Recomendamos la lectura de este artículo en formato pdf, respetando su maquetado original.
Para ello pinche en la imagen de la primera página que aparece arriba.
Para facilitar su difusión, proporcionamos también la versión del artículo en html y texto, pero tenemos que advertirle que su extracción ha sido realizada por herramientas automáticas y puede que no conserve completamente la composición original.
Texto plano (desmaquetado) del artículo : Mostrar el texto plano (segunda vez esconde)
La vuelta al mundo en cinco megalitos (III)
Los cimientos del mundo
"Esos templos están edificados sobre unos cimientos macizos que podrían sostener un mundo" MARK TWAIN
El 16 de mayo de 1851, Louis Felicien de Saulce visitó Baalbek (Líbano). Dos días después abandonó la ciudad. Pese a la brevedad de su estancia, parece que las ruinas existentes le causaron una impresión lo bastante duradera como para relatar sus impresiones en el libro Voyage autour de la Mer Morte (Viaje alrededor del Mar Muerto), publicado en 1864. El francés señala que los templos romanos de Júpiter, Baco, Venus y Hermes --cuyas ruinas aún hoy se conservan--, fueron construidos sobre una vasta plataforma de 460.000 m2 realizada con megalitos (la llamada Gran Terraza) que sería la cimentación de un gigantesco edificio prerromano. Esta afirmación encontró poco después un ambiente propicio para su difusión en la teosofía, la doctrina esotérica creada por madame Blavatsky, para la que existieron
JOSÉ LUIS CALVO
CORTESÍA DEL AUTOR
razas antiguas muy superiores al hombre actual. Las grandes construcciones megalíticas eran, para ella, la confirmación de su existencia. Así, cita los templos camboyanos, las esculturas de la isla de Pascua... Aunque la teosofía alcanzó un gran auge a mediados del siglo XIX y comienzos del XX, a mediados del pasado siglo ya estaba en decadencia. Sin embargo, uno de los seguidores de esta doctrina, Desmond Leslie, publicó un libro en colaboración con el "contactado" George Adamski: Los Platillos Volantes han aterrizado (1953) en el que sostenía teorías cercanas a las de la señora Blavatsky aunque, por supuesto, esas razas ancestrales se convertían ahora en seres extraterrestres (venusianos, para mayor precisión) que habrían aterrizado por primera vez en nuestro planeta hace dieciocho millones de años para fundar grandes civilizaciones hoy desaparecidas. Los platillos volantes eran las señales de que iban a regresar para impedir la destrucción de la humanidad en una guerra nuclear1. Siguiendo la tradición teosófica, las pruebas eran de tipo arqueológico con predilección por los grandes conjuntos monumentales como Tiahuanaco, las pirámides mayas y egipcias, Stonehenge... y Baalbek. No sabemos si con conocimiento de dicho texto --o sin él--, un bielorruso, Matest M. Agrest, publicó en 1961 la obra Astronautas en la Antigüedad en la que la Gran Terraza de Baalbek ya no aparecía sólo como prueba de una civilización de origen extraterrestre sino que era una pista de aterrizaje para sus naves.
La "Piedra del Sur", en una fotografía de inicios de siglo.
46
el escéptico
otoño 2002
de contención pero nada más. Los pesos de las piedras están exagerados. Las tres mayores (lo que se conoce como el Trilithon) tienen unas dimensiones aproximadas de 20 metros de largo, 4 de alto y 3,6 de ancho, y su peso no llega a las 800 toneladas5. Un megalito aún mayor, conocido por los pobladores actuales como Hadjar el Quble (la Piedra del Sur) con unas dimensiones de 21,30 metros de longitud, 4 de altura y 4,70 de ancho tiene un peso comprendido entre 1.100 y 1.200 toneladas pero nunca llegó a salir de la cantera que, por cierto, no está valle abajo sino valle arriba. Aún así, suponen un trabajo casi inconcebible para un pueblo muy antiguo ¿no? Sí, pero ¿quiénes fueron sus constructores? Contrariamente a lo supuesto por de Saulce no hay la menor evidencia de que Baalbek existiera antes de la llegada de los romanos. La teoría tradicional que la identificaba con la Heliópolis griega y que suponía que su nombre derivaba del dios fenicio Baal no presenta restos arqueológicos que la apoyen. Su denominación romaTras la publicación de la hipótesis de Agrest, na de Colonia Julia Félix Heliosegún la cual la Gran Terraza de Baalbek politana no parece tener ninguna relación con la Heliópolis griega era una pista de aterrizaje para naves y sí con Júpiter Heliopolitano, un extraterrestres, la historia creció de una héroe local. Su nombre actual sería una derivación de Bal Bekaa o forma imparable, siendo recogida por Valle de la Bekka por el lugar en `afamados' autores como Däniken y Berlitz. que se encuentra emplazada. Independientemente de que Otros autores fueron añadiendo detalles como que las existiera o no una ciudad fenicia y/o griega la Gran Terrapiedras de granito rojo fueron extraídas de una cantera za nada tiene que ver con ellas. En los años 1904-1905, distante un kilómetro situada valle abajo, aunque, en lo una expedición arqueológica alemana realizó excavaesencial, la historia no ha variado desde de Saulce. Sólo ciones en este lugar. Los resultados (publicados en tres volúmenes entre los años 1921-1925) no dejan lugar a cambian las interpretaciones de los hechos. Así, la primera pregunta que debemos contestar es: dudas. El suelo aparentemente firme está formado en ¿Corresponden estos hechos a la realidad? Los esoteris- realidad por cámaras de ladrillo rellenas de escombros tas suelen olvidar una objeción de carácter general. Su compactados. Debajo de ellas hay un lecho de roca seguimiento de determinados autores "de culto" puede sobre el que se asientan los cimientos de los templos hacer que sigan afirmando algo que se sabe falso desde antes citados. Tanto la técnica de construcción (que presenta precedentes en, por ejemplo, Terracina, en Itahace mucho tiempo. Éste es el caso de Baalbek. Comenzaremos pues su descripción real. La Gran Te- lia) como todos los restos encontrados, son de origen rorraza no está formada por megalitos. Éstos forman un muro mano.
A partir de ahí, la historia es imparable. Es recogida por von Däniken que se refirió a ella como "Una pista de baile para gigantes" en los siguientes términos: "Al norte de Damasco se extiende la terraza de Baalbek: una plataforma construida con enormes losas algunas de las cuales miden 20 metros de lado y pesan casi 2.000 toneladas. ¿Por qué y cómo se construyó la terraza de Baalbek? ¿Quiénes fueron sus constructores? Hasta ahora, la arqueología no ha podido ofrecer ninguna explicación convincente. Con todo, el profesor ruso Agrest cree posible que esa terraza represente los restos de una gigantesca pista de aterrizaje" 2. Charles Berlitz hizo lo propio: "... y las enormes piedras de las fundaciones del templo de Júpiter, en Baalbek, Siria, emplazadas allí mucho antes de la construcción del templo y una de las cuales pesa 2000 toneladas" 3. Por su parte, Michel-Claude Touchard volvió a los "orígenes", es decir, a la hipótesis venusiana: "Astarté-Ishtar en Asia Menor, Orejona en las cimas de la cordillera de los Andes, el mismo tema de la intervención venusiana no carece de argumentos. [...] ¿Sería Baalbek la ciudad más antigua del mundo? ¿Serían sus terrazas pistas de aterrizaje? ¿Disputaría el privilegio de la ancianidad a Tiahuanaco o, si los hombres voladores de la Puerta del Sol dan fe de la misma participación insólita en la fundación de la ciudad andina, datan esas dos bases aerospaciales de la misma época?" 4.
Ruinas del Templo de Baco, en Baalbek.
WORLD HERITAGE COMITTEE UNESCO
otoño 2002
el escéptico
47
Así y todo puede haber quién considere que es un trabajo increíble incluso para los ingenieros romanos. Nada más alejado de la realidad, no sólo por su conocimiento del acero para realizar herramientas para las canteras sino también por su empleo de maquinaria. Por descontado el uso de esa palabra no debe entenderse como sinónimo de artefacto con un motor puesto que la fuerza motriz era la del hombre o la de animales. En su obra Los diez libros de Arquitectura, el arquitecto romano del siglo I a. de C. Marco Vitrubio Polión nos ha dejado la descripción detallada de alguna de ellas: "Hay otra especie de máquina bastante ingeniosa, y de uso muy breve y expedito; pero no la pueden manejar sino los que la entienden. Consiste en un madero que se erige y asegura con cuatro retináculos (maromas) formando un cuadrado. Debajo de éstos se clavan dos palomillas y encima se ata la garrucha con sogas. Ésta tiene debajo una regla con una longitud de dos pies, una anchura de seis dedos y cuatro de grosor [...] Al mismo pie de la máquina se ata una tercera garrucha, llamada en griego epagontas y que nosotros llamamos ártemon. Se ata, como digo, al pie de la máquina, y tiene tres poleas por las cuales pasan las cuerdas y se dan a los hombres que han de tirar de ellas. De este modo, tirando tres filas de hombres, suben fácilmente el peso a su altura sin árgano alguno. Esta máquina se llama polipasto, por componerse de muchas poleas, siendo por lo mismo de gran facilidad y presteza en la operación [...] Todas las máquinas hasta aquí descritas no sólo sirven para lo referido sino también para cargar y descargar embarcaciones Maquinaria de construcción romana según las descripcio[...] También sin erección de maderos y sobre plano con nes realizadas por Vitrubio (Grabado del siglo XVIII). la misma disposición de cuerdas y garrochas se sacan Si bien los romanos no acostumbraban a construir naves a la playa." con megalitos, sí demostraron ser capaces de solucionar las (Libro X, 7-9) el problema del arrastre de grandes pesos en distancias Si bien los romanos no acostumbramucho mayores y de más compleja orografía que a construir con la que separa la cantera de la Gran Terraza en Baalbek. ban megalitos, sí demostraron ser capaces de La Gran Terraza, pues, es sólo una plataforma que sir- solucionar el problema del arrastre de grandes pesos en ve para igualar el nivel de un lugar geográficamente muy distancias mucho mayores y de más compleja orografía accidentado. Contrariamente a lo que parece a simple vis- que la que separa la cantera de la Gran Terraza en Baalbek. ta no tiene una gran solidez (salvo el muro de contención) En concreto, transportaron con éxito numerosos obelisy si una nave extraterrestre intentase aterrizar en ella sen- cos egipcios hasta Roma, entre ellos el mayor de los que cillamente la hundiría. Mucho menos podría "sostener se han conservado, el de Tutotmis III en Karnak y que fue re-erigido en el Circo Máximo en el 357 d. de C. Hoy se un mundo" como aseguró Mark Twain. Dado que sabemos que el templo de Júpiter se ter- encuentra en la Plaza de San Juan de Letrán. Aunque el minó en el año 60 d. de C. y el de Baco en el 150 d. de transporte fue por vía marítima, el puerto de Roma era la C. sabemos que se trabajó en este proyecto durante al ciudad de Ostia, a más de veinte kilómetros de distancia. El peso del obelisco es de unas 450 toneladas. menos un siglo.
ARCHIVO DEL AUTOR
48
el escéptico
otoño 2002
En el antiguo hipódromo de Constantinopla se conserva otro de los procedentes de Karnak. Se colocó sobre un podio de seis metros decorado con relieves e inscripciones. En ellos, además de las acostumbradas loas a Teodosio I (reinó entre el 379 y el 395 d. de C.) que encargó su transporte, se nos dice que fue erigido en treinta días bajo la dirección de Proclo. Parece que se emplearon simultáneamente doce malacates manejado cada uno por 24 hombres. Esta máquina es un cabestrante consistente en una viga circular hincada en el suelo y atravesada en su parte superior por dos palancas en cruz. Al empujar las palancas, la viga gira sobre sí misma enrollando una maroma que tira de la piedra. Se disponían en dos filas paralelas, distantes cada uno del siguiente unos cinco metros. Cuando el bloque de roca se hubiera acercado a los dos primeros cabestrantes lo suficiente como para que la tracción fuera impracticable, se desmontarían éstos, se conducirían a una nueva ubicación y comenzaría nuevamente el proceso. Con este procedimiento se cubrió una distancia de casi tres kilómetros y con un desnivel de 300 metros cuesta arriba. Si el procedimiento empleado en Baalbek fuera éste mismo, al tratarse de un recorrido fijo se pudieron construir malacates permanentes que no tuvieran que ser desmontados. Las piedras irían pasando de unos a otros. Se calcula que 700 personas pudieron mover los bloques del Trilithon a razón de 30 metros diarios y que, por tanto, el transporte pudo estar concluido en menos de 40 días. La razón, sobre la que tanto se ha especulado, por la que la Piedra del Sur quedó abandonada en la cantera, creemos que no tuvo nada que ver con la imposibilidad de trasladarla sino con un procedimiento romano para probar la calidad de algunos tipos de piedra. Volvemos a Vitrubio: "Se cortarán las piedras dos años antes de que se tengan que emplear, no en el invierno sino en el verano, dejándolas al descubierto. Las que, expuestas a la intemperie durante estos dos años, quedasen dañadas se meterán en los cimientos; las sanas, probadas ya por la naturaleza, serán buenas y durarán en las paredes exteriores. Esto se practica no sólo en la piedra trabajada sino también en la de mampostería." (Libro II, 22) En esos dos años de espera, debió suceder algo que hiciera innecesario su uso, tal vez un replanteamiento del proyecto. Ajenos a todo ello, los escritores esoteristas siguen repitiendo los mismos datos erróneos, defecto del que no se escapan ni sus más modernos representantes como Javier Sierra: "Efectivamente, en Egipto se movieron piedras de más de 1.000 toneladas de peso, y las de Baalbek, a las que se refería Bahat, llegaron a alcanzar las 1.100 toneladas en una sola pieza. Ningún ingeniero podría hoy mover una masa así con medios mecánicos, ni
Grabado que representa un malacate. Ilustra una edición de la obra de Vitrubio del siglo XVIII.
manejarla con la precisión con que lo hicieron nuestros predecesores" 6. Vemos como Baalbek, más que ser una imaginaria "pista de baile para gigantes" es una pista para gigantescos patinazos. El autor desea expresar su más sincera gratitud al doctor Javier Garrido por su amable autorización para emplear su propio trabajo sobre Baalbek como base del presente escrito. El artículo original en castellano que se encontraba en Internet, por desgracia, ha desaparecido, aunque aún puede consultarse una traducción al portugués (véase la webgrafía). é NOTAS: 1. Citado en "Para entender a los extraterrestres" Viktor Stoczkowski. Traducción de Francisco S. García-Quiñonero Fernández. Acento editorial. Madrid, 2001. 2. Recuerdos del futuro. Erich von Däniken. Traducción de Manuel Vázquez. Colección Otros Mundos, editorial Plaza & Janés. Barcelona, 1970. 3. El Triángulo de las Bermudas. Charles Berlitz. Traducción de José Cayuela. Editorial Pomaire. Barcelona, 1975. 4. La Arqueología misteriosa. Michel-Claude Touchard. Traducción de Juan Godó Costa. Colección Realismo Fantástico, editorial Plaza & Janés. Barcelona, 1979. 5. La forma de determinar el peso de un megalito está explicada en la primera entrega de esta serie. 6. En busca de la Edad de Oro. Javier Sierra. Círculo de Lectores. Barcelona, 2000. BIBLIOGRAFÍA Vitrubio Polión, Marco: Los diez libros de Arquitectura. Traducción de Joseph Ortiz y Sanz. Imprenta Real. Madrid, 1787 WEBGRAFÍA Doernenburg, Frank: Baalbek: The Romans really did build it! En http://www.ramptops.demon.co.uk/baalbek.html Garrido, Javier: O Mistério de Baalbek. En http://www. ceticismoaberto.kit.net/jgarrido_baalbek.htm
otoño 2002
el escéptico
ARCHIVO DEL AUTOR
49