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do con la lógica cientÃfica. Sin embargo, muchas de
ellas triunfan y se difunden ampliamente en la actual
sociedad de la información, con el gravÃsimo riesgo
que eso supone para la salud pública en un mundo
interconectado. En el actual contexto sobrevenido
de pandemia, en el que somos testigos diariamente
de la circulación de informaciones y creencias pseudocientÃficas o acientÃficas, cuando no directamente
anticientÃficas, es inevitable preguntarse si realmente
el fracaso del sistema educativo es tan estrepitoso o
la capacidad de razonamiento humano es tan defectuosa.
Sin embargo, argumentamos aquà que el auge de las
pseudociencias no sucede porque la gente sea estúpida e ignorante: la inmensa mayorÃa de las personas
somos capaces de gestionar con bastante eficacia la
toma de decisiones en entornos complejos, y además
muchos de los militantes de movimientos anticientÃficos son personas formadas. La clave del éxito de las
creencias pseudocientÃficas es que resultan verosÃmiles para el pensamiento de sentido común âque tiene
una lógica muy diferente a la del razonamiento cientÃficoâ, y además muchas de ellas resultan funcionales
para determinadas dinámicas sociales. Entender esto
es fundamental para desarrollar estrategias para neutralizarlas.
Por este motivo revisamos aquà brevemente algunos de los mecanismos heurÃsticos que facilitan la
aceptación y pervivencia de las creencias pseudocientÃficas y supersticiosas, como la representatividad
heurÃstica o los sesgos confirmatorios, y trataremos de
ubicarlos en el marco de las transformaciones que necesariamente sufre el conocimiento cientÃfico cuando
se populariza y es asimilado por público no experto.
plifica los procesos de enseñanza y aprendizaje.
En la segunda parte se propone vincular formación
del profesorado y desarrollo profesional. Para ello,
deberÃan utilizarse modelos de competencia docente
como el de Shulman (1989), con tres dimensiones
que permitirÃan clasificar la oferta formativa: conocimiento del contenido, conocimiento pedagógico y
conocimiento didáctico del contenido. Esta última es
la dimensión que más peso tiene en la competencia
docente.
En la tercera parte se apuesta por un modelo de
centros de formación del profesorado que concrete
la oferta formativa basándose en la investigación. Se
pueden emplear estudios como el Visible Learning de
Hattie (2012), que ofrece una sÃntesis de 800 metaanálisis sobre cuáles son las intervenciones educativas
que funcionan y cuáles no. El referente podrÃa ser la
Education Endowment Foundation (EEF) del Reino
Unido, una institución que promueve y recoge estudios sobre propuestas educativas, y las clasifica según
el grado de beneficio, el coste y la fiabilidad de los estudios. EEF desarrolla amplios y ambiciosos programas formativos con aquellas propuestas que ofrecen
mejores resultados. Por último, se ofrecen ejemplos
de temas de formación en las tres dimensiones del
modelo de competencia de Shulman, desarrollando
una propuesta formativa basada en la observación de
vÃdeos de otros docentes dando clase.
¿Estamos formando en metodologÃas por encima de nuestras posibilidades? Ideas para una formación del profesorado rigurosa y factual.
Carlos Segura
Cefire-CTEM, Valencia
La formación continua del profesorado es una parte esencial del sistema educativo, aunque también
controvertida: una mirada cuidadosa nos descubrirá
propuestas de dudosa utilidad e incluso de calidad
poco contrastada.
En la primera parte de esta ponencia se discute la
etiqueta metodologÃa, especialmente cuando se habla
de «nuevas metodologÃas» o «metodologÃas activas».
Abunda la oferta formativa asociada a estas etiquetas.
Pero, ¿qué hay detrás de las metodologÃas? Se utilizan
estrategias como el culto a la novedad, la exageración
de los logros o la enmienda a la totalidad y caricatura
de lo «tradicional», pero en educación no existen las
soluciones globales ni los milagros. Estas estrategias
esconden la realidad: las «metodologÃas» son modestas propuestas didácticas, cerradas, con ventajas y
desventajas que deberÃan valorarse en función de los
objetivos y medios concretos del docente. La palabra
metodologÃa termina siendo un lugar común que sim-
Las puertas del campo: haciendo inventario de
pseudociencias en educación
Jorge J. FrÃas
ARP- Sociedad para el Avance del Pensamiento
CrÃtico
Las pseudociencias están ampliamente instaladas
en el mundo educativo, y con mucho éxito. ¿Se podrÃa hacer un listado de pseudociencias en el mundo
educativo tal y como existe, por ejemplo, sobre terapias alternativas? La realidad es que serÃa demasiado
extenso, y hay que distinguir en qué ámbito se produce. Por ello, se antoja necesaria una clasificación «por
comprensión», antes que «por extensión».
En la clasificación podemos encontrar pseudociencias desde el mismo momento de la redacción de la
ley hasta la misma aplicación, donde el entorno editorial y del centro puede influir de forma importante.
anuario 2020
BibliografÃa
Hattie, J. (2012). Visible learning for teachers: Maximizing impact on learning. Routledge.
Shulman, L.S. (1989). Paradigmas y programas de investigación en el estudio de la enseñanza: una perspectiva contemporánea. En M.C. Wittrock (ed.): La investigación de la enseñanza, I.
Enfoques, teorÃas y métodos. Barcelona: Paidós/MEC, 9-91.
Antes de las fake news: pseudohistoria y bulos
Antonia de Oñate
ARP- Sociedad para el Avance del Pensamiento
CrÃtico
Trabajo ya recogido en el número 54 de El Escéptico.
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