El Escéptico Digital - Edición 2013 - Número 270
Vimes
(Artículo publicado originalmente en la bitácora Así habló Cicerón).
Cuando yo era joven e inocente el movimiento escéptico me impresionó. Un grupo de personas que divulgaban ciencia y luchaban contra la religión y las estafas desde el atril de la objetividad y la imparcialidad. Wow. No podía por menos de encantarme. El problema es que luego crecí y aprendí algunas cosas sobre objetividad, privilegio y control del discurso. También me bajé del pedestal adolescente al que mi supuestamente perfecta y no sesgada razón me había subido. Y descubrí con sorpresa que muchos escépticos, algunos de los cuales me doblan en edad y experiencia, siguen encaramados ahí.