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¿hubo un eclipse durante la crucifixión de Jesús?
INÉS RODRÍGUEZ HIDALGO
Se cuentan muchas historias (y leyendas) en torno a los eclipses pero probablemente el más discutido de la historia sea el que pudo haber tenido lugar durante la crucifixión de Jesús. Sin embargo, como en otras ocasiones, la relación de un fenómeno astronómico con un hecho religioso, parece ser producto de la tradición, si no de la fantasía. Los eclipses son fenómenos astronómicos conocidos desde épocas muy tempranas: tal vez el relato más antiguo de un eclipse, del año 3784 a.C., se encontraría en una crónica india, pero no hay acuerdo sobre ello. En China, cuando comenzaba un eclipse, tocadores de tambores, bailarines y arqueros tenían la misión de hacer mucho ruido y lanzar flechas para hacer huir al dragón que venía a devorar al Sol. Se cuenta que durante el eclipse del 10 de octubre de 2136 a.C., dos astrólogos chinos llamados Hsi y Ho se encontraban bebidos y, aceptando que sus conocimientos fueran suficientes para ello algo bastante dudoso, no anunciaron con antelación la llegada del dragón para preparar la defensa del Sol, por lo que fueron decapitados sin piedad, los pobres.
Eclipse del 19 de marzo del año 33 d.C. Este evento astronómico parecería el candidato ideal para la crucifixión de Jesús: primavera, año 33, incluso día de San José, de lo más propio... excepto porque, como se ve en el mapa, el eclipse no fue visible desde Jerusalén. ¡Una lástima!.
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Mapa de visibilidad del eclipse del 24 de noviembre del año 29 d.C..
Parece que la descripción verificada más antigua de un eclipse de Sol, del 5 de marzo de 1223 a.C., figura en una tablilla babilónica. A partir del siglo VIII a.C. los babilonios y los chinos comenzaron a observar sistemáticamente los eclipses y, un par de siglos más tarde, los caldeos establecieron regularidades en su aparición y características. A los babilonios debemos, hacia la misma época, la determinación del llamado saros, un ciclo de eclipses de Sol y de Luna que suceden en condiciones muy similares y, por tanto, son también muy parecidos, cada 18 años y 10 u 11 días. Seguramente fue en tiempos de Ptolomeo (siglo II d.C.), cuando los astrónomos pudieron por fin predecir las fechas y zonas de visibilidad de estos fenómenos. Hay numerosas historias (y leyendas) en torno a los eclipses. Tal vez una de las más famosas es citada por el historiador griego Herodoto en el siglo V a.C. Durante el sexto año de guerra entre medas y lidios un día, en plena batalla, se hizo la noche debido a un eclipse total de Sol. Los combatientes interpretaron el hecho como una advertencia del cielo, depusie-
ron las armas, y firmaron la paz. Incluso el rey de Lidia concedió la mano de su hija al hijo del rey de los medas. Los cálculos astronómicos indican que ese eclipse sucedió el 28 de mayo de 585 a.C. Es posible que, tal como dice Herodoto, Thales de Mileto hubiera anunciado el año de ese acontecimiento astronómico. Sin embargo la leyenda según la cual habría predicho incluso la fecha y lugar de visibilidad es probablemente falsa, dados los conocimientos de la época. Otro célebre ejemplo tiene a Cristóbal Colón como protagonista: parece ser que el navegante debe su vida a un eclipse de Luna. Durante su cuarto viaje al Nuevo Mundo, en 1504, Colón y algunos de sus hombres llegaron a Jamaica después de sufrir el motín de una parte de la tripulación que les dejó menesterosos de víveres y objetos de trueque. Ante la "escasa colaboración" de los indígenas, recordó que llevaba consigo unas efemérides astronómicas y predijo con 3 días de adelanto que el Dios cristiano iba a mostrar su enfado sobre el cielo haciendo desaparecer la Luna. El 29 de febrero de 1504, efectivamente, la Luna se ensombreció y los jamaicanos, asustados, se echaron a los pies de Colón y le concedieron todas sus peticiones. Pero posiblemente el eclipse más discutido de la historia sea el que pudo haber sucedido durante la crucifixión de Jesús. Según la traducción que nos ha llegado del relato de tres de los evangelistas, mientras Cristo agonizaba en la cruz desde la hora sexta a la hora nona desde mediodía hasta las 3 de la tarde se hizo la oscuridad sobre la Tierra. Este hecho podría referirse a un eclipse total de Sol... aunque precisamente San Juan, el evangelista restante, que parece que sí estuvo presente, no lo menciona. Un ejemplo de lo extendido de esta creencia es que el director Dino de Laurentis, para dar más realismo a su película Barrabás, realizó el rodaje de las escenas del Calvario en Roccastrada, un pueblo a 200 km de Roma, donde era visible un eclipse total de Sol el 15 de febrero de 1961. Veamos si los Evangelios nos cuentan la verdad en este punto. En primer lugar, la fase de totalidad de un eclipse solar dura sólo unos minutos, no varias horas; la oscuridad podría referirse, no obstante, al eclipse completo, incluyendo la ocultación parcial del Sol que va oca-
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Según el relato de tres de los Evangelistas (Marcos, Mateo y Lucas), durante la agonía de Cristo se hizo la oscuridad sobre la Tierra. Curiosamente Juan, el único que habría estado presente, no menciona tal circunstancia.
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"Fotograma de la película de Dino De Laurentis sobre la crucifixión de Jesucristo, con un eclipse en el cielo.
sionando una gradual disminución de luz. Pero tampoco esto es posible si aceptamos como cierta la fecha en que tuvo lugar la crucifixión: parece que fue justo antes de la fiesta hebrea de la Pascua, que ya entonces se databa de acuerdo con las fases de la Luna, de modo que domingo de Pascua era y es para nosotros el primer domingo después de la primera luna llena de primavera, es decir, posterior al 21 de marzo. Según esto, la muerte de Jesús debió suceder un día con Luna muy grande, casi llena, y en esa situación no puede producirse un eclipse total de Sol, ya que la interposición de nuestro satélite entre el Sol y la Tierra precisa una situación de Luna nueva. En todo caso, habría tenido lugar un eclipse total de Luna, que tampoco pudo haberse visto hacia las 3 h de la tarde en el hemisferio de día. Pero además, estudios históricos recientes de expertos físicos solares indican que ningun eclipse total de Sol coincide con la fecha de la crucifixión, aunque hubo uno visible desde Palestina, el 24 de noviembre del año 29 a las 8:58 h de la mañana. ¿Podría ser éste el eclipse relatado en los Evangelios? Numerosos historiadores admiten hoy día que en la elaboración del calendario tomando como referencia el nacimiento de Cristo hay un error de al menos 3 ó 4 años,
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Un eclipse total de Sol visible desde Palestina tuvo lugar el 24 de noviembre del año 29. Teniendo en cuenta los 3 ó 4 años de error (como mínimo) de nuestro calendario, tal vez la crucifixión de Jesús sucediera unos meses antes o después de ese evento astronómico.
debido a que la datación correcta de la muerte del rey Herodes, confirmada por referencias históricas, corresponde al año 3 ó 4 a.C. según dicho calendario (es decir, que Jesús habría nacido algunos años antes de sí mismo...). Si Cristo murió efectivamente en la primavera del año 29 ó 30, no del 33, tal vez los evangelistas asociaron el simbolismo catastrófico de un eclipse total de Sol sucedido unos meses antes o después de su muerte y relataron esos dos hechos como simultáneos, aunque no lo fueran realmente. En el caso de la crucifixión, como en otras ocasiones, mito, tradición y fantasía se han unido para establecer conexiones astronómico-religiosas que difícilmente soportan un análisis crítico, histórico, racional y científico. é
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