Recomendamos la lectura de este artículo en formato pdf, respetando su maquetado original.
Para ello pinche en la imagen de la primera página que aparece arriba.
Para facilitar su difusión, proporcionamos también la versión del artículo en html y texto, pero tenemos que advertirle que su extracción ha sido realizada por herramientas automáticas y puede que no conserve completamente la composición original.
Texto plano (desmaquetado) del artículo : Mostrar el texto plano (segunda vez esconde)
Arqueología soñada: la historia de las pirámides de Güímar
La intervención de `grandes investigadores' de renombre internacional y el apoyo financiero del sector turístico han tergiversado la realidad de unos llamativos elementos del patrimonio etnográfico de Canarias
CÉSAR ESTEBAN
L
a fama de las pirámides o majanos de Güímar comenzó a fraguarse el 28 de enero de 1990, cuando Paco Padrón, insigne estandarte del esoterismo tinerfeño, las daba a conocer en su página semanal del periódico provincial Diario de Avisos, diciendo que le recordaban "ciertas construcciones mayas" [Padrón, 1990a]. Estos enigmáticos objetos se encuentran en el barrio de Chacona, en las afueras del casco urbano del municipio de Güímar, y forman un complejo de tres estructuras piramidales escalonadas con una plataforma o plaza central que cubre un área de 3.000 metros cuadrados. Los verdaderos autores del redescubrimiento de las pirámides habían sido Emiliano Bethencourt, Félix Rojas y el resto de integrantes del colectivo Confederación Internacional Atlántida. Según Padrón, los miembros de este grupo de estudiosos habían realizado el hallazgo en 1989, durante sus trabajos de campo en la búsqueda de asentamientos templarios en el valle de Güímar. El interés por los majanos se desató especialmente cuando Thor Heyerdahl, famoso etnólogo
y aventurero noruego, visitó Tenerife a mediados de 1990 para conocer las pirámides, hecho que fue bien aprovechado por todo el mundillo esotérico para apuntarse el tanto de que, al fin, investigadores de renombre se sumaban a su causa [Padrón 1990b]. Heyerdahl afirma que su interés por visitar las pirámides surgió en Oslo a raíz de ver las fotografías aparecidas en el artículo de Padrón del 28 de enero. El aventurero noruego es bien conocido por sus famosas expediciones marítimas en barcos de juncos Kon-Tiki, Ra I, Ra II y Tigris con el fin de demostrar la posibilidad de que distintas civilizaciones hubieran podido cruzar amplios mares y océanos en este tipo de embarcaciones. Resulta sintomático que, en la prensa canaria, siempre han tratado a Heyerdahl como un eminente científico de prestigio internacional, sin considerar que sus posturas y opiniones se encuentran claramente fuera de las teorías comúnmente aceptadas por la comunidad científica. Su propuesta acerca del poblamiento de las islas de Polinesia por gentes de Sudamérica es, por ejem-
Plano del complejo de Chacona (Güímar). Se muestran las estructuras principales: los tres majanos A, B y C y la plataforma o plaza central donde se realizaron la mayor parte de las excavaciones. La flecha indica la dirección (a) que, hacia el Oeste, coincide con la puesta de sol en el solsticio de verano. Esta orientación viene definida por la pared común norte del complejo y por el lado mayor del majano B.
(Primavera 2000)
el escéptico
43
plo, tachada de romántica y rebatida por innumerables pruebas que demuestran un poblamiento en sentido contrario, desde el sudeste asiático y los archipiélagos indonesio y filipino (ver, por ejemplo, la crítica que vierten sobre sus teorías prehistoriadores del área del Pacífico tan relevantes como Bellwood, 1978 y McCoy, 1979). Por otra parte, su teoría más trasnochada es su particular hiperdifusionismo, que intenta relacionar la costumbre de construir pirámides a ambos lados del Atlántico a migraciones egipcias o en general desde el Viejo Mundo en la antigüedad, cosa que le inscribe claramente en una zona apócrifa de la ciencia. Para este investigador, las pirámides canarias son un magnífico y conveniente punto intermedio en su ruta de propagación cultural. Desde un principio, Heyerdahl ha defendido el carácter prehispánico de las construcciones, sustentado principalmente por razones subjetivas de su semejanza formal con centros ceremoniales de la América precolombina, aunque no podemos encontrar ningún precedente, aun lejano, de construcciones similares en el patrimonio arqueológico canario. En agosto de 1990, Padrón [1990c] se hacía otra vez eco del descubrimiento, por parte de los miembros de la Confederación Atlántida, de nuevas construcciones piramidales aunque de menor envergadura y complejidad que las de Güímar en otros lugares de las islas, como Icod (Tenerife) o los Cancajos (La Palma). En apoyo a la supuesta antigüedad de estas construcciones, comentaba que "los más viejos del lugar nos indican que aquello está allí desde hace mucho tiempo, que ya sus abuelos o bisabuelos los conocían". Padrón se expresaba de esta forma críptica sobre uno de los curiosos detalles que presentan las construcciones piramidales: "Su orientación siguiendo la ruta del sol, camino de la luz que los antiguos iban marcando". Intentando explicar este mensaje codificado, nos deleitaba con una parrafada asombrosa, mezclando conceptos inconexos e incorrectos: "¿No podríamos estar ante unos alzamientos mucho más antiguos? A lo mejor los fenicios conocían los mapas sagrados, navegando por el Atlántico... llegando a las Islas Purpúreas (Canarias) en busca de la cochinilla, para obtener el preciado púrpura. Y marcaban esa ruta del sol conectada con América, porque a lo mejor ellos ya sabían de dicha ruta, así como de la existencia del Nuevo Continente". Un mensaje sólo para iniciados. Padrón [1990d], en otro artículo divertidísimo, se extendía sobre mediciones de energía realizadas en las construcciones piramidales por el experto en geobiología Mariano Bueno, quien, armado con aparatos como "varillas detectoras de líneas Hartmann, biómetros Bovis y contadores Geiger", pudo detectar unas "energías muy especiales" de
44
Majano A. Arriba: vista desde el noroeste. Abajo: vista desde el sur.
"14.000 a 18.000 wober". Según Padrón, "esta altísima energía se da en las construcciones de carácter iniciático que se conservan en diferentes partes del mundo". Pero, ¿no es ésto un guión de Expediente X? En febrero de 1991, vivimos un nuevo giro de tuerca en el asunto cuando dos geólogos del Instituto Geotécnico de Noruega, dirigidos por Heyerdahl, realizaron un sondeo por radar en el subsuelo del complejo piramidal de Güímar. El Diario de Avisos, en primera página, titulaba la noticia "Hay algo enterrado en las pirámides de Güímar", indicando además que los técnicos habían encontrado cosas distintas a tierra y lava enterradas bajo las construcciones [Pardellas, 1991]. Realmente, estos técnicos lo único que encontraron y que se recoge en un informe de apenas cuatro páginas de texto y varias figuras son capas de distinto poder de reflexión, así como una cavidad correspondiente a una cueva que ya se conocía, entre la superficie y la roca madre (Kristiansen y Kong, 1991). Es interesante comprobar que el mencionado informe fue contratado por la firma canaria Ferry Gomera SA, propiedad del empresario turístico noruego Fred Olsen, afincado en Canarias y viejo amigo de Heyerdahl. El Diario de Avisos presentaba, en julio de 1991, una entrevista a Emiliano Bethencourt y Félix Rojas, miembros de Confederación Atlántida [Bastarrica 1991], en la que se mostraban "dolidos por el abandono del que habían sido ob-
el escéptico
(Primavera 2000)
jeto por los medios de información". Recordaban que ellos habían sido los primeros en llamar la atención sobre las pirámides y que las habían estudiado durante tres años. Lo que resulta increíble es que, después de tanto estudio, su conclusión definitiva fuera que, "por sentido común, no pueden ni tienen nada que ver con una construcción agrícola". Eso mismo había dicho Heyerdahl con sólo bajarse del avión y verlas. El periodista comentaba cómo los entrevistados le habían enseñado la fotocopia de un mapa un poco deteriorado, fechado en 1503 ó 1508, donde aparecen señaladas las Morras de Tagor Alto, aparentemente en el sitio donde se encuentran las pirámides de Güímar. Resulta curioso que este documento, en principio tan relevante, nunca lo hayan publicado ni puesto a disposición de ningún otro investigador, esgrimiendo que la familia que lo prestó no quería que se divulgase. Ante las distintas preguntas sobre la fecha de construcción y de lo que hay enterrado bajo las pirámides, Bethencourt y Rojas se hacían los interesantes diciendo que el asunto "va a traer cola", que sabían cosas por distintas fuentes, pero no podían decirlas hasta que acaben las excavaciones y se obtuviera una datación por Carbono 14. Una buena forma de cubrirse las espaldas y mantener un aura de secretismo de cara a la galería. LOS ASTRÓNOMOS LAS ORIENTAN Juan Antonio Belmonte y yo visitamos las pirámides en febrero de 1991, animados por la curiosidad y para matar el tiempo en una tarde aburrida. Después de quedarnos bastante impresionados por el tamaño y buena factura de las estructuras, notamos que el complejo parecía estar orientado entre dos volcanes y posiblemente de forma astronómica. De forma independiente, otro compañero, Antonio Aparicio, también se dio cuenta de ello. Posteriormente, y armados con una brújula de precisión y cinta métrica, medimos las distintas estructuras del complejo. El resultado astronómico más interesante fue que el eje principal del complejo y de la pirámide o majano más grande está orientado con la precisión que suponen las observaciones a ojo desnudo con la puesta de sol en el solsticio de verano. Además, en ese día, el Sol se pone realizando un fenómeno muy curioso de doble puesta de sol en el borde sur de la caldera de Pedro Gil, justo el elemento más llamativo que domina el horizonte oeste del valle de Güímar. Un avance de resultados de este análisis que fue el comienzo de nuestro trabajo posterior como arqueoastrónomos dedicados, eso sí, al estudio de verdaderos yacimientos arqueológicos se publicó en el boletín Noticias, órgano de difusión del Instituto de Astrofísica de Canarias [Es-
Puesta de sol en el solsticio de verano tal y como se observa desde el complejo (el Norte está a la derecha). Después de describir una trayectoria tangente a la pared sur de la Caldera de Pedro Gil, el Sol se oculta tras una roca en la base de dicha Caldera (foto a). Después de unos segundos, el disco solar vuelve a reaparecer brevemente entre la roca y el fondo de la Caldera, completando lo que denominamos doble puesta de sol (foto b). Foto c: vista de la puesta de sol del solsticio de verano desde la esquina norte del majano A a lo largo de la pared norte del complejo. Se observa como el complejo está orientado, ¿deliberadamente?, hacia el punto donde se produce el ocaso.
teban et al, 1991]. En dicho estudio, presentamos el resultado objetivo de la orientación astronómica del complejo, indicando la baja probabilidad de que fuese casual, sin manifestarnos en ningún momento sobre su posible origen. La repercusión de este pequeño informe fue realmente enorme, pues llegó a publicarse de forma íntegra en casi todos los periódicos de Tenerife. Como era de esperar, los esotéricos se apuntaron inmediatamente el tanto y, en un artículo publicado el día anterior al que se enviaba el boletín a los medios de comunicación posiblemente debido a alguna filtración a Bethencourt, Rubén Díaz comentaba que nuestro estudio venía a confirmar "las primeras hipótesis que se barajaron, fruto de las conclusiones de E. Bethencourt y F. Rojas" [Díaz, 1991]. Es de recibo comentar que éstos nunca publicaron ningún estudio original en el que se indicara la orientación astronómica del complejo. En su página semanal, Padrón [1991] también recogió la aparición de este estudio comentando: "Me alegra saber que algunos científicos realizan su trabajo de investigación antes de adoptar el papel de jueces inquisidores". Bonita frase de alguien que siempre ha estado en el punto diametralmente opuesto, aceptando y divulgando supuestos hechos y teorías realmente increíbles.
(Primavera 2000)
el escéptico
45
Nuestros resultados sobre las orientaciones astronómicas se publicaron en medios especializados científicos, como actas de congresos internacionales [Aparicio et al, 1994] y una revista científica internacional con arbitraje [Belmonte et al, 1993]. Debo hacer notar que nuestro trabajo sobre la orientación astronómica de los majanos fue criticado por José Barrios García, del Departamento de Análisis Matemático de la Universidad de La Laguna, tanto en un periódico local como en un congreso internacional [Barrios García, 1991 y 1996]. Desde nuestro punto de vista, su crítica sobre la orientación general no es válida porque su criterio de precisión es excesivamente riguroso. La orientación del complejo si intencionada fue realizada a ojo desnudo y con la precisión necesaria para este tipo de observaciones. De cualquier forma, las fotos obtenidas muestran que el alineamiento es lo suficiente preciso como para llamar la atención de cualquier observador (ver las fotografías adjuntas). Un hecho que apunta Barrios es que en 1705 se produjo una erupción volcánica en la base de la caldera de Pedro Gil y pudo haber algún tipo de derrumbe en la ladera donde se produce la doble puesta de sol. Esto tendría su importancia si las construcciones fuesen anteriores a dicha fecha, pero nosotros en ningún momento proponemos una fecha de construcción en el trabajo criticado. La crítica siempre es necesaria y bienvenida en ciencia, eso nos distingue, entre otras muchas cosas, de los paracientíficos. La misma semana en que se dio a conocer nuestro trabajo en los periódicos, Rafael González Antón, director del Museo Arqueológico y Etnográfico de Tenerife, publicó una amplia nota aclaratoria en La Gaceta de Canarias con el fin de dar a conocer al público la opinión oficial de los profesionales de la arqueología sobre las discutidas pirámides [González Antón, 1991]. Entre otros aspectos, recalcaba la ausencia notoria de referencias a las pirámides de Güímar en la numerosa bibliografía referente al mundo aborigen, resultando extraño que por sus considerables dimensiones no hubiesen sido mencionadas en ninguna crónica histórica sobre la zona. Por otra parte, también recordaba: "Es posible, y hasta probable, que bajo las pirámides puedan encontrarse restos aborígenes, ya que el valle de Güímar es una zona especialmente rica arqueológicamente". Finalizaba enfatizando que las pirámides de Güímar no son construcciones singulares ni únicas y que son el producto de la limpieza de suelos pedregosos muy comunes en terrenos volcánicos recientes como la zona que nos ocupa para su aprovechamiento agrícola. Esta nota suscitó una réplica firmada por la Confederación Atlántida [1991], intentando responder a los planteamientos expresados por
46
Detalle de dos paneles explicativos colocados a lo largo del camino de visita que rodea los majanos. Arriba: La referencia oral que se cita es única y no está contrastada por fuentes fiables, proviene de un miembro de la esotérica y poco fiable Confederación Atlántida (J.A. Martín). Abajo: La cita de Abreu Galindo se refiere a La Palma y a unas construcciones bien conocidas por los arqueólogos [ver Tejera, 1993], se presenta de forma parcial y colocada de tal forma que el visitante entiende que Abreu se refiere a los majanos que tiene enfrente. Dos ejemplos de manipulación flagrante para la conveniencia de la teoría sustentada por la dirección del parque.
González Antón, aunque sin aportar ningún argumento de peso y ni siquiera dejar claro cuál es el origen y utilidad que dicho colectivo proponía para el complejo. El artículo finalizaba comunicando la presentación de una querella contra González Antón con relación a las acusaciones sobre engaño y montaje inmobiliario vertidas contra los miembros de la Confederación Atlántida. Como podemos ver, agosto de 1991 fue un mes especialmente caliente. LAS PIRÁMIDES SE EXCAVAN Septiembre comenzó con más noticias frescas, debido al inicio de excavaciones arqueológicas en el complejo de Güímar (La Gaceta de Canarias, 7 de septiembre). Las excavaciones fueron financiadas por el empresario Fred Olsen y llevadas a cabo por dos profesores de Prehistoria de la Universidad de La Laguna, María de la Cruz Jiménez y Juan Francisco Navarro, con la participación de Heyerdahl y varios de sus colaboradores. Los arqueólogos fueron realmente valientes, pues, como relatan al periódico, "se vieron enfrascados en este trabajo para dar una respuesta a una demanda social" y no libres de críticas por parte de algunos compañeros de profesión. Estos mismos arqueólogos comentaban que la excavación se planteó en dos vertientes con distintos puntos de vista iniciales, una lide-
el escéptico
(Primavera 2000)
rada por ellos y otra por Heyerdahl, con el fin de contrastar las informaciones e intentar llegar a unas conclusiones comunes. ¡En buen lío se habían metido! José Gregorio González (1991) publica en ese mismo mes un artículo sobre otras pirámides localizadas en Icod, llamando la atención sobre la posibilidad de que fuesen derribadas debido a los planes de construir un tramo de carretera en el municipio. En el artículo, se recogían las declaraciones del alcalde prometiendo que se haría lo posible para protegerlas. El caso es que apenas una semana más tarde se daba la noticia de que una pala arrasaba la pirámide más grande del municipio, la conocida como de la Mancha. Hay que hacer notar que no encontramos ninguna relación astronómica asociada a esta construcción, ni tampoco a otra de las pirámides más famosas, la de Los Cancajos, en La Palma. Ya llevaban más de dos meses las excavaciones en las pirámides cuando el Diario de Avisos publicó en portada, el 15 de noviembre de 1991, la siguiente noticia: "Las pirámides de Güímar, sin interés arqueológico". En un pequeño artículo, se comentaban los nulos resultados que estaban obteniendo las excavaciones realizadas en la plaza central del complejo, que en algunas zonas habían alcanzado la roca volcánica sin proporcionar ningún hallazgo de interés. Como vemos, iba adquiriendo mayor solidez la hipótesis de que las construcciones eran amontonamientos de piedras de época histórica. Una de cal y otra de arena. En el Diario de Avisos del 1 de diciembre de 1991, Heyerdahl, aun formando parte del equipo de las excavaciones que estaban obteniendo nulos resultados en las pirámides, se empecinaba todavía en asegurar que las construcciones "no se deben a la limpieza del terreno para fines agrícolas", sustentado únicamente en apreciaciones estéticas. Por otra parte, la redacción del periódico cometía un grave error de información, pues, en la portada titulaba: "Las pirámides de Güímar, arquitectura ceremonial". Es de recibo decir que en ninguna parte de la pequeña nota se cita el carácter ceremonial de las construcciones, pero, al aparecer en el titular, se crea una idea errónea al lector, sobre todo a aquél que no lee más allá de los titulares. Tras permanecer tranquilos varios meses, los miembros de la Confederación Atlántida volvieron al ataque a comienzos de 1992 para armar un nuevo revuelo. El 9 de enero, José Antonio Martín Hernández, profesor de EGB de Güímar y miembro de la Confederación Atlántida, hacía entrega formal al Museo Arqueológico de Tenerife, en un acto público al que asistieron periodistas, de una colección de piezas de origen guanche supues-
Vista general del complejo de majanos desde el Suroeste, junto con un panel explicativo. En el recuadro se presenta una ampliación del panel donde se puede leer: "Camino Ceremonial Norte/Sur". Con este comentario, se asume implícitamente el carácter ceremonial del complejo y así se transmite al visitante del Parque Etnográfico.
tamente halladas por él en los majanos de Güímar veinticinco años antes. La presentación debió ser de lo más surrealista [Rieu, 1992], porque el citado personaje comentaba que su bisabuela le había dicho de niño que allí los guanches adoraban a sus dioses. Martín había puesto un nombre a cada pirámide y le había asignado una función según los artefactos que había encontrado en cada una de ellas, así había una pirámide de la cebada, porque allí realizaban fiestas de la cosecha, y otras dedicadas al Sol y a la lluvia. También comentaba que era lógico que las excavaciones no hubiesen encontrado nada, pues, al haber estado circunscritas a la zona de la plaza o plataforma central, dedicada al juego del palo, obviamente "los guanches se cuidaban mucho de mantener el campo limpio para practicar esos juegos". Alucinante, ¿verdad? En respuesta a este ambiente de desinformación por parte de los esotéricos y allegados, los miembros del equipo técnico que excavó en los majanos publicaron un escrito en el Diario de Avisos (15 y 16 de enero de 1992) con el apabullante título: "Sobre necios, delincuentes y patrimonio arqueológico". Con el texto, los autores deseaban "subsanar el clima de desinformación que estos señores (Confederación Atlántida) han desatado a través de la prensa, sometiendo al público en general a un constante bombardeo de necedades y despropósitos". Sobre las interpretaciones y los materiales presentados por los miembros de la Confederación, el equipo técnico se manifestaba en los si(Primavera 2000)
el escéptico
47
guientes términos: "Hay un exceso de suposición y una falta absoluta de fundamento. Y, precisamente por carecer de método científico y proceder legal, jamás se tendrá certeza absoluta de que los materiales entonces presentados fueron hallados donde dicen". Y finalizaban señalando que "creemos que está suficientemente comprobada la comisión de delitos punibles por parte de estos saqueadores de yacimientos arqueológicos." Una auténtica andanada. Después de estas escaramuzas, las pirámides tuvieron una temporada de relativo descanso, con la única noticia de que la Fundación Fred Olsen había adquirido los terrenos en los que se encontraban los majanos, así como una amplia zona anexa incluyendo una antigua casona en ruinas en la que se planeaba construir un centro cultural internacional [Alonso, 1992]. Ya se perfilaba por donde iban los tiros de la verdadera utilidad de los majanos.
pista a dicha data, averiguó que la numerada como 144-2 no habla para nada de este asunto. Siguió buscando en aquéllas donde se recoge la palabra fortaleza y encontró una referida a Güímar, la 1044-2 se había escurrido un cero, pero que no habla de guanches ni de oráculos, y parece que relaciona la palabra fortaleza con un simple elemento natural del paisaje dentro de un contexto de descripción de una propiedad. Archinife era contundente: "Si a la hora de realizar un estudio se tergiversa una data por parte del equipo redactor del proyecto, [...] poco puede esperarse de otros contenidos". Y acababa poniendo en cuarentena cualquier posible resultado de este poco prometedor proyecto. DANDO LA `VARA' CON LOS MAJANOS Los astrónomos volvimos, en julio de 1993, a poner las pirámides en el candelero con un nuevo estudio, esta vez con el análisis de sus dimensiones. Aprovechando las medidas que realizamos en 1991, cuando, además de orientaciones, medimos todas las dimensiones de cada elemento del complejo, realizamos un pequeño análisis y encontramos que casi la mitad del total de medidas diferentes era múltiplo entero de una longitud: 82,6 ± 0,5 centímetros. Revisando bibliografía apropiada, encontramos que esta unidad podría corresponder muy probablemente a la vara castellana, que tenía un valor aproximado de alrededor de 83.6 centímetros y se utilizó en todo el mundo hispánico hasta la popularización del sistema métrico decimal a finales del siglo XIX. La ausencia de una unidad de medida aborigen es claramente notoria en la bibliografía arqueológica, por lo que, con este trabajo, sugerimos el origen histórico de las estructuras. El estudio se publicó en el boletín Noticias del IAC [Esteban et al, 1993] y en una revista científica internacional con árbitraje [Esteban et al, 1994]. Al hilo de la noticia sobre las dimensiones de los majanos y su posible fecha de construcción, nuestro querido Paco Padrón, aplicando el estricto negativo de la navaja de Occam, en su página periodística de esa misma semana [Padrón, 1993] publicó que la unidad que nosotros hallamos no es realmente la vara castellana, sino la vara megalítica, que mide 82,9 centímetros, más cercana a la unidad de los majanos que la vara castellana. Comentaba, además, que la vara megalítica es una "medida universal de los monumentos de piedra repartidos en nuestro planeta". Tal vara megalítica se denomina realmente yarda megalítica, tiene un valor aceptado de 82,9 ± 0,1 centímetros y es la unidad de medida a la que parece obedecer la geometría de los círculos de piedra megalíticos de las Islas Británicas, no más allá.
s La ausencia de una unidad de medida aborigen es claramente notoria en la bibliografía arqueológica
La fama de las pirámides saltó a la Península en mayo de 1993 cuando aparecieron en un reportaje publicado en el suplemento semanal de El Mundo [Catalán Deus, 1993]. El texto estaba basado en una entrevista a Heyerdahl, por lo que el suyo es el único punto de vista que se recogía: las pirámides son prehispánicas y con un cometido ceremonial. De hecho, el aventurero noruego, aunque reconocía que las excavaciones no habían dado resultados de interés, se excusaba en que no habían durado el tiempo suficiente y no se habían recogido restos para su datación. Y añadía sibilinamente: "Pero, seguramente, bajo ellas se encuentren tumbas guanches". Como vemos, una valoración cauta y objetiva, como debe ser la de un científico. Una prueba contundente de la tergiversación, quizás intencionada, de la historia por parte de los miembros de la Confederación Atlántida se recoge en un artículo firmado por Archinife (1994), en el que se comentaba la presentación, por parte del colectivo citado, de un proyecto de investigación que pretendía demostrar el origen de las pirámides y del que nunca más hemos vuelto a oír. En el acto, tal como se recogió en algún periódico, indicaron que en una de las datas documentos oficiales del siglo XVI de Tenerife, precisamente la catalogada como data 144-2, de 6 de abril de 1512, se habla de una fortaleza de Güímar que se define como "el lugar donde subían los guanches para hacer el oráculo". Archinife, siguiendo la
48
el escéptico
(Primavera 2000)
LA RESOLUCIÓN DEL ENIGMA En 1998, se publicaron en las memorias de un congreso celebrado en 1996 los tan esperados resultados de las excavaciones de 1991 [Jiménez Gómez y Navarro Mederos, 1998]. Este artículo desvelaba muchas de las cuestiones que se habían ido intuyendo en la azarosa historia periodística que hemos desgranado en estas líneas. En primer lugar, indicaban que Heyerdahl fue el que solicitó la colaboración de los arqueólogos de la Universidad de La Laguna y que éstos aceptaron después de un acuerdo "sobre mantener, en todo momento y por ambas partes (el equipo de Heyerdhal y los arqueólogos canarios), el nivel de hipótesis de las valoraciones iniciales sobre el significado cultural de dicho emplazamiento, a la espera de posteriores resultados científicos". Como ya sabemos, las hipótesis de partida de ambos grupos eran bien diferentes. Más adelante, cuando comentaban el desarrollo de las excavaciones, aclaraban: "El equipo investigador también fue objeto de otras muchas presiones que venían de una acuciante ansiedad surgida por una desvirtuada información que la prensa sensacionalista alimentaba de forma sistemática; o lo que es aún peor, por las declaraciones públicas que hacía el propio Thor Heyerdahl, en sus visitas esporádicas a Canarias, incidiendo sobre el carácter ceremonial de Chacona, contraviniendo los acuerdos alcanzados inicialmente". Los resultados de la excavación en la plataforma central o plaza del complejo dieron como resultado que la estratigrafía corresponde a la de un suelo agrícola, con ausencia total de cerámica prehispánica o de alguna otra que pudiera datarse con anterioridad al siglo XIX. El único material aborigen encontrado fue algunos trozos de obsidiana, que no parecían articular un conjunto industrial. Muy probablemente, este material pudo haber sido transportado mezclado con la tierra acarreada para rellenar las estructuras. El equipo también realizó una excavación preliminar en una cueva natural que se encuentra debajo del majano oriental y que resultó ser un yacimiento de habitación aborigen sin relevancia especial y similar a otros que se encuentran en el valle de Güímar. Jiménez y Navarro finalizaban afirmando que los majanos fueron el resultado del amontonamiento de piedras para el aprovechamiento agrícola: "La excavación arqueológica es contundente en el sentido de ubicarlas en el pasado siglo. Es significativa la ausencia de descripciones concretas sobre Chacona hasta que en 1865 se describe por primera vez la hacienda, lo que podría interpretarse como que esa explotación agrícola se creó poco tiempo antes, como también parece derivarse de la tradición oral, lo cual coincide a su vez con los datos socioeconómicos del momento".
Después de los datos indispensables dados por los arqueólogos, hay otros trabajos de interés para comprender mejor cuál pudo ser el origen y utilidad de los majanos, como son los artículos de Antonio Tejera Gaspar, Leoncio Afonso y Nicolás González Lemus, aparecidos entre 1993 y 1999. El artículo de Tejera Gaspar [1993] explicaba, en primer lugar, el verdadero significado de algunas de las referencias históricas muy puntuales como la de Abreu Galindo esgrimidas por los prehispanistas para sustentar la construcción de pirámides por los aborígenes. Para Tejera, el origen de la construcción de estos majanos en las islas es la aparición del cultivo de la cochinilla insecto parásito de la tunera utilizado para elaborar tintes a partir de 1825-26. Este cultivo fue enormemente rentable y supuso la puesta en uso de nuevas tierras que en muchos casos estaban cubiertas por malpaíses volcánicos, como en el valle de Güímar. De hecho, la construcción de "enormes pirámides que sobresalían de la tierra formadas por piedras poco firmes, construídas en uno o dos escalones, que habían sido recogidas de la superficie para preparar el terreno para fines agrícolas" es recogida por la viajera inglesa Olivia Stone a finales del siglo XIX. Tejera también explicaba como los escalones podrían haberse utilizado para secar la cochinilla o los higos y que su especial orientación podría tener la finalidad de un mejor aprovechamiento de la luz solar.
s Los resultados de la excavación en la plataforma central del complejo dieron como resultado que la estratigrafía corresponde a la de un suelo agrícola
En el sentido del artículo de Tejera, Afonso escribió otro muy interesante en el suplemento La Prensa del periódico El Día [Afonso, 1999]. En primer lugar, daba información de primera mano sobre una de las más famosas otras pirámides canarias: la de Los Cancajos, en La Palma. Según el anciano Vicente Sosa, la pirámide se construyó por orden de una tía abuela suya hacia 1865, época del mayor desarrollo del cultivo de la cochinilla. Afonso comentaba que en esos momentos se produjo una ingente labor de abancalamiento en todas las islas debido a diversas razones concurrentes: la alta rentabilidad de la cochinilla estimulando incluso la construcción de majanos de gran tamaño para la sorriba de las fincas agrícolas, la creación de un gran excedente de mano de obra debido a las características del cultivo de la cochinilla y la explosión demográfica que se produjo en las islas durante la segunda mitad del siglo XIX. Todo esto facilitó el que
(Primavera 2000)
el escéptico
49
Las pirámides ya son un elemento propio de la sociedad isleña. Su fama y la explotación del parque han contribuido a que Güímar sea más conocida y su gente disponga de más recursos laborales. Un fin loable, lástima que se base en una manipulación cultural.
se realizaran y fuesen rentables unas construcciones tan enormes y complejas como las de Güímar. Sobre la importancia de los textos escritos por viajeros europeos del siglo XIX, informaba González Lemus [1999] en otro artículo clave. En él, comentaba el detalle importante de que los autores anteriores a los años 40 del siglo XIX no mencionan el escalonamiento de los terrenos ni la existencia de pirámides. La presencia de estas estructuras comienza a ser recogida de forma sistemática por los autores posteriores a dichas fechas, coincidiendo con el comienzo del cultivo de la cochinilla. También indicaba como los precios de las fincas con mollera, majanos o pirámides, es decir, desalojadas de piedras, aumentaba espectacularmente. UN EPÍLOGO LAMENTABLE A manera de epílogo, me gustaría comentar la situación de lo que en la actualidad se llama Parque Etnográfico de la Pirámides de Güímar. El parque fue construido por el empresario Fred Olsen. Se creó también la Fundación para la Exploración e Investigación de los Orígenes de las Culturas (FERCO), coordinada por Thor Heyerdahl y un comité científico internacional. A esta fundación de tan pretencioso nombre irian a parar todos los ingresos netos del parque, que, por cierto, recibe hordas de turistas y está dentro de los lugares visitados en excursiones organizadas. El complejo engloba a las pirámides primorosamente reconstruidas, entornos ajardinados con caminos acon50
dicionados para la visita, la antigua casona reconstruida como museo, un magnífico auditorio, una reconstrucción espectacular a tamaño natural de la embarcación `Ra II' y una zona de cafetería y tienda. Por comparación con semejante montaje, me entristece ver cómo verdaderos yacimientos arqueológicos fundamentales de las islas se encuentran en el más absoluto abandono. El museo recoge de forma muy esquemática y superficial las ideas hiperdifusionistas de Heyerdahl, mostrando ejemplos descontextualizados de paralelismos culturales aparentes entre ambos lados del Atlántico. Resulta curioso un mapa donde pone la distribución de las construcciones que él reconoce como piramidales en el mundo, desde Egipto a los marae de Polinesia, donde también se encuentran las bazinas del Norte de África y, en una zona muy conveniente, los majanos de las Islas Canarias. En una sala aparte, se habla de las pirámides de Güímar y, en un lugar privilegiado, se describe la cuestión de su orientación astronómica. En realidad, la aparente orientación astronómica del complejo es el único elemento objetivo de cierto peso que puede esgrimirse, y que de hecho se ha repetido hasta la saciedad, para sugerir un carácter ceremonial al conjunto. La visita a las pirámides esta muy cuidada, pero, por ejemplo, a los caminos de acceso se les denomina caminos ceremoniales, lo que ya presuponen una utilidad al conjunto. La película de doce minutos que se proyecta continuamente en el auditorio no tiene desperdicio, pues se hacen aseveraciones tan llamativas como éstas: "los hombres rubios y barbudos que llevaron la civilización a América" (etnocentrismo trasnochado); "la navegación en barcos de juncos es común a todos los adoradores del sol de la Antigüedad"; "en Egipto, Mesopotamia y América, se comenzaron a construir pirámides casi al mismo tiempo". Un guión irreprochable como podemos ver. Pero, quizás, el despropósito más asombroso y serio que podemos ver en todo el parque lo tenemos en la guía de visita que reparten al entrar la entrada cuesta 1200 pesetas, que se reducen a 800 para los residentes canarios. En ella, se afirma lo siguiente: "Las excavaciones de prueba realizadas por arqueólogos de la Universidad de La Laguna confirmaron la idea de Heyerdahl de que estas estructuras eran construcciones arquitectónicas edificadas con propósitos ceremoniales por expertos constructores que habían estudiado los movimientos anuales del Sol". En ningún momento, se las califica de prehispánicas para curarse en salud, pero lo que se afirma sobre su carácter ceremonial solamente entendible si su origen es anterior a la conquista es absolutamente falso, pues contradice los resultados de la investigación ar-
el escéptico
(Primavera 2000)
queológica publicada y comentada en detalle anteriormente [Jiménez Gómez y Navarro Mederos, 1998]. Flagrantes manipulaciones como éstas merecen su denuncia, pues personajes como Heyerdahl tienen en sus manos medios para enseñar nuestra historia al mundo, a nosotros y a nuestros hijos. AGRADECIMIENTOS Quisiera agradecer a Ricardo Campo la gran ayuda documental prestada, así como al resto de miembros del colectivo de escépticos de Canarias por haber sabido crear y mantener un ambiente de ilusión y de participación. El presente trabajo es un producto más de esta favorable conjunción.
es profesor titular del Departamento de Astrofísica de la Universidad de La Laguna e investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias. Dirección de correo electrónico: cel@ll.iac.es
CÉSAR ESTEBAN
REFERENCIAS
del Museo Arqueológico de Tenerife". La Gaceta de Canarias (La Laguna). 21 de agosto. Díaz, R. [1991]: "Las pirámides de Güímar podrían ser una estación astronómica". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 8 de agosto. Esteban, C., Belmonte, J.A., Aparicio, A. [1991]: "Investigación astronómica de los `majanos' de Güímar", Noticias (Boletín del Instituto de Astrofísica de Canarias). Nº 20, 6. (publicado íntegramente en otros medios como: El Día, 10 de agosto, y La Gaceta de Canarias, 9 de agosto). Esteban, C., Belmonte, J.A., Aparicio, A. [1993]: "Las dimensiones de los "majanos" de Güímar. Una pista sobre su posible origen". Noticias del IAC. Nº 2, 35. Esteban, C., Belmonte, J.A., Aparicio, A. [1994]: "A solstitial marker in Tenerife: addendum". Archaeoastronomy (suplemento de Journal for the History of Astronomy). Nº 19, S84. González Antón, R. [1991]: "Nota aclaratoria del Museo Arqueológico y Etnográfico de Tenerife sobre las `Pirámides de Güímar'". La Gaceta de Canarias (La Laguna). 14 de agosto. González Gutiérrez, J.G. [1991]: "Las pirámides de Icod". El Día (Santa Cruz de Tenerife). 8 de septiembre. González Lemus, N. [1999]: "Las pirámides y los viajeros ingleses". La Prensa, suplemento del periódico El Día. 29 de mayo. Kristiansen, J., Kong, F. [1991]: Radar detection of stone structures at Güímar, Tenerife. Informe del instituo Geotécnico Noruego. Jiménez Gómez, M.C., Navarro Mederos, J.F. [1998]: "El complejo de las morras de Chacona (Güímar, Tenerife): resultados del proyecto de investigación". En XII Coloquio de Historia Canario-Americana. Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria. 525. McCoy, P.C. [1979]: "Easter Island". En Jennings, J.D. (de.): The Prehistory of Polynesia. Harvard University Press. Cambridge. 135-166. Padrón, F. [1990a]: "Las extrañas terrazas de Chacona, en Güímar". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 28 de enero. Padrón, F. [1990b]: "Thor Heyerdhal visitó las construcciones piramidales de Güímar". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 22 de julio. Padrón, F. [1990c]: "Nuevas construcciones piramidales aparecen en otros sitios de las islas". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 26 de agosto. Padrón, F. [1990d]: "Comentario sobre algunos comentarios y varias noticias". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 23 de septiembre. Padrón, F. [1991]: "Comentarios alrededor de las pirámides de Güímar". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 11 de agosto. Padrón, F. [1993]: "Sobre pirámides, ovnis y `Ummo'". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 18 de julio. Pardellas, J. M. [1991]: "Hay algo enterrado en las entrañas del valle sagrado de Güímar". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 3 de febrero. Rieu, D. [1992]: "Un profesor de EGB encuentra un centenar de fragmentos de origen guanche en las pirámides de Güímar". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 10 de enero. Tejera Gaspar, A. [1994], "¿Son prehispánicas al pirámides de Güímar?", El Día (Santa Cruz de de Tenerife). 18 de diciembre.
Afonso, L. [1999]: "Sorribas y pirámides". La Prensa (suplemento del periódico El Día) (Santa Cruz de Tenerife). 9 de enero. Alonso, J. [1991]: "La Fundación Fred Olsen acomete la restauración de las pirámides de Güímar". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 13 de agosto. Aparicio, A.; Belmonte, J.A.; Esteban C. [1994]: "Archaeoastronomy in the Canary Islands: the pyramids of Güímar". En Iwaniszewki, S.; Lebeuf, A.; Wiercinski, A.; y Ziolkowski, M.S. (Eds.): "Time and astronomy at the meeting of two worlds". Universidad de Varsovia y CESLA. Varsovia. Archinife [1994]: "Sobre datas y majanos". Frontera científica. Nº 1 (Septiembre). Barrios García, J. [1991]: "Apuntes para un estudio arqueoastronómico de las pirámides de Chacona". La Gaceta de Canarias (La Laguna), 3 de noviembre. Barrios García, J. [1996]: "Some remarks about the astronomical orientation of the pyramids of Chacona (Güímar, Tenerife)". En Koleva, V.; y Kolev, D. (Eds.): "Astronomical traditions in past cultures". Instituto de Astronomía, Academia de Ciencias de Bulgaria, Observatorio Astronómico Nacional Rozhen. Sofía. Bastarrica, E. [1991]: "Nosotros sabemos lo que hay bajo las pirámides de Güímar". Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife). 21 de julio. Bellwood, P. [1978]: The polynesians. Prehistory of an island people. Thames and Hudson. Londres. 126-129. Belmonte, J.A., Aparicio, A., Esteban, C. [1993]: "A solstitial marker in Tenerife: The `majanos de Chacona'". Archaeoastronomy (suplemento de Journal for the History of Astronomy). Nº 18. S65. Catalán Deus, G. [1993]: "Pirámides guanches. Un explorador rescata las primitivas edificaciones canarias". Semanal Magazine del diario El Mundo (Madrid). 2 de mayo. Confederación Atlántida [1991]: "Respuesta a la nota aclaratoria
(Primavera 2000)
el escéptico
51