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El agua milagrosa de la homeopatía
JAVIER ARMENTIA
E
lp a s ado 26 de noviembre, la serie Horizon de divulgac i ó n c i e n t í fi c a d e l a c adena pública británica de televisión, la BBC, emitía un polémico programa sobre la homeopatía, una de las llamadas "medicinas alternat i va s " que más popularidad están alcanzando en todo Europa. En él, contando con las opiniones a fav o r y en contra de diversos expertos, se sometió a prueba --una vez más-- alguna de las af irmaciones de esta práctica, como que la acción de algunos medicamentos se puede efectuar incluso en dosis t a ní n fimas que ni siquiera una sola molécula del producto está realmente presente. Algo que, como calificaba el físico Robert Park en el mismo programa "es simplemente ridículo", porque desaf í al a sl eye sd el ac i e n c i a .
ria de la práctica médica muestra cómo se han ido empleando terapias y fármacos que funcionaban adecuadamente aunque no se supiera por qué lo hacían: por ejemplo, la aspirina tiene más de cien años, aunque sólo hace un par de decenios se comenzó a entender cómo af ectaba el ácido ac e t i l s a l i c í l i c oal as í n t e s i sd el a sp r o s t aglandinas. Su uso como analgésico, mucho antes, estaba bien at e s t i g u ad o . Con la homeopatía, sin embargo, las cosas no parecen tan sencillas. Las bases de esta práctica se establecieron en 1810, cuando un médico alemán, Samuel Hahnemann (1755-1843) publicó e l Organon der Rationellen Heilkunde, e ne lq u e establecía una teoría completa sobre el origen de l a se n fermedades y sobre la manera de curarlas, utilizando mecanismos similares a los que causan los males, de ahí el nombre "homeopat í a "( c u r a r c o nl os i m i l a r )ye l adag i oe nl at í ns i m i l i as i m i l ibus curantur conocido como "ley d el as i m i l i t u d " . Esta idea no era nueva de Hahnemann, sino un principio de la medicina medieval casi mágica de Pa r acelso. En esencia, si una enfermedad produce una serie de síntomas en una persona, y si conocemos una sustancia que provoque síntomas similares, precisamente esa sustancia y no otra, será la que pueda curarle. Evidentemente, Hahnemann comprendió que tal administración podría sin duda empeorar la condición del pac i e n t e ,p o rl oq u ei n t e n t ód i l u i re l fármaco de manera extrema, para que sus propiedades curat i vas permanecieran, pero no sus efectos adversos. ¿Cómo se le pudo ocurrir a una persona de f i n a l e sd e ls i g l o XVIII tal idea? Normalmente se apunta a la manera en que entonces se trataba una enfermedad m o r t a l ,l as í fi l i s . La única curación posible era la administración de vapores de mercurio, muy venenosos, que provocaban de hecho la muerte de gran parte de los pac i e n t e s . Hahnemann intentó probar otra manera, diluyend o l o s d i ferentes "venenos" hasta hacerlos inocuos. En aquella época, la teoría atomista de la m ateria no era demasiado popular, y l aq u í m i c a
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Aunque no se entienda por qué, o aunque vaya en contra de lo que conocemos del Universo, si algo funciona, se debería investigar y aplicar. No en vano, la historia de la práctica médica muestra cómo se han ido empleando terapias y fármacos que funcionaban adecuadamente aunque no se supiera por qué lo hacían. Con la homeopatía, sin embargo, las cosas no son tan sencillas.
En cualquier caso, cabría pensar, aunque no se entienda por qué, o aunque vaya en contra de lo que conocemos del Universo, si algo funciona, se debería investigar y aplicar. No en va n o ,l ah i s t o-
moderna estaba comenzando a nac e r, c o n l a s contribuciones de Lav o i s i e ryD a l t o n . Un coetáneo del padre de la homeopat í a ,e l italiano Amedeo Avogadro (1776-1856), establec í ae xactamente un año después de la publicación del Organon un principio fundamental para la química: "los volúmenes iguales de cualquier gas a idéntica temperatura y presión contienen el mismo número de moléculas". Este Principio de Avogadro se basaba en que la mat e r i a n o s e puede dividir indefinidamente, sino que existe una unidad ,l a molécula, que es la mínima cantidad de una sustancia que mantiene sus propiedades químicas. El número de moléculas en un volumen característico de un gas (lo que los químicos denominan un mol, 22,4 litros a 0ºC de temperatura y una atmósfera de presión) es enorme, el llamado número de Avogadro: 6,023 x 10 2 3, e sd e c i r, a p r oximadamente un seis yv e i n t i t r é sc e r o sd e t r á s :¡ s e i s c i e n t o sm i lt r i l l o n e s de moléculas!
mal hahnemanniano"). Entonces se le somete a una ag i t ación específica (llamada "sucusión"), y se vuelve a disolver: se toma 1cc y se completa hasta u nl i t r o ,u t i l i z a n d o agua. En este segundo centesimal (2C) tenemos una parte de sustancia en diez mil de agua destilada. Una vez pasad al a ag i t ac i ó n ,s es i g u ed i l u yendo: el 3C tiene una parte en un millón, el 4C una parte en cien millones... Cuando se repite este proceso y se obtiene un 12C (algunos medicamentos homeopát i c o s af i rman diluir hasta 30C) entramos en un serio conflicto con la química. Porque hemos disuelto hasta tener una parte en un cuat r i l l ó n , ya e s menor que el número de Avogadro. Esto quiere decir que si tuviéramos un mol de moléculas de la sustancia inicial, en esa disolución ya no tendríamos probablemente ni una sola molécula. Evidentemente, si seguimos diluyendo seguiremos igual: sólo tendremos agua (o alcohol, a veces empleado como disolvente en homeopat í a ) .
Si disolviéramos un grano de sal en todos los océanos de la Tierra, la disolución resultante sería incluso mayor que la de un medicamento homeopático.
Si disolviéramos un grano de sal en todos los océanos de la Tierra, la disolución resultante sería incluso mayo r La transcripción completa del programa Horizon de la BBC donde se trato este tema se puede encontrar en la página http://www.bbc.co.uk/science/horizon/2002/homeopathyque la de un medicamento trans.shtml. (BBC) homeopát i c o . Pero pocas perSin embargo, las disoluciones homeopát i c a s sonas creerían que tomando una gota de esa agua son incluso mayores. Típicamente, se parte de tomaríamos algo de aquel grano de sal. Sin una porción de una sustancia determinad ays e embargo, se estima que un 40% de los fármacos d i l u ye por vez primera en cien veces ese peso que se venden en Francia, pertenecientes a los (imaginemos un centímetro cúbico de esencia laboratorios homeopáticos, tienen aún menos vegetal en agua para completar un litro, por ejem- concentración. Y la gente los toma creyendo que plo). Esta disolución es llamada 1C ("un centesi- realmente está tomando algo...
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hecho de tomar una medicina hace que e l p aciente mejore. ¿Se trata de algo aún más esotérico que las extremas diluciones de la homeopatía? Realmente no, y dice más de la manera en que interactúan en las personas las terapias y las expectat i va s . La semana que viene profundizaremos en este asunto, siguiendo con el análisis de la homeopat í a . Nos referíamos
Introducción del código ético (http://www.homeopathy-soh.org/web/pages/ethics2001.pdf) de The Society of Homeopaths, entidad inglesa que agrupa a los aficionados y `profesionales' que trabajan la homeopatía. Tras este programa, hicieron una declaración pública que, hasta hace poco, se podía encontrar en http://www.homeopathy-soh.org/web/pages/horizon.htm. (The Society of Homeopaths)
anteriormente a la imposibilidad f í s i c a de entender cómo funcionan las extre-
En el programa de la BBC se sometió a prueba, precisamente, esta posibilidad. No era la primera vez, pero se utilizó una disolución homeopática que se aplicó, en varios laborat o r i o s ,j u n t o con otras muestras que sólo contenían agua dest i l ada, a cultivos de células, para comprobar si tenían algún efe c t o . Las pruebas se realizaron con todos los controles adecuados, y con el acuerdo de la principal sociedad homeopát i c a i n g l e s a sobre los protocolos. Se ponía en juego algo más de un millón de dólares que la Fundación James Randi, creada por el ilusionista americano y firme opositor a las pseudociencias, ofrece a quien pueda demostrar un fenómeno paranormal (como que la homeopat í af u n c i o n a ) . Lo sr e s u l t ados volvieron a ser negativos para la homeopat í a : no funcionó.
mas diluciones de los medicamentos homeopát icos. Nacida a comienzos del XIX, esta práctica pseudomédica sufrió precisamente de este problema, llevando desde entonces un desarrollo paralelo y aparte del resto de las prácticas médicas que poco a poco irían configurando la medic i n ac i e n t í fica: la mejor comprensión del origen ( o e t i o l o g í a ) d e l a s e n fermedades, el descubrimiento de microorganismos y agentes patógenos, el desarrollo de una farmacopea basada en el e fecto que ciertas sustancias tienen en el organismo chocan frontalmente con los postulados más b i e n fi l o s ó ficos de Hahnemann. Por ejemplo, en homeopatía realmente síntomas y enfermedad son la misma cosa, y se llega al extremo de af i rmar que "no hay e n fermedades, sino enfermos": son los síntomas de una persona concreta los que se estudian para buscar un remedio que, sin d i l u i r, provoca el mismo cuadro. Algunas veces se ha comentado que este proceso es la base de las vacunas, pero realmente no es así: las vacunas utilizan la capacidad inmune del organismo para "aprender" a at acar una versión débil de un pat ógeno. No se trata por lo tanto de una curac i ó n , sino de medicina prev e n t i va . Po ro t r ol ado, a ningún médico se le ocurriría tratar una meningitis meningocócica, ocasionada por una bac t e r i a ,c o n
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¿Y POR QUÉ TIENE TANTO ÉXITO?
A lo largo de los años se han ido realizando numerosos análisis científi c o sd el a s af irmaciones homeopáticas, y a menudo nunca se ha encont r ado efecto alguno, aunque otras veces ha habido algún indicio de que podría estar sucediendo a l g o . Los médicos suelen achac a re s t o sr e s u l t ados más al llamado efecto placebo, e sd e c i r :e lm e r o
una disolución de un preparado de las bac t e r i a s . Los homeópat a s , af ortunadamente, tampoco lo hacen, y normalmente recurren a la medicina alopática (como ellos la llaman) cuando se presenta una enfermedad seria en la que la ciencia puede proporcionar una respuesta adecuad a . É s t ee su n factor muy importante que a menudo se soslaya: la homeopatía se autolimita a un tipo de dolencias normalmente inespecífico o mal d e finido, a menudo dolores con cierta tendencia crónica o de remisión espontánea, que en la medicina convencional no disponen de una cura comp l e t a ,s i n od ep a l i at i v o s farmacológicos principalmente de tipo analgésico. Su propia vocación complementaria le ha permitido permanecer frent ea l avance imparable de la ciencia médica. De esta manera, es fácil comprender que cualquier proceso que permita al paciente sentirse mejor será contado como un éxito por los homeópat a s .
podía realmente solucionar, el término (que viene d e ll atín, "te complaceré") tuvo durante mucho tiempo una connotación negat i va . Sin embargo, comenzó a valorarse en medicina especialmente a partir de los trabajos de H. K. Beecher en 1955, quien comprobó que cerca de una tercera parte de las personas que tomaban un p l acebo realmente acababan curándose. Una primera interpretación sería de índole psicosomát ica, como si la mente fuera capaz de, esperando curarse, llegar realmente a la curación. Beecher es también responsable de que los ensayo sc l í n i c o s de cualquier fármaco se hagan con técnicas estadísticas "de doble ciego", es decir, q u e n i l o s pacientes ni los médicos involucrados en la prue-
r i o r i si el sujeto está tomando la ba sepan a p
medicina que se quiere analizar o un placebo. Beecher comprobó que en muchas ocasiones la existencia de un grupo de control (que no toma la medicina) no era suficiente para comprobar si un medicamento era efectivo: a menudo actuaban las expectat i vas del paciente, en otras procesos como la regresión o curación espontánea durante e lt r atamiento. Para complicar aún más las cosas, si no se tenía cuidado de que tampoco los médicos conocieran si una persona estaba tomando la medicina o un placebo, como se comprobó, los r e s u l t ados resultaban dudosos: los propios invest i g adores son humanos y, p o re l l o ,s u j e t o st a mbién a los mismos efectos de querer que algo funcione o de interesarse por el trabajo. Los trabajos de Beecher y muchos otros anális i sr e a l i z ados en los últimos cincuenta años han permitido entender mejor el mecanismo por el cual un placebo (una simple píldora azucarad a , por ejemplo) puede funcionar como una medicin a . Por un lado está el hecho de que muchas e n fermedades, incluso graves, tienen una evolución que de forma espontánea llega a la completa remisión o, al menos, a la mejoría. Una persona que está tomando un fármaco interpretará esa mejoría de su condición como efecto de la sust a n c i a . Po r o t r o l ado, hay fac t o r e s e s t ad í s t i c o s , como la regresión a la media, que en muchos casos funcionan (sobre todo cuando se realizan ensayos clínicos en los que seleccionan enfermos por una determinada característica: por ejemplo, s is ee l i g e np acientes que tengan la tensión alta de entre una población más amplia, existe un sesgo e s t ad í s t i c oq u e ,d e forma matemática, conducirá a
La homeopatía se autolimita a un tipo de dolencias normalmente inespecífico o mal definido, a menudo dolores con cierta tendencia crónica o de remisión espontánea. Por ello, cualquier proceso que permita al paciente sentirse mejor será contado como un éxito por los homeópatas.
E lo t r o factor que permite entender por qué los pac i e n t e s( yl o sp r acticantes) de la homeopatía --y de muchas otras medicinas llamad a sa l t e rnat i vas-- tienen la impresión de que se curan con estas terapias es conocido en medicina con el nombre de efecto placebo. P l acebo es cualquier sustancia que, sin contener un principio ac t i v o ,s e suministra a un paciente con el "engaño" de que e su n fármaco capaz de curarle. Usados desde antiguo para complac e ral o sp acientes que querían una solución a problemas que el médico no
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Página web de la James Randi Educational Foundation, en http://www.randi.org. (JREF)
que un porcentaje de ellos disminuya su tensión incluso sin terapia alguna). Pero también hay que tener en cuenta efectos psicológicos: el pac i e n t e tiene una "creencia" en que la enfermedad será curad a ; además está el fenómeno de la sugestión, algo fundamental en la relación entre médico y paciente. Muchas terapias, no sólo la medicina homeopát i c a ,t i e n e ne ne le fecto placebo la más probable explicación de su funcionamiento.
las publicaciones más importantes del mundo sobre el tema) se concluía que "el contenido químico de los productos homeopáticos está a menudo indefinido, y algunos están tan diluidos que es improbable encontrar en ellos nada del mat e r i a l original. No se han probado que estos productos sean efectivos en condiciones clínicas. No hay buenas razones para usarlos".
¿PLACEBO HOMEOPÁTICO?
En el caso de la homeopat í a ,l o sa n á l i s i sc l í n icos que se han realizado en los últimos cincuenta años no consigue poner en claro si aparte del e fecto placebo hay algo más. Cierto es que se han publicado muchos trabajos apoyando la acción de medicamentos homeopáticos extremadamente diluidos, pero en revisiones y meta-análisis real i z ados, donde se va l o r at a n t oe lr e s u l t ado como la corrección metodológica, el efecto homeopát ico casi desaparece (por no decir que desaparece por completo)1. En uno de estos estudios, publicado en 1999 e n Cartas Médicas sobre Fármacos y Terapias ( The
NOTA
El presente texto surge de la unión de dos artículos sobre la homeopatía, escritos por el mismo autor, q u e aparecieron publicados en el suplemento Territorios d e l d i a r i o El Correo, l o s p a s ados miércoles 11 y 18 de diciembre de 2002 respectivamente. Ambos artículos pueden ser descargados en versión original y en format o PDF desde: http://www.arp-sapc.org/eedigital/Homeopat i a 01. p d f y http://www.arp-sapc.org/eedigital/Homeopatia02.pdf
Medical Letter on Drugs and Therapeutics, una de
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