2-Algunos datos
sobre alimentos transgénicos
Bueno, pues ya que estamos en debate, dejadme que
eche también mi cuarto a espaldas. En primer
lugar, que nadie se piense que se va a pegar el día
comiendo soja o maíz transgénico. Al
menos, semejantes productos no son muy frecuentes
en mi dieta, y las variedades para ensalada aun no
son transgénicas. Tanto maíz como soja
se utilizan como piensos, y, sobre todo, como materias
primas en la industria. Esto es fundamental a la hora
de debatir sobre los riesgos del consumidor (sobre
el medio ambiente y sobre la macro-microeconomía,
no, pero eso irá en su momento).
El maíz se utiliza como fuente de almidón,
que tiene aplicaciones directas, y que a su vez es
materia prima para fabricar glucosa, que tiene aplicaciones
directas y a su vez es materia prima para fabricar
fructosa. Nosotros podemos comernos/bebernos todo
esto, pero nada de ello tiene ni vestigios de DNA
que transferir a nadie. La soja se utiliza para obtener
aceite y lecitina. El aceite suele utilizarse además
hidrogenado, interesterificado y fraccionado. Nada
de DNA tampoco aquí. Todo el terrorismo de
papel de Greenpeace (el "despierta, que vamos
a experimentar", contra Nestle), no vale pues
para nada.
El único alimento transgénico que se
come es el tomate "Flavr Savr", que tiene
un gen antisentido de la poligalacturonasa. Es un
gen artificial, que se une mRNA del enzima e impide
su síntesis y la senescencia (apochamiento,
en roman paladino) del susodicho. Eso permite recogerlo
maduro, en lugar de cogerlo verde y madurarlo en cámaras
cuando se vaya a vender, con lo que resulta más
sabroso. También permite fabricar un puré
de mejor calidad, ya que se puede triturar en frío,
sin que parezca aguado (los normales, o se trituran
en caliente, y el puré sabe a tostado, o se
trituran en frío y entonces parece aguado.
A veces la Madre Naturaleza se pone algo borde). Que
yo sepa aun no se venden en España. La empresa
USA ganó allí el correspondiente juicio
contra los que le querían imponer la obligatoriedad
de etiquetarlos... y ahora los etiqueta tomate a tomate,
voluntariamente y por pura chulería, porque
son mejores.
En cuanto a los animales modificados genéticamente:
Para aplicaciones médicas, el futuro (y el
presente!!) se presentan impresionantes. Pero ese
es otro tema, y además ahí no hay (casi)
críticas.
Si alguien está pensando transferir el gen
"ibérico" a cerdos normales, que
lo olvide, y se dedique a criar cerdos ibéricos,
que tampoco es tan difícil.
Para aplicaciones alimentarias, la única perspectiva
real, por el momento y desde mi punto de vista, es
la utilización de leche "más parecida
a la humana" para alimentación infantil.
Concretamente, la leche humana tienen varias proteínas
que no tiene la de vaca (mejor dicho, que tiene en
cantidades muy pequeñas comparada con la humana)
y una de ellas, la lactoferrina puede estar implicada
en los sistemas de defensa del recién nacido.
Llevamos ya muchos años (el llevamos no es
retórico, yo trabajo precisamente en eso) viendo
la posibilidad de añadirla a leches infantiles.
El problema es el coste. Aunque parezca mentira tratándose
de la comida de recién nacidos rosaditos y
europeos, la pela sigue siendo lo único importante.
La lactoferrina de vaca se puede obtener a gran escala
del suero de quesería, y en Japón se
obtiene y se usa como ingrediente en algunas marcas
de leches infantiles. También puede obtenerse
en microorganismos (la humana, ya puestos), y una
empresa USA con la que trabajamos (dejadme que me
coma el nombre, no se si quieren publicidad gratuita)
ya la tiene disponible, pero aun no se comercializa.
Desde luego, la mejor opción es que la vaca
sintetice lactoferrina humana en grandes cantidades,
y en eso están varios grupos. Uno de ellos,
holandés, consiguió hace algunos años
un buen resultado, y el toro Herman tenía el
gen de la lactoferrina humana adecuadamente colocado
(no pensaban sacar la leche de él sino de sus
hijas, no hagáis chistes malos). Y hablo en
pasado, porque los "ecologistas- defensores de
los derechos animales" consiguieron que todo
se fuera al traste, al "demostrar" que colocarle
a una vaca el gen de la lactoferrina humana atentaba
contra sus derechos. Me fastidió tanto el asunto
que preferí olvidarlo, pero, que yo sepa, la
empresa canceló el proyecto, y supongo que
Herman fue sacrificado, Eso si, en defensa de sus
inalienables derechos animales (ojalá me equivoque;
alguien sabe algo de él?).
Bueno, por hoy ya vale.
Por cierto, por supuesto que ni Novartis ni ninguna
empresa de transgénicos tienen ni el más
mínimo interés en eliminar el hambre
del mundo. Solo piensan en ganar dinero. Pero Repsol
tampoco piensa en mejorar la seguridad del tráfico,
y nadie les pone verdes por ello. Puede que, como
efecto lateral, la investigación privada mejore
algo el problema del hambre (y el del tráfico)
pero eso será así, digamos que "por
casualidad". El problema es que ciertas investigaciones,
desarrollo de plantas para terrenos salinos, por ejemplo,
nunca serán rentables, y deberán quedar
para organismos públicos. Pero los que ponen
a parir a las empresas privadas dificultan con sus
campañas cualquier intento de investigación
pública, y lo saben, y lo dicen (en privado,
por supuesto), y les importa un comino. Esos son los
responsables de que la biotecnología no ayude
a la parte desfavorecida de la humanidad.
Miguel Calvo
Tecnología de los Alimentos
Facultad de Veterinaria. Universidad de Zaragoza
Miguel Servet 177
50013 Zaragoza
Spain