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velaron que la Luna cabecea hacia adelante y hacia atrás ligeramente en un movimiento conocido como libración libre, sugiriendo a los partidarios de Hartung que el globo todavía reverbera a causa del impacto. Pero Withers hace notar que un nuevo análisis de los datos demuestra que la leve oscilación se produce por movimientos de fluidos en el profundo interior selenita. Además, mientras que el Giordano Bruno es de hecho el cráter más joven de su tamaño en la Luna, imágenes multiespectrales de la sonda estadounidense Clementine demuestran que este impacto tiene que ser mucho más viejo que los ochocientos años que la hipótesis de Hartung indica. (S.L.B./NASA)
VÍRGENES, PINTORES, CANTANTES Y CANTAMAÑANAS
Aunque la virgen sea blanca, píntale angelitos negros, que también se van al cielo todos los negritos buenos. Pintor que pintas con amor, ¿por qué desprecias su color, si sabes que en el cielo también los quiere Dios? Con esta estrofa de Angelitos Negros, escrita por A. Álvarez Maciste, reclamaba Antonio Machín, a golpe de maracas y al son de bolero sabrosón, que se pintaran "angelitos negros" pues también habían de ir "p'al" Cielo aquellos negritos cumplidores y buenos. En realidad, él no lo sabía pero alguien se había adelantado a su demanda religioso-igualitaria-antiapartheid y había cubierto solícitamente con unas capas de pintura negra el rostro y las manos, no ya de un simple angelote, sino de la mismísima madre catalana de Cristo: la Virgen de Montserrat. Lo sentimos sinceramente por todos aquellos que se han pasado años escribiendo afirmaciones, cada vez más peregrinas, sobre el pretendido misterio que envolvía a las vírgenes negras en general y a la Moreneta en particular, relacionándolas con la diosa Isis egipcia, con la transmisión secreta de arcanos alquímicos, con el Grial y con los Templarios que vienen a ser algo así como el cajón de sastre de los enigmas, reales o ficticios, ubicados en la Edad Media. Lamentamos tanto ingenio y tanta elocuencia en razonamientos e hipótesis que han acabado demostrándose como completamente desperdiciados. Al final, la explicación más sencilla, tal y como el monje franciscano William de Ockham tantas veces repitiera Pluralitas non est ponenda sine neccesitate, ha sido la verdadera. La Virgen, en origen, sencillamente no era negra.
Así lo publicó, entre otros, el diario El Mundo el pasado 12 de abril de 2001 como un mero avance del detallado estudio que, sobre la virginal talla estaba realizando el Servicio de Restauración de Bienes Muebles de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Generalitat de Catalunya. Si alguno de los vendedores de misterios inexistentes hubiese albergado la esperanza de que no se confirmara dicho anuncio, no habría tardado en ver sus efímeros anhelos absolutamente defraudados. Con fecha del 26 de abril de 2001 el mismo periódico publicaba un reportaje mucho más detallado sobre el mismo tema, elevando en él sus conclusiones a definitivas. Por de pronto, nunca debieron existir tales afirmaciones paranormales y esotéricas dado que desde 1931, gracias a los estudios del monje Anselm Alvareda, se sabía que la escultura de la Virgen era originariamente blanca. La causa de que posteriormente se pintara de negro es sencilla y a la vez prosaica: ocultar la mugre. Tal y como ha revelado la investigación, el albayalde de la pintura original se fue oscureciendo por efecto del humo del incienso y de los cirios, y por el contacto con los miles de peregrinos que besaban la imagen. Por ello, en el siglo XVI se repintó la imagen en color castaño oscuro. Esta nueva capa sufrió el mismo proceso de deterioro y ya en el siglo XIX es cuando recibió la pintura que es visible hoy en día y que, de haberlo sabido, tan dichoso hubiese hecho al cantante cubano. Ésas son las conclusiones del estudio, para cuya realización se han empleado avanzadas técnicas de investigación como la reflectometría de infrarrojos o la endoscopia. Además, los investigadores han podido constatar que la imagen se encuentra en perfecto estado de conservación y que es la imagen original del siglo XII. Después de esto, los fabricantes de misterios deberían ir pensando en contratar al insigne Kouznetsov para que intente desprestigiar los resultados de los análisis científicos. De igual manera que existen los sindonólogos ¿nos encontraremos dentro de unos pocos años con una legión de morenetólogos empeñados en sostenella y no enmendalla? Todo es posible, pero para la mayoría de la gente ya sólo queda un interrogante sobre la Virgen de Montserrat: ¿conservamos la pintura negra o la devolvemos a su apariencia original de blancura impoluta? Si lo primero hubiera hecho feliz a Antonio Machín lo segundo, a buen seguro, complacería enormemente a Michael Jackson y no dejaría de ser bien recibido por quienes, mediante la promulgación de leyes de inmigración, libelos y pasquines difamatorios, parecen obsesionados por impedir que entren en España unos inmigrantes que comparten con la Moreneta la negritud de su piel y con todos nosotros el deseo de labrarse un porvenir digno. Pensándolo bien, no estaría de más que la Moreneta continuara haciendo honor a su nombre no ya como icono religioso sino como mero símbolo de mestizaje cultural y de concordia entre los pueblos. (J.L.C.B. y P.L.G.B.)
otoño - invierno 2000
el escéptico
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