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Las fabulaciones de Jehová
RICARDO HERREN
Hoy sabemos que Su Ilustrísima se equivocó en unos 14.000 millones de años. Pero en su tiempo el trabajo del arzobispo Ussher fue estimado como una valiosa aportación al conocimiento del libro sagrado de judíos y cristianos, así como también un dato fundamental para poder conocer la historia del mundo. La cronología del arzobispo recibió amplia aceptación en Occidente hasta bien entrado el siglo XIX. A lo largo de varios milenios, para los hebreos primero y luego para todo el orbe cristiano, el texto bíblico constituyó el más fidedigno documento histórico del díos y cristianos, entonces jugaba a contar mentiras. El arzobispo anglicano y primado de Irlanda, James pasado de la humanidad, donde se narraba lo ocurrido Ussher, tras realizar un minucioso estudio de las cro- desde la Creación ex nihilo del Universo por el Dios de nologías de la Biblia en 1650 precisó que el Universo los judíos y posteriormente, el origen del hombre, creahabía sido creado por Dios el 22 de octubre de 4004 do "a imagen y semejanza" de su Creador seguido de la a.C. por la tarde, es decir, hacía entonces 5.654 años posterior aventura de los seres humanos centrada en la historia del pueblo hebreo, el "elegido de Dios". (6.006 en 2002). La Biblia en su conjunto se presenta, en buena parte, como una obra de narración histórica verídica o al menos verosímil con cronologías puntuales, reinados, referencias geográficas precisas, relatos de grandes migraciones, batallas, conquistas, nombres propios de personajes relevantes y marginales, etc., además de los avatares privados de numerosos individuos. Las historias de la pareja primigenia, Adán y Eva, de sus descendientes Abel y Caín, Matusalén y su nieto Noé, protagonista del Diluvio Universal, la frustración de la torre de Babel y, por fin, el largo peregrinaje de Abram (Abraham se llamará sólo más tarde), el gran patriarca de las religiones judía, cristianas e islámica hasta CaNoé en su arca, pintura paleocristiana ubicada en las naán, fueron asumidos como jalones ciertos de la hiscatacumbas de San Marcelino y San Pedro, en Roma. toria del hombre sobre la Tierra. Que Matusalén viviera hasta los A lo largo de varios milenios, para los hebreos 969 años, por ejemplo, y que engendrara a su hijo cuando tenia primero y luego para todo el orbe cristiano, 187 --entre otras muchas rareel texto bíblico constituyó el más fidedigno zas-- no quitaba verosimilitud a documento histórico del pasado de la humanidad. los textos del Génesis.
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Los patriarcas bíblicos como Abraham, Noé o Jacob Los patriarcas bíblicos como Abraham, Noé o nunca Jacob existieron; los existieron; israelitas no esclavizados en Egipnunca los estuvieron israelitas no estuvieron esclavizados en Egipto; jamás por el realizaron desierto; nunto; jamás deambularon por deambularon el desierto; nunca la ca militar realizaron de Canaconquista de la la conquista tierra de militar Canaán y la el tierra rico yde poderoán unificado" y el rico y de poderoso "reino unificado" de David y so "reino David y Salomón fue, a lo sumo, un Salomón fue, a lo sumo, un pequeño cacicazgo margipequeño cacicazgo marginal. Éstas son las conclusiones que nal. decenios Éstas son de lasexcavaciones conclusiones que los últimos decenios los últimos arqueológicas e invesde excavaciones arqueológicas e investigaciones histótigaciones históricas independientes han puesto al descuricas independientes puesto al descubierto. Jebierto. Si Jehová es el autorhan e inspirador de la Biblia Si como hová es el autor e inspirador de la Biblia comomentiras. creen jucreen judíos y cristianos, entonces jugaba a contar
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Fueron tomados por básicaLos profetas y escribas que compusieron los textos mente ciertos el período de la "esclavitud" de los judíos en Egipto, bíblicos eran mejores teólogos, literatos y su liberación liderada por Moisés y, propagandistas que historiadores. después de cuarenta años de vagar por el desierto, la conquista sangrienta de Canaán por un feroz ejército israelita al man- dernos, de las correlaciones históricas con otros pueblos do de Josué, tras la donación que Jehová les hizo de esa de la región, de las críticas literarias y sólo entonces fuetierra "que mana leche y miel". Todas estas narraciones ron a mirar y a cotejar lo que decía la Biblia. De ahí en adelante, se desarrolló toda una oleada de marcaron y explicaron el nacimiento de Judá-Israel y el nuevas investigaciones de mayor rigor científico a la que inicio del desarrollo de la identidad judía. Pero el último siglo de intensas investigaciones ar- Herzog llama "una revolución arqueológica". Sus conqueológicas en la región, sumadas a los estudios histó- clusiones se resisten todavía a ser aceptadas por la conricos y de crítica textual han dado al final una versión ciencia pública, "pero no pueden ser ignoradas". Los muy distinta de los hechos: "Los actos de los patriarcas profetas y escribas que compusieron los textos bíblicos son pura leyenda, los israelitas nunca estuvieron en eran mejores teólogos, literatos y propagandistas que Egipto, no vagaron por el desierto, no conquistaron la historiadores. tierra en una campaña militar y no la legaron a las doce tribus de Israel", afirma enfáticamente el prestigioso ar- CUÁNTOS Y CUÁNDO queólogo israelí de la Universidad de Tel Aviv, Ze'ev Her- Una de las primeras dificultades y a la vez contradiczog. "Aunque lo más difícil de tragar --añade-- sea el ciones del relato bíblico inicial es en qué época se prohecho de que `la monarquía unida' de David y Salomón, dujeron los hechos narrados, esa cuestión que el arzodescrita en la Biblia como un poder regional fue, a lo bispo anglicano creía haber resuelto. Según la cronología del texto sagrado, Salomón erigió el Templo sumo, un cacicazgo". 480 años después del Éxodo de Egipto. En la cuenta atrás hay que sumar unos 439 años de estancia en el IR POR LANA... Paradójicamente, las excavaciones arqueológicas en Pa- país del Nilo y las vidas extraordinariamente largas de lestina fueron impulsadas por cristianos y judíos mili- los patriarcas, con todo lo cual Abram/Abraham habría tantes que querían demostrar con pruebas materiales la emigrado de "Ur de los Caldeos" a Canaán en el siglo veracidad de los relatos bíblicos, amenazada por las teo- XXI a.C. (antes de la Era Común). Pero la arqueología no ha encontrado ninguna evirías científicas sobre el origen del Universo, la evolución de las especies y los hallazgos de la crítica literaria de dencia que pudiera sustentar tal afirmación ni en el XXI ni en los siglos sucesivos. Benjamín Mazar, uno de los la Biblia a fines del siglo XIX. Su método era muy cuestionable desde el punto de arqueólogos que defienden todavía la historicidad (parvista científico: partían de su convicción de que todo en cial) de la Biblia, ha propuesto trasladar la época de la la Biblia era sustancialmente cierto, de manera que tra- migración de Abraham un milenio más tarde, al siglo XI, taban de hacer encajar los hallazgos arqueológicos con pero eso la situaría en la época en que los israelitas se las narraciones del Antiguo Testamento. Liderados por instalaron en la Tierra Prometida. Los intentos del doel norteamericano William F. Albright y el rabino Nelson minico Roland de Vaux de situar las narrativas de los paGlueck, esta rama de la arqueología, la arqueología bí- triarcas entre los años 2000 y 1500 a.C. tampoco meblica, se dedicó sobre todo a excavar ruinas de grandes joraron las cosas. El Génesis contiene no pocos anacronismos que, ciudades y a estudiar la cultura hebrea desgajada de la de otros pueblos de la región. Pese a los esfuerzos de además, chocan con sus propias cronologías, lo que suestos investigadores, pronto empezaron a surgir contra- giere que fueron escritos en épocas muy posteriores. Se dicciones entre los relatos bíblicos y los hallazgos ma- afirma que Abram/Abraham era originario de "Ur de los caldeos", pero los caldeos (como llamaban los hebreos teriales. En los años setenta del pasado siglo XX apareció una a los neobabilónicos) no aparecen en la Historia antes nueva generación de arqueólogos, que con una meto- del siglo VIII a.C., más de un milenio después de las fedología opuesta empezaron a socavar la construcción al- chas bíblicas. Isaac, hijo de Abraham se encuentra con "Abimebrighteana sobre la historicidad de los patriarcas: partieron de los datos científicos, es decir, de los resultados lech, rey de los Filisteos" en la ciudad de Gerar (Gen de las excavaciones realizadas con métodos más mo- 26:1) a la que consideran implícitamente una gran urbe.
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Jonás, surgiendo de las fauces del monstruo marino, pintura paleocristiana hallada en las catacumbas de San Marcelino y San Pedro, en Roma.
versal y Noé están copiados de tradiciones mesopotámicas, mucho más antiguas, que los hebreos probablemente conocieron durante su exilio en Babilonia; el lenguaje de la Creación al comienzo del Génesis está inspirado por mitos similares de Babilonia. Dice Philip Davies, profesor de Estudios Bíblicos de la Universidad británica de Sheffield: "En la última gran conferencia académica de la Northwestern University en Chicago sobre Los Orígenes del Pueblo Judío ya no hubo ni un solo ponente que defendiera la historicidad de las narraciones de los patriarcas en el Génesis", pese a que allí estaba reunido lo más granado de los especialistas en Historia Bíblica de distintas escuelas e interpretaciones.
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AQUÍ NO ESTUVO ISRAEL A lo largo de milenios en la Edad Antigua, Egipto fue una tierra de refugio de los nómadas o desplazados del Medio Oriente. La razón principal es que éstos estaban sometidos a los cambiantes regímenes de lluvias para recoger sus cosechas o alimentar sus rebaños, mientras que las crecidas puntuales del Nilo y sus fértiles orillas aseguraban a los egipcios una agricultura sin demasiados contratiempos todos los años. Jacob con sus hijos, en el relato bíblico, van a comprar trigo a Egipto en un año de estrecheces en Canaán y allí encuentran encumbrado a su hijo José a quien sus hermanos habían vendido como esclavo a unos mercaderes. La historia es conocida y marca el comienzo de un período de más de cuatro siglos durante el cual los israelitas permanecen en Egipto, según el Génesis. Finalmente el caudillo hebreo Moisés huye con su pueblo, y atraviesa milagrosamente el Mar Rojo, cuyas aguas se abren a su paso y se cierra cuando el ejército egipcio que los persigue intenta atravesarlo con el faraón a la cabeza. Luego, durante cuarenta años, vagan por el desierto. Allí Moisés recibirá en lo alto del monte Sinaí las Tablas de la Ley que sellan la Alianza entre Yavé e Israel, su pueblo elegido, inicio del culto monoteísta enSegún Philip Davies, en la última gran conferencia tre los judíos. académica de la Northwestern University en Chicago Pero los egipcios, minuciosos cronistas de los hesobre Los Orígenes del Pueblo Judío ya no hubo ni chos trascendentes de su un solo ponente que defendiera la historicidad historia, no mencionan en absoluto esta prolongada de las narraciones de los patriarcas en el Génesis. presencia de los israelitas nece al mundo de las tradiciones o leyendas en las que en su país, ni ninguno de los hechos extraordinarios napuede haber nada o muy poco de historia. Incluso mu- rrados en la Biblia como las plagas, la matanza de los chos de los relatos del Génesis como el del Diluvio Uni- primogénitos, la fuga de cientos de miles de personas o Los filisteos no emigraron a Canaán antes de 1200 a.C., alrededor de un milenio después de los años en que vivió Isaac, según la Biblia. Las excavaciones en las ruinas de la "ciudad" de Gerar muestran que en el siglo XIII y XII a.C. era todavía una aldea minúscula. Las historias de los patriarcas van asociadas con el uso de camellos en gran escala tanto para usos tanto civiles como militares, lo que también es anacrónico. "En ninguna de las fuentes arqueológicas del Cercano Oriente los camellos son mencionados en esta época ya que fueron domesticados en un proceso largo y gradual que llevó cientos de años", explica Nadav Na'aman, profesor de Historia Judía en la Universidad de Tel Aviv. No se encuentran abundantes huesos de camellos hasta los estratos correspondientes al siglo VII a.C., añade el catedrático. Por lo que el autor que escribió estas referencias muchos siglos después de los supuestos hechos narrados reflejaba la situación de su propia época y no la de los protagonistas de sus historias. Éstos son apenas algunos ejemplos de las contradicciones entre las evidencias arqueológicas y las narraciones bíblicas que han llevado a buena parte de los expertos a admitir que la etapa de los Patriarcas perte-
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el aniquilamiento del ejército egipcio, tragado por las aguas. Todos los faraones que reinaron en la época se encuentran momificados y enterrados en sus tumbas (o en los museos) y no en el fondo del mar. Y lo que es más llamativo: la ignorancia es mutua, porque los cronistas bíblicos no mencionan siquiera el nombre del faraón con quien Moisés intenta negociar el Éxodo de su pueblo, un encuentro cara a cara, por cierto, harto improbable dado el carácter sagrado de los monarcas egipcios y su distanciamiento total de sus súbditos, los simples mortales. Los intentos de encontrar alguna huella arqueológica de los 40 años de vagabundeo en los sitios mencionados en el relato bíblico, tampoco han arrojado ni la más pequeña evidencia de la presencia de muchos centenares de miles de personas habitando durante largos años en campamentos. Ni siquiera el monte Sinaí donde Moisés recibió el Decálogo ha sido localizado con certeza. Incluso William G. Dever, ferviente defensor de la historicidad de la Biblia, reconoce que el monoteísmo de Israel no comenzó en el desierto como dice el Éxodo, sino algunos siglos más tarde. "No tenemos evidencias arqueológicas claras de religión y cultos israelitas antes de la monarquía en los siglos X y IX a.C. La ausencia de datos más visibles sugiere un culto extremadamente simple, sin iconos, no institucionalizado, probablemente basado en la familia y todavía en la tradición de las religiones de la fertilidad más antiguas de Canaán", dice este profesor de Arqueología y Antropología del Cercano Oriente en la Universidad de Arizona, recientemente convertido al judaísmo. "Los israelitas nunca vivieron en Egipto", subraya Niels Peter Lemche, profesor de estudios del Viejo Testamento en el Departamento de Estudios Bíblicos de la Universidad de Copenhague. "Los autores de las narraciones bíblicas deben de haber tomado la historia de los recuerdos de algún grupo pequeño de personas que alguna vez estuvieron en Egipto y, eventualmente, este grupo podría haber pasado a formar parte de la herencia nacional de los hebreos", especula. La única mención de Israel que se encuentra en los anales egipcios de la época es una estela erigida por el faraón Merneptá en el quinto año de su reinado (1209 a.C.) en la que canta las glorias de sus victorias contra los libios y los cananeos: "Canaán ha sido limpiada de enemigos", afirma en la parte pertinente. "Ashkelon ha sido tomada, Gezer ha sido capturada, Yenoam ya no existe, Israel está devastado, sin descendencia posible". La significación exacta de esta aislada mención sigue
La única mención de Israel que se encuentra en los anales egipcios de la época es una estela erigida por el faraón Merneptá en el quinto año de su reinado (1209 a.C.) en la que canta las glorias de sus victorias contra los libios y los cananeos: "Canaán ha sido limpiada de enemigos", afirma en la parte pertinente.
siendo materia de discusión entre los especialistas. Lo cierto es que por el modo en que está escrita la frase en la lengua original debe entenderse que Israel es un pueblo nómada y no un topónimo como los otros nombres cananeos mencionados. Pero es imposible conocer a quiénes se refieren los egipcios exactamente. "Nada sabemos de un grupo humano llamado `Israel' 200 años antes de la fundación de la monarquía y el comienzo de la protohistoria de Israel", dice Na'aman. De hecho, "el texto egipcio está abierto a numerosas interpretaciones, ninguna de las cuales puede ser verificada con ningún grado de certidumbre", agrega. El nombre de Israel no aparece en la extensa colección de correspondencia entre el faraón y los reyes y reyezuelos de Canaán y Siria, conocida como las cartas de Al Amarna (1348-1332 a.C.) un siglo antes de la estela de Merneptá.
C. LÓPEZ
Antiguas murallas de Jericó. Mucho más antiguas que lo que permite la cronología bíblica del arzobispo Ussher, la torre de piedra semicircular que se observa, de unos 9 metros de altura, se remonta al neolítico precerámico, hace más de 9.000 años (desde el presente) y fue descubierta en el año 1956 por la arqueóloga K. Kenyon.
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¿A SANGRE Y FUEGO? En la Biblia, tras cuatro decenios de vagar por el desierto, los israelitas llegan a Transjordania y se disponen a atravesar el río Jordán para iniciar la conquista de Canaán al mando del líder que reemplaza a Moisés: Josué. Yavé le confirma que les da "todo lugar que sea hollado por la planta de vuestros pies", "desde el desierto y el Líbano hasta el río Grande, el Éufrates (toda la tierra de los hititas) y hasta el mar". Pero tendrán que conquistarla a sangre y fuego y perpetrar el genocidio de todos sus habitantes. Cuarenta mil hombres de guerra, los sacerdotes y el resto del pueblo atraviesan el río Jordán que detiene el curso de sus aguas por orden de Yavé para que los judíos pasen por el cauce seco. El primer objetivo es Jericó, una antiquísima ciudad erigida en un oasis. Al sonido de las trompetas de los sacerdotes hebreos sus murallas caen y los israelitas toman la ciudad, degüellan a casi todos sus habitantes y a sus ganados, se apoderan de sus riquezas en oro para el altar de Yavé y la incendian. Luego vendrá la vecina ciudad de Ay que sigue una suerte parecida. Así sucesivamente los ejércitos victoriosos de los hebreos conquistan el norte y el sur de Canaán, matan a todos sus habitantes y reparten las ciudades entre las tribus. Hasta 31 reyes de ciudades-estado fueron derrotados por las fuerzas israelitas, según la narración del Antiguo Testamento. La realidad que delatan las investigaciones arqueo-
sión de una conquista militar de Canaán", dice Herzog. Todas las ciudades exploradas arqueológicamente estaban muy lejos de las exageradas descripciones de la Biblia según las cuales eran grandes centros urbanos con murallas y edificios que llegaban al cielo. "Se trataba de asentamientos no fortificados que en el mejor de los casos consistían en unas pocas estructuras o en el palacio del gobernante, más que en una verdadera ciudad", añade el arqueólogo israelí. "La cultura urbana de Palestina se desintegró en un largo proceso que duró siglos y no fue consecuencia de una conquista militar". Más aún: la descripción de la Biblia ignora algunos aspectos fundamentales como que Canaán en esos tiempos estaba ocupada militarmente por Egipto, poder al que el relato del libro sagrado no menciona en ningún momento. "Hasta mediados del siglo siguiente, el XII, Egipto mantuvo el dominio con centros administrativos situados en Gaza, Yafo y Beit Shean. Se han descubiertos restos de la presencia egipcia incluso en ambas orillas del Jordán", señala Herzog, hasta que a fines del siglo XII el ejército de los faraones se retiró definitivamente de Canaán. "Resulta evidente que la mayoría de las narraciones de conquistas carecen de fundamentación histórica", subraya Na'aman. "A fin de darle verosimilitud a su historia, el autor copió las grandes líneas del relato de otros acontecimientos concretos tomados de la historia de Israel", que han sido identificados por los estudiosos e inventariados por Na'aman en su obra The "Conquest of Canaan" in the Book of Joshua and in History" (Jerusalén, 1994). EL MESTIZAJE CANANEO Si los hebreos no provinieron de Egipto, ni conquistaron la tierra de Canaán, ¿cómo se formó el pueblo de Israel o, al menos, la identidad judía? Hacia 1250 a.C. se desencadena en Micenas, al sur de Grecia la llamada hambruna micénica que se irá extendiendo a Anatolia y a todo el Cercano Oriente. Hay sobradas pruebas de que se registra un severo cambio climático que trae persistentes sequías que durarán hasta mediados del siglo XI a.C. El hambre provoca el abandono de pueblos y ciudades y el desplazamiento de grandes masas humanas, parte de las cuales, forzadas a sobrevivir, forman partidas de bandidos o grupos de soldados de fortuna. A los desplazados de la región se suman otros como los llamados Pueblos del Mar, a parte de los cuales la Biblia identifica como los filisteos. Las culturas urbanas de Canaán-
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La descripción de la Biblia ignora algunos aspectos fundamentales como que Canaán hasta mediados del siglo XII estaba ocupada militarmente por Egipto, poder al que el relato del libro sagrado no menciona en ningún momento.
lógicas, empero, exhibe un panorama bien diferente. En la última parte del siglo XIII a.C. cuando según la Biblia se produjo la conquista de Canaán muchas ciudades como Jericó o Ay no sólo no tenían murallas sino que no existían como centros poblados, de modo que mal podían ser conquistadas. "A medida que más y más ciudades fueron desenterradas y quedó en evidencia que esos centros poblados murieron o simplemente fueron abandonados y se despoblaron en distintas épocas, la conclusión fue inevitable: no existen bases fácticas que respalden la ver-
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Siria y Anatolia entran en colapso y muchas son aniqui- parte. Como lo demuesladas por los errantes fuera de ley. En el siglo XII a.C. to- tran los hallazgos de las dos los reinos de la región, a excepción de Carchemish poblaciones excavadas, fuey Melid, son saqueados, destruidos y ya no se recuperan. ron cananeos aborígenes", seA comienzos de esa centuria los Pueblos del Mar ñala Davies. "Su cultura mateprovocan la caída de uno de los grandes imperios de la rial es generalmente imposible de región, el Hitita, situado en lo que hoy es Turquía. Ole- distinguir de la de otras poblaciones adas sucesivas de hititas y pueblos vecinos llegan a Ca- vecinas. Estas gentes no descendían naán desde el norte y se suman a los grupos nómadas de un antecesor común que vino desde o nomadizados por las carestías y el arrasamiento de la fuera, no escaparon desde Egipto ni entraron en la tiecultura urbana. Algunos intentan penetrar en Egipto a la rra con una religión que recibieron durante un vagabundeo por el desierto. No exterminaron a los habitanbusca de alimentos. Poco a poco estos grupos heterogéneos en cuanto a tes locales, ni siquiera lo intentaron. Se establecieron, origen se van asentando, fundan o refundan poblaciones por la razón que fuere, en las tierras altas centrales de y se mezclan con los cananeos nativos. La tradición bí- Palestina. La proximidad entre sí de estas aldeas, la forblica conserva el recuerdo de este mestizaje, en una ver- mación progresiva de vínculos familiares, la necesidad sión que la arqueología confirma como mucho más ve- de cooperación y el estilo de vida no urbano muy prorosímil que la de la conquista militar de Canaán y el bablemente impulsaron un sentimiento de identidad étaniquilamiento de la población nativa: "Y los israelitas nica. No tengo idea de si esta gente se llamaba ya `Ishabitaron en medio de los cananeos, hititas, amorreos, rael'. Si fuera así, sin duda, es un Israel que nosotros no perizitas, jivitas y jebuseos; se casaron con sus hijas, reconoceríamos en el Pentateuco", explica Davies. Lo curioso es que un pueblo que reclama derechos dieron sus propias hijas a los hijos de aquellos y adolegítimos sobre una tierra disputada se identifique a sí raron a sus dioses" (Jueces, 3:5-6). "Sólo dos de estas siete naciones pre-israelitas re- mismo como foráneo, cuando lo más lógico sería propresentan a la población autóctona del país; los cananeos clamar y mitificar una presencia inmemorial en el tey los amorreos. El resto lleva nombres de grupos escin- rritorio para respaldar sus derechos. La respuesta a esta peculiaridad de los israelitas es didos de otros mayores que emigraron a Canaán en el siglo XII y se asentaron allí junto a grupos semíticos occi- que probablemente deseaban diferenciarse claramente de los otros cananeos a quienes la clase sacerdotal, que dentales (los llamados `israelitas')", explica Na'aman. A partir de estas circunstancias, "los diferentes gru- compuso los mitos probablemente en el siglo VI a.C., pos cristalizaron en un largo y gradual proceso. Las afi- despreciaba por el politeísmo común a todos los pueblos liaciones étnicas y las identidades nacionales emergie- de Canaán al que también eran muy proclives los israron en una fase posterior del proceso, con el surgimiento elitas. de nuevos marcos políticos", dice Israel Finkelstein, director del Departamento "Los judíos no vinieron de fuera de Canaán, de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv y una de las figuras más prominensegún afirma la Biblia: ni desde Egipto ni desde tes de la investigación arqueológica acninguna otra parte. Como lo demuestran tual en Oriente Medio. "Israel no existió los hallazgos de las poblaciones excavadas, hasta el siglo XI a.C.", añade, cuando a ambos lados del Jordán se fundaron fueron cananeos aborígenes", señala Davies. también nuevas monarquías (Moab, Amón, Filistia). "Es, por tanto, evidente que la emergencia de Isra- ¿MONARQUIA UNIDA O CACICAZGO? el no fue un episodio único, metahistórico en la histo- Para los narradores bíblicos la etapa de esplendor del ria del pueblo elegido, sino más bien parte de un pro- pueblo de Israel no tardó en llegar, tras la "conquista". ceso mucho más amplio que tuvo lugar en el Antiguo La división inicial entre el reino del norte, Israel con caMedio Oriente, un proceso que llevó a la destrucción del pital en Samaria y el del Sur, con sede en Jerusalén terancien régime y el surgimiento de un nuevo orden de es- minó dando nacimiento al período de mayor esplendor de los hebreos: la Monarquía Unida bajo David y Salotados territoriales y nacionales", subraya Finkelstein. "Los judíos no vinieron de fuera de Canaán, según món, creadores de un gran imperio-puente entre el Nilo afirma la Biblia: ni desde Egipto ni desde ninguna otra y el Éufrates. Esto habría ocurrido en los últimos años
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lidades descritas en la Biblia en la Palestina del siglo X a.C. Uno no puede hablar históricamente de un estado sin una población, ni puede hablar de una capital sin una ciudad. Las historias solas no son suficientes". A Thompson le sorprende, igual que a cualquiera, que haya existido un "imperio" rodeado de vecinos y vasallos y que ninguno de ellos hiciera la más mínima referencia a él en testimonios duraderos. Un supuesto "imperio" que hasta carecía de nombre propio porque nadie, en la Biblia o fuera de ella, dice cómo se llamaba. O un emperador, Salomón, que se casa con la hija de un faraón (otra vez de nombre desconocido para los autores de la Biblia) y no queda en Egipto registro alguno del hecho. Y un "imperio" con una capital, Jerusalén, que en el siglo X a.C. era sólo una pequeña y aislada aldea que servía de mercado a los cultivadores de olivos y que no crecerá hasta después de la caída de Samaria en 722 (su rival del Norte) y de Lakish en 701 (su rival del Oeste), como pusieron en evidencia las excavaciones en el Monte Ofel jerosolimitano llevadas a cabo por Kathleen Kenyon antes de la guerra árabe-israelí de 1967. De haber habido un reino davídico-salomónico éste habría sido más bien un pequeño cacicazgo de escaso territorio e influencia, creen buena parte de los expertos, incluídos aquellos que conservan su fe en la historicidad del texto bíblico como el prominente arqueóloDavid y Goliat, óleo de Edgar Degas ubicado actualmente en el Museo Fitzwilliam, en Cambridge (Reino Unido). go Amihai Mazar. Una inscripción que data de la última mitad del siglo IX a.C. hallada "No tenemos evidencias de la existencia real de reyes en Tel Dan en el verano llamados Saúl, David o Salomón ni de ningún templo en de 1993 es la única menJerusalén en este periodo", según Th. F. Thompson. ción extrabíblica que existe de la "Casa de David", que permitiría confirmar del segundo milenio y los iniciales del primero, según la la existencia histórica del fundador de la dinastía judaita si se probara su, por ahora discutida, autenticidad. Biblia. Pero "no existe evidencia alguna de una Monarquía Unida, ni de una capital en Jerusalén, ni de ninguna ¿DE QUÉ BIBLIA HABLAMOS? fuerza política unificada coherente que dominara la Pa- Durante milenios se dio por cierto que los autores de los lestina occidental", dice Thomas F. Thompson, cate- textos bíblicos eran una especie de cronistas que nadrático de Estudios Bíblicos en la Universidad de Co- rraban los hechos poco después de que ocurrían. A finales del siglo XIX el catedrático alemán Julius penhague y uno de los mayores exponentes de la nueva Wellhausen echó por tierra esta visión cuando a través visión de la Biblia. "No tenemos evidencias de la existencia real de reyes del análisis literario crítico consiguió diferenciar cuatro llamados Saúl, David o Salomón ni de ningún templo en fuentes distintas en estilo, vocabulario y contenido para Jerusalén en este periodo. Y lo que sabemos de Israel y los cuatro primeros libros de la Biblia. Algunas de ellas, Judá del siglo X a.C. no nos permite interpretar esta fal- las más antiguas, fueron fechadas por Wellhausen y su ta de evidencia como un vacío en nuestro conocimien- Hipótesis Documental en el siglo X a.C., mientras que to e información sobre el pasado, un mero resultado de otras las situó en el siglo V a.C. Así el Génesis, Éxodo y la naturaleza accidental de la arqueología. No hay espa- Números, por ejemplo, serían mezclas de compilaciones cio ni contexto, artefacto o archivo que apunte a las rea- antiguas y más recientes.
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Los estudios sobre la Los textos bíblicos completos (los llamados "estándar") introducción de la escritura obligaron a datar más antiguos que existen son una versión masorética con posterioridad los del siglo XI de nuestra era que se conserva en textos reputados como la Biblioteca Pública de San Petersburgo y el Códice más antiguos. Aunque la escritura alfabética "made Alepo, una copia anterior, de la primera mitad duró y cristalizó en Fenidel siglo X que se encuentra en Jerusalén. cia a finales del siglo XI y principios del X a.C. y Entre los Rollos de Qumran, pertenecientes a una codesde esta región se difundió a Siria y Palestina durante el siglo IX", "ninguna inscripción alfabética ha sido des- munidad de disidentes esenios a orillas del Mar Muercubierta en los territorios de Israel o Judá anterior al si- to, "hay al menos cuatro ediciones de los libros de Éxodo y Números y gran variedad de volúmenes del glo VIII", explica Na'aman. Es en el siglo VII cuando la escritura alfabética se di- Deuteronomio y dos o más versiones de los Salmos", funde, por lo que no resultaría plausible suponer que se dice Eugene Ulrich, profesor de escritura hebrea de la compusieran textos con anterioridad. Esto coloca a los Universidad de Notre Dame y editor de los 127 rollos de autores a muchos siglos de las fechas en que, supues- las comunidades esenias. Los Rollos mostraron, además, que a lo largo de sitamente, acontecieron los hechos que narran, con el agravante de que como fuentes sólo pudieron haber tenido glos prácticamente todos los libros de la Biblia fueron intencionadamente cambiados. "Los escribas --explica tradiciones orales. Pero, ¿tenemos esos textos originales en alguna par- Ulrich-- expandieron creativamente la Biblia y la rehite? Nada de eso. Los textos bíblicos fueron escritos y re- cieron para ajustarla a las nuevas necesidades que las escritos infinidad de veces, censurados, copiados y edi- sucesivas comunidades experimentaron a través de las tados por decenas de generaciones. De las copias de la vicisitudes de la historia. Incorporaron materiales que, Antigüedad no quedan más testimonios que las versio- creyeron, podían aclarar o aguzar algunos puntos a los nes parciales encontradas en los Rollos del Mar Muerto lectores. Los elementos de la actualidad --políticos, (del 200 a.C. al 100 EC) y en los Papiros Nash del 150 económicos o sociales-- proveyeron los catalizadores a.C. Fuera de esto, los textos bíblicos completos (los lla- para cada nueva versión". Hoy se tiende a creer que la mayoría de los textos mados "estándar") más antiguos que existen son una versión masorética del siglo XI de nuestra era (1088) que bíblicos fueron escritos originariamente en la llamada se conserva en la Biblioteca Pública de San Petersbur- época persa, tras el regreso de los israelitas del exilio en go y el Códice de Alepo, una copia anterior, de la primera Babilonia (538-332 a.C.). Otros estudiosos datan hipotéticamente los textos originarios en épocas aún mitad del siglo X que se encuentra en Jerusalén. Los textos parciales de los primeros siglos de la era posteriores, hacia la época helenística (siglos III y II cristiana demuestran que, en varias épocas, coexistieron a.C.), cuando el concepto de Israel con una identidad distintas versiones de los mismos libros hasta que sólo étnica y religiosa definida emergió finalmente bajo los sobrevivió uno de ellos y los demás fueron eliminados en Macabeos, como sostiene Davies. Finkelstein tiene una explicación que parece más un largo proceso de criba llevado a cabo por sucesivas ajustada. Hasta el 720 a.C. el reino norteño de Israel generaciones. con capital en Samaria era un Estado poHoy se tiende a creer que la mayoría de deroso y rico, a difelos textos bíblicos fueron escritos originariamente rencia del de Judá, al sur, con capital en Jeen la llamada época persa, tras el regreso de rusalén, muy pobre y los israelitas del exilio en Babilonia (538-332 a.C.). aislado, que ni siquiera había desarrollado Otros estudiosos datan hipotéticamente los textos las características de originarios en épocas aún posteriores, un Estado con su orhacia la época helenística (siglos III y II a.C.). ganización administrativa. En esa fecha
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El nuevo monarca aprende la dura lección y consigue insertar a Judá en el esquema económico del imperio asirio, al tiempo que practica una pragmática obediencia a sus amos de Nínive. Esto le asegurará no sólo un reinado en paz sino que brindará a Judá una época de inédita prosperidad gracias, sobre todo, a su cotizada producción de aceite de oliva y de vino. Pero tres años después de la muerte de Manasé, la clase sacerdotal vuelve a las andadas: consigue coronar a su hijo Josías, un niño de ocho años de edad, destinado a cumplir un papel mesiánico como "restaurador" (en realidad, instaurador) de un nuevo enfoque religioso. En el año 18º del reinado de Josías, dice la Biblia, se encontró "casualmente" un libro desconocido en el Templo. Hoy se cree que era el DeuteroLa arqueología ha arrojado suficientes evidencias de nomio, un minucioso conjunto de norque en el siglo VII se produjo una espectacular difusión del mas de vida y de alfabetismo en Judá, lo que respalda la hipótesis creencias, "La Ley" para los judíos, que de que fue ésta la época más indicada para poner Josías hace leer en por escrito la mítica historia del pueblo de Israel. voz alta a todo el pueblo de Judá. El Deuteronomio Los sacerdotes y profetas de "Sólo Yavé" predicaban probablemente fue escrito en tiempos de Josías: las forque las desgracias de los hebreos eran debidas exclu- mas literarias de la Alianza entre Yavé y el pueblo de Issivamente a su infidelidad a Yavé y a su debilidad por rael son sorprendentemente similares a los tratados con postrarse ante otros dioses y hacerles sacrificios, como sus vasallos firmados por los asirios en el siglo VII, es machaconamente se insiste en la Biblia. De manera que decir en tiempos de Josías. El rey y el clero establecen las severas reformas de Ezequías auguran un futuro ven- férreamente la nueva ortodoxia monoteísta y combaten con ferocidad los cultos que compiten con el de Yavé, turoso para Judá. Pero el rey se equivoca políticamente: intenta aliar- exterminando a sus sacerdotes, nigromantes y adivinos se con los egipcios para sacudirse el yugo del imperio y destruyendo sus imágenes y objetos sagrados. En los útimos años del siglo VII los asirios entran en mesopotámico, ante lo cual el rey asirio Senaquerib realiza una campaña brutal de aniquilación de las zonas una rápida decadencia y se ven obligados a abandonar rurales de Judá, arrasa la próspera ciudad de Lakish -- Egipto y Canaán con lo que dejan esta tierra a merced la segunda en importancia-- y la incendia hasta los ci- de los egipcios. La operación aparece como un milagro para los ismientos, mete en una jaula a Ezequías y le obliga a pagar fuertes tributos al tiempo que despoja raelitas, siempre prestos a interpretaciones sobrenaturales de los hechos más lógicos. Los ejércitos de los faa Judá de importantes tierras agrícolas. Una de las consecuencias de esta raones están interesados sólo en la costa de Canaán, el catástrofe fue el descrédito de los otrora poderoso reino de Israel al norte no existe, de maprofetas monoteístas. Los he- nera que parece abierto el camino para la realización de breos regresaron ostensi- las ambiciones judaítas: expandirse hacia el norte, conblemente a sus cultos quistar los territorios del antiguo reino norteño, centraancestrales politeístas lizar el culto y establecer un gran Estado panisraelita. "Este ambicioso plan requería una propaganda pobajo el reinado de Manasé, el hijo de derosa y activa. El libro del Deuteronomio establecía la Ezequías, que le unidad del pueblo de Israel y la centralidad de su lugar de culto nacional. Pero fue la Historia Deuteronomístisucede. Israel desaparece arrasado por los asirios y gran parte de sus habitantes son desterrados a la Mesopotamia, mientras que otros pueblos del imperio son obligados a asentarse en Samaria. Judá recibe súbitamente gran cantidad de refugiados del norte, de manera que en pocos años creció demográficamente unas quince veces. El rey Ezequías (716-687 a.C.) realiza una primera reforma religiosa respaldado por miembros del movimiento que los historiadores actuales han bautizado "Sólo Yavé", en contra de los cultos ancestrales politeístas de los judaítas. Su prédica no era únicamente religiosa: la desaparición de Israel permite a Ezequías amasar sueños de crear un reino que abarcase a todos los israelitas con capital en Jerusalén, con su templo y con la dinastía judaíta del linaje de David al frente de todo.
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ca (Josué, Jueces, Samuel y Reyes) y partes del Pentateuco las que crearían una saga épica para expresar el poder y la pasión de los sueños de un Judá resurgente. Ésta es la presumible razón por la cual los autores de la Historia Deuteronómica y partes del Pentateuco reunieron y reelaboraron las más preciosas tradiciones del pueblo de Israel: reforzar la nación para gran lucha nacional que tenían por delante", dice Finkelstein. La arqueología ha arrojado suficientes evidencias de que en el siglo VII se produjo una espectacular difusión del alfabetismo en Judá, lo que respalda la hipótesis de que fue ésta la época más indicada para poner por escrito la mítica historia del pueblo de Israel. LA TEOLOGÍA Y LA HISTORIA Recientemente, durante una conferencia de la Universidad Ben Gurion de Beersheva, Israel, titulada El Período Bíblico, ¿ha desaparecido? se escuchó la voz angustiada de un oyente que dijo: "Si la existencia de Abraham, Isaac, Jacob, Moisés y David no está probada, ¿cómo se supone que podré yo vivir con eso?". Muchos creyentes ven en el trabajo de los arqueólogos un atentado contra las bases mismas de su propia identidad. "Parte de la sociedad israelí está lista para reconocer la injusticia cometida con los habitantes del país y está dispuesta a aceptar el principio de igualdad de derechos para las mujeres, pero se niega a asumir
unos hechos de la arqueología que echan por tierra el mito bíblico", dice Herzog. Los científicos revisionistas están muy lejos de formar una conspiración demoníaca o de intentar resquebrajar las bases y fundamentos de la condición judía o de la cristiana. Buscan como cualquier científico descubrir la verdad de la Biblia como documento histórico, sin cuestionar para nada sus valores teológicos, filosóficos, morales, literarios, étnicos ni negar la enorme importancia que ha tenido el Libro de los Libros en la formación de la identidad judía y de las tres grandes religiones monoteístas de los últimos 2.500 años, sean sus narraciones preponderantemente verídicas o fantásticas. "Los escritores de la Biblia no fueron historiadores fracasados sino que no estaban en absoluto interesados en ofrecernos nada que se pareciese a un informe histórico del pasado. Escribieron por otras razones y usaron la historia como vehículo para su mensaje", dice Lemche. Y añade que los hombres del siglo XXI deberían recordar que los escribas de la Antigüedad no escribieron para ellos sino para su audiencia contemporánea. "Siguieron las expectativas morales y estéticas de su tiempo: seguramente no tenían idea de las reglas que gobiernan los estudios e intereses históricos modernos". "La palabra historia --subraya Thompson-- ni siquiera existe en hebreo". é
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