La historia de la evolución humana tiene poco de aburrida, esta entrega de El Escéptico lo refleja. Los grandes retos para la acción y el pensamiento siguen ahí, como ejemplos de la necesidad de compromiso práctico para mejorar las condiciones de vida y de búsqueda y construcción de conocimiento, para evitar que la dejadez y/o la ignorancia -a veces aliñadas de arrogancia- se lleven a los humanos y la posibilidad de pensar por sí mismos por delante. El dossier de este número incluye algunas ponencias del curso «Laicismo y escepticismo en el siglo XXI: nuevas y viejas religiones y su relación con el Estado». La distinción entre conocimiento y creencia y su relación con el concepto de verdad recorre la historia del pensamiento. Que aún queda trecho para clarificar el alcance de lo que significan, en el marco de desarrollo de una educación sustentada en el pensamiento crítico, es puesto de manifiesto por contribuciones como La religión en las leyes educativas y sus consecuencias para el pensamiento crítico en la Enseñanza Secundaria, así como Confesionalismo y pseudociencias en la Universidad. La experiencia UNI laica. Asimismo sugerimos la importancia del contenido vertido en los artículos Laicismo y escepticismo y Escepticismo ¿una virtud epistémica? Con frecuencia se extiende en la conversación social lo que se rumorea sobre estos términos sin análisis ni fundamentación. Ese proceso es generador de ruido, de miedos y, a veces, hasta de confrontación y odio que nada ayudan al trabajo riguroso de la mente, el cual, por limitado que pueda ser, es la herramienta más potente que tenemos para conocer. En esta línea el texto Constelando inhumanidad muestra cómo derivas irracionales de la psicoterapia pueden desembocar en falaces relaciones terapeúticas que pueden ser muy peligrosas. En Revoluciones En.Red.Adas su autor nos invita a no fenecer frente al pesimismo, el ecologismo pseudocientífico, el enfrentamiento engañoso entre lo natural y lo artificial y el marco ilusorio de lo políticamente correcto. Un futuro prometedor puede vislumbrarse, sirvan como ejemplos el esfuerzo racional por ampliar conocimiento respecto a las fuentes de energía, las redes de telecomunicaciones, los sistemas de aprendizaje profundo y redes neuronales vinculados a la IA y sus aplicaciones en genética y biología. La nueva sección Cuando la ciencia no funciona comienza con una contribución esclarecedora de cómo la interacción de los científicos con la comunidad puede distorsionar y desviar el funcionamiento de la ciencia: la duda y no sucumbir a la autoridad son motores para investigar buscando autonomía. Las viñetas de David Revilla y de Eduardo González, a quien damos la bienvenida, ponen un toque de lúcido humor insustituible en el conjunto, así como la entrevista al director de la película La desvida refleja la capacidad del cine para transmitir el poder de lo alternativo en nuestra sociedad. No faltan las entregas habituales de Un escéptico en mi buzón, con dedicación a Albert Einstein y Stephen Hawking, las recomendaciones de lectura de El sillón escéptico y la información de Primer contacto. Sirva este número como cercano homenaje, de despedida y agradecimiento, a nuestro compañero Bartolomé Luna, quien falleció recientemente. Deseamos que encuentren motivación para compartir buenos momentos de lectura con El Escéptico.