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UN MARCIANO EN MI BUZÓN
LA UFOLOGÍA Y EL COLECCIONISMO DE SELLOS (y 7): ASTROARQUEOLOGÍA Y OTROS MISTERIOS
Aunque ya desde los primeros años hubo ufólogos que postulaban la visita de seres extraterrestres con anterioridad a 1947, según señala Brenda Denzler1, uno de los primeros en apuntar paralelismos entre los encuentros ovni y los textos bíblicos fue el archiescéptico Donald Menzel en 1953, aunque fuese para calificar ambos de "delirios supersticiosos". Podría decirse que la idea de los astronautas en la antigüedad impulsada a mediados de los sesenta por von Däniken y sus seguidores, ha resultado mucho más aceptable para el público en general que los propios ovnis, al menos hasta hace poco. A efectos filatélicos, al tratarse por lo general de Figura 1 monumentos megalíticos, que forFigura 2 man parte del patrimonio histórico de diferentes países, no resulta difícil encontrarlos recogidos en sellos desde hace muchos años. Como ejemplo podemos ver estos sellos de Egipto (con la pirámide de Keops y la Esfinge) --figura núm. Figura 3 1--, de México (con una de esas gigantescas cabezas olmecas que a algunos como Peter Kolosimo les recordaban un casco de astronauta) --figura núm. 2-- y, uno más reciente (1992), emitido por la sede europea de las Naciones Unidas en Suiza y referido a Stonehenge (figura núm. 3). Podríamos incluir aquí también alguFigura 4 nas pinturas rupestres, motivo cada vez más habitual en sellos de todo el mundo y que, allá a mediados de los años setenta, ufólogos como Aimé Michel consideraron muy sugerentes. ¿Cómo interpretar esta imagen de un sello emitido por Mónaco en 1989? (figura núm. 4). Desafortunadamente, no conozco ningún sello que ilustre las pinturas del Tassilli con su Gran Dios Marciano.
TODAS LASILUSTRACIONES SON CORTESÍA DEL AUTOR
Uno de los primeros misterios en tener una interpretación astroarqueológica fueron los moais de la isla de Pascua (Chile). Ya en 1965, Chile emitió este sello con la imagen clásica de uno de ellos (sin ojos ni copete, añadidos descu- Figura 5 biertos por los arqueólogos en años recientes) --figura núm. 5--. Años después, vuelve a insistir utilizándolos como reclamo turístico en esta hojita de 1997 (figura núm. 6). Recordemos que el recientemente fallecido Thor Heyerdahl fue el primero en demostrar sobre el terreno la facilidad con la que se pudieron esculpir y transportar tales figuras y que el actor Kevin Costner produjo hace unos años la Figura 6 película Rapa Nui donde se muestra el proceso con todo lujo de detalles. El ejemplo más "claro" (y más desmitificado por los arqueólogos profesionales --ver El Escéptico núm. 5 pp. 4651--) de un visitante extraterrestre según von Däniken sería el famoso "astronauta de Palenque". Una imagen de la parte central de esta losa sepulcral maya aparece en la hojita de Paraguay que presentamos a continuación (figura núm. 7), Figura 7 emitida en 1973, y que puede considerarse la primera verdaderamente astroarqueológica, porque junto al croquis de un proyectado cohete a Marte se incluye una frase de Hermann Oberth (el científico austriaco considerado uno de los padres de la astronáutica) afirmando: "considero muy probable la visita a nuestro planeta de una raza ex-
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traterrestre". Y lo cierto es que tal afirmación no es nada descabellada (e incluso, es compartida por gente como Carl Sagan) si disponemos de amplios milenios de margen. Lo improbable es que tales seres nos visiten (y de la forma en que supuestamente lo hacen) seguirían algunos más en justo cuando nosotros empezamos a dar los primeros pasos más Figura 9 años posteriores, entre ellos allá de nuestra cuna cósmica. varios de esos extraños bóJunto al astronauta de Palenque, la otra pièce de résistance lidos verdosos vistos sobre propuesta por Däniken eran las famosas pistas e imágenes de Nuevo Méjico en 1948 y Nazca, supuestamente visibles sólo desde el cielo. La hojita de 1949. El incidente de 1949 Maldivas (figura núm. 8) nos las presenta dentro de su panorátuvo lugar el 20 de agosto, mica sobre los Misterios del Universo asegurando que han sido sobre las 10,45 h p.m.. "cortadas" sobre el terreno, cuando todos sabemos ahora que fueTombaugh, su esposa y su ron muy simples de realizar barriendo la capa de arena supersuegra se encontraban toficial para dejar a la vista otra inferior más oscura, y que desde mando el fresco en el porlas colinas cercanas son perfectamente visibles (algo además innecesario para su construcción, pues basta saber hacer dibujos a che de su casa en Las Cruces (Nuevo Méjico), mirando las estreescala). Perú, el país donde se encuentran tales monumentos, llas. De pronto, justo en el cenit, Tombaugh vio unas diez luces dedicó a Maria Reiche, su principal valedora e investigadora, débiles, rectangulares, dispuestas simétricamente, y de un color otra hojita filatélica con motivo de su fallecimiento en 1998 (figura verde amarillento, que parecían pertenecer a un único objeto. Este fenómeno extraño se desplazaba a gran velocidad hacia el sur-sunúm. 9). Sin embargo, el supuesto monumento alienígena que más ríos reste, perdiéndose de vista en unos tres segundos y a unos treinde tinta ha generado (al menos por lo que se refiere a la profusión ta y cinco o cuarenta grados sobre el horizonte. Las luces dismide sellos que se le han dedicado) no se encuentra sobre nuestro nuyeron gradualmente de intensidad antes de desaparecer. Su planeta, sino en Marte. Me refiero naturalmente a la famosa "Cara esposa también vio las luces y aseguró haber detectado un resMarciana". Fotografiada en 1976 por el módulo orbital de la son- plandor muy débil que procedería del objeto en su conjunto. da Viking 1, pasó desapercibida al principio, pero cuando en 1977 Tombaugh no percibió ese detalle, pero estaba seguro que se trael ingeniero eléctrico Vincent DiPietro se juntó con un experto en tó de un único objeto porque las luces mantuvieron fijas las discomputadoras, Gregory Molenaar, y la sometieron a técnicas de me- tancias entre ellas al desplazarse. Añadió que se había visto muy jora por ordenador, lanzaron al estrellato una odisea que aún per- afectado por su visión, lo que le impidió estudiarla de la forma medura... pese a las fotografías más recientes de la misma zona (ver ticulosa y científica en que debería haberlo hecho. No obstante, El Escéptico núm. 1 pp. 11-19) que demuestran sin margen para se mostró muy insistente en rechazar la explicación propuesta por la duda (excepto entre los creyentes, claro) que se trata de una for- el astrónomo de Harvard, Donald Menzel, sobre una inversión de temperatura. Aunque Tombaugh estaba convencido que lo visto por mación natural. Su primera aparición filatélica fue formando parte del fondo su mujer y él mismo aquel agosto de 1949 era sin dudas un objede un retrato de Clyde Tombaugh, el descubridor del planeta Plutón to sólido, no estaba dispuesto a conceder que pudiera Figura 11 (figura núm. 10), dentro de una serie de seis valores emitidos por tratarse de una nave espacial de otro mundo"(figula Guyana para conmemorar el 25 aniversario del Apolo XI. Resulta ra núm. 11). Hace unos años, alguien comentó en una lista de curioso que hayan escogido tal imagen con relación a Tombaugh, quizá el diseñador sabía que también se hizo famoso por haber vis- correo electrónica que el propio Tombaugh había explicado su avistamiento porque a la semana siguiente to un ovni... y reconocerlo públicamente En su época, dicho avistamiento recibió gran publicidad tras vio el mismo OVNI desde el mismo lugar, pero al camser mencionado en un artículo sobre ovnis de 1952, en la revista biar la perspectiva pudo reconocerlo con facilidad americana Life. Según explicaba James Moseley en su reciente li- como... una bandada de pájaros. Desconozco si esta explica- Figura 12 bro (muy recomendable) Shockingly close to the Truth!2, durante su viaje a través de los Estados Unidos en 1953-1954 a la búsqueda ción ornitológica es la correcta, de testigos y testimonios sobre platillos, tuvo ocasión de entrevis- pero tal comentario contiene al tar a Tombaugh en el observatorio Lowell, de Flagstaff (Arizona): menos un sospechoso error. Re"Tombaugh, una persona amistosa y nada pretenciosa, se mostra- sulta inconcebible que si el proba muy abierto y dispuesto a discutir sobre los platillos, lo que po- pio Tombaugh reconoció su error drían ser y su posible procedencia. Quizá ello se debiese a que en apenas una semana después de 1949 él mismo había tenido un extraordinario avistamiento, al que los hechos, varios años después
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(por ejemplo, al ser entrevistado por Moseley o en entrevistas posteriores que circulan por Internet) no lo comentase. Volvamos a la Cara Marciana. En 1999 (figura núm. 12), Sierra Leona emitió una hojita bloque saludando la próxima exploración de Marte y no se le ocurrió otra cosa que representarla con una imagen de la Cara, señal evidente de la atracción que la idea poseía sobre el público en general. Bajo el mismo lema (algo habitual en las emisiones de todos los países) la isla caribeña de Granada fue más allá y aparte de incluir la imagen en la hojita bloque (figura núm. 13), junto a una de las sondas rusas que fracasaron ese año, la utilizó también en uno de los sellos con diversas vistas marcianas que en grupos de nueve se pusieron a la venta, bajo el equívoco título de "roca marciana" (figura núm. 14). Ésta fue la serie que el `experto' Richard Hoagland promovió en Internet como "la inversión del milenio", argumentando que cuando se confirmase la realidad alienígena de la efigie, el valor de dicha serie alcanzaría precios astronómicos... olvidando, como mínimo, que no fue la primera. Ese mismo año las islas Maldivas dedicaron una hojita bloque a la también llamada "Esfinge marciana" donde, al menos, se hacen eco de la postura científica y comentan que otras fotos más recientes "parecen apoyar la hipótesis de la formación natural" (figura núm. 15). Lo que no resulta tan científico es incluir en la imagen a un astronauta sobrevolando con su EVA (equipo extravehicular) la figura, cuando todavía no hemos llegado a Marte. Salvo en la ficción, claro. Recordemos que la Cara Marciana juega un papel clave en la reciente película Misión a Marte. Para terminar, otras dos hojitas bloques de la serie "Misterios del Universo", emitida por las Maldivas. En la primera (figura núm. 16) se quiere hacer referencia al Triángulo de las Bermudas y sus perniciosos y pretendidos efectos sobre aviones (como la famosa escuadrilla de Avengers, el vuelo 19 desaparecido el 5 de diciembre de 1954) o barcos (la hojita muestra la imagen del Marine Sulphur Queen, carguero de 130 metros de eslora que desapareció el 2 de febrero de 1963). Hace ya años que David Kusche "solucionó" el misterio (la edición española de su libro es de abril de 19773) pero según el autor de la hojita, "el debate aún continúa".
La segunda está dedicada a un fenómeno claramente inteligente: los círculos en los campos de cereales (inicialmente en Gran Bre- taña, pero ya extendidos por todo el mundo --y a todo tipo de cultivos-- con mayor o menor éxito). El debate, para algunos, está en qué inteligencia: humana o alienígena. La hojita (figura núm. 17) recoge uno de los ejemplos más elaborados hasta 1997, que se ha convertido en el logotipo del Independent Research Centre for Unexplained Phenomena (IRCUP) fundado en 1993 por Paul Vigay y que mantiene la principal página electrónica defensora del origen misterioso del fenómeno (http://www.cropcircleresearch.com/). Por el contrario, para conocer la opinión de los "artistas", puede visitarse la página http://www.circlemakers.org/ (ver El Escéptico núm. 15 pág. 38). Esta serie de Maldivas sobre "Misterios del Universo" se compone en total de 16 hojitas, muchas de las cuales han ido apareciendo en estos artículos. Las restantes hacen referencia a misterios tan tradicionales como los fantasmas, el monstruo del lago Ness, el yeti o la Atlántida, junto a otros que parecen más bien "conspiranoicos": la catástrofe del dirigible Hindenburg o la explosión en el reactor nuclear de Chernobil. Y con ellas, llegamos al final de esta serie de artículos. Espero que os hayan entretenido. é Luis R. González Manso REFERENCIAS: 1. Brenda Denzler, The Lure of the Edge: Scientific Passions, Religious Beliefs, and the Pursuit of UFOs, University of California Press, 2001, p. 217. 2. James W. Moseley y Karl T. Pflock, Shockingly close to the Truth! Confessions of a Grave-Robbing Ufologist, Prometheus Books, 2002, pp. 56-57. 3. Lawrence David Kusche, El Misterio del Triángulo de las Bermudas, Solucionado. Sagitario, 1977.
El autor desea agradecer la colaboración de Giancarlo D'Alessandro, ufólogo italiano editor del PHILCAT. Catalogo di UFOfilatelia disponible en la red: http://web.tiscalinet.it/Giada/ Asimismo, agradecería la colaboración de los lectores para ampliar la casuística filatélico-ufológica.
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