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cartas al director
Comentarios sobre embriones y células madre Respuesta a Stengler
OSWALDO PALENZUELA EDITORIAL CRÍTICA, S.L., CÓRDOBA, 2003
gro la vida de un paciente! Multitud de ejemplos similares me vienen a la cabeza, pero basta con éste para comprender que precisamente la razón yl aé t i c at r atan de eso: de definir qué medios son legítimos según para qué fi n e s . Pone el Sr. Stengler en boca de quienes justificamos la invest i g ación con células madre embrionarias y la clonación terapéutica, por --entre otros motivos-- el beneficio esperado de esta investigac i ó n ,u nt e rg i v e r s ad o" e l fi nj u s t i fica los medios" que nad i e ha entonado. Sabe perfectamente, Sr. S t e n g l e r, que algunos fi n e sj u s t i fican algunos medios.
E
n r e l ación con el artículo de E. Stengler: Comentarios El Escéptico Digital, sobre embriones y células madre ( 9/2002 y en esta misma revista), y ante la decepción que muestra el autor frente a los argumentos de científi c o sye s c é p t icos en el debate de la clonación terapéutica y el uso de células m adre procedentes de embriones para investigación, es mi deseo, como autor de uno de los trabajos criticados, el responder a algunos de los puntos trat ados por Stengler, en la presuntuosa esperanza de iluminar y justificar algunas de las dudas que tanta desazón le causan. Aunque el artículo de Stengler es extenso, creo que sus fuentes de decepción pueden resumirse sin pérdida signifi c at i va en l a ss i g u i e n t e si d e a s .
¿EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS?
El autor no admite como argumento, a favor o en contra de las experimentaciones con células embrionarias, el que estas i n v e s t i g aciones estén enfocadas a proporcionar salud y bienestar a la humanidad, y podrían generar poderosas herramientas terapéuticas. Para Stengler, utilizando sus propias palabras: "...ante el debate de si se pueden o no utilizar dichos embriones, ¿tiene algo que aportar que el fin de esta práctica sea bueno, incluso buenísimo? Quien así piense está aceptando implícitamente que e l fi nj u s t i fi c al o sm e d i o s . . . " La recurrente enumeración de los benefi c i o sd e r i vados del uso de las células madre embrionarias por parte de científicos y escépticos, en opinión de Stengler,e s un recurso emocional y no racional de quienes defendemos el uso de estos materiales. No quisiera caer en una caricat u r i z ación de este argumento, pero, ¿de verdad piensa Stengler que es rac i onal y éticamente igual el ejercicio de determinadas prácticas (sobre las que existen alegaciones morales) para salvar vidas que para pasar el rato? Si así fuese, ignora profundamente los aspectos más básicos de la disciplina de la bioética. Parece casi absurdo tener que recordar que ni la ética ni el código penal amparan el cortar a un señor la pierna, pero que ¡esto es aceptable y exigible si se presenta una infección gangrenosa que pone en peli78 (2004) el escéptico
Pone el Sr. Stengler en boca de quienes justificamos la investigación con células madre embrionarias y la clonación terapéutica (...) un tergiversado "el fin justifica los medios" que nadie ha entonado. Sabe perfectamente (...) que algunos fines justifican algunos medios.
SOBRE LA ENUMERACIÓN DE LOS BENEFICIOS ESPERADOS
Por lo supradicho, no parece pues inútil (al menos no tan inútil como el Sr. S t e n g l e rh ac ev e r en su escrito), en un análisis racional de este debate, la enumeración de los beneficios esperad o s ( l o s fines que persigue el uso de células m adre embrionarias y clónicas), que serían la just i fi c ación necesaria para utilizar según qué medios. Coincidimos pues el Sr. S t e n g l e r y yo en el segundo elemento clave del debat e ,q u ee sl a i d e n t i fi c ación de esos medios y de lo que implican desde un punto de vista rac i o n a l ,c i e n t í fi c oy ético. Evidentemente, si estas investigaciones conl l evasen el asesinato premeditado de seres humanos, no serían aceptables éticamente, por más que resultaran en enormes benefi c i o s . E l S r. Stengler no encuentra en los argumentos esgrimidos por escépticos y científicos, entre los que me incluyo ,d atos objetivos sobre la hipotética
cartas al director
condición de ser humano de pleno derecho que tendrían los óvulos ac t i vad o s ,l a sb l á s t u l a sol a s células madre clonad a s . No puedo sino sorprenderme ante esto, y lamentar que no haya leído con sufi c i e n t e at e nción nuestros argumentos. Como se decía en mi artículo, por poner un ejemplo: "En la etapa de blastocisto, cuando el organismo se disocia para generar las líneas de células mad r e s ,s et r at ad e una bola de células del tamaño de un punto. Lo s embriones generados por fe r t i l i z ación normal, generalmente, no se implantan en el útero hasta después de esta etapa de blastocisto. No hay órganos, no hay posibilidad alguna de que pueda pensar o sentir, y no tiene ninguna de las características de un ser humano". Y si las citadas palabras del portavoz de un comité de expertos en ética no convencen al Sr. S t e n g l e r, por el tremendísimo pecado de estar este comité convocado por una empresa que tiene entre sus ac t i v i d ades la clonación (como si lo que importase fuese la -- prejuzgad a -- fi l i ación interesada del comité, y no el peso de los argumentos expuestos), cabe también apelar al menos común de los sentidos, el común. Quiere el Sr. S t e n g l e r, ingenuamente, ejercer la prudencia, y que los científicos demuestren inequívocamente la no naturaleza humana de un conjunto de células clonad a soa i s l adas de u nb l a s t o c i s t o , ya que sólo entonces la manipulación de estos mat e r i a l e ss e r í a admisible. Desde el punto de vista de su condición humana, lo único que diferencia a un embrión no implantado de un cabello es un cierto potencial --bastante escaso, todo sea dicho-- de desarrollarse como ser humano de pleno derecho. El va l o r a rs ie s t e potencial es --o no-- suficiente para cumplir con una definición a c i e n t í f i c a y puramente humanística, la de ser humano (va l g al a redundancia), no es terreno de la ciencia. Pero cabe advertir que la postura prudente que preconiza el Sr. S t e n g l e r,l l evada a pleno ejercicio, implicaría la desaprobac i ó nd el a fe r t i l i z ac i ó n i nv i t r o, de la masturbación masculina y hasta de la ducha, pues en todos estos procesos se desperdician células humanas que pueden tener cierto potencial de desarrollarse como seres humanos de pleno derecho (y más aún desde que la clonación de células somát i c a se sp o s i b l e ) .E s ,e ne l fondo, el argumento del castigo a Onán por desperdiciar su semilla, ya comentado en mi anterior t r a b a j o . Quizás sea por esto que, por más que el Sr. S t e n g l e rl od e sapruebe, la condición humana de un embrión no implantado o de un óvulo ac t i vado es cuando menos cuestionable desde cualquier punto de vista (salvo el religioso cat ó l i c o ) ,ye sp o re l l oq u e los medios utilizad o s ,e sd e c i r, las técnicas que implican la manipulación y destrucción de estos materiales, son legítimos desde un punto de vista ético y rac i o n a ls il o s fines perseguidos sobrepasan el natural derecho a la objeción moral alegada por algunos c o l e c t i v o s . A este respecto, nada puede ser más ilustrativo que recordar que nuestra sociedad y nuestro cuerpo legislativo recogen como legítima la interrupción voluntaria del embarazo desde hace algunos lustros (en determinados supuestos y dentro de ciertos límites temporales, lo que de nuevo deja patente la legitimidad del f actor de proporcionalidad de benefi c i o s comentada anteriormente), así como la donación de mat e r i a lg e n é t i c oyl ag e n en r ación de embriones por fe r t i l i z ac i ó n i a r a fines reproductivos. v i t r op Si en estos casos el material manipul ado no es considerado "ser humano" de pleno derecho, ¿por qué en el caso de las células madre y la clonación terapéutica habría de serlo? El potencial humano, por decirlo de algún modo, de un feto de tres meses es enorme en comparación con un blastocisto clónico no implantado, ¿por qué ha de prohibirse lo segundo mientras está permitido lo primero? Una posición consecuente en este sentido debiera priorizar la desautorizan ción del aborto y de la fe r t i l i z ac i ó n i v i t r o sobre la de la clonación terapéutica, pero aunque estas técnicas fueron en su día --y aún lo son-- ferozmente objetadas
el escéptico (2004) 79
Desde el punto de vista de su condición humana, lo único que diferencia a un embrión no implantado de un cabello es un cierto potencial --bastante escaso, todo sea dicho-- de desarrollarse como ser humano de pleno derecho. El valorar si este potencial es --o no-- suficiente para cumplir con una definición acientífica y puramente humanística, la de ser humano (valga la redundancia), no es terreno de la ciencia.
cartas al director
desde ciertos colectivos (casualmente religiosos), las sociedades desarrolladas las han asumido con gran nat u r a l i d ad. Curiosamente, si bien la iglesia c atólica hoy en día permite la reproducción de parejas estériles mediante fe r t i l i z ac i ó n i nv i t r o( a pesar de que implica la generación y destrucción de embriones que ella misma considera seres humanos), condena terminantemente el aborto y el uso de células madre embrionarias bajo cualquier supuesto y con cualquier fin. Considerará el S r. Stengler que mi postura es cerril, pero no puedo sino ver, en esta profunda contradicción, una muestra clara de hipocresía y de justifi c ación de los mismos medios, aunque con otros fi n e s que ese colectivo sí considera deseables (la reproducción). Permítaseme dar la vuelta a este argumento, y decirle que también existen colectivos que apoyan y estimulan la clonación humana (incluso la reproductiva), desde bases profundamente religiosas, como es el caso de la delirante secta de los raë l i a n o s . Estas posturas son igualmente condenables desde un punto de v i s t ar acional, y lo único que evidencian es que las religiones tienen poco o nada que aportar a este debat e .Ap e s a rd ee l l o ,l a p r á c t i c at o t a l i d ad de las posturas contrarias que han llegado a nuestros oídos son confesionales, y en particular lo son las más organizad a sei n f l u yentes. Es por ello que las condenamos de modo especialmente beligerante, pues conocemos por experiencia cotidiana el desgrac i ado eco que en nuestra sociedad y en nuestro gobierno tienen estos puntos de vista. Ojalá existiese sust r ato para un debat e aconfesional sobre las implicaciones éticas de este tipo de investigaciones, pero mientras los argumentos esgrimidos sean de base religiosa, los escépticos los criticaremos como sesgad o sei r r acionales. No nos lo ag r adezca, es nuestro trab a j o . [Publicada en El Escéptico Digital, 1/2003]
¿UNA IDENTIFICACIÓN TENDENCIOSA?
Alega el Sr. Stengler una identifi c ación tendenciosa, por parte de los escépticos, de las posturas contrarias a las manipulaciones de mat e r i a l genético humano con posturas influidas por el fundamentalismo religioso. Reivindica la legitimidad de un rechazo a estas técnicas desde bases e s t r i c t a m e n t el a i c a s .
Ojalá existiese sustrato para un debate aconfesional sobre las implicaciones éticas de este tipo de investigaciones, pero mientras los argumentos esgrimidos sean de base religiosa, los escépticos los criticaremos como sesgados e irracionales.
Tiene razón, sin duda, en este punto y reconozco que esto es posible. Ahora bien: tales posturas, si existen, me son desconocidas. Lamentablemente, lo que sí conocemos y denunciamos en nuestras aportaciones es la objeción desde presupuestos profundamente influidos por l ar e l i g i ó nc at ó l i c aei n fi l t r ados en nuestros cuerp o sl e g i s l at i v o s .
80 (2004) el escéptico
Una reflexión desde el campo excéptico sobre células madre e investigación
JOSÉ BELDA MARTÍNEZ
E
la r t í c u l od eE r i kS t e n g l e r [Comentarios sobre embriones y células madre --publicado en El Escéptico Digital, 9/2002 y en esta misma revista--] sobre el debat e acerca d el au t i l i z ación de las células madre en la investigación, aporta algunos elementos que mueven a una reflexión desde el campo escéptico en cuanto a la correcta forma de abordar el propio debat e . Stengler asegura que la discusión real se refiere a la consider ación de las células embrionarias como seres humanos o perso-