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La homeopatÃa y el sistema inmunitario Arnaldo González Arias Universidad de La Habana En fechas recientes han aparecido artÃculos en páginas web nacionales cubanas donde se hacen afirmaciones sobre supuestos medicamentos homeopáticos que sirven para «reforzar el sistema inmune».1,2 También han aparecido llamadas de atención en revistas arbitradas sobre la propaganda de falsos medicamentos contra la Covid-19 y el daño que estos pueden causar.3 L lamado indistintamente sistema inmune, sistema inmunitario o sistema inmunológico, lo cierto es que afirmaciones similares sobre el sistema inmunitario aún aparecen con regularidad en diversos lugares. Otras supuestas terapias alegan que sirven para «mejorar la calidad de vida», sin más detalles. Estas supuestas terapias se designan en muchos lugares como pseudoterapias. ¿Y qué es una pseudoterapia? Una falsa terapia; un procedimiento o medicamento cuya eficacia nunca ha sido demostrada, por más que sus promotores aleguen que es cientÃfica. La homeopatÃa cae dentro de esta definición, pues existen amplias evidencias, que incluyen ensayos clÃnicos de todo tipo y artÃculos en revistas arbitradas que argumentan sobre bases estrictamente cientÃficas, de su falta de fundamento, tanto teórico como experimental.4,5,6 Y es por esta razón âla falta de argumentos cientÃficosâ que artÃculos de prensa como los mencionados al inicio nunca explican la forma en que tales terapias refuerzan el sistema inmunitario o mejoran la calidad de vida. Simplemente no pueden hacerlo, porque la tal terapia es algo que ya se ha estudiado arrojando resultados negativos una y otra vez, o simplemente porque sus postulados violan leyes básicas de alguna ciencia, o de varias. En el caso de la homeopatÃa, se cumplen ambas caracterÃsticas. No hay resultados experimentales, pero tampoco fundamento teórico. Un resumen de metaanálisis publicado en 2010 llegó a la conclusión de que «la evidencia más el escéptico 56 confiable âaquella proveniente de las revisiones Cochraneâ fracasa en demostrar que los medicamentos homeopáticos tengan efectos más allá del placebo».7 Las revisiones Cochrane son análisis estadÃsticos del resultado de múltiples artÃculos cientÃficos dedicados a un mismo tema, llevados a cabo con la mayor rigurosidad posible. De aquà que la información que los homeópatas pueden proporcionar no va más allá de una verbosidad vacÃa, sin argumentos racionales, aparentando que sus afirmaciones son algo evidente o bien conocido, lo que está muy lejos de la realidad. Cuando aparecen en la prensa o en alguna revista, tales artÃculos se asemejan más a un reclamo publicitario que a la exposición objetiva de los beneficios que pudiera brindar el supuesto medicamento. En lo que respecta a la homeopatÃa, parece bastante claro que las afirmaciones que se publican por lo general dejan al desnudo la falta de conocimientos de quienes las conciben y repiten âo el ánimo expreso de engañar al posible usuarioâ. De aquà que, creemos, valga la pena alertar al lector sobre el estado de los conocimientos actuales sobre el sistema inmunitario y su complejidad, aunque sea en forma muy resumida, para tratar de evitar «que le den gato por liebre» cuando se le presentan este tipo de alegaciones. El sistema inmunitario Desde hace mucho se sabe que el sistema inmunitario comprende en realidad dos sistemas diferenVerano 2021 tes, que han sido estudiados con bastante detalle: el sistema inmunitario innato (natural o inespecÃfico) y el sistema inmunitario adquirido (adaptativo o especÃfico). Algunas particularidades de ambos sistemas aún se encuentran en estudio, en especial lo que se relaciona con el tratamiento del cáncer. El sistema inmunitario innato está compuesto por leucocitos; células especializadas que se encuentran en distintos fluidos, tejidos y órganos en todo el cuerpo. Existen diversos tipos con diferentes funciones: neutrófilos, eosinófilos, basófilos, mastocitos, monocitos, células dendrÃticas, macrófagos, células NK y el sistema del complemento. Los neutrófilos (fig. 2) o polimorfonucleares (PMN) son el tipo de leucocito más abundante en los humanos, y normalmente se encuentran en el torrente sanguÃneo. Su función principal es fagocitar (comer y digerir) bacterias y hongos. Durante el inicio agudo de una inflamación como resultado de una infección bacteriana, se encuentran entre los primeros en migrar hacia el sitio de la inflamación. Son atraÃdos por las señales quÃmicas de la Interleucina-8 (IL-8, proteÃna que actúa como mensajero quÃmico a corta distancia) y el Interferón-γ, en un proceso llamado quimiotaxis. Los neutrófilos son las células que predominan en el pus. Un eosinófilo es un leucocito que se deriva de la médula ósea. Su desarrollo es estimulado por diversas interleucinas como la IL-5, la IL-3 y el factor estimulante de colonias granulocito-macrófago (GM-CSF). Se encarga esencialmente de modular la respuesta alérgica y de eliminar parásitos. Su forma es muy parecida a la del neutrófilo. Los basófilos son otro tipo de leucocitos, menos abundantes, también originados en la médula ósea, y responsables del inicio de la respuesta alérgica mediante la liberación de histamina, serotonina y otras sustancias. Poseen receptores de inmunoglobulina E (relacionada con las alergias). Los mastocitos, originados en las células madre de la médula ósea, median en los procesos inflamatorios y alérgicos. Sintetizan y almacenan histamina (involucrada en las reacciones alérgicas) y heparina (un anticoagulante), y se encuentran en la mayor parte de los tejidos del cuerpo. Los monocitos circulantes, junto con los macrófagos en los tejidos, forman el sistema fagocÃtico mononuclear (SFM). Salen de la médula ósea a la sangre, y al cabo de unas ocho horas emigran a distintos tejidos y se convierten en macrófagos (fig. 3), cuya principal función es fagocitar, es decir, «comerse» diferentes microorganismos o restos celulares. La fagocitosis consiste en rodear la molécula indeseable y absorberla. Esta acción no tiene lugar cuando el macrófago reconoce la célula como integrante de un tejido sano del propio organismo, al detectar las proteÃnas adecuadas sobre las membranas celulares. Las células NK (linfocitos NK o células asesinas, del inglés ânatural killerâ, fig. 4) se dedican a destruir células infectadas y células cancerÃgenas, además de regular las respuestas inmunológicas. No fagocitan, sino que destruyen las células indeseables a través del ataque a su membrana plasmática, descomponiéndola. El sistema del complemento está formado por un conjunto de unas treinta glucoproteÃnas diferentes y sus fragmentos, que atacan la superficie de células dañinas mediante una compleja estructura de interaccio- Figura 1. Supuestos medicamentos homeopáticos contra el cáncer (izq., radioangulo.cu) y contra el Covid 19 (der, radiobayamo.icrt.cu) que, según algunos, coadyuvan en la cura del cáncer o refuerzan el sistema inmunitario, aunque nunca especifican cómo lo hacen. Verano 2021 57 el escéptico Figura 2. Izq. Neutrófilo. Der. Los neutrófilos migran desde los vasos sanguÃneos al segregar enzimas que disuelven conexiones intercelulares, mejorando asà su movilidad. Imágenes: Wikimedia nes bioquÃmicas. La respuesta del sistema es activada por la unión de las proteÃnas del complemento a carbohidratos en la superficie de los microorganismos o por la unión del complemento a anticuerpos, que a su vez se han unido a los microorganismos infecciosos. Tras la unión inicial de la proteÃna al microbio, se activa su capacidad de generar enzimas capaces de romper los enlaces proteicos, que a su vez activan otras enzimas, y asà sucesivamente. Esto produce una cascada catalÃtica que origina la producción de péptidos que atraen otras células inmunitarias y recubren la superficie del patógeno, señalándolo para su destrucción. El complemento puede también matar células directamente al bloquear su membrana plasmática. Las proteÃnas del sistema del complemento se clasifican en siete categorÃas funcionales: iniciadoras, que inician la respuesta inmunitaria al unirse a determinadas moléculas; mediadoras enzimáticas que dividen otras proteÃnas (zimógenos) y forman parte de la cascada de inmunización; opsoninas (que acentúan la fagocitosis); mediadoras inflamatorias, que incrementan el diámetro capilar y el flujo de sangre, y atraen otras células al área afectada; proteÃnas de ataque de membrana, capaces de horadar la membrana celular de microorganismos invasores; proteÃnas receptoras en las Figura 3. Macrófagos (las células blancas de menor tamaño) atacando una célula cancerosa (la grande). Al fusionarse con la célula cancerosa, los macrófagos inyectarán toxinas que la matarán. La inmunoterapia para el tratamiento del cáncer es un área activa de investigación médica. superficies celulares, que señalan funciones celulares especÃficas como, por ejemplo, excitar la fagocitosis sobre determinado patógeno; y componentes reguladores, que protegen las células propias del ataque del sistema inmunitario. El sistema inmunitario adquirido está formado por los linfocitos T (fig. 5) (producidos en el timo) y los linfocitos B (producidos en la médula ósea). Los linfocitos T se dividen en varios tipos: citotóxicos CD8+, cooperadores CD4+ (subtipos Th1, Th2, Th17), de memoria, reguladores y células Tγ/δ (en la mucosa del intestino). La respuesta inmunológica adaptativa tiene la capacidad de reconocer y recordar patógenos especÃficos, generando inmunidad y ofreciendo respuestas más potentes cada vez que el patógeno es reencontrado. Es decir, el linfocito es capaz de «recordar» una infección particular y cómo atacarla, lo que inmuniza al portador ante infecciones posteriores. Las células progenitoras de los linfocitos T migran desde la médula ósea hacia el timo, donde tiene lugar el proceso de maduración, generando células que expresan CD4 y CD8, o receptores de células T (TCR), en varias etapas. Los linfocitos B maduran en el bazo del feto y en la médula ósea del adulto. Son responsables de la in- La información que los homeópatas pueden proporcionar no va más allá de una verbosidad vacÃa, sin argumentos racionales, aparentando que sus afirmaciones son algo evidente o bien conocido. el escéptico 58 Verano 2021 diante el cual tal reforzamiento se llevarÃa a cabo dentro del complejo conjunto de interacciones celulares y bioquÃmicas que componen el sistema. Simplemente se inventan argumentos con tal de promocionar el falso medicamento. Y como era de esperar, en ninguno de los textos de referencia general que aparecen más abajo, algunos de ellos con más de veinte ediciones, ni siquiera aparece la palabra homeopatÃa. Figura 5. Izq., linfocito T; der., molécula de inmunoglobulina (glucoproteÃna). Existen diversos tipos (A, D, G, E, M). Wikimedia Referencias Generales Barbara Detrick, PhD. Inmunology, Ch. 8 p. 127 in Jawetz, Melnick, & Adelbergâs, Medical Microbiology, Twenty-Eighth Edition, Mc Graw Hill, 2019 Nancy Fares-Frederickson and Michael David. Introduction to Immunity and Inflammation, Ch 34 in Goodman and Gillman, The Pharmacological Basis of Therapeutics, Thirteenth Edition, Mc Graw Hill, 2018 Juan Carlos Jaume, MD. Endocrine Autoimmunity, Chapter 2 in Greenspanâs Basic & Clinical Endocrinology, Tenth Edition, Mc Graw Hill, 2011 Peter J. Kennelly, PhD & Robert K. Murray, MD, PhD. White Blood Cells, Ch. 54 in Harperâs, Illustrated Biochemistry, Thirty First Edition, Mc Graw Hill, 2018. Thomas J. Kindt, Richard A. Goldsby, Barbara A. Osborne. InmunologÃa de Kuby, 2007, 2da Ed., McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S.A. de C.V. munidad mediada por anticuerpos, al convertirse en plasmocitos, células especializadas que pueden segregar grandes cantidades de inmunoglobulinas capaces de neutralizar elementos extraños tales como bacterias y virus. En conclusión, el sistema inmunitario está formado por un amplio conjunto de diversas células y proteÃnas con funciones muy especÃficas, que interaccionan con los agentes patógenos de forma muy diferente mediante complejos mecanismos bioquÃmicos (sus nombres se han resaltado en negrita o en cursiva para enfatizar esta complejidad). No existe evidencia alguna para afirmar que la homeopatÃa sirva para «reforzar el sistema inmunitario». Parece bastante obvio que quienes hacen tales afirmaciones no tienen ni la menor idea de cuál serÃa el supuesto mecanismo me- Notas (Enlaces verificados a julio de 2021): 1 http://www.radioangulo.cu/salud/241069-holguin-alternativas-para-produc… 2 http://www.ahora.cu/es/holguin/8330-la-homeopatia-elprevengho-vir-y-la-… 3 T. Caulfield. Pseudoscience and COVID-19 â weâve had enough already. Nature, 20 abril 2020. https://doi. org/10.1038/d41586-020-01266-z 4 www.geocities.ws/homeopatÃa-sinopsis/ ; ver también http://www.geocities.ws/rationalis/homeopatia/index.htm; 5 Rogelio M. DÃaz Moreno. El agua, una polémica insoluble por naturaleza. Premio Pinos Nuevos, Ed. Gente Nueva, La Habana, 2012. http://www.geocities.ws/rationalis/homeopatia/polemica%20insoluble/El%2… una%20polemica%20insoluble.pdf 6 A. González Arias. Breve historia de las terapias alternativas en Cuba. http://www.geocities.ws/rationalis/MNT/ Breve-historia/index.htm 7 Ernst, E. (2010). Homeopathy: What does the âbestâ evidence tell us? Medical Journal of Australia 192 (8): 458-460. PMID 20402610. https://www.mja.com.au/journal/2010/192/8/homeopathy-what-does-best-evi… Figura 4. Izq.; linfocito NK. Der.; enlace inmunitario entre un linfocito NK (arriba) y una célula indeseable (abajo). Wikimedia No existe evidencia alguna para afirmar que la homeopatÃa sirva para «reforzar el sistema inmunitario» Verano 2021 59 el escéptico