identificar y enfrentar las imposturas y qué preguntas nos pueden ayudar para eludir las respuestas peligrosas que nos ofrecen la ignorancia entusiasta y el negocio descarado. Y de paso denunciarlos.
 
 
Mauricio José Schwarz
Periodista y escritor de origen mexicano, ha dedicado más de 30 años a la divulgación de la ciencia y a la crítica de la pseudociencia. 
 
Publicó opinión, entrevistas y reportajes en los principales diarios mexicanos durante más de dos décadas. 
En España ha colaborado con la Radio del Principado de Asturias y desde hace 7 años escribe la página de ciencia del suplemento "Territorios de la cultura" del diario “El correo” de Bilbao, que reúne en el blog “Los expedientes Occam”. 
 
Escribe el blog "El retorno de los charlatanes" sobre crítica al mundo "del misterio”, mantiene el podcast "El rincón prohibido" sobre ideas, música y poesía, y el videoblog "El rey va desnudo" dedicado a la crítica de la religión. 
 
En 1997 obtuvo Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México por su programa de ciencia "Muy interesante". 
 
Ha publicado más de una docena de libros que incluyen novelas, cuento, poesía, periodismo y divulgación. Los más recientes, publicados en formato electrónico, están dedicados a la popularización de la ciencia: ¡Ellos fueron! (50 buscadores de la ciencia y sus hallazgos), Pensar en sentir (Nuestras emociones, percepciones y cultura ante la ciencia) y Viviente y cambiante (Instantáneas sobre el conocimiento de la vida y su historia). 
 
La charla tendrá lugar en el kunsthalle. Rúa da Conga, 8 (Santiago de Compostela)
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