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Programas de educación emocional con evidencia
Roger Muñoz Navarro
Universidad de Zaragoza
La premisa presentada, en primer lugar, era llamar
la atención hacia un problema grave como es el impacto de los problemas de salud mental en la población. Asà pues, un reciente estudio muestra que los
trastornos mentales nos cuestan 46 000 millones â¬/
año (4,6 % del PIB). Solo los trastornos emocionales nos cuestan 23 000 (2,3 % del PIB) y generan un
gran impacto en la calidad de vida y el malestar de las
personas que lo sufren. En esta lÃnea, algunas organizaciones estatales como la Confederación de Salud
Mental, proponen como medida de prevención la inserción de la asignatura o de programas de educación
emocional basados en la evidencia para intervenir en
la infancia y la adolescencia, ya que estos muestran
que reducen este impacto a corto plazo y previenen su
aparición en el largo plazo.
Para ello, realizó una revisión de artÃculos revisados por pares, tanto de carácter nacional como internacional. Inició mostrando un artÃculo de la Revista
Participación Educativa, revista del Consejo Escolar
del Estado, titulado «La educación emocional en la
infancia y la adolescencia», por Maite Garaigordobil,
Catedrática de PsicologÃa de la Universidad del PaÃs
Vasco. En este artÃculo se recogen programas validados experimentalmente en España. Los resultados
muestran que estos programas tienen grandes beneficios en las siguientes áreas: mejoran la conductas
sociales positivas, como la cooperación, la empatÃa y
las conductas prosociales; mejoran las habilidades sociales, la comunicación, asà como las redes de amigos
y apoyo social; mejoran el autocontrol, la sociabilidad, la automotivación y la adaptabilidad; mejoran la
resolución de conflictos de manera constructiva, asÃ
como el control de la ira y promueven un mejor ajuste
psicológico; asimismo, mejoran todos los problemas
emocionales internalizantes como la ansiedad, la depresión y la hostilidad, asà como problemas externalizantes como la conducta antisocial, la agresividad
fÃsica y verbal y las conductas disruptivas. Asà pues,
se mostraron también artÃculos publicados a nivel in-
ternacional que mostraban que todos estos beneficios
se replican en otros paÃses.
Por tanto, existe suficiente evidencia cientÃfica a
nivel nacional e internacional para asegurar que estos
programas son eficaces y seguros, por lo que pueden
ser implementados en las escuelas de nuestro entorno.
Para ello, se invitó a ver este problema sin totalitarismos y absolutismos, a promover un pensamiento
crÃtico, basándonos en la evidencia existente. Negarlo
serÃa un acto de negacionismo cientÃfico más propio
de intereses ideológicos y partidistas que de propuestas basadas en criterios racionales.
Atención a la atención
Pablo Duque San Juan
INEURO, Sevilla
DecÃa McLeod que todo el mundo sabÃa lo que era
la inhibición y eso resultaba un gran problema. Esto
mismo pasa con la atención, la inteligencia u otros
constructos cognitivos. La atención es un hecho diferenciado de otros, pero con tantos modelos y tantas
definiciones que es difÃcil un medio consenso entre
los propios profesionales. Sin embargo, sea como fuere, la atención es clave para el trabajo «en la mente».
La atención tiene dos hechos clave: foco y mantenimiento. El foco no es el perceptivo. Por ejemplo,
puedo atender a una conversación sin estar mirando
al interlocutor: se trata, sin más, de que mi foco de
atención esté en lo que habla. El mantenimiento supone una doble cosa: el control de estar en el foco y
el control de la interferencia (externa o interna) que
quiere llevar a la atención a otro foco. Esto último se
llama inhibición, y es esencial para el mantenimiento atencional. Los niños con TDAH (aunque este sea
un nombre pésimo lo mantengo asà por razón de que
todos lo entendamos) tienen grandes déficit de inhibición y, por tanto, del mantenimiento atencional secundariamente.
Por otro lado, ¿cuánto tiempo puedo estar en algo
con mi atención? Quién sabe. No hay datos claros.
Cuando se dan datos cuantitativos del estilo de «lo
máximo que debe estar concentrada una persona es
tanto», lo que se quiere decir, probablemente, es que
Una tablilla cuneiforme del primer milenio antes
de Cristo recoge una carta del equivalente a
nuestros actuales profesores universitarios
dirigida al rey para protestar por el exceso de
trabajo burocrático
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no tenemos ni idea. La dosis de tiempo atencional depende de tantos factores que verdaderamente es imposible darla: carga del trabajo a realizar, número de
interferencias, motivación, facilitadores, estrategias,
etc.
Entender la atención como una mesa de trabajo es
algo que puede ser útil. Si la mesa es firme (si el mantenimiento se mantiene estable y la inhibición hace
su función), podré trabajar encima de la mesa con los
datos que precise. Si la mesa va «desapareciendo»
y «apareciendo» en otros lados (cambio de foco de
atención), todo lo que está arriba de la mesa caerá una
y otra vez.
Facilitar la atención es un hecho, pues, clave para
cualquier profesional del ámbito educativo. Si no,
todo lo demás quedará en nada.
BLOQUE 2
¿Comprendemos mejor en papel que en pantalla? Evidencia a partir de un metaanálisis
Ladislao Salmerón
Coordinador de la ERI Lectura, Universitat de València.
En la actualidad muchos centros educativos están
inmersos en una carrera por incorporar más y más
tablets y otros dispositivos digitales en la mayorÃa
de áreas curriculares. Sin embargo, en muchos casos
esta carrera no está guiada por la evidencia sobre la
eficacia de dichos dispositivos. Concretamente, en el
ámbito de la comprensión lectora se han acumulado
numerosas evidencias en las últimas dos décadas sobre la efectividad de la lectura de textos en pantallas,
en comparación con textos en papel. A partir de un
metaanálisis sintetizamos dicha evidencia, con una
muestra de aproximadamente 171.000 estudiantes de
19 paÃses y de todos los niveles educativos. Los resultados muestran un efecto positivo aunque limitado del
papel en relación a las pantallas. Varios factores modulan dicho efecto (género textual, tiempo de lectura
y generación), mientras que otros no afectan al efecto
del papel (nivel educativo o tipo de dispositivo, entre
otros). Estos resultados son una llamada de atención
contra la incorporación de dispositivos digitales en el
aula sin contar con la evidencia cientÃfica al respecto.
Cuando las innovaciones son historia
Fátima GarcÃa Doval
ConsellerÃa de Cultura, Educación y Universidad.
Xunta de Galicia
Los seres humanos no somos particularmente buenos prediciendo el futuro. Si pensamos en el futuro
imaginado por éxitos cinematográficos de los años
ochenta, tales como Blade Runner, con cyborgs, coches voladores, etc., es claro que más que predecir el
futuro probable, tendemos a predecir un futuro deseado. La educación no es ajena a este fenómeno. Imaginar un futuro sin escuelas, incluso sin docentes, es
una constante.
Foto de Zen Chung en Pexels
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