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Sobre el nacimiento de Jesús
Estoy de acuerdo con lo que decía Gabino E. Calvo en su carta publicada en el número de otoño de 1999 de la revista El Escéptico. Y sólo añadir que casi todo el rato habla de las falsas creencias de la religión "cristiana", sin explicitarla. Y que, dado que son indemostrables las creencias religiosas, ¿a qué viene insistir en la revista y dar validez real a los datos (según leemos en el artículo de Tarrasa) de que Jesús/Cristo nació en el año 4 antes de nuestra era, en vez de apostillar "según creencias de la doctrina cristiana que ejerce aún la dictadura en la sociedad occidental actual" o algo similar?. ¿O es que los "escépticos" ignoran que el nacimiento de Jesús es un mito? ¿Que el nacimiento de Jesús se refiere a la fiesta de recolección de invierno? Y que existe otra referencia de otro nacimiento de Jesús en el Evangelio de Lucas (2, 8), y habla de pastores que pernoctaban al raso que vinieron a adorarlo. O sea, que habla de otro nacimiento en verano / de otra fiesta de recolección en verano, de la que no amplía datos el evangelista. La fiesta de la Navidad pretende celebrar el nacimiento de Jesús como si fuera un ser real, en una ciudad real Belén, por una madre real -la Virgen María-, en un establo real y al que le dieron calor dos animales reales: la burrita y la vaca, bajo una estrella muy luminosa y real, cuando todos los estudios históricos no apoyan esa tesis. Olvidan que fiesta de la Navidad y el nacimiento de Jesús de
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una Madre Virgen es una metáfora religiosa, heredera de otros fiestas que conmemora el nacimiento de un bebé Divino de otras religiones Mistéricas agrícolas, celebradas el 24 de diciembre del antiguo calendario (pero la fiesta cristiana conserva la fecha, pero no el hecho astronómico). Y es una metáfora religiosa que relata la culminación de la historia de la agricultura, en el que Jesús, al igual que Mitra, Buda, Horus, Carpo, Sida (granada), Misa y Libera (uva),... se identifican con el fruto del vientre de la Virgen / de la Diosa, tras haber sido también semilla que por fin se convertía en fruto. De manera que el error de los mitólogos cristianos posteriores es que estiman que el nacimiento de Jesús es real y corresponde a un hecho cronológico, haciendo una falsa interpretación de la narración metafórica en la que se basa. Y toman en sentido lo que no es más que un mito, similar al de las religiones precedentes. Imagino que dada que la línea de la revista de no criticar la religión, no publicarán esta carta. Pero si no la escribía reventaba. Así que ahí va. Agradeciendo su atención, les saluda muy atentamente,
FRANCISCA MARTÍN-CANO ABREU
Zaragoza Aunque algunas veces pueda sonar a tópico, es conveniente recordar de vez en cuando que EL ESCÉPTICO no se identifica necesariamente con las opiniones de los artículos firmados, que pertenecen a la exclusiva responsabilidad de los autores, tal como reza en la segunda página, por lo que no deben achacarse a esta revista puntos de vista que no son suyos. La opinión de esta publicación se mani-
fiesta a través de los editoriales. Independientemente de que esto sea así o no con el artículo de Ferrán Tarrasa, al que alude Francisca Martín-Cano, cuando decidimos publicar un artículo es simplemente porque consideramos que el tema tratado puede ser de interés para los lectores, y tiene la calidad necesaria para merecer su publicación, sin rehuir en ningín momento el debate ante las afirmaciones vertidas en los mismos. En este caso, sin embargo, consideramos que sacar frases de contexto puede llevar a equívocos, ya que entendemos que lo esencial del artículo es explicar el origen del calendario, y no discutir la veracidad histórica de los relatos evangélicos. Cuando Tarrasa dice que Jesús nació el año 4 antes de nuestra era, está llamando la atención sobre un error de cálculo de Dionisio el Exiguo, no discutiendo el hecho del supuesto nacimiento de Jesús de Nazaret. No obstante, en la carta de Francisca Martín-Cano se recogen hechos y afirmaciones ciertas e interesantes, y otras que son quizá discutibles y abiertas a un debate más profundo. Aunque no fuera esa la idea central del artículo de Ferrán Tarrasa, estaremos encantados de recoger en las páginas de EL ESCÉPTICO cualquier aportación al debate sobre la realidad histórica de Jesús de Nazaret y de los relatos bíblicos, sobre el origen de las religiones o cualquier otro tema. Simplemente nos permitimos recordar algo que ya hemos repetido otras veces. No es el objetivo de EL ESCEPTICO dictaminar acerca del hecho religioso o las cuestiones de fe, pero sí tiene cabida en sus páginas la discusión sobre las afirmaciones referentes a hechos contrastables, tengan o no relación con las religiones.
EL ESCÉPTICO
el escéptico
(Primavera 2000)