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Supermercado de adivinos Modus operandi de una gran estafa pública
L. ENRIQUE MÁRQUEZ
(skeptic@ciudad.com.ar), ILUSIONISTA, AUTOR E INVESTIGADOR DE PRESUNTOS FENÓMENOS PARANORMALES
Uno de los negocios más prósperos que puede resultar de la actividad en los medios de comunicación de los videntes, es la labor que ésta desempeña en sus consultas privadas. Todo lo que hagan o digan en sus apariciones públicas tienen un fin inmediato: atraer al cliente a su consultorio. Bajo la consigna "el fin justifica los medios" y en el juego sucio del todo vale, no perderán la ocasión, cuantas veces se les presente, de promocionar sus servicios. Para ello disponen de un amplio espectro publicitario que, en su variedad de opciones, les permite llegar con su producto, en forma rápida y efectiva, a una gran masa de potenciales clientes. Conocedores del principio de oferta y demanda, tienden sus redes y se sientan a esperar. Saben de la buena aceptación que tienen en los medios y de cuánto les facilitarán éstos su trabajo, por lo tanto, el primer paso será buscar una buena vía de acceso que, si implica gastos, éstos sean rápida y ampliamente compensados. A la hora de optar, la decisión no es muy difícil. Está muy claro que el alcance de la televisión supera cualquier otra expectativa.
Equipo solidario de tres charlatanes que, junto con la complicidad de una famosa presentadora de televisión argentina, intentan persuadir de forma colectiva sobre sus supuestos conocimientos a una potencial clientela, que posteriormente los consultará en forma privada.
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EN BUSCA DEL CONSENSO Lo primero que intentan obtener es el factor autoridad. Lo consiguen sin mucho esfuerzo y por varias razones de base: unas de contexto y otras de pretexto. En cuanto a las primeras se impone la falacia1 de prestigio, que sugiere que todos los que están en un programa de Hay que tener siempre presente que, televisión son parte del mundo del espectáculo. Si tienen protaa pesar de que utilicemos algunos referentes gonismo pasan a la categoría de como modelos del charlatanismo organizado, estrellas. A esto se suma el retodos entran en la misma bolsa de gatos. fuerzo de la figura del conductor o conductora del programa, que ya están afianzados en esa categoría. En la conjunción y depenDespués de todo, son los "grandes" los que se ex- dencia de ambas, la futura víctima hará la siguiente evaponen públicamente, con los riesgos que ello implica. Si luación: "Si lo invitaron o está en ese programa debe ser ellos tienen éxito, los otros también ganan. Los papelo- bueno". En cuanto a las razones de pretexto, se escudan en nes de los más favorecidos llevarán al crédulo a pensar: éstos son los charlatanes, por lo tanto, iré en busca de una variedad de falacias de argumento que convencen otros que no lo sean. Un segundo factor puede ser el al ingenuo y "purifican" su imagen. En esa conjunción de formas, logran imponer su maprejuicio (a veces no tan desacertado) de que ellos tal vez sean muy caros porque están ahí, entonces se bus- yor arma psicológica, principalmente dirigida a un púcarán otros más económicos. En definitiva, el mercado blico no crítico que no está en posición de cuestionar la sigue en pie, y el único modo de desequilibrar la balanza autenticidad de lo que está experimentando. Tampoco es tener siempre presente que, a pesar de que utilice- de analizar la situación con algún grado de certeza, mos algunos referentes como modelos del charlatanis- puesto que están forzados a considerarlo y respetarlo. En mo organizado, todos entran en la misma bolsa de ga- la desesperación por encontrar solución a su problema, tos. Todas sus teorías (?), con algunas leves diferencias el umbral de objetividad alcanzará su nivel más bajo, de matices, pertenecen a la categoría de los félidos. No permitiendo que se filtre con éxito el proceso persuasivo que aquéllos pretenden. busque cánidos porque no los encontrará. Los que llegan a estar en exposición abierta al Gracias a una serie de sencillos trucos, los público, se encuentran en la obligación de hacer un videntes logran imponer sus armas psicológicas, mayor despliegue de sus dirigidas a un público no crítico que no está "habilidades". A mayor compromiso, mayor desen posición de cuestionar la autenticidad caro. A mayor descaro, de lo que está experimentando ni tampoco de mayor falibilidad. Nunca analizar la situación con algún grado de certeza. quieren ser menos y se atreven a todo; su omniEn la desesperación por encontrar solución potencia no tiene límites. a sus problemas, el umbral de objetividad Saben que vale la pena alcanzará su nivel más bajo. arriesgarse pues, si logran el objetivo, la situación del consultorio será diferente y
UN GRAN APARADOR Alguien podrá decir, con todo derecho, que la televisión está reservada para unos pocos. Es verdad, pero mientras los privilegiados se comen una gran parte de la torta, esparcen sin pretenderlo migajas suficientes para que se alimenten otros colegas menos favorecidos. Esto es así porque los "grandes" solamente representan al rey mayor, el "pensamiento mágico en acción", que incluye también a los otros. En consecuencia, los menos favorecidos tendrán lo suyo y hasta, quizá, con doble ración.
tendrán la partida casi ganada. Para eso deberán implementar algunos mecanismos que luego les serán útiles y se complementarán con las trampas psicológicas de gabinete.
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En ese proceso cognitivo de juego activo emisor-receptor, se produce la elaboración y análisis en función de las necesidades de ambos. Frecuentemente se suma un factor de refuerzo en la persuasión, que básicamente obedece a lo que se denomina múltiples emisores. A la variedad de falacias de un emisor se sumará la de otros tantos que son los que suelen estar invitados a este tipo de programas. No es común que haya desencuentros (hay excepciones muy humorísticas) o disensos de importancia en los pescadores de turno (una o dos astrólogas, una vidente, un sanador, una tarotista), incluso muchas veces se adulan mutuamente y evitan "pisarse el capote". Estos equipos solidarios incrementan la persuasión y, más allá de que cada uno trate de destacarse del otro en un mejor desempeño y competencia narcisista, del buen resultado se llevarán todos algo. No sólo el Sol saldrá para todos, la Luna y las estrellas también. OTROS RECURSOS Siempre hay algo más por hacer y, los más ambiciosos y con mayores aspiraciones, buscarán tener su propio programa. La radio también da sus frutos y pueden ser un buen trampolín para un futuro programa televisivo. Prefieren los horarios nocturnos para que sus oscuras propuestas lleguen con claridad al final del día. Vetusto, pero siempre de mucha ayuda, es el recurso de la publicidad en medios gráficos. Ya sea mediante el uso de un aviso destacado o sólo del típico anuncio clasificado, podemos leer las ofertas más audaces que uno pueda imaginar. Una modalidad muy utilizada por los charlatanes más poderosos (económicamente hablando) es incluir en sus avisos súper-destacados "testimonios" de personas que han solucionado sus problemas gracias a sus servicios. Por lo general, la publicidad en diarios y revistas Los avisos en los diarios es un recurso complemenson un recurso efectivo y económico para atraer tario. Estos charlatanes clientes. aplican perfectamente el
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principio de Klapper (1974): "el uso combinado de varios medios masivos, más el contacto personal directo, formal o informal, constituye una técnica de persuasión especialmente eficaz". Comienzan con un avisito económico y, a medida que los ingresos se incrementen, habrá oportunidad para una promoción más selecta y costosa. Una vez que hayan apuntalado esta etapa, la pecera estará lista para llenarla de pececitos de todos los colores. MORDIENDO EL ANZUELO El primer factor de importancia cuando una persona llega al consultorio es su propia presencia. El vidente sabe que el que lo va a consultar lo hace porque le otorga cierta credibilidad a estas cuestiones. Está depositando confianza y esperanza en el "mago" y su "magia". Tiene un problema, necesita una solución, y confía en que el brujo tiene poderes para dársela. Obviamente, nadie en el mundo está dispuesto a desembolsar dinero para ser defraudado. Esta es la gran ventaja con la que ya cuenta el consultor. La ecuación inmediata será: presencia = credulidad. El adivino estará aguardando al otro lado de la puerta, frotándose las manos como el lobo que espera a Caperucita, y con gesto adusto y sonrisa falsa le dirá: "Adelante". Lo que el cliente ignora es la valiosa información que está proporcionando en ese simple encuentro, cuando él cree que meramente entrecruza un saludo. El brujito tiene ante sí una persona con determinadas características psicofísicas: sexo, edad, peso, estatura, vestimenta, mirada, actitud, motricidad, etcétera. Con sólo extender la mano, al recibir el saludo se encontrará con algunos in-
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Las características psicofísicas del cliente sumadas a su aspecto exterior, siempre proporcionarán buenos indicios al adivino desde el comienzo de la consulta.
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dicios que le permitirán hacer conjeturas: seguridad, nerviosismo, timidez, o cualquiera de sus opuestos. La calidad de la ropa, el calzado y/o accesorios (cartera, maletín, joyas, reloj, gafas) brindarán índices sobre el nivel socioeconómico y los gustos personales. Cualquier comentario intrascendente puede provocar una reacción en el cliente que también le servirá para la evaluación. La manera de expresarse puede indicar el nivel cultural o de educación; el tono y acento de la voz puede advertir sobre el grado de preocupación y origen de la persona respectivamente. Su reacción ante el comentario le servirá para medir o interpretar el nivel de ansiedad o restricción para hablar. La expresión corporal del cliente también será una maravillosa guía.
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En su catálogo Magia mental y artes aliadas (1959), la empresa de Robert A. Nelson incluía varios temas en los que se trataban los secretos de la adivinación en una consulta privada.
Lo que el cliente ignora es la valiosa información que está proporcionando ya desde el primer encuentro, al abrirse la puerta y darse la mano con el vidente, cuando él cree que meramente entrecruza un saludo.
Todos estos indicios preliminares son de máxima importancia para la sesión propiamente dicha. La característica que identifica a estos adivinos es precisamente su gran capacidad de observación. Es un requisito primordial que poseen o adquieren e incrementan con el entrenamiento continuo. Cualquier tarea que requiera un contacto con el público capacitará a cualquier persona, más allá de sus condiciones innatas, para obtener una afinada percepción del otro. No es necesario proponerse adquirir esta capacidad, sencillamente el entrenamiento la confiere, y muchas veces se ejercita sin tener conciencia de ello. Esta aclaración es importante, porque hay muchas personas que, por una falsa relación de causa-efecto y desconocimiento del modo de acción de estas cualidades, creen honestamente que puede haber algo extrasensorial. Nada más alejado de la realidad. Como se puede apreciar, el vidente, en apenas dos minutos, puede formarse un mapa general de la situación que irá completando rápidamente durante el transcurso de la consulta. Siempre estará atento y, sin desviar su aguda percepción, continuará escrutando al cliente para obtener más información. Cuenta con la premisa de que la gente que concurre a este tipo de
consultas necesita ser escuchada. En consecuencia, su primera regla será ser un buen oyente. No necesita arriesgar sus "videncias" hasta que encuentre el marco adecuado , que el propio consultante le proporcionará. Es paciente y sabe cómo esperar. Su mayor sutileza estará encaminada a sumar pistas. Mediante un discurso afectuoso y comprensivo le hará entender al cliente que su cooperación será fundamental. Esto lo flexibilizará y lo dispondrá a una colaboración que no se hará esperar. El despliegue de "herramientas" (bola de cristal, cartas de tarot, runas, cartas astrales, caracoles, etcétera) cumple un cuádruple fin: aporta el elemento mágico para impresionar al cliente; le da el tiempo para observar las reacciones del consultante en su lectura; le permite pensar y elaborar el próximo anuncio o comentario, y podrá justificarse en caso de algún descuido o error evidente. El abordaje en la consulta siempre rondará sobre tres tópicos:
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Cualquier pronóstico que haga estará fundamentado en la etapa de asimilación anterior. Ya dispone de un perfil que le permite saber hacia dónde se orienta la búsqueda de sus deseos. A partir de ahí se magnifica la regla de oro: decirle al cliente lo que desea escuchar. Poco importa cuán certeros sean sus vaticinios, siempre estarán amparados en la ambigüedad, el tiempo y el doble mensaje. Imaginemos algunos ejemplos de predicciones en función del nódulo, que se habrá descubierto oportunamente y de acuerdo a la trastienda revelada. Respecto de la situación laboral, el adivino podrá decir: "Aparecerán varias oportunidades, pero todavía no llega el momento. La situación mejora a partir de tal fecha. Encontrarás algunos obstáculos, pero finalmente todo se resuelve." Si Hay una regla de oro: decirle al cliente quien consulta es una señora que sufre la pérdida de su vínculo matrimolo que desea escuchar. Poco importa nial, el vidente afirmará: "No veo un cuán certeros sean sus vaticinios, siempre regreso inmediato. Habrá algunos acerestarán amparados en la ambigüedad, camientos pero todavía no se concreta. Es necesario que madure la situación, el tiempo y el doble mensaje. y depende de ambos que todo se solucione." Si, en cambio, se trata de una muchacha que busca novio, la Hasta aquí, si hizo un buen trabajo, habrá conse- predicción podrá ser: "Veo varios candidatos, pero toguido impresionar al cliente e incrementar la confianza davía no aparece tu príncipe azul. Estás pasando por un de éste en sus "poderes adivinatorios". Todo lo que diga período de análisis y aún no encontrarás el que te conen el orden predictivo no necesitará de mayores cuida- forme. A partir de tal fecha la situación se torna propidos, puesto que el adivino cuenta con el valor de la rein- cia y es cuando debes estar atenta porque se presentaterpretación que impone a sus aseveraciones y con la rá la gran oportunidad." En definitiva: busca, interpreta y encontrarás. Ésa es memoria selectiva del cliente, que será su mejor aliado. tu tarea. De acuerdo a este desarrollo, alguien puede pensar que es muy difícil "jugar al vidente" con éxito. Sin pretender menospreciar la habilidad que, sin duda, debe tener la persona que hace las veces de adivino, el juego resulta mucho más fácil de lo que uno pueda imaginar [recomiendo: Hyman, 1977 y Corinda, 1968]. El cliente quiere viajar, tiene un coche, pero no lo sabe manejar. El adivino lo conduce y lo lleva adonde aquél desea ir. Puesto que él no está en condiciones de objetar y necesita llegar a su "meta", no opondrá resistencia y será un "buen pasajero", siempre dispuesto a cooperar. También es muy frecuente ver en algunos programas de televisión la desfachatez de sus técnicas y el asombro o satisfacción del consultante. salud, dinero y amor. El orden de prioridad lo establecerá en función de la pista que haya obtenido sobre el principal motivo de consulta. Para ello dispone de un repertorio de frases ambiguas y preguntas-trampa. Con su oratoria, dispersa la atención para dejar que se deslice alguna pregunta que no parece tal y obtiene la clave. Dotado de una buena memoria, se tomará el tiempo necesario para hacer una devolución de algo que pudo haber dicho el cliente, transformando el olvido de éste en un acierto suyo. La devolución nunca es directa y apresurada: con tiempo y adornada nadie sospechará del ardid. Las verdaderas capacidades siempre se encuentran en el análisis lógico y el poder deductivo. PELIGROS La aparente inocuidad de este "juego" no es tal. Desde el punto de vista psicológico funciona como una pseudoterapia que, en lugar de resolver conflictos, provoca otros. Sumerge al consultante en un océano mágico y lo
Las consultas a adivinos funcionan como una pseudoterapia en la que se crean condicionamientos psicológicos de alto riesgo.
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deja ahí con un solo salvavidas: el adivino. Todo tiene causas mágicas y debe resolverse con la "magia", y para eso está el "mago". El cliente nunca se hará cargo de su problema: un factor mágico-externo lo provoca y otro igual lo debe solucionar. Si la solución llega, no se atribuirá el éxito al esfuerzo propio ni al azar; comienza a actuar la mágica correspondencia de falsa relación de causa-efecto y el adivino se lleva los laureles. Será un buen motivo para que el consultante siga recurriendo a este tipo de personas, deslindando responsabilidades, Los elementos que utilizan los presuntos anclándose en el pensamiento mágico, propio de una videntes juegan un papel clave a la hora etapa infantil donde prevalece la tendencia animista de engañar. como manifestación de disociar lo interno de lo externo. La reflexión comparativa sobre la conducta supers- nósticos". Más allá de la clara intención comercial que ticiosa hombre-animal, que alguna vez hiciera el famo- implica el "contra-hechizo", someten al cliente a una siso etólogo Konrad Lorenz, tal vez ilustre un poco más tuación de pánico y mayor incertidumbre, introduciéneste asunto: "Para un ser vivo que no comprende las re- doles el fantasma del enemigo. Para una persona con laciones causales, ha de ser efectivamente muy útil po- marcados rasgos paranoides, la situación puede tornarder aferrarse a un comportamiento que una o varias ve- se intolerable, y más aún si no logra reunir el dinero para ces ha resultado inofensivo y capaz de conducir al fin que le contrarresten el maleficio. A esta imprudencia se agrega el condicionamiento deseado. Cuando no se sabe qué detalles son los que determinan el éxito o la ausencia de peligro, es bueno negativo a que se ve expuesto el cliente en sus relacioapegarse a todos ellos con minuciosa exactitud. El prin- nes interpersonales cotidianas. Aunque la "solución" la cipio de `uno no sabe lo que podría pasar si no...' está tenga el brujito, nadie evitará que la víctima comience claramente expresado en las citadas supersticiones, y a buscar al causante de sus males. El blanco de sus uno se asusta mucho cuando desdeña el conjuro. Aun pesquisas seguramente será su entorno más próximo. cuando el hombre sepa que tal o cual costumbre bien Este factor tan nefasto frecuentemente juega a favor del arraigada tiene un origen puramente casual y le conste adivino, desencadenando lo que comúnmente se denoque infringirla no le acarreará ningún peligro, una exci- mina "profecía autocumplida". Al mínimo roce o desatación innegablemente angustiosa le hace apegarse a venencia con algún allegado, la víctima encontrará jusella [...] y, poco a poco, el comportamiento así `ajusta- tificado el siniestro vaticinio. El daño que puedan causar con sus predicciones tiedo' o acuñado se convierte en una `cara' costumbre." (Lorenz, 1963) Este tipo de consultas son La aparente inocuidad de este "juego" armas de doble filo. Aun cuanno es tal. Desde el punto de vista psicológico do puedan servir para calmar momentáneamente la ansiefunciona como una pseudoterapia que, dad o incertidumbres de alen lugar de resolver conflictos, provoca otros. guien, los efectos bumerán de Sumerge al consultante en un océano mágico estas predicciones son, paradójicamente, impredecibles. y lo deja ahí con un solo salvavidas: el adivino. Tampoco hay que olvidar la decepción que muchos sufren a causa de la desmedida confianza que ponen en estos adivinos. El disfraz mesiáni- ne sin cuidado a estos charlatanes. Poco importa si el co que éstos incorporan, sumado a su característica om- que las recibe está en condiciones psicológicas de esnipotencia, provoca una sobrevaloración de sus cuchar sus barbaridades. El grado de capacidad de ser capacidades y no siempre se pueden medir las conse- sugestionados que puedan tener los consultantes es un factor de riesgo que no debe descuidarse. El individuo cuencias en este juego mágico. Los consabidos "te han hecho un daño", "te han he- modifica su conducta como consecuencia del temor y la cho un trabajo", o "tienes los caminos cortados" se han ansiedad, afectando y provocando el destino vaticinado. incorporado como puntales en sus "videncias-diag- Se produce una persecución interior en su doble caCORTESÍA DEL AUTOR
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duciendo en pocas horas a la aparición de graves lesiones en diversos órganos: intestino, hígado, riñones. Una irritación definitivamente localizada, puede, en un sujeto muy susceptible, provocar trastornos generalizados, rápidamente mortales." Y más adelante agrega: "la sugestión, que dispone de todas las posibilidades del simpático y de los reflejos condicionados (en sí misma no es más que un tipo de condicionamiento) implica la aceptaDurante décadas se ha ido acumulando ción pasiva de la opinión de otro o de una institución personal en suficiente evidencia experimental la autosugestión, pero sobre todo sobre los procesos orgánicos y los cambios la toma de conciencia del conoproducidos en ellos por las emociones. cimiento reflexivo, actitud propiamente humana cuyas consecuencias psicosomáticas son considerables." (Chauchard, 1972) LA ALERTA DE LA CIENCIA Por lo tanto, no es aventurada la deducción de los ciA propósito del tema, hay un interesante relato que fue publicado en el British Medical Journal del 7 de agos- rujanos aun cuando tampoco podemos descartar la simto de 1965. Se trata de una mujer que, tras una insig- ple coincidencia. Es un tema que debe tomarse con mucha seriedad, nificante intervención quirúrgica efectuada con éxito, sufrió una repentina descompensación sin motivo apa- puesto que las leyes no contemplan los daños psicolórente, que finalmente la llevó a la muerte. La autopsia gicos que provocan o puedan producir estos embaucapracticada no reveló ninguna patología extraña, a ex- dores. Tenemos leyes sobre el ejercicio ilegal de la mecepción de una significativa hemorragia en las glándu- dicina y de la psicología, sin embargo los abusadores de las suprarrenales. Este desenlace inesperado y frustrante la credulidad siguen impunes. Cuando hay alguna inpara los médicos se explicó más tarde cuando se ente- tervención judicial, los casos son reducidos a estafa o, raron de que esta señora le había comentado a su her- cuanto mucho, al ejercicio ilegal de la medicina, sin mana y a una de las enfermeras que, cuando era niña, consideración de los agravantes psicológicos. é fue llevada a una echadora de cartas, quien le habría predicho que moriría indefectiblemente en una opera- NOTAS ción. Los cirujanos dedujeron la posibilidad de que la 1. Es una inferencia o argumento que, no siendo válitensión emocional provocada por tal profecía pudo hado, se presenta como tal, llevando a engaño a una ber sido el detonante de esa derivación fatal (Jahoda, persona poco alerta. 1976). Esta posibilidad no es mera especulación. Durante REFERENCIAS décadas los psicofisiólogos han ido acumulando sufi- Corinda, T. (1968): Thirteen Steps to Mentalism. Ed. D. cientes evidencias experimentales sobre los procesos orRobbins & Co., INC. N.Y. gánicos y los cambios producidos en ellos por las emo- Hyman, R. (1977): "Cold Reading: How to Convince ciones. Corrían los años cuarenta y ya Paul Thomas Strangers that You Know All About Them". The ZeYoung nos hablaba en su maravilloso compendio sobre tetic 1, Spring/Summer (2), 18-37. las emociones, acerca de cómo las investigaciones de- Jahoda, G. (1976): Psicología de la Superstición. Ed. mostraban que la parte central de la glándula suprarreHerder, Barcelona. nal era trastornada por la excitación emotiva (Young, Klapper, J. T. (1974): Efectos de las comunicaciones de 1946). masas. Ed. Aguilar, Madrid. Los pioneros experimentos de Reilly (1934) ya daban Lorenz, K. (1963): Das Sogenannte Böse. Viena (versión cuenta del denominado síndrome de "irritación simpácastellano Sobre la agresión: el pretendido mal, Sitica"; Paul Chauchard nos revela sus conclusiones en glo XXI Edit., México D.F., 1981, p. 84. estos términos: "Toda irritación violenta, física o quí- Pérez, L. S. (1965): Muerte y Neurosis. Edit. Paidós, mica, que obra sobre las fibras simpáticas puede deBuenos Aires. sencadenar una verdadera `explosión vascular' yendo Young, P. T. (1946): La Emoción en el Hombre y en el desde la simple congestión a las hemorragias, y conAnimal. Edit. Nova, Buenos Aires. rácter: "de la amenaza externa probable (accidente, muerte, agresión, enfermedad, etc.) y de la amenaza interna, la inevitabilidad de la destrucción final" (Pérez, 1965). Si lo mezclamos con las generosas dosis de megalomanía y mitomanía que aportan los adivinos, tendremos encendida la mecha de una bomba de tiempo cuyo estallido puede ser imprevisible.
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