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cartas al director desde ciertos colectivos (casualmente religiosos), las sociedades desarrolladas las han asumido con gran nat u r a l i d ad. Curiosamente, si bien la iglesia c atólica hoy en día permite la reproducción de parejas estériles mediante fe r t i l i z ac i ó n i nv i t r o( a pesar de que implica la generación y destrucción de embriones que ella misma considera seres humanos), condena terminantemente el aborto y el uso de células madre embrionarias bajo cualquier supuesto y con cualquier fin. Considerará el S r. Stengler que mi postura es cerril, pero no puedo sino ver, en esta profunda contradicción, una muestra clara de hipocresía y de justifi c ación de los mismos medios, aunque con otros fi n e s que ese colectivo sí considera deseables (la reproducción). Permítaseme dar la vuelta a este argumento, y decirle que también existen colectivos que apoyan y estimulan la clonación humana (incluso la reproductiva), desde bases profundamente religiosas, como es el caso de la delirante secta de los raë l i a n o s . Estas posturas son igualmente condenables desde un punto de v i s t ar acional, y lo único que evidencian es que las religiones tienen poco o nada que aportar a este debat e .Ap e s a rd ee l l o ,l a p r á c t i c at o t a l i d ad de las posturas contrarias que han llegado a nuestros oídos son confesionales, y en particular lo son las más organizad a sei n f l u yentes. Es por ello que las condenamos de modo especialmente beligerante, pues conocemos por experiencia cotidiana el desgrac i ado eco que en nuestra sociedad y en nuestro gobierno tienen estos puntos de vista. Ojalá existiese sust r ato para un debat e aconfesional sobre las implicaciones éticas de este tipo de investigaciones, pero mientras los argumentos esgrimidos sean de base religiosa, los escépticos los criticaremos como sesgad o sei r r acionales. No nos lo ag r adezca, es nuestro trab a j o . [Publicada en El Escéptico Digital, 1/2003] ¿UNA IDENTIFICACIÓN TENDENCIOSA? Alega el Sr. Stengler una identifi c ación tendenciosa, por parte de los escépticos, de las posturas contrarias a las manipulaciones de mat e r i a l genético humano con posturas influidas por el fundamentalismo religioso. Reivindica la legitimidad de un rechazo a estas técnicas desde bases e s t r i c t a m e n t el a i c a s . Ojalá existiese sustrato para un debate aconfesional sobre las implicaciones éticas de este tipo de investigaciones, pero mientras los argumentos esgrimidos sean de base religiosa, los escépticos los criticaremos como sesgados e irracionales. Tiene razón, sin duda, en este punto y reconozco que esto es posible. Ahora bien: tales posturas, si existen, me son desconocidas. Lamentablemente, lo que sí conocemos y denunciamos en nuestras aportaciones es la objeción desde presupuestos profundamente influidos por l ar e l i g i ó nc at ó l i c aei n fi l t r ados en nuestros cuerp o sl e g i s l at i v o s . 80 (2004) el escéptico Una reflexión desde el campo excéptico sobre células madre e investigación JOSÉ BELDA MARTÍNEZ E la r t í c u l od eE r i kS t e n g l e r [Comentarios sobre embriones y células madre --publicado en El Escéptico Digital, 9/2002 y en esta misma revista--] sobre el debat e acerca d el au t i l i z ación de las células madre en la investigación, aporta algunos elementos que mueven a una reflexión desde el campo escéptico en cuanto a la correcta forma de abordar el propio debat e . Stengler asegura que la discusión real se refiere a la consider ación de las células embrionarias como seres humanos o perso- cartas al director nas, pues ésa es la única fuente de desacuerdo. Y pide que los escépticos, en tanto defensores y divulgadores del pensamiento c i e n t í fico, se apliquen a la tarea de exponer los argumentos cient í ficos sobre la cuestión. ¿UN DEBATE CIENTÍFICO? El debat ee s ,p u e s ,s il a sc é l u l a s fecundadas son, o no, seres humanos. ¿Es ésta una cuestión científica? No se trata de decidir el carácter de pertenencia de las células a la especie humana, en el sentido en que se puede decidir acerca de cualquier otra célula, pues en este caso es indudable tal hecho. Tampoco se t r ata de decidir sobre la base de los datos que la ciencia puede aportar (dotación genética, capacidad de percepción sensorial, conciencia o autoconsciencia, etc.) si es que los embriones son personas, algo también indudable, pero en sentido contrario. Se t r ata de una decisión convencional que en el caso de los defensores de esa dignidad sólo se apoya en argumentos emocionales o sentimentales, como los llama Stengler. El único argumento, digamos ontológico, que se presenta al debate es de procedencia religiosa; la dotación de un alma desde el momento mismo de la concepción. Estamos, pues, ante una cuestión en la que la aportación de dat o so b j e t i v o s a fav o rd el a dignidad humana para las células no existe. En el mejor de los casos se expresa el hecho de una duda abstracta nunca explicada ni sometida a debate. Eso no quiere decir que no pueda tomarse una decisión racional, por muy convencional que sea. Pero entonc e se si n evitable el uso de los argumentos emocionales. No existe, en este momento, modo de decidir si se está atentando contra la vida humana de manera significativa, salvo como convención no basada directamente en dato científico alguno. En mi opinión, el escéptico debe denunciar cualquier intento de establecer que sí existen tales datos. LA POSICIÓN ESCÉPTICA No existe, en este momento, modo de decidir s is ee s t á atentando contra la vida humana de manera signifi c at i va, salvo como convención no basada directamente en dat oc i e n t í fico alguno. En mi opinión, el escéptico debe denunciar cualquier intento de establecer que sí existen tales dat o s . La posición escéptica no puede ev i t a rl a ponderación del único dato objetivo en juego, la existencia de unos beneficios reales. Debe combatir la idea de que no actuar es mantener una posición escéptica semejante a la suspensión del juicio en asuntos de hecho. Es muy estimulante ver que el debat ee x i s t ee n el seno de la comunidad escéptica y todo esto no puede más que enriquecernos. [Publicada en El Escéptico Digital, 1/2003] EL PESO DE LOS ARGUMENTOS EMOCIONALES No existen dat o so b j e t i v o s ,n ih ay esperanza de encontrarlos, que decidan la cuestión por sí mismos. La decisión es nuestra. La necesidad de la decisión se nos aparece a partir del hecho de que esas células tienen una utilidad, puede ac t u a r s es o b r ee l l a s . S in oe x i s t i e s et a lu t i l i d ad, la cuestión podría permanecer siempre en la indefinición sin causar ningún problema ético. Es ahora cuando la decisión debe ser tomada, y es entonces cuando el peso de los benefi c i o s adquiere toda su presencia. No es una cuestión de alcanzar el fin por cualquier medio, es una cuestión de no renunciar a un benefi c i o a favor de una de las posiciones en debate sin consideración alguna por dat o so b j e t i v o sq u e ,a l margen del propio benefi c i od el au t i l i z ac i ó n ,n oe x i s t e n . En lugar de pedir que se benefi c i ed el au t i l i d ad aquél al que tal uso no presente un conflicto moral y se permita prescindir de é l a aquél para quien sí lo es, se nos pide la misma actuación que s ee fectuaría en el caso de que el debate hubiera sido decidido en uno de los dos sentidos. Y todo en el nombre de un argumento religioso o de una duda inconcreta. Lo demás son intentos de definición de tal manera que quien la hace no puede más que tener razón. Los textos destinados a esta sección no deben exceder los 2.500 caracteres --o 25 líneas mecanograf i adas-- y deberán tener un título. Es imprescindible que estén fi rm ados si se envían por vía postal y que consten los dat o s ( d o m i c i l i o y t e l é fono) del autor, a u t o r a o a u t o r e s . " E l Escéptico" se reserva el derecho de publicar tales colaboraciones, así como de resumirlas o extractarlas cuando lo considere oportuno. En caso de publicarse, fi g u r a r áe l nombre y dos apellidos de la persona que fi r m e ,ol ap r imera persona que firme el escrito, junto con la frase " acompañado por X firmas más", siendo X el número de f irmas que acompañan el escrito. En caso de pedirse expresamente, se podrá incluir la dirección de correo electrónico de la persona que nos ha hecho llegar el texto. No se devolverán los originales no solicitad o s ,n is e f ac i l i t a r ái n formac i ó np o s t a lot e l e fónica sobre ellos. el escéptico (2004) 81