(Artículo publicado originalmente en Libertad Digital).
No, no me refiero a él, admirado y premiadísimo periodista que ha recuperado para la televisión el formato de docu-denuncia, con todas sus luces y todas sus sombras, y con el que dicen que, además del nombre, comparto cierto parecido físico. Lo siento, Jordi, algo malo tenías que tener.
Lo que ocurre es que, desde que hace unas semanas se emitiera su especial Salvados sobre la industria farmacéutica, no han dejado de llegarme cartas, llamadas de teléfono, mails de médicos, pacientes e investigadores que están que trinan. Crece en las consultas el número de enfermos que acuden al médico preguntando si es verdad lo que dice Jordi. Como si la emisión del reportaje nos hubiera puesto a todos un poquito más enfermos.
¿Y qué dice Jordi? Bueno: él dice sin decir. Más bien hace que digan otros o maneja con sutileza el género de la repregunta y la edición postproducción para que parezca que digan que la industria farmacéutica se inventa enfermedades, que las relaciones entre las empresas fabricantes de medicamentos y los médicos son más estrechas de lo que éticamente resulta permisible, que los médicos recetan bajo presión del capital, que los medios de comunicación alentamos la sensación de que estamos más enfermos de lo que realmente estamos para hacer el caldo gordo a los pérfidos vendedores de pastillas...
Es decir, que entre todos somos unos promotores de la enfermedad, idea nada nueva que ya propusiera William James en 1894 y que sirvió a la periodista Lynn Payer para hacerse de oro vendiendo su libro sobre el tema en los años 90. Ella lo decía en inglés (disease mongering) y lo definía como el empeño de la industria de tratar de convencer a la gente sana de que está enferma y a la enferma de que está más enferma. El documental de Évole bebe mucho de esa idea de Payer, 20 años después.
Los que tienen la paciencia de seguir estas columnas en Libertad Digital saben que soy de la legión de quienes piensan que sin industria médica no seríamos ni la mitad de lo que somos. Si vivimos en un mundo en el que la esperanza de vida al nacer es más alta que nunca antes en la historia, en el que enfermedades que antes mataban hoy son meros acompañantes benignos, en el que lo raro es que un niño muera en el parto (y no lo contrario, como antes), en el que miramos a los ojos cara a cara a algunos tipos de cáncer, en el que un virus asesino como el VIH puede ser controlado... es gracias a que hay empresas que se dejan miles de millones de dólares en el empeño.
Y sí, esas empresas, además, tienen la mala costumbre de querer recuperar el dinero invertido y, si pueden, ganar algo. Es más, en la actual coyuntura, en la que los estados andan con las arcas que dan pena, muchas líneas de investigación sólo son posibles con la cobertura de una marca que las financie.
En su programa, Jordi Évole no tuvo tiempo para entrevistar más que a una decena de representantes de la cosa médica nacional. No le cupo, por eso, el testimonio de los miles de médicos que practican su trabajo por vocación, que reciben centenares de miles de pacientes en sus consultas y que se mantienen al día (en uno de los sistemas de mayor exigencia de calidad del planeta) gracias a cursos de formación constantes impartidos, sí, por la industria farmacéutica. Lo hacen y lo harán mientras los cursos de formación no sean gratuitos y pagados por el Estado (cosa que, entre ustedes y yo, espero que nunca ocurra. Puestos a elegir quién decide de qué voy a enfermar, prefiero que no sean los políticos).
Existe en psicología un conocido sesgo cognitivo que a todos nos aqueja. Cum hoc, ergo propter hoc (con ello, luego a causa de ello). Tendemos a creer que cuando dos cosas ocurren juntas, una es consecuencia de la otra. Jordi, en su gran documental, hace ver que el hecho de que los médicos se formen en cursos patrocinados por una marca farmacéutica condiciona su libre decisión terapéutica en consulta. Pensar eso, aparte de un flagrante insulto a la profesión médica, sería como pensar, dios nos libre, que el hecho de trabajar en La Sexta (emisora de reconocido ideario izquierdista) condiciona la libertad de Évole para exponer la realidad que halla en sus investigaciones.
La relación entre la industria y la clínica aparece de manera espontánea donde uno quiera mirar. Lo recordaba el otro día mientras visitaba la unidad Ciberknife del Instituto Madrileño de Oncología. Allí, el doctor Rafael García aplica una técnica pionera de radioterapia a pacientes con cáncer. La radioterapia es una estrategia complicada. Si se irradia a un paciente para atacar un tumor se corre el riesgo de dañar el tejido sano que lo rodea. De hecho, se daña. Por eso hay que reducir la intensidad y la cantidad de las sesiones, en ocasiones en perjuicio de la propia curación. Ciberknife es un robot que localiza el área tumoral y lo sigue (como si fuera un misil guiado) allá donde vaya. Incluso en órganos que no se pueden inmovilizar, como los pulmones que respiran espontáneamente, el aparato ajusta su diana a la zona que hay que curar: reduce el daño de los alrededores y permite que la terapia se haga más veces y con mayor intensidad. Ciberknife salva vidas. Pero aún es un gran desconocido en la sanidad española. Está en un centro privado, sí, pero empiezan a derivarle pacientes del sistema público. El centro donde se practica pertenece a una compañía privada, el fabricante es una empresa que cotiza en el Nasdaq, cuenta con un importante departamento de comunicación y un buen número de accionistas... pero también es un aparato que salva vidas. ¿Qué hay de malo en ello? Por cierto, si Ciberkinfe invirtiera parte de su dinero en spots publicitarios en, por ejemplo, la Sexta, quizás sería más conocido entre los médicos del sistema público y más pacientes sin seguro privado podrían beneficiarse de él... ¡Qué malo es el mercado libre!
El otro día una pediatra que se deja la vida en un modesto centro de salud público me decía que le llegan muchos padres acongojados por el programa de Jordi. Sus hijos sufren transtorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), esa "enfermedad que dicen en La Sexta que se la han inventado los médicos para recetar más pastillas". Es curioso que en la consulta de esta doctora, como en la media de todas las consultas de este tipo, al 40 por 100 de los niños con TDAH no se les medicalice: reciben terapia cognitivo-conductual y psicopedagógica. Pero esos no interesan porque no parecen ser "víctimas de la pérfida industria". Como tampoco interesa decir que está demostrado que, en los casos de niños erróneamente diagnosticados, la medicación no hace ningún efecto. Cuando el diagnóstico es correcto, el tratamiento farmacológico demuestra resultados espectaculares incluso en la primera semana.
Los médicos suelen tomar sus decisiones por un proceso llamado medicina basada en la evidencia. Se decantan por una estrategia u otra según el corpus de evidencia que cada una pueda presentar. En la cúspide de la credibilidad están los estudios clínicos realizados entre cientos o miles de pacientes y supervisados por docenas de expertos. En la parte más baja se encuentran las opiniones personales bajo los focos de la televisión, aunque sean de expertos eminentes. Lo malo es que al ciudadano le pasa lo contrario: lo que sale en la tele tiene mucha más autoridad que cualquier revisión de mil ensayos clínicos.
Aun así, los datos terminan por aflorar. Desde que la industria farmacéutica vende masivamente vacunas en Estados Unidos (y se forra con ello, claro), los casos de difteria han caído un 99,9 por 100, los de gripe un 99, la hepatitis A un 91, los de sarampión un 99, los de neumonía un 74, los de rubeola un 99, los de viruela el 100 por 100. El número de vidas salvadas compensa con creces el de millones de dólares ganados. Pero para que la vacunación llegara a ser efectiva hicieron falta inversiones gigantescas en concienciación, campañas de información a los médicos, formación al personal sanitario, presión a las autoridades sanitarias... a cargo de las compañías fabricantes. ¿Y qué?
Hay otro modo de hacer las cosas. Podemos no gastar dinero en informar. Podemos hacer como en Pakistán. Allí la campaña de vacunación contra la polio fue bloqueada en 2007 después de que un grupo de fanáticos religiosos publicara un texto en el que se aseguraba: "La polio es en realidad una enfermedad inventada por los Estados Unidos para enriquecerse y esterilizar a nuestros hijos". El número de niños muertos y aquejados de invalidez severa ha aumentado exponencialmente. O como en el norte de Nigeria, donde se dejó de vacunar a la población infantil en 2003 y 2004 cuando cundió la idea de que las vacunas estaban contaminadas con VIH para matar a los niños. La idea la propagó, asómbrense, un médico, el presidente del Consejo Supremo de Nigeria para la Sharia.
Todos estos movimientos radicales se nutren de argumentos como los del disease mongerin de Lynn Payer (inspiración lejana del programa de Évole). La propia Lynn es hoy utilizada permanentemente por grupos activistas de todo tipo: desde organizaciones antiglobalización a ligas contra la psiquiatría financiadas por la Iglesia de la Cienciología. Por desgracia, ella no ha podido ver cómo su nombre y sus argumentos han ayudado a propagar las más variopintas creencias anticientíficas. Murió hace una década a causa de (dios mío, por qué son tan crueles los guionistas de la vida) un cáncer prematuro.
En la Universidad de Córdoba han colgado un cartel anunciando un curso intensivo de Homeopatía Veterinaria. Entre quienes lo imparten se encuentra doña Coral Mateo, presidenta de la Sociedad Española de Homeopatía Veterinaria. No creo que mi tocayo Évole la entrevistara para su programa porque la homeopatía está entre las prácticas libres de la sospecha del atroz neoliberalismo médico. Pero esta señora se gana la vida regentando una clínica veterinaria que espero sea muy rentable e impartiendo cursos y charlas, por los que espero que cobre. En su página web utiliza como argumento de venta para sus ideas lo que sigue:
En las universidades españolas ya se imparten cursos de homeopatía veterinaria, anímese: no se quede usted atrás.
Si llevo 1.747 palabras justificando que la empresa privada se promocione en el sistema de salud, no voy ahora a criticar a doña Coral por aprovechar su curso para vender el pescado propio. Pero resulta que esta facultativa es conocida (según descubren en Naukas) por tener una visión del cáncer digamos que peculiar.
En declaraciones al grupo de divulgación de la pseudociencia Discovery Salud, la señora Mateo dice, por ejemplo que "destruir los tumores de los enfermos es un sinsentido". Asegura que está científicamente demostrado que los tumores son acumuladores de tóxicos del organismo y que no hay que eliminarlos. "Por eso atacan lugares del cuerpo prescindibles, como el útero, las mamas, los ovarios, nunca el corazón". Y remata:
El cáncer son toxinas provocadas por el sufrimiento, el estrés... se cura cambiando de estilo de vida.
La fobia a la farmacia produce monstruos. Hombre, ni esto es la Biblia ni yo soy quién para decir "o se está conmigo o se está contra mí". Pero, querido Jordi, a veces hay que decidir del lado de quién nos ponemos cuando avalamos una idea. Yo elijo el lado de la medicina y de la ciencia. Mañana tengo cita para hacerme una gastroscopia, espero que al médico que me atienda le haya pagado un buen puñado de cursos la empresa que fabrica el Propofol con el que piensa sedarme.
URL: http://www.libertaddigital.com/opinion/jorge-alcalde/jordi-evole-me-pon…
La ciencia toma la palabra: los problemas sociales de las pseudociencias pretende ser un curso de divulgación de la ciencia y concienciación social. Este año nos centraremos en los problemas sociales que las pseudociencias acarrean y cómo se están implantando cada vez más en nuestra sociedad pese a que no hay ninguna evidencia científica que las avale. Es más, muchas de ellas incluso están totalmente desacreditas, son contraproducentes o directamente absurdas y opuestas a todo el conocimiento científico actual.
Los temas que tratan van, desde la astrología y el fin del mundo Maya hasta la física cuántica, pasando por la astronomía, física, química,medicina, botánica o, incluso, las dietas milagro. Para ello traeremos a grandes expertos de la Comunidad Valenciana pero también del resto de España.
En este curso se aportarán herramientas intelectuales para evitar que nos engañen con este tipo de pseudocienas.
Este curso entra dentro de los organizado dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Alicante "Rafael Altamira" y está abierto a todos los públicos. Tiene un coste de 70€ para universitarios y parados y de 90€ para el resto, aunque se repartirán un número dado de becas (todavía sin determinar) a estudiantes con mejores expedientes. Para todas aquellas universidades con convenios especificos de la Red Lluis Vives podrán convalidar el curso por 2 créditos de libre configuración.
Este curso ha sido una iniciativa de Isabel Abril Sánchez, del Departamento de Física Aplicada, y José M. Gómez, del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos, ambos departamentos pertenecientes a la Universidad de Alicante. Cuenta con el patrocinio de la Cátedra de Telefónica "Impacto de las tecnologías del lenguaje humano en la inclusión social" y el Institut d'Estudis Catalans.
JM Mulet, autor de "los productos naturales ¡vaya timo!", es uno de los protagonistas del programa Salvados, de la cadena de televisión La Sexta, que se emitió el pasado domingo 5 de mayo. El capítulo, que lleva el título de "¿Que comemos?", trata sobre la alimentación, y trata varias cuestiones como los aditivos, el fraude en la carne, las toxinas o los pesticidas.
En la entrevista a Mulet, el profesor de la UPV comenta qué son los aditivos, y cual es el cometido de algunos de ellos. También explica que la comida hoy día es más segura que nunca, y que ello redunda en la esperanza de vida de los ciudadanos.
La entrevista completa (unos 8 minutos), está colgada en la página de La Sexta televisión:
El programa completo se encuentra también en la web de dicha cadena:
http://www.lasexta.com/videos/salvados/2013-mayo-5-2013050300035.html
Por otro lado, JM Mulet ha publicado su experiencia en la grabación del programa en su blog:
http://www.losproductosnaturales.com/2013/05/dentro-de-salvados.html
(Noticia publicada originalmente en Mundo Obrero).
El rey de la casa Boiron, el Oscillococcinum -un supuesto remedio contra la gripe- y su segundo de a bordo, el Arnicare -que contiene una sustancia tóxica que en diluciones homeopáticas es supuestamente antiinflamatoria-, son dos de los preparados que están entre los cuatro productos acusados de inefectividad.
La compañía francesa de productos homeopáticos Boiron tendrá que pagar 12 millones de dólares en Estados Unidos para evitar una demanda colectiva producto de la publicidad engañosa de sus supuestos remedios. Esta empresa ha aceptado pagar 5 millones de dólares a los demandantes particulares que solicitan la devolución de su dinero, con una indemnización no superior a 100 dólares por demandante particular, debido a la violación de las leyes del estado de California de publicidad engañosa, puesto que queda demostrado que al menos cuatro de sus productos no curan ni tratan aquellas enfermedades para las que han sido publicitadas.
El rey de la casa Boiron, el Oscillococcinum -un supuesto remedio contra la gripe hecho a base de corazón y cerebro de Cairina moschata, un tipo de pato- y su segundo de a bordo, el Arnicare -que contiene una sustancia tóxica que en diluciones homeopáticas es supuestamente antiinflamatoria-, son dos de los preparados que están entre los cuatro productos acusados de inefectividad.
La indemnización no es solo consistente en una cuantía económica, sino también en la obligatoriedad de incluir en EEUU una advertencia donde diga que la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos, en sus siglas en inglés) no verifica su efectividad, además de una explicación sobre el método de dilución del principio activo homeopático. Estos cambios de etiquetado le costarán a Boiron otros 7 millones de dólares.
Para entender en qué consiste la homeopatía, se han de conocer las 2 grandes leyes de esta supuesta medicina alternativa. La primera es que aquello que te daña, te cura. Por ejemplo, si aparece en nuestro cuerpo urticaria (ronchas, quemazón, elevación de la piel y de la temperatura localizadas), la solución será tomar unas bolitas de azúcar impregnadas en tintura madre de Urtica Urens o Apis Mellifera, entre otras. Esto no es más ortigas y abeja machacadas. Si esto aún no desafía lo suficiente los conocimientos mínimos de la medicina occidental, el segundo principio de la homeopatía representa el acabóse: cuanto más diluido está el principio activo, más efecto tiene el “medicamento” en el cuerpo. Las diluciones homeopáticas representan una extravagancia en sí mismas, ya que se basan en la “memoria del agua”, que no es más que el recuerdo que el agua tiene de haber estado en contacto alguna vez con el pobre insecto triturado, aunque ya no quede molécula alguna disuelta en el líquido con que se impregna la bolita de azúcar.
La homeopatía, como es lógico, no ha demostrado jamás su efectividad más allá del efecto placebo. Aún así, se puede encontrar en farmacias, existen títulos universitarios en homeopatía impartidos por universidades públicas, y demás aberraciones promovidas por la poderosa industria homeopática.
Decir que en España todos los productos homeopáticos carecen de la autorización de la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios), aunque el lobby homeopático (que es mucho más real que la efectividad de sus productos) presiona para que se incluyan estos caramelitos como un medicamento más en la maltrecha sanidad pública, pese a que un informe encargado en 2007 por el Ministerio de Sanidad revela que la efectividad de esta y otras “terapias alternativas”, habiendo sido medidas en ensayos clínicos, no ha sido demostrada en ningún caso.
(Artículo publicado originalmente en el diario El País).
Anuncios de productos con pretendida finalidad sanitaria han campado a sus anchas por las televisiones españolas, pese a estar prohibidos. Unos prometían adelgazar sin necesidad de dietas ni consejos médicos, otros aventaban propiedades terapéuticas o curativas. Algunos se emitían en horarios de especial protección infantil y no faltaban los que vulneraban a todas luces la dignidad de la mujer. En este escenario, el Ministerio de Industria ha comenzado a requerir a varias cadenas de televisión de cobertura estatal que retiren de su emisión la publicidad de los llamados productos milagro, vetados por ley.
Esta supresión se produce tras un informe elaborado por el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA). El organismo regulador, que solo tiene competencias en el ámbito de la comunidad andaluza, examinó con detalle este tipo de anuncios y detectó —entre octubre de 2012 y febrero de 2013— casi 60 vulneraciones de la legislación. El CAA envió requerimientos a las televisiones andaluzas para que dejaran de incluir esos contenidos, recordando que su incumplimiento acarrea multas que oscilan entre los 100.000 y los 500.000 euros.
El Consejo especificaba en ese informe los productos afectados por la publicidad engañosa, entre los que incluyó el té chino del doctor Ming (“el mejor método para quemar grasa, reducir medidas y lograr un cuerpo esbelto y atractivo”), los calcetines relax (“previenen la aparición de varices”, “alivian la hinchazón y las molestias provocadas por la mala circulación y facilitan el retorno de la sangre al corazón”), Arti slender (“complemento alimenticio de alcachofa que ayuda a perder peso de manera natural”). Todos estos anuncios han sido catalogados por el CAA como “ilícitos”, al promocionar “un producto milagro” y reunir los requisitos que recoge la ley para encuadrarlos dentro del paquete de “publicidad engañosa”. La autoridad audiovisual afirma que algunas de las sustancias, como la alcachofa de Laón, modificaron los mensajes para adaptarse a la legislación tras las advertencias de organismo andaluz.
Buena parte de estos contenidos se emitían dentro de programas de televenta. Incluían rótulos llamativos y testimonios de personas que supuestamente habían experimentado prodigiosas pérdidas de peso en tiempo récord o alivios de dolencias de manera asombrosa.
Además de actuar contra los canales andaluces que emitían esta publicidad, el CAA remitió los requerimientos a la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información (SETSI), dependiente del Ministerio de Industria, que a su vez reclamó a tres televisiones nacionales (MTV, Intereconomía y 13 TV) que dejaran de emitir este tipo de comunicaciones comerciales. Un portavoz de 13 TV asegura que la cadena suprimió de inmediato la publicidad de productos milagro. Recuerda también el cambio de criterio en el sector. “Hasta hace poco se exigía a los medios que comprobaran que la publicidad respondía a los requisitos del producto. Ahora el responsable es el anunciante, y si la SETSI advierte de que ese producto contiene publicidad engañosa, las cadenas están obligadas a retirar los anuncios”.
En su informe, el Consejo hace un llamamiento a las distintas Administraciones y a las asociaciones de consumidores para actuar coordinadamente y poder y adoptar así “medidas eficaces” para proteger la salud de los consumidores y controlar la publicidad para que esta se ajuste a criterios de veracidad.
URL: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/04/21/television/1366568421_9366…
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(Artículo publicado originalmente en el diario El País).
Como si por España no pasasen los años, las preguntas retóricas o agresivas sobre el aborto voluntario resurgen con fuerza tres décadas después del debate que concluyó con la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo y su aceptación por el Tribunal Constitucional. ¿Es usted proabortista o antiabortista? ¿Es “licencia para matar a inocentes” la conocida como ley del aborto, como sostienen una y otra vez los obispos? ¿Hay unanimidad en el catolicismo sobre esta cuestión? Si no la hay, ¿cuál es la hondura del cisma? La semana pasada, la Conferencia Episcopal Española (CEE) lanzó otra campaña sobre el tema y proliferan las manifestaciones tremendistas intentando forzar al Gobierno para que cumpla la promesa de reformar a la baja la actual legislación.
El ministro encargado de concretarla, Alberto Ruiz-Gallardón, se comprometió a presentar esa reforma en las Cortes “en el primer trimestre de 2013”. Superado el plazo, se ha convertido en objetivo de las protestas de los grupos extremistas autodenominados provida, con manifestaciones y exhibiciones de pancartas que lo execran severamente. “La ley más urgente”, apremian las banderolas. Unos manifestantes se presentaron en una de esas demostraciones públicas con dos gallinas. “Gallardón, el ministro gallina”, querían decir. Pero ni hay unanimidad en la derecha sobre la urgencia y el alcance de esa reforma (ni siquiera, sobre si conviene hacerla), ni los obispos cuentan con el respaldo de gran una parte de sus propios fieles, en un cisma nada soterrado.
“Este soy yo… humano desde el principio”, titula la Conferencia Episcopal la que llama Campaña por la Vida 2013. Se gasta 150.000 euros anunciándola en diferentes formatos por toda España con 1.300 vallas publicitarias, 100.000 estampas, 15.000 carteles, 50.000 dípticos, 12.000 ejemplares de una carta episcopal, 15.000 subsidios litúrgicos y un vídeo de dos minutos en el que personas anónimas, de diferentes edades, recuerdan momentos especiales de sus vidas, “desde que estaban en el vientre de sus madres y eran seres humanos que iban a nacer”. Así lo explica el comunicado oficial de la CEE. Entre otras propuestas, los obispos piden a sus fieles que cambien la foto en el perfil de Facebook por una ecografía en el vientre materno.
El prelado Munilla dice que se trata de un “holocausto silencioso”
En el mensaje emitido con motivo de esta campaña, los obispos también buscan intervenir en política, sin disimulo. “Una conciencia cristiana bien formada no debe favorecer con el propio voto la realización de un programa político o la aprobación de una ley particular que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral. Nuestra obligación es ayudar al discernimiento acerca de la justicia y de la moralidad de las leyes. La actual legislación es gravemente injusta. Es urgente su modificación, para que sean reconocidos y protegidos los derechos de todos en lo que toca al más elemental y primario derecho de la vida”.
Varios prelados han calentado la campaña con manifestaciones de grueso calibre. Los más explícitos han sido el cardenal de Madrid y líder del episcopado, Antonio María Rouco, en su discurso inaugural de la asamblea plenaria de la CEE, el lunes pasado; el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, denunciando “el holocausto silencioso del aborto” (“¡No los matéis! Dádselos a quienes les aman y están dispuestos a dar su vida por ellos”, proclama); el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz (“Me sorprende enormemente que este gobierno conservador aún no haya modificado la ley del aborto”, ha dicho), y el inevitable Juan Antonio Reig Plan, prelado de Alcalá de Henares y presidente de la Subcomisión de Familia y Vida en la CEE, promotor, por tanto, de todas estas propagandas. “La batalla contra el aborto y por la vida será larga, seguramente como la que pretendía abolir la esclavitud”, dijo hace una semana. La comparación de la lucha contra el aborto voluntario con la lucha contra las leyes esclavistas es ya un tópico en el agitado movimiento antiabortista de Estados Unidos.
Más a la derecha, si cabe, varios grupos reclaman la derogación absoluta de esa norma, es decir, la prohibición y penalización de todo aborto voluntario. “Si es un crimen, no puede aceptarse en ningún supuesto”, sostienen. Son los más críticos con el Gobierno y el PP, acusados de “conservadores de los avances del PSOE”.
Hasta aquí, la posición del episcopado y sus grupos afines. Enfrente se alzan las bases católicas que pisan la calle y ven el sufrimiento de las mujeres que afrontan un embarazo no deseado. ¿Querrían los obispos añadir a su drama la tragedia de la cárcel? Es una pregunta retórica.
Redes Cristianas defiende las bases éticas y jurídicas de la norma actual
Se trata de católicos que se sienten dentro de la Iglesia romana, pero alejados de muchos de sus mandatos o proclamas, no solo en el tema del aborto. Como señala el teólogo Juan José Tamayo, “se trata de creyentes que han interiorizado el mensaje que el fundador cristiano sostuvo ante las jerarquía religiosas de su tiempo: que lo más importante es aliviar (y a ser posible, suprimir) el sufrimiento, por encima del cumplimiento de una ley temporal”. Tamayo es director de la cátedra de Teología y Ciencias de la Religión en la Universidad Carlos III, en Madrid.
La organización Redes Cristianas pone el punto de mira en el ministro de Justicia. “Cuando el mar estaba en calma, llega Gallardón y con él, por motivos ideológicos, la minoritaria voz del nacionalcatolicismo emerge con fuerza hasta alborotar la pacífica posesión de la ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo. En buena sintonía con los Derechos Humanos y las últimas adquisiciones de las ciencias antropobiológicas, esta ley nos sitúa ética y jurídicamente entre los países modernos de nuestro entorno sociocultural. Crear un problema social, con el 83% de la ciudadanía en contra de la anunciada reforma, es una temeridad y una torpeza de primera magnitud”, afirma.
Redes Cristianas agrupa a centenares de iglesias de base y a grupos organizados en toda España, como las asociaciones Somos Iglesia, el Foro de Curas y la Asociación de Teólogos Juan XXIII.
Igual contundencia exhibe la Plataforma en Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos. Afirma: “El Gobierno debe garantizar que lo que para algunas personas es pecado, no se convierta en delito para el resto, y defender el Estado de Derecho de esos sectores integristas religiosos. La legislación restrictiva nunca es un instrumento para evitar la práctica del aborto, sino la causa de un mayor índice de mortalidad materna. Con la nueva ley, las mujeres con fortuna acudirán a la clandestinidad; las desfavorecidas, a peligrosos remedios caseros”.
La teóloga Margarita Pintos, presidenta de la Asociación para el Diálogo Interreligioso, señala que el problema debe analizarse “desde la perspectiva de los derechos humanos, como un problema social y de salud pública”. Añade: “La salud sexual y reproductiva es un estado general de bienestar que excede al mero hecho de tener acceso a métodos anticonceptivos o a servicios de planificación familiar. Los derechos sexuales aseguran a todas las personas la posibilidad de tomar decisiones sobre su sexualidad y ejercerla libremente, sin presión ni violencia. Los límites del derecho al aborto están relacionados con las creencias religiosas, no solo con razones culturales o motivaciones socio-económicas”.
Entre otras propuestas, los obispos piden a sus fieles que cambien la foto en el perfil de Facebook por una ecografía en el vientre materno.
Sobre la posición de la jerarquía, Pintos sostiene que “todas las religiones establecen el principio general del respeto a la vida y la dignidad humana, pero solo en la Iglesia católica el aborto es siempre un crimen, doctrina que no forma parte del magisterio extraordinario o dogmático y, por tanto, es tema abierto a interpretación”. Concluye: “En el fondo, un patriarcado religioso no admite que las mujeres decidan en libertad y sin coerción sobre su cuerpo. Si la mujer no cumple con el papel que el patriarcado le ha asignado, estará cometiendo un acto de rebeldía contra la voluntad divina. La mayoría de las mujeres no tenemos miedo a esas amenazas. Somos conscientes de que nuestros cuerpos han estado colonizados. Ahora sabemos que no somos indignas, pero sí estamos indignadas”.
Juan Masiá Clavel, jesuita y teólogo, considerado una autoridad mundial en cuestiones de bioética, confiesa que le incomoda este debate. “Decían los viejos manuales de urbanidad que un buen postre quita el empacho del segundo plato. Me empachan las declaraciones asfixiantes de algún eclesiástico. Releo unos párrafos de la biografía del papa Juan el Bueno [Juan XXIII]. Era por julio del 62, cuando un calor sofocante hacía sudar a los cardenales en las comisiones de trabajo conciliares. El biógrafo de los papas, Peter Hebblethwaite, nos lo cuenta así en Juan XXIII: El Papa del Concilio: El papa Juan comenzó a distanciarse de algunos de los borradores preliminares para el Vaticano II. Un día midió una página con su regla y dijo: Quince centímetros de condenas y solo dos centímetros de alabanza. ¿Acaso es esta la manera de dialogar con el mundo contemporáneo? Correspondió al cardenal Montini, luego Pablo VI, la tarea de hacer comprender esta idea al concilio. Los anatemas y las condenas, dijo, no son la respuesta contra los errores contemporáneos. En el mundo moderno los remedios contra los errores son la misericordia, la caridad y el testimonio de vida cristiana”.
Por eso, los fieles que asumen por razones humanitarias la despenalización del aborto se muestran escandalizados cuando alguno de sus pastores ha llegado a decir que un aborto voluntario es peor que el abuso sexual a menores por parte de eclesiásticos, o que “la violación de la fe es diez mil veces peor que violar a una niña”. La primera afirmación es del cardenal Antonio Cañizares, exprimado de Toledo y actual prefecto (ministro) de la Pontificia Congregación para el Culto y la Disciplina de los Sacramentos. La segunda frase salió de la boca de un destacado eclesiástico argentino, Jorge Gómez, de la archidiócesis de Buenos Aires.
URL: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/17/actualidad/1366224078_36…
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Eparquio Delgado es el protagonista de la entrevista que ayer 1 de mayo publicó el Diario de Avisos dentro de la sección Principia da Ciencia. El psicólogo, recientemente galardonado por ARP-SAPC con el premio Mario Bohobslavsky, habla para el periódico de su particular batalla contra las medicinas alternativas en el programa electoral de su partido.
Tuvimos que lograr más del 25% de los avales de los delegados que acudían al evento (que eran unos 1.000) y logramos 300. Nosotros pensamos francamente que no se iba a aprobar porque falta mucha información pues en IU claro que hay gente que hace reiki o son homeópatas, pero nos encontramos a muchos que están un poco hartos de todo esto y que vienen del mundo de la ciencia
La entrevista completa en:
En Meis estará el jueves el escritor, profesor y divulgador científico Xurxo Mariño, quien vuelve a la comarca para hablar sobre curiosidades relacionadas con el funcionamiento del cerebro. El acto será a las 13.10 horas en el auditorio de Mosteiro y, aunque está organizado para los alumnos, está abierto al público en general. Previamente, dos estudiantes entrevistarán a Xurxo Mariño en la biblioteca para saber más sobre su último libro Neurociencia para Julia. (fuente: la Voz de Galicia)
Por la tarde, a las 20.00 presentará el libro en la galería Sargadelos de Ferrol (Calle Rubalcava, 30-32).