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nes fuera» en Escépticos en el Pub Madrid2. Allà conté
el periplo del año y pico previo en el que me dediqué intensivamente a alertar a todo tipo de entidades
(ayuntamientos, colegios profesionales, bibliotecas,
universidades, librerÃasâ¦) de la intromisión de charlatanes en multitud de eventos organizados por dichas
entidades. El tÃtulo de la charla es el resumen del tipo
de respuesta que solÃa recibir.
Recientemente me he tenido que acordar por dos
veces de esta charla. La primera, al reportar ante el
Colegio Oficial de Médicos de Palencia el caso del
doctor Gabriel Ruiz GarcÃa, el inefable «doctor Clorito», un médico autodiagnosticado de trastorno mental,
como confesó en cierta ocasión en antena, al punto de
negar las infecciones microbianas y lamer, ante alguna cámara de televisión, el suelo de su consulta como
supuesta prueba (consulta, por cierto, en la que un loro
se pasea a sus anchas dejando los residuos propios de
estos animales). Adepto a las letales tesis de la Nueva
Medicina Germánica de Hamer, Ruiz recibe su mote
por su promoción abierta del dióxido de cloro como
cura de todo tipo de enfermedades. Y esto no es más
que un leve raspado de la superficie de este individuo
el cual, si la medicina fuera fÃsica de partÃculas, solo
podrÃa calificarse de antimédico.
Con todo este percal, conocido de sobra por su Colegio por una desnortada trayectoria pública de décadas, la respuesta ante la queja deontológica se puede
resumir brevemente en que el Colegio considera que,
efectivamente, los hechos denunciados son gravÃsimos
e incumplen claramente los preceptos deontológicos a
los que los profesionales médicos están obligados. Y
que no van a tomar medida alguna, más allá de remitir
a la ConsejerÃa de Sanidad la información por si tuvieran a bien mover un dedo.
La segunda vez que he recordado la charla ha sido
tras hacer uso del derecho al recurso de alzada que proponÃa la propia respuesta colegial, elevando el asunto
al Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de Castilla y León. La respuesta en este caso ha sido un tanto
estrambótica, concordando de nuevo en la falta total
de ética y profesionalidad del «doctor Clorito», pero
en este caso elevando la apuesta de la inmovilidad
bajo el argumento de que, dado que las actividades que
practica (como dar dióxido de cloro a sus pacientes) no
constituyen actos médicos, no tienen por qué perseguir
dichos actos.
La respuesta es, por lo absurdo, de las que lo dejan
a uno sin palabras. Y con la preocupación de que, si no
hay quien barra la casa ante un caso tan flagrante (al
punto de haber recibido noticias de una supuesta vÃctima mortal por una infección tras un procedimiento en
la mencionada ausencia total de asepsia), no hay quien
proteja a los pacientes ante la charlatanerÃa o la deVerano 2021
mencia (algo que también nos recuerdan casos como
los de Corbera en otros Colegios Profesionales).
Volveré a elevar la queja, esta vez al Consejo General de Colegios de Médicos. Pero, dado que parte
de su actual directiva es miembro de las entidades ya
recurridas, no hay ningún motivo para esperar que el
desenlace sea distinto.
Emilio J. Molina
MuchÃsimas gracias a los homeópatas del mundo
Ha llegado el momento de admitirlo: tenemos que
decirle muchas gracias a la comunidad mundial de la
homeopatÃa. Tenemos que estarle agradecidos por demostrar sin ningún egoÃsmo y de forma indiscutible
algo de vital importancia: Los homeópatas no se creen
sus propios extravagantes y anticientÃficos postulados.
SÃ, aprecio de verdad el valor y el altruismo que
hacÃa falta para dar este paso, que hace época. Quizá
deberÃa explicarme. El 10 de noviembre publiqué «un
desafÃo para los homeópatas del mundo»â3. ConsistÃa
en demostrar la homeopatÃa (o, si prefieren, demostrar
la premisa de que los remedios homeopáticos altamente diluidos pueden producir efectos detectables), y las
condiciones eran:
1. Usted, homeópata convencido, elige los seis remedios homeopáticos que le sean imposibles de confundir si los prueba usted mismo.
2. Yo los encargo en la potencia que usted desee a
7 el escéptico
un proveedor reputado (con la única condición de que
debe ser mayor de C12).
3. Hago que envÃen los frascos sin abrir a un notario de la ciudad donde resido.
4. Un notario introduce el contenido de cada frasco
en un recipiente numerado del 1 al 6 (si prefiere, puede
usted enviar los recipientes al notario a tal efecto).
5. El notario guardará bajo llave el código con la
información de qué número de recipiente, del 1 al 6,
corresponde a cada remedio.
6. A continuación él le enviará a Vd. los seis recipientes numerados.
7. Puede usted utilizar el método que considere mejor y hacer todas las comprobaciones que desee (con
los únicos lÃmites del número de glóbulos que haya en
el recipiente y el tiempo fijado para que averigüe los
códigos, esto es, la correspondencia de los números
con los remedios).
8. Le doy cien dÃas para que lleve a cabo las comprobaciones.
9. Cuando considere que lo ha logrado, envÃe su
veredicto al notario (por ejemplo: 1 = rhus, tox, 2 =
sulfuro, 3 = arsénico, etc.)
10. El notario lo cotejará con su código y nos dirá el
resultado a usted y a mÃ.
Pagaré gustosamente todos los costes que suponga
el experimento (notario, productos homeopáticos, envÃos, etc.). Podemos también negociar algunos detalles
de este desafÃo en caso de que contradigan sus propias
concepciones de prueba, ciencia rigurosa, etc.
Para garantizar que los dos vamos en serio, una vez
estemos de acuerdo en las condiciones (los detalles que
no concreto los puede completar como quiera), ambos
transferiremos la suma de 2000 euros a una cuenta del
notario. Si quiere aumentar la cantidad, por favor, dÃgamelo. Como he dicho, la mayorÃa de los detalles de
mi desafÃo se pueden negociar para adaptarse a sus necesidades. Si consigue usted adivinar los códigos del 1
al 6, el notario le transferirá la suma de 4000 euros (su
depósito y el mÃo) a su cuenta. Si falla, me transferirá
esa suma a mi cuenta.
En la entrada original dejé muy claro que este desafÃo mundial se cerraba al terminar 2020. Mientras
estuvo abierto, hice lo posible por que la información
llegara a los homeópatas. Dado que la homeopatÃa se
originó en Alemania y sigue siendo bastante popular
allÃ, incluso publiqué la misma entrada sobre el desafÃo
en alemán4. Además, tanto yo como otras personas tuiteamos repetidas veces sobre ello (en inglés, alemán,
francés, español y posiblemente también otros idiomas), incluso directamente a homeópatas de distintos
lugares del mundo.
Dado que ningún homeópata ha aceptado el desafÃo
en el plazo marcado y que no se ha presentado ningún
argumento sensato para convencerme de que mi desafÃo era poco razonable, acientÃfico o injusto, ahora
ya es un hecho indiscutible que los homeópatas no se
creen sus propios extravagantes y anticientÃficos postulados.
el escéptico 8
Estoy inmensamente agradecido a la comunidad
mundial de homeópatas por documentar heroicamente la verdad de una manera tan clara. No puede haber
sido fácil ser asà de sinceros a costa de la reputación
de la homeopatÃa. Pero creo que es un paso importante
y honorable en la buena dirección. Proporciona información esencial para aquellos que quieran entender la
práctica y profesión de la homeopatÃa.
de nuevo, muchas gracias
P.D.: En interés del progreso, por favor, den toda la
publicidad posible a esta información.
Edzard Ernst (edzardernst.com)
Traducción: Inma León Cobos
El fracaso de la institucionalización del pensamiento crÃtico
Una semana después de la publicación del libro La
osteopatÃa, ¡vaya timo!, nos comunicaron la retirada
del aval que nos permitÃa ejercer los cargos de presidente y vocal del grupo de pensamiento crÃtico de la
institución de fisioterapeutas a la que pertenecÃamos.
Nuestro comportamiento no se ajustaba a la deontologÃa. Dicha institución nunca aclaró qué comportamientos habÃan sido poco éticos. Una decisión tan sorprendente como la de proponernos, en su momento, formar
parte de la misma como grupo de pensamiento crÃtico
y tener una representación insólita de la fisioterapia,
Verano 2021