La intolerancia del fanatismo más radical (ideas pequeñas en mentes que aún lo son más) ha vuelto a atacar a un medio de comunicación laico precisamente por serlo; una revista que además hacía gala de ello, de su carácter no confesional e independiente y de su libertad de expresión para criticar todo lo humano y 'divino' que considerara digno de ello, tal como era su derecho y tal como todos debemos defender.