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PSEUDOCIENCIA ´ EN TORNO A LA GÉNESIS DE LA CONCEPCIÓN PSEUDOCIENTÍFICA DE ENERGÍA (1ª PARTE) En cierto sentido hay una competencia entre científicos y esotéricos por conseguir el favor del público. Pero mientras que los científicos no incorporan palabra o idea alguna originaria de los esotéricos, estos últimos han introducido en su vocabulario palabras utilizadas previamente por los primeros. Por ejemplo, como es consabido, actualmente la palabra 'energía' es de las más utilizadas, junto con la palabra 'fuerza', tanto en el ámbito científico como en el esotérico. l concepto de energía es uno de los más importantes de la ciencia. ¿Cómo y por qué llegó a estar en boca de los esotéricos y ocultistas el término 'energía'? ¿Qué conclusiones epistemológicas hay que extraer en relación a esta implantación migratoria del uso de 'energía'? E Para poder contestar estas preguntas con todo detalle primero es necesario seguir, desde el principio, el rastro del uso del término en cuestión. El relato de dicho seguimiento constituye una narración de la formación de una gigantesca polisemia. Debo hacer notar que, como cabría esperar, sobre el tema de la energía científica frente a la pseudocientífica al menos hay otro artículo (del biofísico Antonio S. Frumento1); sin embargo, este ensayo se distingue del de Frumento por haberse introducido en él una perspectiva histórica y una perspectiva filosóel escéptico 14 fica más explícita, con menos hin- tiva, la Academia y el Liceo en Atenas, determinándose así el capié en cuestiones técnicas. final histórico de la civilización greco-romana. A pesar de ello, el LAS CONCEPCIONES término 'energía' se fue incorpoCIENTÍFICAS DE LA rando a las lenguas europeas; pero ENERGÍA habría que esperar a Thomas El primero que empleó la palabra Young (1807) para encontrarnos 'energía' (o 'enérgeia', si se sigue el con la primera significación prosistema de transcripción del griego piamente científica de 'energía'. clásico normalmente aplicado por los helenistas) fue Aristoteles* de Young propuso substituir la palaEstagira al explicar una de sus bra 'fuerza viva' de Leibniz por doctrinas sobre el movimiento en 'energía' (o energy, en inglés), para general, concretamente la de referirse a algo completamente potencia y acto. El uso que hace fundamental en la física teorética Aristoteles, del término en cues- de su tiempo: lo que se calculaba tión, queda totalmente sintetizado en su época con el producto de la con el siguiente comentario del masa de un cuerpo por el cuadrado filósofo Jesús Mosterín: de su velocidad (mv2). Hay que "En terminología aristotélica, a la advertir que la idea que tenía en potencia (dýnamis) se opone el mente Young para el significado acto (enérgeia), que es la realidad de 'energía' resulta ser inversa a la actual"2 de Aristoteles, ya que con su energy él se refería a la capacidad En el año 529 de nuestra era, el de un cuerpo de realizar trabajo, emperador cristiano Justiniano no al acto resultante de dicha capamandó cerrar, ya de manera defini- cidad del mismo. Si, según Young, la energía es la capacidad de realizar trabajo, la cantidad de trabajo total realizado por un cuerpo antes de quedarse sin energía debía ser igual a la cantidad de energía del cuerpo antes de realizar el trabajo. En la tercera década del siglo XIX aparecieron en escena diferentes investigadores influenciados por la filosofía idealista alemana, de entre los que cabe destacar a Mohr y a Mayer, obsesionados por dar con grandes concepciones unificaPor ello, Coriolis (el mismo que doras acerca de la Naturaleza. En enunció el efecto Coriolis) introdujo su incesante búsqueda de unificapúblicamente en 1829 el factor 1/2 en ción no les pasó desapercibida la la fórmula de Young íntima de energía, para La máquina de vapor es un c o r r e l a igualar el valor caso paradigmático de con- ción entre numérico de la enerdiversos junción de correlaciones gía al trabajo que es entre tipos de procesos apa- tipos de capaz de producir la rentemente muy diferentes procesos masa de un cuerpo aparenteque va a cierta velomente cidad v, dando así lugar a la hoy en muy diferentes: procesos térmicos día muy practicada fórmula prerrela- (como los de vaporización de tivista de la energía en razón del agua) emparejados con la promovimiento: Ec=1/2 mv2. Con esta ducción de trabajo en máquinas, fórmula se cristaliza una concomitan- reacciones químicas (como las cia entre energía y trabajo que será asociadas a la digestión de aliuna de las constantes históricas en la mentos) con trabajo animal y mecánica neonewtoniana. funcionamiento cerebral, reacciones químicas de combustión La influencia de las ideas energéti- con producción de trabajo de cas de Young ha conllevado que la máquinas, acción eléctrica doctrina aristotélica para el cam- con trabajo (motor elécbio en general siga flotando en el trico). mar de la física, a pesar de los vientos positivistas, y de una Un caso paradigmático manera que el positivista Ernst de conjunción de estas Mach habría calificado de subrep- correlaciones es el de ticia. Como profesor 'respiro' la máquina de vapor, dicha doctrina aristotélica en la que aprovecha el física que se imparte en la ense- proceso calorífico ñanza media; para constatarlo no asociado a una reachay más que considerar lo que se ción química de acostumbra a explicar en dicha combustión de carenseñanza, bajo una perspectiva bón para conseguirdidáctica, para iniciar sobre qué es se una expansión más la energía (siguiéndose una tradi- o menos controlada de ción de inspiración youngniana, de vapor de agua, que más de 100 años), al decirse que la empuja un pistón que a su energía es la capacidad (o, si se vez realiza un trabajo prefiere, la potencia, en sentido mediante el que se mueve una filosófico) de realizar trabajo o rueda o un volante. aumento de temperatura o cambio de estado físico (como el de pasar Este tipo de serie de correlaciones de sólido a líquido). que implican áreas muy dispares en principio (tecnología de máquinas térmicas, fisiología, química, electricidad, etc.) sugirió la idea de que hay interconversión y equivalencia entre diferentes procesos aparentemente muy desconexos. Con todo esto se pensó que el calor, el trabajo y cualquier otro proceso correlacionado con uno de los dos, o ambos, son diferentes aspectos de algo en común. Dado que en todas las correlaciones observadas siempre estaba presente un proceso calorífico o uno de trabajo o ambos a la vez, se estimó que la correlación de referencia (aunque no necesariamente la más esencial o fundamental) es la que Archivo hay entre calor y trabajo, consolidándose así la enunciación del principio de interconversión y equivalencia entre calor y trabajo. 15 el escéptico calor, la acción eléctrica y demás, entonces puede parecerle que la capacidad de trabajo pierde protagonismo, puede preguntarse lo siguiente: ¿por qué emplear un nombre específico para la capacidad de trabajo y no, por ejemplo, para la capacidad calorífica? Pero la solera nobiliaria del término 'energía' estaba ahí resplandeciendo y estaba emparejado con un elemento referencial de la familia: el proceso de trabajo. Archivo las concepciones unificadoras ya señaladas. Los investigadores que estudiaron las correlaciones enunciadas descubrieron, en el ámbito de los experimentos de transformación de trabajo en calor, que para cada cantidad determinada de trabajo establecido siempre se produce una misma cantidad de calor. Esto quedó experimentalmente com- Representación de Aristoteles (384 - 322 a.n.e.) en el fresco La Escuela de Atenas, de Rafael Pero, ¿qué es lo que hay comunmente subyacente en los procesos mencionados? En un principio se pensó que tenía que ser algún tipo de causa eficiente (quizá una fuerza newtoniana u otra, según la opinión del autor en liza) que se manifestara de diferentes maneras a través de sus efectos. Sin embargo, la fenomenología de las correlaciones constatadas no se prestaba a explicaciones a través del concepto de causa eficiente. No obstante, aunque no se supiera lo que efectivamente era ello, al menos se le podía dar un nombre al concepto unificador asociado a la extensa red de procesos que se iba vislumbrando. Finalmente se optó por la palabra 'energía, pero no porque se pensara de manera definitiva y generalizada que la capacidad de trabajo era el fundamento de dicha red (a pesar de que la capacidad de trabajo tiene la importante característica de ser conservativa). De hecho, si un autor piensa que lo central y fundamental es la naturaleza de lo común subyacente en el trabajo, el el escéptico 16 Así, para el nombre del término central de la nueva física se fue abriendo paso la alternativa de potenciar la palabra 'energía'. Esta opción es la que cuajó definitivamente en el campo científico cuando el influyente Kelvin3 decidió finalmente (ya para el año 1851), estando insertado en el marco científico/cultural británico que Young ayudó a formar, que el nombre del concepto unificador de la nueva física debía ser 'energía'. Mas en el área de la mecániLord William Thomson Kelvin ca el término 'energía' seguirá (1824 -1907) usándose durante más de medio siglo para referirse a la capacidad de trabajo, al margen del debate de probado por Joule (1843-1847); se empezó a hablar, pues, del equivalente mecánico del calor, que es la cantidad de calor producida por la cantidad de unidad de trabajo. Aquí se encontró la base para introducir una nueva magnitud que se denominaría precisamente 'energía'. Archivo Thomas Young (1773 -1829) A pesar de abandonar los significados para 'energía' anteriores a 1830, los investigadores de esas correlaciones se encontraron con una polisemia entre las manos: energía como trasfondo común de unas correlaciones, y energía como magnitud física. Hay una relación entre ambas acepciones: la segunda es producto de una metrización asociada a la primera. Unos opinaron, como Joule y Archivo GÉNESIS DE LA CONCEPCIÓN PSEUDOCIENTÍFICA DE ENERGÍA clusión de Mayer fue analizada teoréticamente por el influyente filósofo y físico austriaco Ernst Mach (1872), desembocándose en la idea de que a la magnitud energía le habría de corresponder el papel de ser la más fundamental de todas. Actualmente es una idea consolidada que la energía es una de las magnitudes más importantes de la física, pero sin llegar al rango supremo que le cabría esperar en la perspectiva de Mach. Julius Robert von Mayer (1814 -1878) Clausius4, que dicho trasfondo era de carácter puramente mecánico, lo que llevaba a considerar la magnitud energía como puramente mecánica en el fondo, a pesar de que no lo parezca en muchos casos; otros, no obstante, pensaron, como Mayer y Mach, que dicho trasfondo no podía estar restringido a lo puramente mecánico, que tenía que ser considerado en un ámbito esencialmente más general que el mecánico o cualquier otro de los aspectos concretos encontrados por el momento. La opinión de Mayer y Mach queda sintetizada con este comentario del historiador de la ciencia Stephen F. Mason: "Mayer señaló que el equivalente mecánico del calor era un puro número que correlacionaba diferentes fenómenos y que era independiente de la 5 teoría mecánica del calor". Ante planteamientos como el de Mayer, ciertos científicos del siglo XIX (normalmente del ámbito germánico) quisieron ir más allá y vieron en la íntima correlación entre trabajo, calor, y otros procesos aparentemente muy diferentes, algo más que una base para definir una magnitud de gran alcance. Se aventuraron a plantearse si subyacente a esas correlaciones no habría algún principio de carácter metafísico. El que llevó al extremo dicho planteamiento, basándose en Mayer, fue el químico físico Wilhelm Ostwald (1853-1932) fundador de la escuela Energetik. existir una sola materia básica del Universo (monismo materialista). Por ejemplo, Tales de Mileto (siglo VI antes de nuestra era) pensaba que el mundo estaba hecho sólo de agua y que las diferencias que se apreciaban entre las cosas consistían en los diferentes estados de agregación del agua. Sin embargo, la teoría de Ostwald es mucho más afín a la de Anaximandro (siglo VI antes de nuestra era). En la teoría de este último se plantea que en realidad, a pesar de todas las apariencias, sólo existe una única substancia original e invariable que no es ninguna de las que podamos percibir, y que puede mostrarse físicamente de diferentes formas que constituyen lo que cambia en los fenómenos y procesos físicos. Otra teoría afín a la de Ostwald es la doctrina aristotélica del hilemorfismo, una doctrina que salva las dificultades inherentes que señaló Aristoteles para las teorías monistas metafísicas; esta teoría se diferencia de las teorías monistas de Anaximandro Archivo LAS CONCEPCIONES METAFÍSICAS DE LA ENERGÍA Wilhem Ostwald6 concebía la energía como la substancia original del Universo, en un planteamiento en la línea de ciertas doctrinas acerca del mundo de filósofos presocráticos, aunque, al contrario de lo que podría decirse de El asunto implícito en la conclu- los presocráticos, totalmente libre sión de Mayer es que si se supone de elementos animistas. que hay un trasfondo común para los diferentes fenómenos en liza, Los filósofos presocráticos son los no hay motivo a priori para tomar primeros antepasados conocidos uno de los fenómenos como más de la filosofía contemporánea; fundamental que el resto. Tal con- parte de ellos pensaban que debía Archivo Ernst Mach (1838 -1916) 17 el escéptico y de Ostwald en que se plantea de entrada la posibilidad de que haya más de un tipo de substancia (o 'causa material', en la terminología aristotélica) que pueda transformarse de varias maneras. Así, un enunciado coherente con las ideas de Ostwald sería 'la energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma'. Y queda claro que para tal enunciado se toma la palabra 'energía' en su acepción de substancia a la manera filosófica, Esto es una situación notable, prono en su acepción de magnitud ducto de que con la teoría de la relatividad se llega a un concepto física. de energía no partiendo del conA pesar de lo que podría pensarse, cepto de trabajo, sino partiendo de las ideas metafísicas de Ostwald unas concepciones unificadoras resultado de fueron fructíferas. Wilhelm Ostwald concepasar por un Sus ideas fueron bía la energía como la filtro positiretomadas eficazsubstancia original del vista las ideas mente, junto con Universo, en la línea de gestadas por las de Ernst Mach, Ostwald. En por Max Planck y ciertas doctrinas presoel contexto Albert Einstein. cráticas, aunque totalPor ejemplo, la mente libre de elementos relativista, la magnitud popular 'ecuación' animistas energía es la E=m·c2, la que se aplica para determinar la cantidad magnitud asociada a la base de energía asociada a la cantidad de común de toda una serie de corremateria de un objeto material en laciones que incluye la que se asucuanto materia (sin considerar otras mió en el siglo XIX y otras más características físicas atribuibles), como la correlación existente entre es una fórmula que difícilmente se los procesos de creación (o elimihubiera podido concebir si no se nación) de materia y los procesos hubiese manejado la idea, inaudita de eliminación (o creación) de en la física convencional de antes movimiento, o como la correladel siglo XX, de que la materia ción entre la fisión de átomos y la puede ser, al igual que cualquier emisión de partículas y radiación. otra cosa del Universo, una forma de energía (tal y como sugiere la En cualquier caso, actualmente las ideas de Ostwald se utilizan para propia fórmula anterior). discutir heurísticamente** las La 'ecuación' E=m·c2 sugiere direc- cuestiones de física relacionadas tamente que hay un salto concep- con la magnitud de energía, pues tual entre la energía relativista y la tales ideas, a pesar del prestigio energía de Young. En la formula- científico que supuso para él el ción relativista queda en la sombra ganar el premio nobel de química la concepción de energía como de 1909, han quedado ajenas a lo capacidad de trabajo. Si se intenta- que se considera normalmente ra presentar, en el contexto relati- física rigurosamente planteada. el escéptico 18 vista especial, la energía como concepto derivado del concepto de trabajo, se tropezaría con el hecho desconcertante de que en dicha teoría hay fórmulas precisas para determinar la cantidad de energía independientemente del trabajo y, no obstante, en la misma teoría ni siquiera está claro si hay suficientes elementos para establecer una específica fórmula relativista de trabajo7. Las tesis monistas acabaron desechadas en el campo propio de la física y de la química, debido a la acción del sector de los atomistas, que finalmente tendrían una influencia decisiva tras la Primera Guerra Mundial debido al desprestigio teorético que supuso para los físicos y químicos allegados a Ostwald la corroboración experimental de la existencia de los átomos. No obstante, Ostwald se incorporó como presidente a una asociación que fue un importante trampolín para la divulgación editorial de su pensamiento más allá del ámbito de la física y de la química: La Liga Monista, asociación en la que estaban integrados importantes biólogos. La Liga Monista8 fue fundada a principios del siglo XX por el biólogo evolucionista alemán Ernst Heinrich Haeckel (1834-1919), figurando como el maestro de la misma. Como evoca su nombre, La Liga Monista aglutinaba científicos y pensadores que portaban una visión cosmometafísica monista. Archivo Wilhelm Ostwald (1853 - 1932) GÉNESIS DE LA CONCEPCIÓN PSEUDOCIENTÍFICA DE ENERGÍA Para Haeckel no se podría explicar los procesos biológicos de los seres vivos si se supusiera que el Universo estuviera formado por una sustancia energética en el puro sentido de Ostwald, a pesar que el propio Ostwald pensara que las manifestaciones psíquicas también constituyen manifestaciones de formas de energía; según Haeckel, la substancia original del cosmos ha de tener también una cierta 'dimensión pulsista': para Haeckel subyace a nuestras percepciones un determinado impulso interno inherente en lo esencial de la Naturaleza, una fuerza cósmica monista. nar de la biología el concepto de finalidad-. De hecho, el propio concepto aristotélico de causa final resulta, como explicó el filósofo Bertrand Russell, de un refinamiento filosófico de la cosmogonía antropológica propia de la mitología griega clásica. En un punto esencial hay una diferencia entre dicha doctrina aristotélica y la cosmometafísica de Haeckel: la finalidad a la que se refiere el peripatético es una causa externa al objeto considerado (la finalidad de Aristoteles no se busca en el propio objeto), mientras que el principio vital energético de Haeckel es una causa de un origen interno (o causa immanens) presente en el objeto. Todavía no está superado el problema, implicado claramente en biología, de la relación entre la intencionalidad psíquica, lo fisiológico y lo estrictamente físico. Así, hasta cierto punto son comprensibles las tentaciones de antaño de acudir a causas no eficientes como elementos irreducibles en biología (las causas eficientes corresponden en física, por ejemplo, a las fuerzas, y son el último reducto en ciencia del causalismo). Ernst Haeckel (1834 - 1919) De Ernst Heinrich Haeckel hay que destacar aquí su metafísica (que empezó a desarrollarse en la década de 1860). La metafísica de Haeckel es también, al igual que la de Ostwald, monista; pero es importante destacar que el principio metafísico de Haeckel no es una pura substancia en el sentido filosófico tradicional, sino una fuerza cósmica monista para explicar profundamente la esencia del ser viviente. Problemas centrales para Haeckel eran la explicación de la autoactividad (Selbsttätigkeit) de los seres vivos y la correlación entre la Selbsttätigkeit fisiológica y la intencionalidad psíquica de los animales dotados de algún tipo de consciencia. Ocurre entonces que Haeckel, como indica el que use el término 'fuerza', acude al concepto de causa: ¿por qué los seres vivos hacen lo que hacen? Por una causa, por una fuerza inherente en la naturaleza Dadas las dificultades teoréticas de la substancia original del inherentes a la biología y la prosUniverso. kynesis*** intelectual practicada para con Aristoteles hasta princiAnterior a Haeckel, está la tradi- pios del siglo XX, no es de extración aristotélica de intentos de ñar que el causalismo no eficiente solución del problema de los seres (en el que está implicado Haeckel) vivos. Aristoteles, con su teoría de sobreviviera impune en biología que los seres vivos se desarrollan hasta bien entrado el siglo XX. Por hacia su plenitud en virtud de una ejemplo, el biólogo y filósofo alefinalidad, no supo dar una respues- mán Hans Driesch, de prestigio ta que fuera satisfactoria, desde un entre el público en general y fallepunto de vista racionalista moder- cido en 1941 (esto es, en pleno no, al problema de los seres vivos siglo XX), dejó estupefactos a los -su discípulo Teofrasto (327-287 positivistas filósofos del Círculo antes de nuestra era) intentó elimi- de Viena, con afirmaciones como 19 Archivo el escéptico la siguiente (recogida críticamente igual en todos los seres que se perpor el filósofo Rudolf Carnap): ciben, pero en unos está espacio"La entelequia es una determinada temporalmente más ostensible que fuerza específica, la cual hace que en otros, siendo en el caso del ser los seres vivos se comporten como humano cuando su naturaleza lo hacen. Pero no debéis concebir- queda manifestada al máximo. la como una fuerza física, como la gravedad o el Esta máxima Según Haeckel, los seres magnetismo. está implicada vivos tenían una causa, una ¡Ah no!, nada en la explicafuerza interna inherente a la 9 de eso" . ción de Haeckel naturaleza de la substancia de la herencia original del Universo, que Frente a las de los caractecausas finales actuaba como un principio res adquiridos de Aristoteles, en los seres vital energético de origen Haeckel trata vivos: el carácinterno de evitar cualter pulsista de quier áurea teleológica. ¿Entonces, la fuerza cósmica monista está tan cómo se explica que al menos apa- presente en un átomo como en un rentemente los seres vivos des- individuo de la especie humana, a arrollen su actividad en función de pesar de que en el átomo no se una determinada finalidad? manifieste espaciotemporalmente en igual grado que en el individuo Para Haeckel, la suposición de humano; dicho carácter pulsista es finalidades transcendentes en el responsable de la presencia en los comportamiento de los seres vivos átomos de elementos como la es una ficción. En la esencia de los memoria que no son perceptibles seres vivos se manifiestan pulsos observacionalmente, memoria que internos ontológicamente azaro- les permite guardar los caracteres sos, pero sólo unos pulsos favore- de un sujeto en los procesos de cen la permanencia existencial descendencia. frente a las dificultades que el medio ambiente plantea. No es La anterior máxima implica que necesario Dios o el Demiurgo en el un ser vivo viene a ser un tipo de mundo de Haeckel: el aparente manifestación de la fuerza cósmicamino de los seres vivos hacia la ca en la que está ostensible espaperfección no es más que supervi- ciotemporalmente, en la escala más alta, su carácter pulsista, de vencia. manera que el caso de los animales Una oración con la que se sintetiza correspondería a la zona superior toda la visión de Haeckel es la de dicha escala, en la que dicha siguiente de Stephen F. Mason: fuerza aparece con toda su natura'Tal punto de vista entrañaba que leza pulsista desplegada. no había distinción cualitativa entre los grados psicológico, bio- El pensar de Haeckel no desentona lógico y fisiológico de la naturale- en una tradición de la biología y la za, y que la naturaleza inorgánica fisiología directamente experidebía poseer al menos latentemen- mentalista que se remonta, pasante las cualidades de los organismos do por Paracelso (1493-1541) y su superiores y del propio hombre.'10 Archeus, a la obra del griego Esto sugiere la máxima de que la Erasístrato de Quíos (300-260 fuerza cósmica monista está por antes de nuestra era), el cual, en el escéptico 20 ausencia de una aplicación efectiva del materialismo griego estricto en fisiología, pensó que las arterias están llenas de aire transformado en espíritu vital. A tal tradición que incorpora un espíritu vital en las explicaciones fisiológicas se le denominará aquí con el término 'vitalismo biológico'. Así, lo que Haeckel tenía en mente era un protovitalismo biológico, sumergiendo su pensamiento en aguas tenebrosas, tanto desde un punto de vista filosófico como científico. Sin embargo, la vistosa labor empírica de Haeckel le valió una cátedra en Jena, lo cual le dio el prestigio necesario para extender con peso sus especulaciones realmente dudosas, a través de obras divulgativas que fueron popularmente bien recibidas (con tiradas en torno de los 400.000 ejemplares). Archivo Paracelso (1494 -1541) La popularidad y el prestigio adquirido de la obra de Haeckel fue el motivo de que las ideas de La Liga Monista se extendieran para formar parte del ideario común en la población culta. Como ya se ha comentado, la propia integración de Ostwald en La Liga Monista le facilitó la exten- GÉNESIS DE LA CONCEPCIÓN PSEUDOCIENTÍFICA DE ENERGÍA sión editorial de su pensamiento; pero esta divulgación vinculada a La Liga Monista, esto es, a Haeckel, afianzó en el público (poco atento a sutilidades metafísicas) la idea espuria de que su energetismo es una variante del monismo de Haeckel (a pesar del desacuerdo manifiesto de Ostwald con él). Así, se produjo una concomitancia que llevó al público a tomar como prácticamente iguales el significado de 'fuerza cósmica monista' y el significado de 'energía', ocasionando ello, al menos entre los no científicos, que el concepto de energía se considerara muy próximo al de actividad vital esencial. Hay que aclarar que el mismo Haeckel nunca empleó 'energía' para referirse directamente a su fuerza cósmica. En la década de 1860, al principio de su evolución filosófica, Haeckel utilizó la palabra 'energía' en un sentido cercano al de Young, como se desprende de las siguientes palabras de Haeckel extraídas de su obra Morfología general (1866): "Todo átomo ha de poseer un alma pues posee cierta energía". empleará aquí la denominación 'vitalismo evolucionista'. El vitalismo evolucionista está emparentado con el vitalismo biológico; y no hay que confundir la filosofía vitalista11 (denominada a menudo con el término 'vitalismo') con el vitalismo biológico o el evolucionista, aunque a menudo se incluyan éstos en la filosofía vitalista, por acaparar la misma las doctrinas que comparten un interés fundamental por el devenir vital. El vitalismo evolucionista guarda muchos puntos en común con la metafísica vitalista del idealista alemán Schelling; en cualquier caso, como queda patente en su carácter evolucionista, el vitalismo evolucionista es una extensión directa de las doctrinas de La Liga Monista, por lo que heredaron de ésta la utilización de "energía" para designar un principio vital cósmico. Este principio viene a ser la fuerza cósmica de Haeckel pero con ciertos elementos de finalismo. Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling (1775 - 1854) Henri Bergson (1859 - 1941) Más tarde, cuando su metafísica monista adquirió pleno desarrollo, para Haeckel la energía se convertiría en uno de los tres aspectos de una trinidad que asigna a su substancia universal, trinidad en la que la substancia universal aparece con tres propiedades fundamentales inseparables: materia, energía y Según dichas doctrinas vitalistas, psicoma. para la explicación de la esencia de la vida es insuficiente la invoUNA EXTENSIÓN DEL cación de un principio pulsista MONISMO HAECKELIA- inmanente el Universo, a la maneNO: EL VITALISMO EVO- ra de Haeckel. Resulta que además hay que admitir para tal principio LUCIONISTA una dimensión "finalista" que se LA DOCTRINA DEL VITALIS- manifiesta espaciotemporalmente en los seres vivos. De esta manera, MO EVOLUCIONISTA El protovitalismo biológico de ahora un ser vivo viene a ser un Haeckel fue retomado por ciertos tipo de manifestación de la energía pensadores, como el mismo Henri cósmica en la que está ostensible Bergson (1859-1941) de la época espaciotemporalmente, en la escade su obra La energía espiritual la más alta, su carácter pulsista y (1919), surgiendo unas doctrinas también finalista, de manera que el místico-evolucionistas basadas en caso de los animales correspondeel concepto de élan vital (o, si se ría a la zona superior de dicha prefiere, energía espiritual) que se escala, zona superior en la que pusieron de moda entre finales del queda patente la vertiente de intensiglo XIX y principios del siglo cionalidad fáctica de la energía XX. Para estas doctrinas se vital. 21 Archivo Archivo el escéptico deslizado por una pista acaba para- principio vital en sí mismo puede do debido a la presencia de roza- manifestarse como causa interna o miento. Si a continuación el disco como causa final. se moviera sin necesidad de presencia alguna de elemento externo Por tanto, hay causas no eficientes de por medio, se diría entonces no sólo en apariencia, es decir, que que se mueve por puro impulso no son ontológicamente reducibles independiente de su entorno físico; a causas eficientes. Esto implica y un objeto simple que se moviera que en principio, si no se especifien virtud de semejante impulso ca ninguna ley en contra, un objepodría actuar como máquina de to puede comenzar a automoverse, movimiento perpetuo, ya que al margen de cualquier causa efipodría mover incesantemente ciente externa (es una redundancia cuerpos que le ofrecieran resisten- hablar de causas eficientes extercia, en virtud de su propio impulso nas, ya que toda causa eficiente es de origen interno (mientras no lo externa) contra fuerzas externas. traspasara a su entorno), a pesar de Esto, a su vez, implica que existe la oposición que se le ejerciera. la posibilidad de que un objeto Esto puede formularse con más mueva sin causa eficiente a otros detalle desde un punto de vista objetos. metafísico, obviando ahora el Hermann Ludwig Ferdinand von asunto de si las proposiciones Considerando que el movimiento Helmholtz (1821 - 1894) metafísicas carecen o no de senti- es un fenómeno espaciotemporal, do, con el objetivo de refutar la se colige que semejante posibiliEL VITALISMO EVOLUCIO- doctrina vitalista evolucionista dad se convertiría en un hecho palpable si la característica de la enerNISTA Y LAS MÁQUINAS DE desde ella misma. gía de ser principio vital quedara MOVIMIENTO PERPETUO Los planteamientos vitalistas bio- Para los vitalistas evolucionistas lo en alguna circunstancia posible lógicos y vitalistas evolucionistas irreducible de la naturaleza es suficientemente manifestada espaadolecen de un problema, del que potencialmente, y por "igual", físi- ciotemporalmente. Y resulta que no está ajena la doctrina de co y psíquico, además de ser un en efecto esto último ocurre, puesto que existen los Haeckel: ¡derivan en la admisión principio vital de la existencia de máquinas de con intencio- Helmholtz argumentaba seres vivos (recordar la concepción que los organismos movimiento perpetuo! Este pro- nalidad fáctiblema ya lo advirtió el fisiólogo y ca inherente vivos serían máquinas de vitalista evoluciofísico alemán Hermann Helmholtz (si no fuera movimiento perpetuo si nista de ser vivo, y fáctica, no le (1821-1894) en el contexto de los derivasen su energía de también la haeckeserviría a los liana). Así, los vitalismos biológicos. En palabras una fuerza vital especial, vitalistas evoseres vivos son de Mason, acerca de lo que dijo aparte de la energía derilucionistas máquinas de moviHelmholtz al respecto: "Oponiénvada de su alimentación para explicar miento perpetuo, dose a los vitalistas, Helmholtz cómodamente considerando que argüía que los organismos vivos las correlaciones entre la auto- un ser que mueve otros sin necesiserían máquinas de movimiento consciencia y la fisiología). dad de causa eficiente es una perpetuo si derivasen la energía de máquina de movimiento perpetuo; una fuerza vital especial, aparte de Pero el que dicho principio vital ¡y también queda abierta la posibila energía derivada de su alimen- sea inherente a lo irreducible de la lidad de máquinas de movimiento tación."12 naturaleza implica que tal princi- perpetuo que no sean seres vivos! pio forma parte del último elemenSea un disco que permanece todo to (o elemento primigenio) de la SOBRE LA POSIBILIDAD DE él homogéneo de manera conti- cadena explicativa-metafísica de LAS MÁQUINAS DE MOVInuada, que después de haberse los fenómenos naturales; pero el MIENTO PERPETUO el escéptico 22 Archivo GÉNESIS DE LA CONCEPCIÓN PSEUDOCIENTÍFICA DE ENERGÍA A pesar de nuestras profundas convicciones heredadas de Aristoteles y de Newton, hay que advertir que, desde un punto de vista puramente lógico, la máquina de movimiento perpetuo es lógicamente posible (lo que no quiere decir que sea físicamente posible). Esto es así, pues, como sugirió el filósofo Wolfgang Stegmüller13, la autoaceleración es lógicamente posible, en contraposición a dicho sustrato heredado. Por tanto, no hay ninguna objeción a plantearse de entrada que un cuerpo vuelva una y otra vez a moverse por sí solo para volver a empujar una y otra vez otros objetos; y un cuerpo que hiciera ello sería una máquina de movimiento perpetuo. ¿Por qué es lógicamente posible la autoaceleración? Una manera de empezar a contestar la pregunta es advertir lo que pensó Aristoteles sobre los movimientos rectilíneos de objetos. Aristoteles concluyó que todo movimiento rectilíneo de cuerpos simples requiere de una causa eficiente que actúe de forma continuada (argumentando con un método puramente lógico-metafísico, sin basarse en experimento alguno). Esta conclusión aristotélica abarca al movimiento uniforme rectilíneo de un cuerpo simple; esto es, para Aristoteles puede que sea necesaria una causa eficiente continuada para que un cuerpo simple cambie de posición una y otra vez; sin embargo, Newton y Galileo Galiei opinaban que el movimiento rectilíneo uniforme no requiere causa continuada. Si en nuestra consideración inicial de un cuerpo no está incluída de alguna manera la posibilidad de que autocambie de posición, entonces la suposición añadida de que lo sabemos todo sobre él estará en contradicción con que cambia de posición por sí solo. Esto es, si de entrada se supone completo nuestro conocimiento de un cuerpo, puede ocurrir que nos parezca incomprensible que un cuerpo cambie por sí solo de posición. De esta incomprensión surgirá la necesidad de acudir a una causa externa al cuerpo para explicar su cambio de posición. movimiento perpetuo, ya que dicha autoaceleración consiste en un puro cambio de la dirección del movimiento del centro de masas, sin que aumente la energía cinética de ninguna de las cargas eléctricas del sistema. Otro caso de autoaceleración está previsto en la teoría de la relatividad especial: el de dos núcleos Tal peligro de que pensemos injus- que se fusionan perdiendo ambos tificadamente que lo sabemos todo masa. Esta masa perdida "se transsobre un cuerpo será más patente forma" en energía cinética de en el caso de que el cuerpo sea electrones y otras partículas y en considerado simple (u homogéneo radiación electromagnética. Dado todo él), pues la que la cantidad de consideración Desde un punto de movimiento total se ha de que un cuer- vista puramente lógi- de conservar, la cantipo sea simple dad movimiento del co, la máquina de lleva implícito movimiento perpe- campo electromagnétiun paso hacia la tuo es lógicamente co que se produce se ha suposición de de compensar. Esto posible, lo que no lo que sabemos conlleva que el núcleo quiere decir que sea todo sobre el ha de aumentar su canfísicamente posible mismo. En reatidad de movimiento lidad, nunca se para compensar el puede decir a priori que se sabe aumento de la cantidad de movitodo sobre un cuerpo en cuestión, miento del campo electromagnétipuesto que no conocemos todo co; sin embargo, no se trata de una sobre el Universo. Estas disquisi- máquina de movimiento perpetuo, ciones se pueden asumir para ya que en realidad no se produce lograr superar nuestra creencia energía nueva en el proceso (la neonewtoniana de que es lógica- energía "estaba en forma de matemente absurdo que un cuerpo se ria"). autoacelere. En cualquier caso, si toda autoaceHay que señalar que no todos los leración cabalmente planteada tipos de autoaceleración conlle- como autoaceleración es lógicavan una máquina de movimiento mente posible, entonces es lógicaperpetuo, según lo que se advierte mente posible la máquina de con varios tipos de autoacelera- movimiento perpetuo cabalmente ciones compatibles con la física planteada como máquina de movirigurosa. Por ejemplo, es física- miento perpetuo. Pero el que la mente posible, debido a que no se máquina de movimiento perpetuo cumple la 3ª ley de Newton entre sea lógicamente posible no quiere cargas eléctricas que interactúan decir que sea físicamente posible. magnéticamente, que el centro de Las experiencias con nuestro masas de un sistema de dos (o entorno descartan una y otra vez la más) cargas eléctricas se autoace- posibilidad física de tal máquina lere; pero esta posibilidad física no tan deseable. Así, una consecuencorresponde a una máquina de cia físicamente contrastable del 23 el escéptico vitalismo biológico y del evolucionista, la de la existencia de la máquina de movimiento perpetuo, no es coherente con hechos empíricos corroborados una y otra vez. EL PROBLEMA ESPISTEMOLÓGICO DEL VITALISMO EVOLUCIONISTA Sin embargo, la problemática del vitalismo evolucionista no sólo se reduce a que no es lícitamente asociable a la experiencia corroborada. Hay además una problemática en el vitalismo evolucionista mucho más grave, afín a la problemática epistemológica del vitalismo biológico en general. Cualquier circunstancia empírica lógicamente posible que se proponga se puede explicar siempre con alguna "adecuada" causa interna (o causa immanens) lógicamente posible o bien alguna "adecuada" causa final lógicamente posible: ¡no hay limitaciones lógicas a ello! Pero ni el vitalismo evolucionista conlleva restricción existencial alguna a las causas no efectivas lógicamente posibles, ni se puede corroborar por observación directa la presencia o no de dichas causas. Como comenta el filósofo (y físico académico) Mario Bunge14, las causas no eficientes no se pueden definir con términos empíricos, por lo que no pueden existir enunciados empíricos para corroborar por observación directa, e intersubjetiva, la presencia o no de causas no eficientes lógicamente posibles. Así, sin salirse para nada del vitalismo evolucionista se puede justificar prácticamente toda idea representacional, por muy colorista que sea, invocando la "adecuada" causalidad no eficiente arbitraria. Así, la energía vitalista es resultado de hacer degenerar un el escéptico 24 concepto unificador en una especie de testaferro que "explica" todo y nada, es decir, en un deus ex machina, o cosa o concepto artificialmente introducido para resolver una dificultad. Y el problema de los deus ex machina no es sólo que no aportan nada a la explicación del cómo (que es lo que normalmente interesa más en ciencia), sino que su utilización siempre puede derivar en conclusiones pérfidamente erróneas. 8. Sobre La Liga Monista y sus extensiones ver: a) Pelletier, Philippe," El problema del ecofascismo", en Tierra y Libertad (edición electrónica), nº 163, Febrero-2002; b) Espasa-Calpe, Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana, Madrid, 1980. 9. Carnap, Rudolf, Fundamentación lógica de la física, Editorial sudamericana, 1969 10. Mason, Stephen F., Historia de las ciencias 4. La ciencia del siglo XIX, Alianza Editorial, Madrid, 1996 (ver página 49) 11. Sobre la filosofía vitalista ver, por ejemplo, Ortega y Gasset, José, El Espectador I, editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1966 12. Mason, Stephen F., Historia de las ciencias 4, La ciencia del siglo XIX, Alianza Editorial, Madrid, 1996. 13. Ver Stegmüller, Wolfgang, Teoría y experiencia, editorial Ariel, Barcelona-CaracasMéjico, abril de 1979. 14. Bunge, Mario, Causality. The place of the Juan Manuel Sánchez Ferrer NOTAS DEL AUTOR 1. Frumento, Antonio S., Desmitificando la energía, en la revista El Escéptico, Primavera1999, página 57 y siguientes. 2. Mosterín, Jesús, Historia de la filosofía, 4. Aristoteles, Alianza Editorial, 1996 3. Sobre esta opción de Kelvin ver, por ejemplo, Atkins, P. W., La segunda ley, editorial Prensa Científica, Barcelona, 1992. 4. Sklar, Lawrence, Physics and chance (Philosophical issues in the foundations of statistical mechanics), Cambridge University Press, 1998 (Ver página 29). También, Clausius, Rudolf, Die mechanische Wärmetheorie, Braunschweig, 1875 (Versíon belga: Rudolf Clausius, Théorie mécanique de la chaleur, Société Belge d'éditions, Bruxelles, 1897). 5. Mason, Stephen F., Historias de las ciencias, 4. La ciencia del siglo XIX , página 143, Alianza editorial, 1996. 6. Ver, por ejemplo, Ostwald, Wilhelm, Grundiss der Naturphiloso-phie, Leipzig, Raclam, 1908 7. Sobre este asunto ver: a) Graells, J., Martín, C., Una anàlisi dels fonaments dinàmics de la termodinàmica relativista de l'equilibri (Un análisis de los fundamentos dinámicos de la termodinámica relativista del equilibrio), publicada en Revista de física, Volumen 2, número 6, primer semestre de 1999, Societat Catalana de Física; b) para un análisis más profundo: Sánchez Ferrer, Juan Manuel, Análisis lógico comparativo de las teorías termodinámicas y de las físicas estadísticas (memoria de proyecto de tesis doctoral), Departamento de lógica, historia y filosofía de la ciencia de la Universidad de Barcelona (España). causal principle in modern science, Cambridge, Massachusetts, Harvard University Press, 1959. NOTAS DE LOS EDITORES * El nombre del ensayista griego conocido tradicionalmente en español como Aristóteles (384 a.n.e. 7 de marzo de 322 a.n.e.), se pronunciaba en griego como una palabra llana (Aristotéles) y no como una esdrújula, como se hace normalmente en nuestro idioma. Es por ello que el autor ha optado por transcribir el nombre del filósofo como Aristoteles, sin tilde, en lugar del Aristóteles más habitual. ** Según el Diccionario de la Real Academia Española, el término heurístico alude, en algunas ciencias, a una manera de buscar la solución de un problema mediante métodos no rigurosos, como por tanteo, reglas empíricas, etc. *** Término procedente del griego proskunesis, significa, adoración, reverencia acrítica dada a una doctrina o pensamiento dado. El presente trabajo es la primera parte de un estudio más amplio sobre este tema. La segunda parte (y final) de este trabajo se incluye en el próximo número de nuestra revista y en la misma el lector podrá encontrar una bibliografía de fuentes primarias, la webgrafía de las fuentes primarias más representativas utilizadas, la bibliografía de fuentes secundarias y la base bibliográfica filosófica o científica.