ARP
La Alternativa Racional.
Boletín No.
27.
LAR
Bunch y White. El enigma de las luces fantasmas de Colorado.
Lett. La persistente popularidad de lo paranormal.
Gámez. El retorno de los dragones voladores.
Pujales. La astrología en las aulas.
Armentia. VITALISMO: Un paradigma en cambio.
Nº 27
Invierno 1992
P.V.P: 500 Pts.
La Alternativa Racional
P-Portada
LA ALTERNATIVA RACIONAL.
Órgano informativo de la asociación Alternativa
Racional a las Pseudociencias (ARP)
Depósito Legal: BI. 11-1986
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Ares de Blas, Félix
Martínez Villaro, Jesús
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Socios de Honor:
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Broch, Henri (físico)
Bueno, Gustavo (filósofo)
Bunge, Mario (filósofo)
Kurtz, Paul (filósofo)
Número 27
Año VII
Diciembre de 1992
Editoral: Un cambio de rumbo........................3
Pensamientios medievales, hoy. Se dice, se ve, se oye..........4
El enigma de las luces fantasmas de Colorado........5
La persistente popularidad de lo paranormal.........9
El retorno de los dragones voladores...............17
Tres hombres y un espectro.........................23
La astrología en las aulas.........................25
Vitalismo: un paradigma en cambio..................30
Exposición denegada por principios parapsico-lógicos...........33
Desde el Sillón escéptico recomendamos:............45
Alternativa Racional a las Pseudociencias
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EDITORIAL
UN CAMBIO DE RUMBO
FÉLIX ARES DE BLAS
Hace algo más de siete años que comenzó
esta loca aventura que llamamos LAR. Desde entonces han
cambiado muchas cosas. Por ejemplo, en los primeros números
se trataba de investigar con objetividad el tema ovni, ahora
dicho tema es marginal y con tendencia a desaparecer.
Al principio tuvimos que ser muy duros. Necesitábamos
hacernos con una identidad. Decíamos que queríamos
investigar racionalmente y con
objetividad el tema ovni; pero eso era decir muy poco; todos
-insisto: TODOS- los grupos que conozco dicen estudiar con
objetividad y escepticismo. Todavía no conozco a
nadie que no se considere escéptico ante la investigación
ovni o parapsicológica
Es más, últimamente cuando una persona empieza
a hablarme y me dice no, si yo también soy escéptico
me pongo a temblar. Lo más probable es que la siguiente
frase sea una payasada de mucho cuidado.
Este hecho nos obligó a mantener una línea
editorial muy rígida. No podíamos permitirnos
la veleidad de tocar temas que se alejasen de la
identidad corporativa que se estaba formando.
Poco a poco esto ha cambiado. Hoy nadie nos confunde con
un grupo más de investigación de fenómenos
paranormales. La apoteosis del Curso de ovnis de la Universidad
Complutense en El Escorial ha representado un hito importante.
Las llamadas que nos han hecho los medios de
comunicación con posterioridad nos demuestran que
nuestra imagen está perfectamente consolidada. Me
resulta curioso y fascinante pensar que las declaraciones
de los últimos meses de J.J. Benítez hayan
contribuido notablemente a esa consolidación.
Otro hito importante lo constituyen las cartas de nuestros
lectores diciendo que les sobra el tema ovni y que deberíamos
tocar más la cuestión religiosa, desde un
punto de vista crítico.
Creo que ha llegado la hora de dar un golpe de timón
y permitir que la revista evolucione con más libertad.
Hasta ahora los temas que tocábamos estaban muy restringidos
debido a esa intención de crear una imagen; y alguna
vez nos hemos visto obligados a rechazar algún magnífico
articulo por el mero hecho de que no entraba de lleno en
los
temas de nuestra revista.
Ahora bien, ¿cuáles son los temas de LAR?
El Sr. Souto, desde La Coruña, nos decía que
debíamos llamarnos Alternativa Racional al Pseudoconocimiento,
debido a la diversidad que pueden llegar a
alcanzar los temas de que os ocupáis.
Pues bien, ¡adelante! LAR la hacemos todos. Estamos
dispuestos a ser mucho más liberales y a considerar
la publicación de cualquier artículo que nos
enviéis. Vuestras colaboraciones marcarán
el nuevo
rumbo de LAR.
Estamos seguros de que recibiremos muchas cosas con las
que no estaremos de acuerdo y otras que crearán polémica.
Pero si cumplen nuestros estándares de calidad serán
publicadas.
Esperamos vuestros trabajos.
Para acabar quiero pedir perdón a aquellos amigos
que nos enviaron sus escritos con ilusión, pero que
por las circunstancias ya expuestas no
fueron publicados.
Un abrazo.
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PENSAMIENTOS MEDIEVALES, HOY
SE DICE, SE VE, SE OYE
MERCEDES QUINTANA
Biógrafo de Escrivá de Balaguer, hablando
sobre sucesos que podían considerarse milagros:
Tendría que demostrarse con hechos físicos.
Por ejemplo, perder una lentilla en la playa y encontrarla
(Telenoticias de Telemadrid, 18-5-92).
Arzalluz, en entrevista para EL PAÍS Dominical (24-5-92):
"El radicalismo nacionalista no es una cuestión
de ideología, lo es de
biología, de forma de ser"
EL PAÍS Dominical (3-4-92) sección de belleza
comentando las propiedades de la acupuntura:
"Además, cada parte de la cara que sea accionada
mediantes las agujas o digitopuntura estimula un órgano
del cuerpo. Un ejemplo: el pómulo derecho corresponde
al hígado"
.... SI CREÉIS QUE "PENSAR ES A CEREBRO LO QUE
RESPIRAR A PULMÓN", YA PODÉIS EMPEZAR
A CAMBIAR DE OPINIÓN. ¡ESTAMOS DOBLEMENTE EQUIVOCADOS!...
No sufra. Las consecuencias de sus actos las tiene integradas
en su ser -esto es un hecho- pero puede liberarse de su
lastre no arrastrando la idea de su pasado,
ni atenazándose con la "idea" de su futuro.
Viva el momento presente. La energía fluye naturalmente
y naturalmente nos relaja mientras no nos agarremos a ninguna
resistencia. VIVA SU RESPIRACIÓN, que su conexión
real con la expansión y contracción del universo
-CUANDO VD. RESPIRA EL UNIVERSO
RESPIRA-. En la expiración deje ir toda su tensión,
agotándose en el abandono. Y deje fluir nuevamente
la inspiración libre. En ese
momento su ser es nuevo, con la inmediata interrelación
del entero universo y la vida está por estrenar.
Y así cada instante. Cada
instante es absolutamente el instante (lo único que
poseemos ¡tan fugaz!). El absoluto no tiene espacio
fuera de sí mismo para manifestarse. Somos manifestación
del absoluto en el absoluto de
cada instante. No se agarre al instante que se ha ido: suéltelo.
¡VIVIENDO EL INSTANTE PRESENTE SE ES LIBRE! Compruébelo...
Dejándose morir con el instante que pasa se resucita
con el instante que viene: éste es el eterno presente,
y ése es el gozo de vivir (porque está integrada
la vida y la muerte)
Esta fluidez es liberación de la fijación
del egoísmo -auténtico lastre-.
Este Shiatsu sirve para vivenciar esa dinámica.
(Texto del folleto publicitario de un centro de digitopuntura,
recogido recientemente en una FARMACIA de Madrid).
P-4
EL ENIGMA DE LAS LUCES FANTASMAS DE COLORADO
UN MISTERIO ESPECTRAL DEBIDO A LA REFLEXIÓN
KYLE J. BUNCH Y MICHAEL K. WHITE
Al pie de las montañas de la Sangre de Cristo, en
el húmedo y montañoso valle de Colorado, se
encuentra un pequeño pueblo minero de unos 130 habitantes.
Antiguamente, Silver Cliff fue la tercera ciudad más
grande de Colorado, contando en sus buenos tiempos con una
población de más de 10.000 habitantes.
Hoy las luces fantasmas del viejo cementerio son la principal
atracción de la zona y se cuenta que las almas de
los viejos mineros
bailan entre las tumbas. El cementerio no es difícil
de encontrar, estando situado a una milla de distancia del
pueblo, junto a una polvorienta carretera. En dirección
norte se halla la ciudad de West Cliff, cuyas luces se proyectan
brillantemente en el cielo en claro
contraste con la total oscuridad que envuelve el cementerio
hacia el sur.
La gente de la zona hace tiempo que da por sentado que las
luces han elegido aparecer aquí, unas veces como
esferas azules que parecen danzar, otras como puntos blancos
que se alejan si uno intenta acercarse, pero siempre como
algo intrínsecamente inexplicable.
Hoy las luces fantasmas del viejo cementerio son la principal
atracción de la zona y se cuenta que las almas de
los viejos mineros
bailan entse las tumbas. Aquellos que se ríen de
los fantasmas, dan la típica explicación de
que lo que se ve son las luces de la ciudad
reflejándose en las lápidas. Pero incluso
esa gente parece albergar dudas acerca del origen del fenómeno
y piensa que quizá haya algo
más allá de la explicación superficial.
Por si fuera poco, el National Geographic hizo mención
de las luces en su ejemplar de agosto de 1969, cuando uno
de sus periodistas en su viaje a través de Colorado,
investigó el cementerio y vio desde luego
algo que no pudo explicar. Esta pequeña mención
acerca del cementerio habría sido olvidada de no
ser por el cartel, toscamente rotulado, que se encuentra
en su entrada:
Cementerio de Silver Cliff
Fundado en 1.878
Famoso por sus luces fantasma de la que dio cuenta el National
Geographic.
Se ha dicho que una vez se apagaron todas las luces de la
ciudad para refutar la teoría de los fantasmas, pero
que aún así las luces espectrales aparecieron
con mayor brillo si cabe.
Para ver qué había de verdad en todas esas
historias y explicaciones, decidimos pasar tres noches en
el cementerio, con la esperanza de
poder ver el fenómeno.
Habiendo crecido en la cercana ciudad de Pueblo, Colorado,
ya habíamos tenido ocasión de dejarnos seducir
por el aura de misterio que rodeaba a las luces fantasma.
De niños, la tentación de ver auténticas
luces fantasma en un viejo cementerio era demasiado buena
para ser verdad. Desgraciadamente, a través de los
ojos asustados de dos niños de doce años,
cualquier fenómeno inusual no puede ser atribuido
más que a un fantasma. Realmente, dado el lugar y
la expectativa creada no es extraño que incluso los
adultos que nos acompañaban empezaran a ver cosas
raras.
Así que allí estábamos, sentados en
un cementerio sumido en la oscuridad, una fría
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noche de septiembre. Las luces empezaron a aparecer, débilmente
en un principio pero aumentando en intensidad a medida que
el sol se ocultaba tras las montañas. La mayoría
de las luces eran puntos bien definidos, que con ayuda de
una linterna se pudo determinar que su origen era la superficie
de las lápidas. Al aproximarnos, sin embargo, las
luces parecían retroceder o incluso desaparecer por
completo. Daban la impresión de tener algún
tipo de inteligencia por la forma en que oscilaban y danzaban.
Afortunadamente para explicar la naturaleza espectral de
las luces se necesita poco conocimiento de lo paranormal.
Con algunas nociones de física de escuela secundaria,
psicología humana y sentido común, todos los
efectos que observamos pueden ser fácilmente explicados.
De hecho, el fenómeno puede ser resumido en una palabra:
reflejos. Examinemos los mecanismos que se encuentran tras
esas luces fantasma.
El material de las lápidas es esencialmente mármol
blanco o negro cuya superficie frontal es lisa, mientras
que su parte superior es curva. La parte frontal de las
lápidas está pulida uniformemente. Quizá
no reparemos en ello en un primero momento, pero incluso
el mármol blanco puede servirnos como un tosco espejo
si su superficie es lo suficientemente lisa. Asimismo la
luz se reflejará en su totalidad si incide en el
mármol en un ángulo lo suficientemente oblicuo.
Por ejemplo, si proyectáramos un haz de luz directamente
perpendicular sobre una lápida de mármol negro,
la luz sería absorbida en su mayor parte. Si inclináramos
la linterna hacia uno u otro lado,
descubriríamos un ángulo en el cual la luz
se reflejaría. Este efecto es fácil de observar
en el agua. Hasta un lago de aguas turbias reflejará
el cielo si la luz incide en un ángulo oblicuo (el
llamado ángulo crítico en física).
De hecho habrá una serie de ángulos donde
la reflexión será casi perfecta.
Sigamos. Si examinamos la forma de las lápidas descubriremos
algunos efectos singulares. La parte fontal de una lápida
típica es plana, con lo cual es fácil entender
la reflexión en su superficie. Las imágenes
reflejadas en ángulos oblicuos se alargan, los puntos
de luz se convierten con facilidad en borrones y rayas.
Si además la lápida es lisa pero no completamente
plana, el reflejo en su superficie se
convierte fácilmente en una imagen que parece danzar
cuando el que observa se mueve.
Los reflejos en la parte superior de la lápida se
comportan de distinta forma a los que se producen en su
parte frontal. La mayoría de la gente puede distinguir
un reflejo en una superficie plana y así los que
ven las luces explican, aunque no muy convencidos, que éstas
son debidas a la reflexión. Pero cuando la gente
ve e1 comportamiento inconsistente de esas luces, entonces
piensa que el motivo es algo inexplicable. Este otro fenómeno
también puede ser explicado como reflexión,
esta vez en una superficie curva. En la casa de los
espejos de cualquier parque de atracciones se consiguen
efectos extraordinarios con espejos de superficies deformadas.
Un espejo cóncavo puede intensificar una reflexión
hasta cierto punto, mientras que otro convexo puede distorsionar
cualquier fuente de luz y transformarla en un borrón
informe. Lo que es más importante, la luz reflejada
en la parte superuor de las lápidas en ángulo
oblicuo parece
moverse de una forma distinta a la que se refleja en la
parte frontal. Dado que la superficie de las lápidas
es tan limitada, los reflejos
sólo pueden verse en un radio de acción muy
reducido, con lo cual esos reflejos no serán
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vistos con facilidad, dando la impresión de que
el efecto es fugaz y misterioso
Cuando visitamos el cementerio, las luces de la ciudad,
a lo lejos, parecian focos destacando con fuerza sobre cualquier
otra luz de
los alrededores. Pudimos colocamos en una posición
desde la cual lográramos obtener un reflejo de las
luces de la ciuda. Como hemos
dicho anteriormente, el fenómeno ha sido observado
incluso cuando éstas se encontraban apagadas. Incluso,
algunas de las historias sobre luces fantasma datan de finales
del siglo pasado, con lo cual, la causa que las produce
debe buscarse en otro sitio.
Aquí es donde entra en juego la madre naturaleza.
Una vez lejos de la ciudad, la oscuridad es total hasta
que mirando por encima del horizonte encontramos unos focos
que nada tienen de artificiales: las estrellas. Las noches
en que vimos las luces fantasma no había luna llena
y las estrellas brillaban con tal esplendor que es increíble
que otros investigadores hubieran pasado por alto este hecho.
La gente que vive en la ciudad puede tener sus dudas de
que las estrellas sean lo suficientemente brillantes como
para producir tal efecto, pero en las montañas de
Colorado, no existe la polución y su elevada altitud
representa una menor capa atmosférica, lo cual facilita
el viaje de la luz. En estas condiciones es frecuente que
las luces fantasma aparezcan en cualquier parte del cementerio
sin necesidad de fuentes de luz artificiales.
Cualquiera que sea el origen de las luces en una noche determinada:
la ciudad, las estrellas o la luna, se pueden observar dos
efectos. A primeras horas de la noche, el suelo calentado
a lo largo del día por el sol, todavía se
está enfriando. La temperatura de la atmósfera
fluctúa motivando que esas fuentes de luz parpadeen
con lo que las reflexiones parecen danzar. Además,
cuando el cementerio está sumido en la más
completa oscuridad, todas las referencias visuales desaparecen.
Un punto de luz parece desplazarse debido a movimientos
inconscientes del ojo. El efecto es a menudo el causante
de que se
informe de OVNIS moviéndose de forma inusual en el
cielo. Por último no deberíamos olvidar el
principal motivo de la existencia de las luces fantasma
de Silver Cliff: el psicológico.
Hay que reconocer que estando en medio de un oscuro cementerio
donde las historias
P-7
de luces fantasma predominan, esperábamos ver algo
y no fuimos decepcionados. Es fácil perder toda objetividad
teniendo ante ti esas
traviesas esferas luminosas, pese a que como adultos deberíamos
tener la lección aprendida. Durante muchos años
la mística del cementerio de Silver Cliff ha tenido
un gran peso ante cualquier intento objetivo de examinar
las posibles causas de la existencia de esas luces.
El lugar tiene una innegable aura de misterio, pero la única
cosa misteriosa que pudimos ver estando allí, fue
un ramo de flores fresco
adornando la tumba de un bebé muerto en 1927 a las
dos horas de nacer.
Está claro que las luces no son el único misterio
que encierra ese cementerio.
Trad. de Antonio Vizcarra
Original: Copyright de Skeptical Inquirer
Traducción: Copyright de LAR.
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LA PERSISTENTE POPULARIDAD DE LO PARANORMAL
James Lett
James W. Lett es profesor de antropología en la Escuela
Superior Indian River Comunity, Ft. Pierce, Florida. Es
autor del libro The Human Enterprise: A Critical Introduction
of Anthropological Theory. El presente trabajo ha sido anteriormente
publicado en SKEPTICAL INQUIRER, Vol. 16, nº4. Summer
1992
Las creencias paranormales están firmemente atrincheradas
en nuestra sociedad. Una abrumadora mayoría entre
los americanos mantienen al menos alguna creencia irracional,
anticientífica y sinsentido (Gallup y Newport 1991),
y el nivel de creencias paranormales en los Estados Unidos
parece actualmente estar incrementándose (Frazier
1987). La ironía, por supuesto, es que ninguna cultura
en la historia de la humanidad ha poseído un bagaje
de conocimientos mayor, más preciso y más
firme acerca del universo.
Esa ironía está bien recogida por el físico
Victor Stenger, que ofrece una crítica exhaustiva
de las pretensiones trascendentales en su reciente libro
Psysics and Psychics. Stenger (1990: 298) dice que está
sorprendido de que tanta gente en una nación moderna
como Los Estados Unidos todavía considere seriamente
lo paranormal, añadiendo a continuación que
se estremece por lo que este hecho implica sobre el estado
general de la educación científica en América.
Como educador en materia científica, coincido con
el Profesor Stenger en lo referido al deplorable estado
de la educación científica en mi país.
Esta preocupación me ha llevado a desarrollar un
curso en mi escuela superior denominado La antropología
y lo paranormal, con el cual pretendo enseñar a los
alumnos los fundamentos del pensamiento
crítico (Lett 1990). Como antropólogo, sin
embargo, no me sorprende nada la popularidad de lo paranormal,
y soy consciente de que todos mis esfuerzos, así
como el de todos los científicos y escépticos
del mundo, apenas disminuirán apreciablemente el
nivel de creencias en lo paranormal.
Para comprender por qué esto es asi, simplemente
tiene que ojear las razones reforzantes que proporcionan
popularidad a lo paranormal. Estas razones están
bien definidas por los antropólogos y son ampliamente
apreciadas por otros muchos escépticos (ver, por
ejemplo, Singer y Benassi 1981; Kurtz 1984; Asimov 1986)
En resumen, la popularidad de lo paranormal en los Estados
Unidos puede atribuirse a cuatro factores fundamentales:
la incertidumbre del público, la infiabilidad de
los medios de comunicación. la inadecuación
del
sistema educacional y la imprecisa visión de
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la realidad por parte de los americanos. Permítanme
un repaso a cada uno de estos factores y consideren luego
por qué estos aseguran la persistencia de las creencias
paranormales.
1. La incertidumbre del público. Los antropólogos
han documentado el hecho de que la religión es una
cultura universal. La creencia en lo sobrenatural -en una
realidad no necesariamente accesible por los cinco sentidos-
se produce en todas las sociedades del planeta. La cultura
americana ni mucho menos es la única en poseer cierto
grado de creencias paranormales. Lo que sí es reseñable
en la cultura americana es que en este momento las creencias
paranormales parecen estar proliferando, y ello representa
un interesante puzzle antropológico. ¿Por
que los proponentes de algunas de las más absurdas
y triviales formas de lo paranormal son capaces de procurarse
un seguimiento tan
amplio?
La respuesta es sumamente simple. Desde comienzos de siglo,
cuando Bronislaw Malinowski publicó primero los resultados
de su investigación etnográfica en la región
del Pacífico suroeste, los antropólogos aprendieron
que la gente está predispuesta a las
soluciones mágicas para sus problemas cuando no son
posibles las soluciones prácticas. En un trabajo
clásico, Malinowski advirtió que los habitantes
de las Islas Trobiand siempre empleaban rituales mágicos
para protegerse cuando salían a pescar a las aguas
bravas e infestadas de tiburones del océano abierto,
pero nunca empleaban la
magia cuando se trataba de pescar en las tranquilas y protegidas
aguas del lago. Concluyó que los seres humanos son
propensos a buscar seguridades en las creencias paranormales
siempre que hayan de enfrentarse a situaciones de incertidumbre
o fuera de su control. La posterior investigación
antropológica realizada en todo el mundo ha confirmado
la obvia verdad que encierra el principio de Malinowski.
Podría parecer, entonces, que el nivel de creencias
paranormales en los Estados Unidos estuviera en receso,
debido a que los avances
científicos del pasado siglo han incrementado substancialmente
nuestra comprensión y control de muchas facetas de
la realidad. No obstante, las evidencias señalan
que el grado medio de certidumbre y seguridad que los americanos
tienen de su vida de hecho ha decrecido con respecto a la
pasada generación, a la vez que ha aumentado la incidencia
de creencias paranormales. ¿La razón? En una
simple frase: un rápido y profundo cambio cultural.
Millones de americanos cada vez se encuentan más
desconcertados y
desorientados por los profundos cambios ocurridos en virtualmente
todos los aspectos de la vida cotidiana desde la Segunda
Guerra Mundial. La familia americana ha experimentado una
reestructuración
radical, la moralidad sexual se ha venido abajo, el rol
propio de
cada sexo ha sido substancialmente redefinido, el índice
de natalidad ha decrecido radicalmente, el de los divorcios
se ha disparado, el índice de criminalidad se ha
incrementado, el coste de la vida se ha puesto por las nubes,
la calidad de los bienes y servicios americanos se ha derrumbado,
los ingresos económicos reales en los hogares han
mermado, el poder y prestigio internacional del país
ha declinado, las bolsas de pobreza se han extendido como
una epidemia, y el sueño americano de ser propietario
de su vivienda se ha vuelto inalcanzable
para un número creciente de ciudadanos de clase media.
La población del planeta está creciendo en
proporciones alarnantes, los recursos naturales del mundo
están siendo consumidos rápidamente, el entorno
natural está sufriendo abusos calamitosos, y la amenaza
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de aniquilación nuclear todavía pende sobre
las cabezas de toda la humanidad.
En consecuencia, no resulta sorprendente que millones de
americanos desconfien del presente y tengan miedo al futuro.
A comienzos de la década pasada, el antropólogo
Marvin Harris (1981) advirtió estas tendencias en
la vida americana y las relacionó con cierta cantidad
de fenómenos, incluyendo el auge de los Moonies y
otros cultos religiosos no tradicionales, la popularidad
del misticismo chamánico de Carlos Castaneda, e1
surgimiento de la Cientoiogía, el crecimiento de
la
Meditación Trascendental y otras estrategias de auto-ayuda,
así como la aparición de los evangelistas
televisivos. Esto resultaba cierto
hace diez años y hoy en día lo es aún
más. Para millones de americanos. la vida es aperplejante,
amenazante, un torbellino de insatisfacciones, y lo que
buscan es una via para salir de esta especie de tiovivo.
Buscan respuestas.
No sorprenderá pues que millones de americanos encuentren
sus respuestas en las creencias paranormales. En un tiempo
en que las instituciones religiosas tradicionales están
declinando en influencia (debido a su creciente irrelevancia
para con los nuevos hechos de la vida diaria), las creencias
paranormales están emergiendo como la nueva religión
popular. La razón, como apunta Isaac Asimov (1986:212),
es obvia: Observe cada fragmento de pseudociencia y encontrará
una red
de seguridad, un pulgar que chupar, una falda donde agarrarse.
Paul Kurtz (l986) afirma que la tendencia a adoptar explicaciones
no empíricas para fenómenos complejos está
firmemente arraigada en la psique humana -él lo denomina
la tentación trascendental-. Estoy de acuerdo con
esto. Por su naturaleza, los seres humanos son animales
orientados a la búsqueda de significados y respuestas,
pero la triste conclusión tras la investigación
antropológica realizada en todos las culturas es
que la mayoría de los seres humanos, en todas las
culturas, se conforman con la ilusión de significado.
Para la mayoría de la gente, aparentemente, es irrelevante
que las explicaciones recibidas sean ciertas o falsas, lo
único a considerar es que resulten emocionalmente
satisfactorias. Para millones de americanos, la creencia
en lo paranornial cumple ese criterio.
2.- La infiabilidad de los medios de comunicación.
Los editores de libros y revistas, los productores del cine
y la televisión así
como los periodistas en periódicos y emisoras tienen
una cosa clara en cuanto a lo paranormal: vende, Existe
un vasto mercado para las historias (ciertas o no)de fantasmas,
reencarnación, ESP, psíquicos, OVNIs, astronautas
de la antigüedad, Piesgrandes, Triángulo de
las Bermudas y toda la variedad de temas paranormales que
sea capaz de imaginar, y los medios de comunicación
atesoran todo ello para producir beneficios, empleando para
ello una gran cantidad de material acrítico con el
que satisfacer esa demanda.
Los medios de comunicación destinados al entretenimiento
alimentan sin ninguna vergüenza la pasión del
público por lo paranormal. Y esto lo hacen incluso
cuando ellos mismos -escritores, editores y productores-
reconocen este sinsentido como lo que es. La editorial Time-Life,
por ejemplo, está promocionando una edición
de gran tirada sobre lo
paranormal, titulada Misterios de lo Desconocido, a pesar
del hecho de que los editores saben muy bien que lo que
publican no es ni misterioso ni desconocido. (La revista
Time ha publicado frecuentemente artículos escépticos
sobre lo paranormal, incluyendo, por ejemplo, un amplio
trabajo aparecido el 7 de diciembre de 1987 sobre la Nueva
Era, y otro el 13 de junio de 1988 sobre el mago/investigador
James Randi.)Los medios
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de comunicación, regulados hasta cierto punto tanto
por la ley como por sus propias normas profesionales, ofrecen
supuestamente la verdad objetiva al público sobre
los fenómenos paranormales. En la práctica,
sin embargo, los medios de comunicación sólo
son ligeramente más escépticos que los de
entretenimiento: con una frecuencia exagerada, son lisa
y llanamente crédulos en lo relativo a lo paranormal.
El famoso fraude de Tamara Rand es ampliamente recordado
por los escépticos (Frazier y Randi 1981), aunque
sin duda habrá sido olvidado por el público
en general. Rand fue la autodenominada psíquica que
afirmó haber predicho exactamente el intento de asesinato
contra Ronald Reagan en marzo del 81. Cuatro días
después de que John Hinckley disparara contra el
presidente, tres de las cuatro grandes emisoras de televisión
difundieron una grabación con la predicción
de
Rand, la cual afirmó haberla hecho dos meses antes
del intento de asesinato. La investigación reveló
que la grabación se había realizado 24 horas
después de los disparos: tras reiteradas peticiones
por parte del CSICOP, las emisoras se retractaron de esta
noticia.
La auténtica denuncia, sin embargo, no está
en el hecho de que las emisoras fueran remolonas en corregir
su error, sino en que tal error hubiera tenido lugar alguna
vez. ¿Cómo pudieron las emisoras haber informado
sobre una historia tan improbable sin realizar tan siquiera
una investigación preliminar? Una falta tal de escepticismo
jamás hubiera tenido lugar si se tratara de un tema
político, para cualquier periodista que se preciara
de ello. La triste verdad es que la lección del incidente
de Tamara Rand pasó prácticamente desapercibida
para los medios de comunicación. Éstos continúan
las mismas normas acríticas en
sus informes sobre lo paranormal.
En su obra Superstition and the Press (La superstición
y la prensa), el distinguido profesor de periodismo Curtis
MacDougall (1983) recopiló una lista voluminosa de
afirmaciones paranormales absurdas, que habían sido
publicadas en periódicos respetables de ciudades
estadounidenses. MacDougall murió en 1985, pero cualquier
lector y recolector de artículos igualmente tenaz
estaría en condiciones de incorporar un añadido
anual que actualizase el trabajo de 600 páginas dejado
por éste (En la práctica, el Subcomité
de Educación del CSICOP mantiene un archivo semejante
-ver Feder 1987-88). Los medios de radiodifusión,
en su conjunto, son igualmente acríticos.
Existen dos razones por las que lo paranormal juega un papel
tan prominente en los medios de difusión de noticias.
En primer lugar, los periodistas saben que el público
está altamente interesado en historias paranormales,
y existen poderosos incentivos -que denominan audiencia
y tirada- para que al público se le dé lo
que éste quiera. En segundo lugar (y éste
es el más alarmante y peligroso de los dos factores),
la mayoría de los periodistas carecen del bagaje
cultural, el entrenamiento y la experiencia para la evaluación
crítica de las afirmaciones paranormales. El profesor
de periodismo Philip Meyer (1986:39-40) admite que a muchos
periodistas tan siquiera les preocupa la verdad objetiva
del asunto: No importa cuáles hayan sido los hechos
-si alguien con un cargo o un título que suene a
importante dice algo interesante, entonces eso es noticia-.
Como antropólogo cultural, tengo muchas cosas en
común con los periodistas: ambos estamos interesados
en observar, anotar, describir y explicar el comportamiento
humano. Sin embargo, existen diferencias importantes entre
nosotros, una de las cuales es la forma en que definimos
la objetividad. Como científico, para mí la
objetividad significa, ser justo con la verdad; para el
periodista (y hablo desde mi experiencia personal, habiendo
trabajado un tiempo como periodista en televisión),
la objetividad significa ser justo con las personas involucradas.
P-12
Anteriormente ya he escrito acerca de estos temas (Lett
1986; 1.987), y mi conclusión es que no parece probable
que los periodistas se vuelvan escépticos. En tanto
lo paranormal venda, los periodistas no
podrán permitirse el desmantelarlo. Después
de todo, ellos constituyen la competencia para los medios
de difusión de entretenimiento en captar la atención
del público. La cobertura periodística ofrecida
a la conocida Sábana de Turín ofrece un ejemplo
magnífico de ello. El 27 de septiembre de 1988, cuando
se reveló públicamente que la datación
por radiocarbono probaba que la sábana no pudo haber
sido la mortaja de Cristo, ABC News dijo que los científicos
estaban, no obstante, perplejos por cómo pudo haberse
formado la imagen. Por supuesto que esto es falso los
científicos saben muy bien cómo pudo
haberse plasmado la imagen (ver Nickell 1983: 1989)- pero
eso es lo que significa la objetividad periodística.
Reconozco que existen excepciones. El 28 de noviembre de
1988, por citar un ejemplo prominente, Good Morning America
emitió la primera de las tres partes que componían
un documental sobre astrología, de
la mano del editor de la ABC News, John Stossel. Stossel,
altamente escéptico en su informe -denominó
la astrología como sinsentido absoluto-, hizo un
excelente trabajo desmantelando enérgicamente las
afirmaciones de la astróloga de Hollywood, Joyce
Jillson. Sin embargo, estos informes constituyen más
una excepción que una regla en las emisoras de noticias.
El significado real del hecho de que los medios de comunicación
sean generalmente acríticos reside, en suma, en que
éstos son altamente penetrantes e influyentes (ver
Kottak 1990). Los medios de comunicación constituyen
un importante agente de instrucción para
todos los americanos, y estos medios son una destacada fuente
de información para los americanos que hayan completado
su escolarización. La mayoría de los adultos
americanos dependen primordialmente de los medios de comunicación
para su conocimiento y
comprensión del mundo. El conocimiento ofrecido por
los medios de comunicación es, sin embargo, de poca
fiabilidad. Por el contrario, el mensaje que ofrecen tanto
los medios de comunicación de noticias y los de entretenimiento
en lo concerniente a lo paranormal es el mismo: existe,
o al menos bien pudiera existir, otra dimensión para
la realidad ordinaria que resulta bien conocida para el
ciudadano de a pie pero que por el contrario es algo impenetrable
para los científicos oficiales, cuya actitud es de
enclaustramiento,
conservadurismo y de cerrazón mental. Obviamente
este mensaje es enormemente engañoso.
3.- La inadecuación del sistema educativo. El método
científico es el responsable del enorme -y sin precedentes-
incremento del saber humano en todos los órdenes,
del pasado siglo. Por el contrario, el sistema
de educación pública americana fracasa en
enseñar a los estudiantes los principios básicos
de ese método. Comenzando en la escuela básica
y continuando, por desgracia, en institutos y universidades,
a los estudiantes se les enseña ciencia, tomando
ésta como un cuerpo de hechos, como lo relativo a
un asunto seco y estatico, en vez de una técnica
para la persecución del conocimiento. La habilidad
para el razonamiento evidencial y el análisis lógico,
que constituyen la esencia del proceder científico,
rara vez es identificada y
examinada; al contrario, a los estudiante se les relega
a la tarea de memorizar los productos de la investigación
científica del pasado.
Estos puntos son bien apreciados por muchos educadores científicos,
por supuesto, especialmente a un nivel universitario. Charles
Vigue (1988:326), por ejemplo, es un profesor de biologia
coautor de un curso interdis-
P-13
ciplinario denominado La naturaleza de la ciencia, el cual
explora aspectos tales como lógica deductiva e inductiva,
metodología científica, explicación
causal y no causal, entre otros. Sin embargo, estos temas
rara vez se presentan en las aulas de enseñanza básica,
siendo también obviados más adelante dentro
del curriculum post-secundario.
Todo ello significa que la mayoría de estudiantes
terminan su escolarización sin descubrir sus habilidades
para pensar críticamente, razonar lógicamente
o evaluar adecuadamente. Han aprendido a respetar los logros
de la ciencia, así como a adoptar algunas maneras
superficiales que se dan en ella (como las credenciales
exageradas, la jerga para impresionar, las citas desmesuradas
y las discusiones profesionales). Por desgracia, un escaso
aprendizaje puede resultar algo peligroso, pues deja a los
estudiantes como presas fáciles de los pseudocientíficos,
quienes a menudo utilizan para sí mismos ese barniz
superficial.
4.- La imprecisa visión de la realidad por los americanos.
Cada cultura posee una visión de la realidad, una
serie de impresiones sobre la naturaleza de la realidad,
y esa visión del mundo es en todas ellas una mezcla
de razón y sinrazón. La visión americana
de la realidad -a la que todos los que somos miembros nativos
de los U.S.A. estamos enlazados desde el momento de nacer-
incluye una gran cantidad
de suposiciones erróneas.
Veamos a modo de ejemplo las siguientes propuestas: los
poligrafistas pueden detectar mentiras; los grafólogos
pueden discernir aspectos de la personalidad a partir de
un manuscrito; los psicoterapeutas pueden diagnosticar,
tratar y curar enfermedades mentales basándose en
la comprensión científica de los procesos
de la personalidad; el alcoholismo es una enfermedad (como
la adicción a las drogas, la sobrealimentación,
la infraalimentación, así como cualquiera
de las actividades y proclividades antisociales, como la
motivación apolítica para cometer asesinatos
políticos); los seres humanos poseen alma, la cual
es de algún modo independiente de sus cuerpos; existe
la vida tras la muerte; hay un dios benevolente, omnipotente
y omnipresente que está al corriente del destino
personal de cada individuo en el planeta.
Cada una de esas suposiciones forma parte de la visión
americana de la realidad; todas ellas gozan de la aceptación
por una gran mayoría de americanos, todas ellas gozan
de un considerable prestigio, y todas ellas se encuentran
firmemente institucionalizadas en el sistema legal, social,
político, económico y educativo -incluso siendo
todas ellas, desde una perspectiva razonable, completamente
inciertas-. Ninguna de ellas goza de apoyo evidencial y
no se sostienen ante un escrutinio lógico y empírico.
Debido a que estas proposiciones forman parte de una visión
de la realidad relacionada con la cultura, la mayoría
de los americanos, sin embargo, las da por cosas sentadas,
por obviedades. En efecto, dado que la mayoría de
los americanos están involucrados, cualquiera que
siquiera pensara cuestionarlas estaría faltando al
sentido común.
Estas inciertas suposiciones sobre la naturaleza de la realidad
pueden constituir un obstáculo fundamental para la
investigación racional de los fenómenos paranormales.
Usando los métodos de la investigacion científica,
por ejemplo, usted puede mostrar a alguien que la percepción
extrasensorial no existe (o al menos, que nunca se ha demostrado),
pero el americano medio probablemente responderá
(como han hecho muchos de mis alumnos) con el siguiente
silogismo: Yo sé
que Dios existe; la proposición de que Dios exista
no puede substanciarse por el método cientifico;
por tanto debe haber algo
erróneo en dicho método de investigacion,
al menos cuando éste se aplica a lo sobrenatural
(o paranormal). Ese argumento es perfectamente válido;
pero, por supuesto, es disparatado, porque la primera premisa
es indefendible, aunque por razones psicológicas
y políticas esto es muy difícil de explicar
a los alumnos.
Resumiendo, cuando intentamos disminuir la incidencia de
las creencias paranormales en la sociedad americana, apelando
a la raciona-
P-14
lidad de esta sociedad, estamos librando una batalla en
condiciones adversas para nosotros, porque debemos tratar
con una audiencia que
está convencida de que el pensamiento irracional
es perfectamente adecuado en algunos casos. Y lo que es
más, cuando empleamos la
racionalidad para combatir creencias tales como la precognición
y la psicoquinesis, en realidad atacamos también
ideas tales como la
eficacia de la psicoterapia y la inmortalidad del alma.
El grado de compromiso intelectual y emocional ante tales
creencias es abrumador, y es improbable que esas personas
vayan a replantearse los méritos de ese compromiso.
Colectivamente, creo que estos cuatro factores -la incertidumbre
del público, la infiabilidad de los medios de comunicación,
la
inadecuacion del sistema educativo y la imprecisa visión
americana de la realidad- explican la popularidad de las
creencias paranormales en la cultura americana de hoy día.
El estrés y las tensiones diarias puntúan
a favor del atractivo de las creencias paranormales, las
publicaciones acríticas sobre sucesos extraordinarios
constituyen la fuente de estas creencias, y la omnipresente
incapacidad para pensar
críticamente, unido a la legitimación cultural
del pensamiento acrítico, son la explicación
para la persistencia de las creencias paranormales.
La única forma de disminuir la incidencia de las
creencias paranormales, es, entonces, incidir en cada uno
de esos cuatro problemas: reducir de alguna manera la ansiedad,
revisar los medios de comunicación, reformar la educación
y revisar la concepción popular de
cultura. Ésa es una tarea titánica y lo triste
es que probablemente nunca se podrá realizar. Algún
día podremos tener éxito en la sugerencia
de que los medios de comunicación fueran más
responsables con estos temas (aunque lo dudo), podremos
ser capaces de disponer una reforma del sistema educativo
(aunque sospecho que esta posibilidad es
remota), pero de lo que nunca seremos capaces es de reducir
la ansiedad, porque nunca estará en nuestras manos
el eliminar sus orígenes. En tanto existan la muerte,
la enfermedad, la incapacidad, el desastre y la falta de
armonía, las creencias paranormales seguirán
floreciendo
Lo que mi experiencia personal me ha enseñado es
que no basta con mostrar a la gente los hechos, enseñándoles
cómo pensar críticamente, para hacerles abandonar
las creencias paranormales. Impartiendo mi curso sobre la
antropología y lo paranormal, a menudo he sido capaz
de persuadir a mis alumnos de que no hay ninguna prueba
de que exista el
monstruo del Lago Ness o la levitación o la combustión
humana espontánea, pero de lo que rara vez les he
convencido es de que no hay evidencias que apoyen sus creencias
sobre una vida tras la muerte. Por más entrenamiento
que se aplique en el razonamtento evidencial jamás
se podrá convencer a la mayoría del público
de que abandone aquellas creencias con las que tiene un
fuerte compromiso emocional.
Sin embargo, no estoy dispuesto a darme por vencido y permitir
que la
irracionalidad campe a sus anchas. Coincido en principio
con Carl Sagan (l986:227) en que el mejor antídoto
contra la pseudociencia.. es la ciencia y creo que la labor
en todos los ámbitos que está desarrollando
el CSICOP constituye nuestra mejor baza en la respuesta
efectiva a las creencias pseudocientíficas. Deberíamos
animar a los científicos a compartir su conocimiento
con el público en general, como deberíamos
también animar a los periodistas y otros miembros
de los medios de comunicación de masas a juzgar con
responsabilidad lo que se publica como no-ficción
(y es que todo se nos ofrece como
P-15
mo-ficción). Deberíamos insistir en que la
enseñanza de las claves del pensamiento crítico
se incorporasen al curriculum educativo en todos los niveles.
Deberíamos, en suma, animar a la desinstitucionalización
de la pseudociencia en nuestra cultura (por ejemplo, yo
apoyaría cualquier esfuerzo encaminado a ilegalizar
el empleo de los psicoterapeutas como testimonio experto
en los tribunales).
Lo que no deberíamos hacer es engañarnos.
El escepticismo, por desgracia, no es una droga que vaya
a curar la irracionalidad o incluso una vacuna que la prevenga;
como mucho, el escepticismo es sólo un antídoto
para un veneno insidioso. El problema, sin embargo, es que
el antídoto del escepticismo no es efectivo para
todo aquellos expuestos al veneno. Sólo es efectivo
para la gente que reúna las cualidades de corazón
y mente requeridas para hacer frente a las ansiedades e
incertidumbres de la vida, sin el rápido confort
y respuestas simples que ofrecen las creencias paranormales.
En tanto tales cualidades sean un bien escaso entre el público
en general, las creencias paranormales seguirán prevaleciendo.
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SKEPTICAL INQUIRER. 12:325-326
Trad. de J. Martínez Villaro.
Original; Copyright de THE SKEPTICAL INQUIRER
Traducción: Copyrigth de LAR
P-16
EL RETORNO DE LOS DRAGONES VOLADORES
Reflexiones sobre PHANTOMS OF THE SKY. UFOS: A MODERN MYTH?,
un libro de David Clarke y Andy Roberts
Luis Alfonso Gámez Domínguez
Phantoms of the Sky. Ufos: A Modern Myth? [Fantasmas del
cielo. Ovnis, ¿un mito contemporáneo?] es
el titulo que cualquier crítico hubiera puesto a
un libro que analizara el fenómeno de las apariciones
de platillos volantes desde un punto de vista escéptico.
David Clarke y Andy Roberts, los autores de esta obra, no
se califican de escépticos, sino de ufólogos;
aunque, eso sí, son los dos investigadores más
serios que existen en el panorama ufológico actual.
Tan críticos son que no han dudado a la hora de escribir
un libro que podía haber sido firmado por cualquiera
de los detractores del tema y que pasará a la
historia como uno de los primeros trabajos rigurosos realizados
por integrantes del movimiento ufológico.
David Clarke y Andy Roberts mantienen la hipótesis
de que ahora interpretamos las luces extrañas en
el cielo nocturno como visitantes extraterrestres en vez
de como los espíritus malignos y elementales que
una vez fueron tan familiares para nuestros antepasados
como la televisión lo es para nosotros [Clarke y
Roberts, 1990; 151]. Los autores creen que
todavía tenemos nuestros dragones, pero ahora se
manifiestan como luces extrañas en el cielo, platillos
volantes o extraterrestres. Estas creencias pueden ser en
el fondo peligrosas, al quitar la responsabilidad de los
manos del ser humano. La creencia es un instrumento, no
algo absoluto, y hasta que nos demos cuenta de esto, seremos
siempre víctimas de nuestros sueños. Quizá
los alienígenas
intenten comunicamos algo cuando nos entregan el mensaje
que dice:
"¡Despertad ahí abajo!" [Clarke y
Roberts, 1990: 183-184]
A pesar de que la hipótesis expuesta en Phantoms
of the Sky no puede calificarse de revolucionaria, sí
merece tal adjetivo el hecho de que los autores provengan
del seno del movimiento ufológico. Clarke es director
del Equipo Independiente de Investigación Ovni (IUN)
y
co-autor de Spooklights, Strange Sheffield y The 1913 Phantom
Airship Scare; y Roberts es director del Equipo Independiente
de Investigación Ovni (IUN), miembro fundador del
Grupo de Investigación Ovni del Oeste de Yorkshire
(WYUFORG), editor de la revista Ufo Brigantia y autor de
Catflaps: A Study of Anomalous Animal in the North of England.
UN MITO DE LA ERA ESPACIAL
La tesis mantenida por los ufólogos británicos
no es nueva. La idea de que e1 fenómeno de las observaciones
de naves extraterrestres se corresponde más con una
creencia de carácter mitico que con un fenómeno
real y físico fue ya defendida por el astrofísico
Donald H. Menzel en su ponencia Ufos: The Modern Myth en
el congreso sobre los objetos
P-17
volantes no identificados que, organizado por la Asociación
para el Avance de la Ciencia, se celebró en Boston
(Massachusetts) en diciembre de 1969. Tradicionalmente -dijo
entonces el autor de Flying Saucers, The World of Flying
Saucers y The Ufo Enigma-, el ser humano ha tendido a construir
un mito para explicar aquello que no puede comprender. Y
fue precisamente de esta manera como los platillos volantes
u ovnis vinieron a la existencia [Sagan y Page, 972; 123]
Ya hace casi dos décadas, Yacques Vallée llamó
la atención, en Pasaporte a Magonia, sobre la similitud
existente entre los encuentros con hadas y los contactos
con extraterrestres. Sin embargo, el ufólogo francés
consideraba que había un estímulo físico
real y desconocido tras algunos sucesos ovni y tendió
posteriormente hacia posturas paraufológicas. Para
Vallée,
el estudio de los ovnis es algo más que un análisis
descriptivo del folklore, pero no se ha desarrollado hasta
convertirse en una disciplina científica. Difiere
del folklore en dos aspectos: los individuos que son la
fuente del rumor aún viven en su mayoría;
y en un número importante de casos existen efectos
físicos susceptibles de análisis. [Vallée,
1 972; 191]
El investigador galo apuntaba en su obra ideas interesantes,
que hacía compatibles con la pretensión de
que podía haber un nuevo fenómeno oculto en
las apariciones de platillos volantes. Aproximándose
al punto de vista de algunos conocidos detractores, Vallée
llegó a
considerar la posibilidad de que estuviéramos ante
el nacimiento de una nueva religión:
Es muy posible que estemos viviendo los primeros años
de un nuevo movimiento mitológico que incluso puede
terminar dando a nuestra era tecnológica su Olimpo,
su país de los hadas o su Walhalla, tanto si consideramos
esto como un beneficio o como un revés para nuestra
cultura. Como muchas observaciones del fenómeno ovni
parecen
coherentes y al mismo tiempo irreconciliables con el conocimiento
científico, se ha creado lógicamente un vacío
que la imaginación
humana trata de colmar con sus propias fantasías.
[Vallée, 1972; 180]
Clarke y Roberts son más valientes que Vallée
a la hora de exponer la tesis mitológica y parecen
conscientes de las repercusiones de su trabajo cuando dicen
que
esperamos haber presentado el fenómeno ovni desde
una perspectiva diferente, demostrando que no hay nada en
el panteón del fenómeno ovni que no sea la
reelaboración o interpretación contemporánea
de viejas ideas, experiencias y creencias. Esta aproximación
al tema resulta problemática y algunos pensarán
que, como no encontramos evidencias de visitas extraterrestres
a la Tierra, somos detractores; mientras que
otros, como mantenemos la mente abierta respecto al potencial
de la mente humana y los fenómenos planetarios, considerarán
que somos crédulos miembros del movimiento de la
Nueva Era. [Clarke y Roberts, 1990; 169].
Los autores exponen en Phantoms of the Sky ideas propias
de los analistas más críticos; pero no quieren
que se les equipare con estos
últimos, posiblemente, porque el movimiento ufológico
creó el término detractor para desprestigiar
el trabajo de estudiosos como Menzel. El detractor ha sido
identificado tradicionalmente con una persona resentida
cuyo objetivo es destruir las evidencias ufológicas
-explicar convencionalmente casos de apari-
P-18
ciones de platillos volantes- y eludir la formulación
de posibles tesis explicativas del origen del fenómeno.
Esta idea, fomentada desde las revistas y libros del movimiento
ufológico, deja a un lado el hecho de que los críticos
consideran la explicación de los llamados casos clásicos
como evidencia de que tras el fenómeno ovni hay sólo
un mito, una religión de la era espacial.
Clarke y Roberts demuestran en su trabajo que la conexión
existente entre las visitas de extraterrestres y las de
las hadas -ahora en desuso- es más estrecha de lo
que pudiera parecer: aparición repentina en el cielo
o sobre el suelo, antropomorfismo, origen en un mundo al
que los humanos no tienen acceso, grandes poderes, distorsión
del tiempo cuando el humano es secuestrado por cualquiera
de ellos...
Esta tesis tampoco es nueva. Apuntan que las observaciones
de ovnis, los encuentros con hadas típicos de la
tradición céltica y las apariciones marianas
características de la Europa católica tienen
todas un mismo origen. Virtualmente, todas estas visiones
están
basadas en un encuentro inicial con un fenómeno luminoso
que el testigo interpreta a partir de su experiencia, esperanza
y psicología. [Clarke y Roberts, 1990; 161]
Coinciden con investigadores como Philip J. Klass, Donald
H. Menzel, James E. Oberg y Robert Sheaffer en señalar
que el principal defecto de la ufología es la ausencia
de evidencia, y consideran este presupuesto uno de los fundamentos
de su tesis. Los ufólogos británicos reconocen
que todos los días se explican convencionalmente
casos de apariciones de ovnis; que todos los días
se soluciona el misterio. Sin embargo, el enigma continúa
siendo tal porque los medios de comunicación no divulgan
las explicaciones, los libros de ovnis críticos no
venden bien y, para los ufólogos, siempre existe
otro caso
inexplicado, otro misterio que podría revelar la
verdad que se esconde tras el fenómeno. [Clarke y
Roberts, 1990; 171]. Este último argumento es lo
que Félix Ares de Blas ha llamado la falacia del
residuo: no importa cuántos casos de apariciones
de platillos volantes sean explicados de una manera convencional,
siempre habrá un reducido residuo de sucesos que
permanecerá inexplicado y que animará a los
integrantes del movimiento ufológico a seguir en
la brecha. [Ares, 1985; 46-48]
CAMINO HACIA EL ABSURDO
Aunque los autores no lo apuntan, ha sido posiblemente el
hecho de que haya ufólogos que encuentren explicaciones
a sucesos en principio enigmáticos lo que ha llevado
al movimiento ufológico mundial a volver su atención
hacia los secuestros de seres humanos por parte de
extraterrestres, los platillos volantes estrellados, la
política de silencio de los gobiernos, etc. Hasta
las publicaciones ufológicas más serias, que
comenzaron su andadura sin hacer excesivas concesiones a
los rumores y la charlatanería, han pasado de ser
pequeños reductos en los que se presentaban y debatían
explicaciones de casos a ser revistas que llegan a un público
más amplio y, por lo tanto, se ven obligadas a hacer
concesiones.
Los autores creen que este nuevo salto sensacionalista de
la ufología, que ha hecho que hasta las publicaciones
con mayor credibilidad incluyan en sus páginas la
posible existencia de una quinta columna de extraterrestres
entre nosotros, se debe a que el mito ovni tiene ahora pocos
líderes y teóricos que determinen la dirección
en la que la creencia y la investigación deben moverse.
Los grandes gurús, como el doctor Josef Allen Hynek
que otorgaban respetabilidad a la materia sin
que ésta perdiera el misterio, han muerto
P-19
[Clarke y Roberts, 1990; 174] y otros que aún viven
han sido olvidados por las generaciones más jóvenes
de creyentes.
Este salto al vacío del folklore ovni ha revitalizado
el mito, como en un pasado lo hicieron los aterrizajes y
los proyectos de investigación gubernamentales. En
un futuro -apuntan los ufólogos británicos-,
la actual locura de las abducciones continuará y
será el germen de un tipo de religión basada
en los extraterrestres, con sus propias iglesias de la era
espacial [Clarke y Roberts, 1990; 175]. La dirección
ya ha sido establecida.
Si los ufólogos han recurrido en multitud de ocasiones
a las tradiciones y leyendas -incluidos los libros sagrados
de las diferentes religiones- para encontrar vestigios de
actividad extraterrestre en el pasado, Clarke y Roberts
dan la vuelta al argumento en su intención de demostrar
que el pensamiento mítico humano se adapta a las
diferentes épocas. La idea ha sido sistemáticamente
ignorada por los ufólogos que como Bud Hopkins en
Estados Unidos o Antonio Ribera en España, han escrito
libros sobre el tema de los secuestros, que resulta ser
uno en los que más evidentemente se demuestra la
existencia de una tradición folklórica.
Para los autores de Phantoms of the Sky, tanto en las historias
de abducciones y como en la narraciones de secuestros de
seres humanos por parte de miembros del país de las
hadas existe ausencia de evidencia: no hay testigos del
suceso ni hay pruebas que apoyen la realidad física
del mismo. Esto inclina a los ufólogos británicos
a defender el origen psicosociológico de este aspecto
del fenómeno ovni.
Una australiana, Maureen Puddy, vivió una experiencia
en 1972 en la que se aproximó a una luz azul y sufrió
durante un corto lapso de tiempo lo que calificó
de una medio abducción, en el transcurso de la cual
se sintió en el vacío y escuchó voces
que la tranquilizaban diciéndole que estaba siendo
sometida a un examen médico. Posteriormente, tuvo
otra experiencia durante la cual unas entidades se aproximaron
a su coche y después se encontró en el interior
de
un ovni, atemorizada porque no podía escapar. La
diferencia de este particular suceso respecto al de Medjugorje
y otras abducciones estriba en que, mientras vivía
su segunda experiencia, la víctima estaba sentada
en el coche con dos experimentados investigadores ovni que
no vieron ni oyeron nada, sino que sólo escucharon
la historia
cuando ella la narraba como si hubiera sucedido realmente.
[Clarke y Roberts, 1990; l00].
¿Abrirán los ufólogos más sensacionalistas
los ojos a esta evidencia? No. Algunos son demasiado ancianos
como para admitir que han estado tergiversando la realidad
durante más de tres décadas; otros son, simplemente
demasiado sinvergüenzas y no están dispuestos
a matar la gallina de los huevos de oro.
LA POLITICA DE ENCUBRIMIENTO
Cuatro décadas después de que viera la luz
el libro Beyond the Flying Saucers, de Frank Scully, el
Síndrome de los Discos Colisionados -o Síndrome
de Demencia Crédula- y las políticas de encubrimiento
gubernamentales están más de moda que nunca.
Resucitaron en la pasada década de la mano de los
Charles Berlitz, William Moore y Timothy Good, entre otros,
y han sido protagonistas de congresos y arduos debates entre
el sector más irracional de la ufología y
los escépticos, inclinándose la balanza a
favor de estos últimos.
P-20
En palabras de Josef Allen Hynek, éstas son afirmaciones
extraordinarias que, por consiguiente, requieren de pruebas
extraordinarias. Desgraciadamente, todo lo que tenemos son
afirmaciones. La evidencia al respecto es del mismo tipo
que el resto de la evidencia que sustenta el tema ovni:
un conjunto de chismes y rumores; en realidad, folklore
de la era espacial. [Clarke y Roberts, 1990; 124]
Como señalan los autores de Phantoms of the Sky,
las pretendidas operaciones de recuperación y estudio
de los platillos volantes estrellados exigirían la
participación de un gran número de personas.
Este colectivo tenía que haber facilitado al movimiento
ufológico un mayor número de testimonios que
los existentes en la actualidad y alguna prueba irrefutable,
extraordinaria. Sin embargo, las fuentes de los apóstoles
del Síndrome de los Discos Colisionados no han
presentado nunca evidencia alguna de que sus aseveraciones
sean algo más que afirmaciones sin sentido.
Otro interesante punto de reflexión respecto al tema
de los ingenios alienígenas accidentados está
en el hecho de que los documentos de las agencias gubernamentales
-y en particular de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
estadounidense- que han salido a la luz demuestran que los
gobiernos no creen que las observaciones de platillos volantes
estén vinculadas con actividades de inteligencias
de origen extraterrestre. Entonces, ¿a qué
se debe la cortina de humo que los
gobiernos levantan sobre el tema ovni al declararlo como
materia reservada? Clarke y Roberts apuntan la posibilidad
de que el silencio oficial tenga su origen en una política
de encubrimiento referente a actividades de tipo militar
relacionadas con la seguridad nacional. La tesis no es nueva
y sí hay evidencias que la apoyan.
En el desierto de Nuevo México (Estados Unidos),
donde se han accidentado la mayoría de los platillos
volantes presuntamente siniestrados en la Tierra, el Gobierno
de Washington cuenta con varias bases militares en las que
se prueban nuevos tipos de armas. Los lanzamientos de satélites
espías desde el cosmódromo soviético
de Plesetsk (Unión Soviética), cuya existencia
ha sido recientemente admitida por Moscú, han coincidido
con masivos avistamientos de luces en el cielo de Europa
oriental. Por poner un ejemplo doméstico, el
hecho de que, el 5 de marzo de 1979, un submarino soviético
disparara dos misiles desde aguas de las Islas Canarias
hacia el desierto siberiano dio lugar a un espectáculo
que conmovió a la ufología española.
El informe del Ejército del Aire todavía no
se ha hecho público, aunque se ha facilitado parte
de la información, y sólo ha tenido acceso
al mismo la reina Sofía, seguidora de estos temas,
y el sensacionalista Juan José Benítez [Yárnoz,
1987]
EL UFÓL0G0, UN FOLKLORISTA
Phantoms of the Sky es un libro sobre el folklore de la
era espacial; una obra diferente en un universo editorial
plagado de hombrecillos verdes, conspiraciones intergalácticas,
desapariciones misteriosas y un largo etcétera de
jugosos enigmas inventados por excéntricos ignorantes
que trabajan en áreas bastante vistosas donde cualquier
afirmación extraordinaria va acompañada de
sonoros clamores de trompeta con una extraordinaria falta
de evidencia. [Gardner, 199l; 589]
Al igual que en la Edad Media el reino de las hadas era
el refejo sobrenatural de la sociedad humana, nuestros actuales
visitantes imaginarios del espacio exterior son el
P-21
reflejo de los temores y sueños ocultos de la humanidad
en los albores del siglo veintiuno. Hadas, duendes y demonios
han sido reemplazados por un folklore moderno basado en
platillos volantes y gente del espacio. En palabras de Michael
Persinger, ... incluso si no hay extraterrestres ni
dioses ni viejas brujas, la necesidad humana de escapar
de lo mundano nos obliga a conjurarlos, ya sea desde los
lóbulos temporales o el plano astral. [Clarke
y Roberts, 1990; 166]
La clave de la ufología es el propio ser humano,
creador de mitos, de dioses. La creencia en los platillos
volantes nos ayuda a no sentirnos solos en un universo plagado
de galaxias pobladas por cientos de miles de millones de
estrellas, en el que la Tierra es la única reserva
de vida que conocemos. El peligro de la ufología
estriba en que nos provee de unos hermanos cósmicos
todopoderosos que velan por nosotros y nos invitan a eludir
los grandes retos que tiene ante si la humanidad: la superpoblación,
la degradación del medio ambiente, el control del
armamento nuclear...
NOTAS
Ares, Félix [1985]: La falacia del residuo. Edita
José Ruesga. Cuadernos de Ufología (Sevilla),
Nº 13-14 (Diciembre), 46-48.
Clarke, David; y Roberts, Andy [1990]: Phantoms of the Sky:
A Modern Myth? Prologado por Jenny Randles. Robert Hale.
Londres. 204 páginas.
Gardner, Martin [1988]: La ciencia. Lo bueno, lo malo y
lo falso [Science. Good, Bad and Bogus] Trad. de Natividad
Sánchez Sáinz~Trápaga. Alianza Editorial
(Col, "El Libro de Bolsillo", Nº 1.336).
Madrid. 636 páginas.
Sagan, Carl; y Page Thornton (Eds.} [1972] Ufos: A Scientific
Debate. W.W. Norton & Company (Col. "The Norton
Library") New York 1974. XXXI + 310 paginas.
Vallée, Jacques [1972]: Pasaporte a Magonia. [Passport
to Magonia]. Trad. de Antonio Ribera. Editorial Plaza &
Janés (Col. "Otros Mundos"). Barcelona
1975. 459 páginas.
Yárnoz Carlos [1987]: "Ovni", destino Siberia.
Un submarino soviético disparó desde Canarias,
en marzo de 1979 dos misiles que fueron confundidos con
naves extraterrestres. El País (Madrid), 14 de junio
P-22
TRES HOMBRES Y UN ESPECTRO
De cómo un accidente en la filmación de una
película se convierte en una prueba de lo paranormal.
Antonio Vizcarra
Desde que existen cámaras fotográficas los
proponentes de espíritus y almas descarnadas han
intentado demostrarnos que los fantasmas son reales y cohabitan
con nosotros. Consecuencia de ello ha sido la publicación
de libros tan divertidos como Beyond the Spectrum, en el
que se muestran cientos de fotografías de supuestos
espectros posando
para la inmortalidad (¡y nunca mejor dicho!).
Lo que nunca antes se había logrado era captar a
un fantasma en una
película cinematográfica de éxito.
Pero todo llega y el evento ocurrió con la película
Tres hombres y un bebé, remake del film francés
Tres
solteros y un biberón.
En un momento de la película, cuando la madre de
Jack (Ted Danson)llega al apartamento para ver al bebé
mientras se dirige a la cuna para coger a la criatura en
brazos, pasa delante de una ventana en la que no hay nada.
Al volver a pasar por este punto, ¡aparece claramente
tras las cortinas la imagen de un jovencito que previamente
no estaba allí!
Si en estos momentos estáis yendo rápidamente
al video-club a haceros con la película, os diré
que esto ocurre tras una hora justa, más o menos,
del comienzo.
Por grotesco que parezca, la historia de que e1 niño
era una imagen espectral caló hondo entre el público
y los rumores se desataron. Se dijo que en la casa donde
se había rodado la película había muerto
anteriormente un niño y su espectro era lo que la
cámara había captado.
La centralita de la productora de esta película,
Touchstone, se vio inundada de llamadas queriendo saber
la verdad. Como explicación oficial, la compañía
dijo que lo que se ve en la película es una foto
publicitaria de tamaño natural de Ted Danson (que
en la película hace el papel de actor y modelo) que
alguien dejó allí accidentalmente. Lógicamente
nadie se tragó eso y la historia del fantasma arraigó
aún más si cabe entre el público.
Sin embargo, no todo estaba perdido, puesto que Bill Givens,
periodista de Hollywood y escritor para la TV decidió
investigar qué había de cierto en toda esa
historia.
Primero descubrió que a pesar de que la historia
del niño muerto en el
apartamento es bonita en sí, la escena no había
sido rodada en ningún apartamento de Nueva York,
donde se suponía había muerto el niño,
sino que se había rodado en un plató de Toronto.
Por descontado, nadie había muerto tampoco en el
decorado donde la escena tuvo lugar. Además, como
bien dijo Givens, es muy difícil guardar secretos
durante el rodaje de una película. Si realmente se
hubiera filmado a un fantasma la noticia habría saltado
rápidamente a la primera página de los periódicos.
Aunque no pudo sacar nada en claro de Touchstone, tras ver
el fragmento en cuestión varias veces, decidió
que lo que se ve no es
ninguna foto publicitaria en tamaño natural de Ted
Danson, sino un niño de carne y hueso, que según
parece debió pasar por el lugar de
P-23
rodaje y que se asomó brevemente por la ventana,
siendo pillado por la cámara.
La excusa de Touchstone debió ser emitida simplemente
para enmascarar la metedura de pata. Como bien resume Givens
en su libro Son of film flubs dedicado precisamente a eso,
a las meteduras de pata cinematográficas: Creeré
que es un fantasma el mismo día que
tenga la certeza de que un ovni ha aterrizado en Harvard
y sus tripulantes hablen con un profesor de Astronomía,
en vez de aterrizar
en un pantano para secuestrar a un campesino.
Yo he visto la película y coincido plenamente con
Bill; lo que se ve es un crío que sabe Dios cómo,
pasó por el decorado mientras se rodaba la escena.
Al cambiar el encuadre de un plano medio a uno general fue
cogido in fraganti por la cámara.
Lo reaimente misterioso de todo el caso es cómo esta
escena no quedó eliminada en la sala de montaje y
llegó tal y como está a la copia definitiva
de la película. Esto sí que es algo inexplicable
pero a lo que evidentemente no hay que atribuir nada paranormal.
Simplemente somos humanos y como tales nos equivocamos.
Además, mientras haya gente que crea que esta vida
no acaba aquí, se seguirán viendo fantasmas
donde haga falta.
P-24
LA ASTROLOGÍA EN LAS AULAS
En este trabajo el autor describe los resultados de una
encuesta que se pasó en muchos centros de enseñanza
de Galicia para saber el grado de asimilación de
algunos conocimientos astronómicos. Se constató
que
había una gran confusión entre la astrología
y la astronomía.
Xosé Enrique Pujales Martínez
Durante el curso 90/91 se pasó en muchos centros
de enseñanza de Galicia una encuesta a los alumnos
y alumnas para saber el grado de asimilación de algunos
conocimientos astronómicos. Entre las preguntas formuladas
iba una que trataba de la astrología, y el resultado
que se obtuvo (y que era esperado) indicaba que había
una gran confusión entre la astrología y la
astronomía.
Durante este curso 9l/92 me propuse hacer frente a esta
situación en mis clases de Astronomía que
imparto a alumnos de tercero de B.U.P, en el Instituto de
Bachillerato Concepción Arenal de Ferrol, porque
considero que el mantenimiento de creencias astrológicas
va en contra de una mentalidad critica y racional.
Como quería tener datos para valorar la evolución
de las ideas astrológicas entre mis alumnos, elaboré
una encuesta que les pasé al principio del curso
y también al final de las actividades previstas.
ENCUESTA(1)
1.- ¿Conoces tu sígno del zodiaco?
()SI ()NO ()NO SE
2.- ¿Crees en la astrología?
()SI ()NO ()NO SE
3.- ¿Crees que la posición de las estrellas
en el momento de tu nacimiento influye en tu carácter
y destino?
()SI ()NO ()NO SE
(1)N. de la R.- El original estaba en gallego. Lo hemos
traducido lo mejor que hemos podido. Esperamos no habernos
equivocado demasiado
P-25
4.- ¿Crees que la posición de las estrellas
hace que unos días sean más favorables que
otros para tomar determinadas decisiones?
()SI ()NO ()NO SE
5.- ¿Crees que hay personas que tienen caracteres
incompatibles por causa de pertenecer a determinados signos
zodiacales?
()SI ()NO ()NO SE
6.- ¿Crees que los partos ocurren con mayor frecuencia
en determinadas fases lunares?
()SI ()NO ()NO SE
7.- ¿Crees que el crecimiento de las plantas, frutas,
... varía según la fase lunar en que se siembra
o se recolecta?
()SI ()NO ()NO SE
8.- ¿Crees que la Luna influye sobre las mareas?
()SI ()NO ()NO SE
9.- ¿Crees que los ataques de locura, suicidios y
asesinatos ocurren con mayor frecuencia en determinadas
fases lunares?
()SI ()NO ()NO SE
1O.- ¿Crees que el crecimiento de uñas, pelo,...
varía según la fase lunar en que se hace?
()SI ()NO ()NO SE
Al analizar los resultados de la encuesta pasada al principio
del curso me encontré con que:
1.- Todos/as conocen su signo zodiacal.
2.- Sólo un pequeño porcentaje (10%) cree
en los horóscopos, aunque en la discusión
posterior pude comprobar que los leen habitualmente.
3.- Un 52% afirma creer en la astrología. Pero en
esta pregunta me encontré con dos hechos significativos:
a) Algunas respuestas son incoherentes: Afirmaban creer
en la astrología pero después negaban sus
implicaciones. En la discusión posterior comprobé
que la razón de esa incoherencia era el desconocimiento
de lo que realmente significa la astrología. Por
este motivo esta pregunta (la segunda) la consideraré,
en lo que viene a continuación como significativa.
P-26
b) La respuesta tanto a esta pregunta como a las demás
es, por parte de los alumnos, sensiblemente diferente a
la dada por las alumnas, estando ellas más inclinadas
a la astrología. Como ejemplo, se muestran creyentes
en la astrología un 38,7% de hombres y un 625% de
mujeres. Por este motivo en los datos estadísticos
distingo entre Hombre (H) y Mujer (M).
4.- La encuesta la pasé, como ya indiqué antes,
a mis alumnos/as de la asignatura de Astronomía de
3º de B.U.P.. Son dos grupos, uno que estudia por Ciencias
(C) y otro que estudia por Letras (L). También se
notó una diferencia en sus respuestas por lo que
decidí estudiarlos por separado.
5.- Entre las diez preguntas iba incluida una (la número
8) que no tiene nada que ver con la astrología y
sí con la Astronomía. La introduje para detectar
respuestas irreflexivas.
6.- Entre las preguntas aparecen cuestiones que pertenecen
a la cultura popular (influencia de la Luna sobre plantas
y animales, entre los que nos encontramos) y que ellos tienden
a recoger y reproducir irreflexivamente.
Al analizar el número de Sí obtenidos al responder
a todas las preguntas excepto a las numeradas con el 1,2
(por el motivo señalado en 3.a)y 8 (por motivo 5)
me encontré con los siguientes porcentajes:
CIENCIAS LETRAS
H M H M
% DE SÍ 15,7 34,3 16,1 38,8
A continuación les di a leer dos artículos
de revistas, el de J.E. Armentia y M.A. Sabadell ¿Por
qué combatir la astrología? (Tribuna de Astronomía
56/57) y el de P. Corral ¿Influye la Luna en nuestras
vidas? (Conocer nº 103). Lo discutieron en grupo, escribieron
sus conclusiones y las discutieron colectivamente. Mi papel
fue el de simple moderador.
Acabado este proceso les propuse estudiar un tema concreto:
¿Influye la Luna en el número de alumbramientos?
En el artículo citado de la revista Conocer se comenta
la existencia de estudios que aseguran haber observado una
inusitada cantidad de los nacimientos concentrados, en torno
a la fase de Luna llena. También en el periódico
La Voz de Galicia del 3 de julio de 1991 se recogían
algunas frases del director gerente del Hospital Xeral de
Galicia (en Santiago) que hacían referencia al mismo
tema.
P-27
GALICIA La Voz de Galicia, miércoles, 3 de julio
de 1991
Achacan a la <<influencia de la Luna>> el alto
número de alumbramientos de los últimos días
Colapso en el Hospital Xeral de Santiago por la falta de
camas para atender partos
Santiago (Redacción). La <<influencia de la
Luna>> y el reciente cierre de las camas de obstetricia
del Hospital General provocaron los últimos días
un auténtico colapso en el Hospital Xeral de Galicia,
por falta de camas para atender partos. Seis mujeres se
encontraban a primera hora de la mañana de ayer sin
cama, aunque el problema se solucionó finalmente,
según el director gerente del centro, Manuel Torres.
Anteayer por la noche había camas con mujeres en
los pasillos, también por la misma circustancia,
hecho que provocó llamadas de denuncia de familiares
de las afectadas a esta Redacción.
Los problemas provocados por esta carencia de camas para
partos en el Hospital Xeral son <<imprevisibles>>
, según varias fuentes del citado centro, entre ellas
algún sindicato. <<A veces hay camas de sobra
y de repente surge el colapso y hay que cruzarlas en las
habitaciones o ponerlas en los pasillos>>, señala
la dirección del Xeral.
<<Es una circunstancia -agrega- que se repite cada
cierto tiempo y parece que en ello influye la Luna, aunque
científicamente sea difícil de explicar>>.
Sin embargo, matizó, todas las mujeres reciben atención
satisfactoria por parte de los médicos y demás
personal.
Nuestro objetivo era investigar la objetividad de estos
resultados. Para ello recogimos todos los nacimientos ocunidos
en e1 Hospital Xeral Arquitecto Marcide de Ferrol (que cubre
casi el 100% de todos los alumbramientos de la zona) durante
veinticuatro lunaciones, desde el 28 de diciembre de 1989
hasta el 6 de diciembre de 1991. Los datos a los que llegamos
fueron los siguientes:
EDAD DE LA Nº DE PARTOS Nº DE PARTOS TOTAL
LUNA EN 12 LUNACIONES EN 12 LUNACIONES PARTOS
DIC.89-DIC.90 DIC.90-DIC.91
0-2,7 94 101 195
2,7-5,4 87 113 200
5,4-8,1 78 111 189
8,1-10,8 78 93 171
10,8-13,5 90 72 162
13,5-16,2 86 82 168
16,2-18,9 82 77 159
18,9-21,6 101 68 169
21,6-24,3 126 89 215
24,3-27 92 91 183
27-29,7 85 71 156
TOTAL 999 986 1967
P-28
NOTA: La luna llena está en el intervalo 13,5-16,2
La conclusión era evidente: No se aprecia ninguna
concentración de partos en la proximidad de la Luna
llena (por lo menos en Ferrol y en esos dos años).
Esta conclusión permitió juzgar de una forma
crítica los estudios mencionados, y las dudas se
ampliaron a otras ideas que se habían dado por buenas
hasta entonces. Hubo una variación basada en una
actitud crítica, y prueba de ella son los resultados
de la misma encuesta del principio y que se les volvió
a pasar al final.
CIENCIAS LETRAS
H M H M
% DE SÍ 7,9 17,1 10,2 26,4
AFIS SCIENCE... ET PSEUDO-SCIENCES
Cahiers bimestriels de lAssociation Française
pour lInformation Scientifique.
Redactor Jefe: Michel Rouzé.
Comité de Redacción: Jean-Pierre Adam, Patrick
Bollé, Henri Broch, Dominique Caudron, Yves Galifret,
Maurice Gross, Jean-Claude Pecker, Michel Rouzé y
René Seynave.
Suscripción anual (6 números): 160 Francos
Franceses
Enviar a la cuenta postal: CCP AFIS 21 000 00 P París.
Francia
Una magnífica revista que nos abre una ventana racionalista
a lo que ocurre en el mundo francés de las paraciencias.
Normalmente hacen un fuerte hincapié en las medicinas
alternativas. En su día la lucha fue contra el fraude
paramédico organizado por los curanderos psíquicos
de Filipinas. Hoy su caballo de batalla es la homeopatía,
memoria del agua y otros milagrosos polvos de la Madre Celestina.
P-29
VITALISMO: un paradigma en cambio.
Javier E. Armentia
Hace un tiempo comentaba Félix Ares en el foro telemático
de Spritel las implicaciones de la concesión de patentes
a animales (en particular ratones transgénicos).
La verdad es que este hecho
-especialmente la controversia generada sobre la licitud
de patentar un ser vivo aunque manufacturado- es un apunte
más en una situación de cambio en muchas áreas
de la ciencia, una consecuencia del por ahora
inacabado debate sobre el vitalismo. La lectura de un agradable
libro de Prometheus (A physicist´s Guide to Skepticism,
de Milton A.
Rothman) y de la traducción castellana del libro
de Roger Penrose (La nueva mente del emperador, Mondadori)
me ha decidido a escribir unas líneas sobre este
tema, no como un tratado sobre el mismo, sino espero, como
base de futuras discusiones.
Cuando en 1980 el Tribunal Supremo de EEUU consideró
legal la patente de bacterias de la misma manera que se
podía patentar un producto químico sentó
las bases al afirmar que estar o no vivo era una distinción
sin importancia legal en el caso de las patentes. Sin
embargo, esta decisión fue muy controvertida y contestada
desde
posiciones pro-vida, alegando la dignidad y santidad de
la vida.
Lo que subyace es la defensa por parte de muchos sectores
de la población (y también del mundo científico)
de posturas vitalistas: en definitiva, la creencia en una
distinción entre lo vivo y lo inanimado, en el élan
vital como algo diferenciador de las dos categorías
de objetos. (Empleo el término de Bergson aunque
en sentido más amplio que el dado por el filósofo
francés).
En ciencia, se suele enfrentar este vitalismo al reduccionismo
(aunque e1 término no me resulta del todo agradable,
es la forma usual de denominar la creencia de que las mismas
fuerzas, energías y leyes físicas operan sobre
toda la materia, sin distinción, de manera que incluso
los sistemas complejos obedecen esas -y sólo esas-
leyes,
pudiéndose reducir la complejidad aparente, al menos
teóricamente). Vaya por delante que me inclino al
reduccionismo, pues por lo que
conocemos del Universo podemos generalizar la estructura
digamos sencilla -es un decir, desde luego...- de toda la
materia que en él
hay, así como las interacciones que se dan. Nada
nos hace pensar en la necesidad de añadir fuerzas
o energías diferentes para explicar los procesos
vitales.
Las posiciones vitalistas han experimentado en los últimos
cien años continuos retrocesos. Para los científicos
de la primera mitad del siglo XIX, por ejemplo, era evidente
una distinción entre la química orgánica
y la inorgánica. Los compuestos orgánicos
poseían algo que los diferenciaba de los inorgánicos,
y aquéllos sólo se podían obtener de
tejidos
P-30
vivos. En 1828 Friedrich Wöhler (químico alemán,
1800-1882) logró sintetizar la urea a partir de substancias
inorgánicas, cianato de plomo y amoniaco, que daban
lugar al cianato amónico, substancia inorgánica
de contenido atómico similar a la urea. Aunque su
descubrimiento no fue aceptado fácilmente por los
defensores del élan o fuerza vital, la evidencia
que se acumuló era incontrovertible: muchos otros
compuestos orgánicos se empezaron a sintetizar a
partir de materia inorgánica. Desde entonces, ambas
químicas son en definitiva una misma, y se tiende
a utilizar el término química del carbono
para la quimica orgánica, para evitar ese matiz vitalista.
En cualquier caso, las posturas vitalistas no desaparecieron:
simplemente se produjo una retirada táctica. A pesar
de que la química orgánica era química
sin más, el élan vital era preciso para la
vida. Esta postura se sigue manteniendo en nuestros días
y son no pocos los
biólogos que critican el reduccionismo porque creen
que las moléculas necesarias para la vida no obedecen
a las mismas leyes que las otras... (esto nunca lo afirman
así, pero es la base de su creencia. Realmente, confieren
a procesos de alto nivel como el metabolismo, la volición,
la percepción o la conciencia un estatus diferente
de procesos como la deriva de los continentes o la formación
estelar, por poner dos ejemplos. A pesar de todo, la tendencia
es clara a descubrir cómo estos procesos, abstracciones
en definitiva, son reducibles a elementos explicables en
términos usuales de fuerzas y energías conocidas.
No hay que olvidar, por otro lado, un sentimiento de intrusismo
por parte de algunos biólogos ante la irrupción
en su
ciencia de la química y la física, una especie
de rechazo ante esta toma de poder aparente por la ciencia
pura... (por no hablar de lo que
pueden sentir otros especialistas como psicólogos,
médicos, etc.).
En cualquier caso, las posturas vitalistas están
provocando bastantes problemas en nuestra sociedad, lo que
por lo menos implica la existencia de un debate, de un cambio.
Me refiero obviamente a los debates en torno a los extremos
de la vida: el aborto y la eutanasia, o la experimentación
genética. No es mi intención entrar a fondo
en ellos, pero lo cierto es que pocas veces se abordan desde
un punto de vista científico, mientras que se invoca
la ética como disfraz del vitalismo.
(Un breve ejemplo de esta acusación que vierto: en
el debate del aborto, pocas veces se reconoce e1 hecho de
que la definición de persona es más bien metafórica,
y que si vamos al nivel psicológico, hasta el tercer
trimestre de desarrollo fetal no se forman las sinapsis
necesarias para el desarrollo del sistema nervioso humano.
Cabe pensar por lo tanto que el feto es incapaz de desarrollar
pensamientos o de procesarlos. ¿Podemos denominarlo
persona? Atendiendo a criterios como éste, hablar
de espíritu o de alma es innecesano.)
Hay más lugares, sin embargo, donde el vitalismo
parece afincarse, por ejemplo, tenemos que un importante
componente de las posturas cosmológicas antrópicas
destilan por todos los lados esto, lo mismo
que muchas de las críticas que se hacen a los procesos
de evolución que dieron lugar al origen de la vida
(biopoiesis). El asunto de las
patentes de seres vivos con que iniciaba el artículo,
por ejemplo, supone un punto donde muy posiblemente las
posturas vitalistas estén
dando otro paso atrás. En efecto, parece imparable
la aceptación de patentes de animales transgénicos,
de bacterias, de genes. Por otro
lado, el avance en el proyecto del genoma humano servirá
cuando menos para ir desmitificando estas cuestiones.
No quiero ser demasiado optimista, sin embargo. Como comenta
Rothman en su libro, es más que probable que e1 vitalismo
se acuartele en el ser humano. Entonces dirán
P-31
(los vitalistas): "Bueno, igual un virus o una bacteria
no necesita de fuerza vital, pero los seres humanos sí.
Los humanos son diferentes porque tienen un alma"
Otra predicción, mucho más peligrosa, es que
los sectores vitalistas se hagan más recalcitrantes
en su postura, acudiendo al fundamentalismo. No es descabellado
suponer que habrá movimientos en este sentido, viendo
lo que sucede en EEUU con los creacionistas, los problemas
para enseñar la teoría evolutiva en los colegios...
Podemos ver un afianzamiento de las teorías pro-vitalistas
en e1 tema de la inteligencia artificial. Parece que muchos
científicos aceptan el reduccionismo en todo, excepto
al tratar el cerebro humano. El debate entre las posturas
a favor de la IA o en contra de ella es
bastante álgido en estos dias, y precisamente el
libro de Penrose pretende atacar por otro lado e1 asunto.
Para él, el cerebro es desde
luego algo diferente, pero para evitar caer en posturas
vitalistas se imagina que la raíz de la complejidad
de la conciencia está en el mismísimo nivel
de la gravitación cuántica. (Dejando aparte
que el libro sea más o menos difícíl,
lo cierto es que Penrose ha necesitado
más de 500 páginas para poder esbozar su línea
de pensamiento; pero deja demasiados cabos sueltos, y da
demasiados saltos lógicos en el vacío.)
En cualquier caso, dejando aparte las posiciones un tanto
anómalas de Penrose, el debate sobre la IA es en
el fondo una discusión sobre si el cerebro humano
posee algo especial que impida que los humanos podamos reproducirlo.
Ese dualismo mente-cuerpo que se sostiene desde las posturas
vitalistas será sin duda el más duro escollo
por superar.
Evidentemente, admitiendo una fuerza vital, o energía
psíquica si se quiere, y admitiendo una dualidad
mente-cuerpo es sencillo conceptualmente creer en la percepción
extrasensorial, la telequinesis, la precognición,
la transmigración de las almas o los milagros o curaciones
milagrosas. Podría interpretarse precisamente la
nueva era como un cerrar filas en torno a las posiciones
vitalistas, frente al auge del reduccionismo en ciencia.
O acaso es demasiado reduccionista...
Javier Armentia es director del Planetario de Pamplona
y vicepresidente de ARP.
EL OJO ESCÉPTICO, revista del Centro Argentino para
la Investigación y Refutación de la Pseudociencia
(CAIRP). 4 números US$20.00. Podéis suscribiros
enviando un cheque a nombre de Alejandro Jorge Borgo, a
la siguiente dirección: Casilla de Correos 26, sucursal
25, 1425 Buenos Aires. República Argentina.
P-32
EXPOSICION DENEGADA POR PRINCIPIOS PARAPSICO-LÓGICOS
MERCEDES QUINTANA ÁLVAREZ
La autora es Directora Ejecutiva de la asociación
Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP). Cualquier
sugerencia o comentario puede ser dirigido a su atención,
al apartado nº 17.026, 28080 -Madrid.
RESUMEN
Recientemente la Sociedad Española de Parapsicología
(SEDP) y ARP han iniciado intercambio de publicaciones,
lo que nos ha permitido conocer el nivel del contenido de
sus revistas (Psi Comunicación y Boletín de
la Comisión Investigadora de Fenómenos Anómalos).
La lectura del primer material recibido, correspondiente
al año 91, nos ha sugerido numerosas observaciones
en torno al funcionamiento de la comunidad psi española
y sus máximos representantes y es nuestro deseo transmitirles
estas observaciones. Por su parte, leyendo lo que va a continuación,
el asiduo a LA ALTERNATIVA RACIONAL no sólo conocerá
un poco mejor a este curiosísimo grupo, encontrará
además buenas razones para mantener una postura escéptica
en debates o encuentros públicos sobre temas parapsicológicos.
El artículo se divide en varios apartados, que se
pueden entender independientemente unos de otros, aunque
sugerimos la lectura en el mismo orden en que se presentan.
INTRODUCCIÓN
El nombre de Committee for the Scientific Investigation
of Claims of Paranormal (CSICOP) puede hacer pensar que
una Sociedad de Parapsicología y una asociación
afín al Committee, como ARP, se dedican a lo mismo
y bajo un mismo talante investigador: sin negar nada a priori,
pero sin aceptar hipótesis paranormalistas de fácil
elaboración.
Y ciertamente, afirmaciones que parecen habituales en las
páginas de Psi Comunicación, como: La Parapsicología
es la aplicación del método científico
para el análisis de una fenomenología paranormal
(ene-dic 1991, pág,79) o incluso artículos
enteros de tono crítico que ponen a las pretensiones
de lo paranormal en su sitio, como los que escribe J.L.
Jordán Peña(l) u otros miembros de asociaciones
escépticas por
principio, como ARP o CAIRP (Centro Argentino para la Investigación
y Refutación de la Pseudociencia), cuando autorizan
republicaciones en Psi Comunicación de lo que ha
visto ya la luz en sus propias revistas, pueden hacernos
pensar que esto es así.
Para peor, las intervenciones en medios de comunicación
contribuyen a crear esta confusión, especialmente
cuando sitúan las polémicas sobre estos temas
en un intervalo que va del sujeto dotado
P-33
al experto crédulo, sin llegar a recoger argumentaciones
escépticas bien documentadas que este último
es incapaz de ofrecer, por las razones que luego se verán.
Por ejemplo, Ramos Perera (Presidente de
la SEDP) parece escéptico cuando dice que el aura
no es un fenómeno paranormal en la medida en que
responde a variables físicas y químicas, ante
un comentarlo del vidente Aceves en el que éste afirma
haber nacido con la capacidad para ver el aura de las personas
(su color varía según el momento). Sin embargo,
Perera pasa a continuación a situarse en un punto
crédulo, cuando comenta que es difícil rechazar
completamente la existencia de "gafes". ¡Tantas
coincidencias con el
responsable de la Expo no pueden ser casualidad! (2).
Así pues, creemos que una atenta lectura del primer
material que nos ha enviado la SEDP (Psi Comunicación,
1991, y Boletín nº5 de la Comisión Investigadora)
puede sernos muy útil para averiguar hasta qué
punto, y por qué, esto es o no es así. Se
demostrará a continuación
que las diferencias entre la SEDP y ARP siguen siendo amplias
e insalvables, ya que los primeros no sólo no utilizan
ningún método científico, por más
que entre ellos se empeñen en decirlo, sino que
ni siquiera utilizan un método racional.
H.J. EYSENCK O EL RECURSO A LAS GRANDES TITULACIONES.
El editorial del Boletín de la Comisión Investigadora
de Fenómenos Anómalos de la SEDP (Boletín
de la CIFA, en adelante) se lamenta de los continuos ataques
que reciben los investigadores de estos temas y de que pierden
mucho tiempo intentando explicar a los críticos su
utilidad, defendiéndose -dice- de continuas críticas
sin fundamento. Citan a continuación dos frases de
sendos catedráticos de Psiquiatría y Psicología,
el Dr. F. Ramón de Aguilar(Panamá) y el Dr.
H.J. Eysenck
(Londres).
Es curioso que ni siquiera se planteen la posibilidad de
un lamento en sentido inverso: ¿por qué están
haciendo perder el tiempo a los científicos profesionales
obligándoles a revisar una a una las
afirmaciones sobre la existencia de fenómenos paranormales
que se permiten violar tranquilamente leyes esenciales de
la naturaleza?... Pero dejemos esto porque a ello volveremos
más adelante. Por ahora, quisiera que se centraran
en su recurso a los grandes nombres o, por lo menos, a los
nombres con grandes titulaciones y en especial a H.J.
Eysenck. No es la primera vez que se cita entre sus filas
como un científico del establishment que les sonríe
de cuando en cuando con alguna sorprendente aportación
propia y, por tanto, necesario es
aclararles algunas ideas en torno a esta eminencia.
Efectivamente, H.J. Eysenck es toda una figura en Psicología
Clínica e indirectamente en España, a través
de su alumno, nuestro ilustre J.L. Pinillos. Desde sus inventarios
(tests) de personalidad a sus múltiples publicaciones
divulgativas, pasando por articulos en revistas de psicología
nacionales e internacionales, el abanico de trabajos científicos
que se nos presenta es lo bastante amplio
como para reconocer sin más peros el estatus del
Sr. Eysenck en la Psicología Académica.
Ahora bien, lejos de ser un científico admirado por
todos, Eysenck se ha ganado hace tiempo el premio a la cabezonería
en ciertos temas e,
incluso, para muchos, a la falta de honradez estadística
más lamentable. En el ámbito académico
sus incursiones en el terreno de la astrología o
la PES (percepción extrasensorial) son vistas como
aficiones a las que se dedica en sus ratos libres (en palabras
de una de sus traductoras en España) y a las que
nadie presta la menor atención, no por apriorismos
o condenas de herejía, como algunos esperan oír,
sino simplemente porque su larga trayectoria académica
como psicólogo es ya lo bastante polémica
como para añadir excentricidades mayores.
El prestigio académico conseguido por su espíritu
P-34
combativo en la batalla conductismo vs. psicoanálisis
de los 50 y 60 le valió por sí mismo las preferencias
de los partidarios de una psicología científica
y le elevó a la categoría profesional en la
que
hoy se encuentra, llegando a controlar él y su familia
(los Eysenck son varios) numerosas revistas de Psicología.
Pero su apoyo cerril al fraude estadístico de Sir
Cyril Burt en relación con la heredabilidad de la
inteligencia (3), su empeño en correlacionar la raza
con el C.I. (cociente intelectual) para deducir influencias
genéticas y su colaboración en investigaciones
destinadas a la obtención de unas correlaciones negativas
entre cáncer de pulmón y tabaco, pagadas por
la misma industria del tabaco (4), bastan para empezar a
mirar con cierto escepticismo sus aportaciones en el campo
de la Psicología (incluso los trabajos de otros que
salen publicados en sus revistas), cuanto más en
áreas en las que tan alegremente se vierten afirmaciones
sobre las influencias astrales o sentidos
etéreos.
Seguramente Eysenck no es el primero ni será el último
de sus científicos simpatizantes que se demuestran
como mucho menos importantes de lo que creen, y seguramente
tampoco será ésta la última
vez que se echa mano del recurso a los nombres y las titulaciones
académicas para ocultar la pobreza de resultados
que año tras año cae
como una losa sobre el estudio de los fenómenos paranormales.
Pero después de este gran ahorro de tiempo que les
debería suponer contestar a las críticas (que
les impiden hacer avanzar sus investigaciones) con citas
de grandes figuras de la ciencia
oficial -como les gusta decir, aunque en realidad no hay
otra-, una esperaría encontrarse en el resto de las
páginas de ese Boletín referencias a investigaciones
propias, sobre todo tratándose del Boletín
de la Comisión Investigadora. Sin embargo, vemos
que se limitan a referencias históricas sobre José
Miguel de Barandiarán, Alberto Sols y Hans Bender;
otras meramente descriptivas (TPL, supersticiones sobre
eclipses), y páginas de bibliografía.
Dada pues, la carencia de investigaciones deberíamos
suponer que el Boletín no intenta transmitir ningún
mensaje alentador sobre la existencia de lo paranormal.
Pero lo cierto es que estos textos,
aparentemente neutros, no lo son en absoluto cuando se leen
con detenimiento...
LAS CONFERENCIAS Y LOS GUSANOS
Al pasar las páginas del Boletín de La CIFA
nos encontramos con una reproducción íntegra
de la conferencia que dio el catedrático de bioquímica
de la Universidad Autónoma de Madrid, D. Alberto
Sols, como clausura de un curso de conferencias impartido
por la SEDP en 1977, y casi al final de su conferencia,
el Dr. Sols decía lo siguiente:
Ciertos experimentos recientes pueden hacer pensar en la
posibilidad de un puente entre la biología molecular
y la parapsicología. Como la mayoria de ustedes quizá
recuerden, se han hecho experiencias alimentando a gusanos
con RNA (ácido ribonucleico) extraído de gusanos
entrenados para una cosa, intentando pasar esta actividad
a la nueva generación. Más recientemente y
con una mayor sofisticación técnica, se ha
inyectado a ratas una substancia, bautizada como escotofobina,
el cual es un péptido extraído del cerebro
de estos animales que habían sido entrenados previamente
con la pretensión de transmitir unas ciertas capacidades
mentales a la rata receptora. Si se confirmasen estos experimentos,
lo que dudo mucho, podría empezar a
pensarse en una especie de parapsicología molecular
(El énfasis es
nuestro.)
Supongo que si aún viviese D. Alberto Sols, él
mismo se habría encargado de actualizar estos datos,
en vista de lo proclives que son los pa-
P-35
rapsicólogos a imaginar apoyos experimentales donde
no los hay, pero su pérdida tampoco disculpa a los
editores de este Boletín por dejar caer ciertos datos
sin molestarse en averiguar si ha ocurrido algo
nuevo en este área desde 1977, sobre todo tratándose
de una afirmación tan extraordinaria. Un asterisco
y varias líneas habrían servido para probar
su buena disposición a informar objetivamente a los
lectores habituales de este Boletín. Pero una vez
más nos decepcionan y tendremos que ser nosotros
(los críticos, que les hacemos perder el tiempo),
quienes corrijamos sus datos y sus abusos de interpretación.
En primer lugar, entre la utilización de RNA con
planarias entrenadas y el aislamiento de ciertos péptidos,
como la escotofobina, se obvia un dato fundamental: que
en 1966 Byrne y 22 autores más pertenecientes a otros
tantos laboratorios comunicaron en Science haber obtenido
resultados negativos en experimentos de transferencia de
memoria y resultados igualmente negativos aparecieron utilizando
mamíferos (ratas) como sujetos experimentales (5).
En cuanto al aislamiento de ciertos péptidos (escotofobina,
ameletina...) y posterior administración a animales
receptores, Sols aludía sin duda a los trabajos de
Ungar (6) y otros, sobre los cuales se han vertido numerosas
críticas:
- Ninguno de estos experimentadores comunicó un procedimiento
por el que sus resultados pudieran ser repetidos sistemáticamente
en otros laboratorios;
- Existían dificultades en demostrar que sus datos
eran debidos específicamente a una manipulación
de memoria y no, por ejemplo, a un compuesto químico
reductor del estrés o tranquilizante:
- Gaito (7) incidió en que estos péptidos,
como ocurre con las proteínas en general, debían
tener dificultades en atravesar la
barrera hematoencefálica, al ser inyectadas intraperitonealmente,
pero Ungar, al parecer, encontró escotofobina en
el cerebro, poco después de ser administrada:
- Los efectos comportamentales (sobre la memoria) se seguían
manifestando en animales cuando el material transferido
ya no era detectable en los cerebros.
Por todo ello, siguiendo a Guillamón Fernández
(5) la mayoría de los expertos en aprendizaje y memoria
no aceptan como válidos y reales los resultados obtenidos
utilizando métodos de transferencia.
Pero ignoremos la realidad y supongamos que en el futuro
se encuentra una influencia directa entre los péptidos
de un organismo sobre la memoria de tareas concretas de
otro organismo, ¿probaría eso la existencia
de un puente entre la biología molecular y la parapsicología?,
¿podría empezar a pensarse en una especie
de parapsicología molecular?... ¡De ningún
modo! A lo sumo se
modificarían nuestros conocimientos actuales sobre
la barrera hematoencefálica o se ampliarían
los que ya existen sobre las bases bioquímicas de
la memoria (que desde hace tiempo siguen la línea
de
detección de aumentos de RNA sinaptosomal en el hipocampo
y áreas subcorticales).
Es triste comprobar que tantas energias, tiempo y dinero
no se saben invertir en algo más productivo que en
recoger opiniones particulares
de ciertos científicos vertidas sobre datos desfasados.
Las revistas del género pseudo son también
tributarias de esta clase de desinformación que consiste
en hacer alusión a ciertos estudios o ciertos científicos
que han descubierto las bases neurológicas de
la telepatía o una nueva conexión entre neuronas
que explicaría las formaciones ectoplásmicas.
Cierto es que de la conferencia de D. Alberto Sols se podían
sospechar estudios más reales, sin embargo, la conferencia,
como los programas de TV y las revis-
P-36
tas o libros de divulgación (8) no pueden ser fuente
de datos para ninguna comunidad de investigadores que se
precie.
HANS BENDER, LA OUIJA Y EL ANALFABETISMO MATEMÁTICO.
El boletín de la CIFA dedica algunas páginas
a la biografía de Hans Bender. Toda una figura entre
los parapsicólogos entendidos, que quizá
ignoren muchos lectores de LAR. Sirva como dato recordatorio
que nuestro entrañable Argumosa (9) cita a menudo
haber sido alumno suyo
en la Universidad de Friburgo.
Al parecer, H. Bender inauguró en 1950 un Instituto
de Parapsicología (Instituto de Psicohigiene y Áreas
Limítrofes de la Psicología, ofi-
cialmente), adscrito a la Universidad de Friburgo, lo que
consiguió gracias al apoyo financiero de la propia
universidad y a una generosa donación privada. En
este Instituto permaneció como director, ejerciendo
la docencia hasta su muerte (1991). Además -nos dice
el texto- fue profesor titular de Psicología y Parapsicología
en la misma
Universidad, cátedra que en 1975 cedió al
Dr Johannes Mischo (sí, yo también me pregunto
como un profesor titular puede ceder la cátedra
a nadie...)
Bender estudió Psicología, Filosofía
y Romanística, graduándose en 1933 en la Universidad
de Bonn, pero a partir del año 1946 se dedicó
a fundar un Instituto de Parapsicología. ¿Qué
llevó a Hans Bender a interesarse por los fenómenos
paranormales? No fue ningún dato experimental, fueron
ciertas experiencias personales con la ouija y varias coincidencias
premonitorias en distintos momentos de su vida.
El tema de la ouija debería quedar ya superado entre
los parapsicólogos españoles actuales desde
el momento en que se publica un articulo desenmascarador
de J.L. Jordán Peña sobre este asunto en el
número de Psi Comunicación parejo a este mismo
Boletín que recoge la biografía de Bender.
Sin embargo, no hay que creer mucho en la capacidad de aprendizaje
de los expertos en este campo, vista la línea editorial
de Psi Comunicación que parece empeñada en
no hacer avanzar el nivel de conocimientos de sus lectores,
dándoles una de cal y otra de arena. En este caso,
el artículo Indicación de presencia de espíritus
compensa con creces el escepticismo que hayan podido aprender
con el anterior. Por increíble que parezca, en él
se enseña
la técnica de elaboración de un detector de
espíritus, técnica basada en el supuesto de
que el espíritu provoca un descenso brusco de la
temperatura ambiente. El artículo empieza de una
forma tautológica (No todos los fantasmas son iguales,
ni todos los fantasmas son lo mismo), con lo que es difícil
no estar de acuerdo. Pero hay que tener el
cerebro muy vacío de datos físicos elementales
(o simplemente de dos neuronas bien conectadas) para aceptar
toda la argumentación que sigue a la tautología.
Bien es verdad que los autores se esfuerzan en darle una
apariencia científica, nada más y nada menos
que escribiendo la ecuación de Planck en el texto.
Pero si en 1992 una experiencia personal con la ouija no
debiera convencer a un parapsicólogo bien informado
de la existencia de fantasmas, ¿podría hacerlo
una experiencia personal de sueños premonitorios
o cierta coincidencia en el tiempo de sucesos imaginados
y vividos?...
Hasta hace pocos años la investigación de
estos casos quedaba al margen de la psicología académica,
no por miedo a conocer la verdad de
las cosas, como sugiere J.A. Huerga Astorga Psi Comunicación
(1991, p. 89) sino por hallarse implicados desde el principio
dos problemas que afectan a la misma posibilidad de investigación
en laboratorio: difícil manipulación experimental
y testigos únicos.
No obstante, en los últimos años han aparecido
una serie de trabajos que aportan explicaciones racionales
sobre los fenómenos y sobre la
creencia, o más bien, superstición, que da
lugar a la investigación parapsicológica.
En este sentido, y antes de pa-
P-37
sar a citar algunas de estas obras, quisiera aclarar al
Sr. Huerga Astorga que se equivoca cuando dice que la Parapsicología
camina al lado de otras ciencias (Física, Química,
Psicología, Biología, etc.) que le suministran
datos imprescindibles y a las que aporta nuevos hallazgos
(Psi Comunicación, 1991, p. 88). En primer lugar
porque
la Parapsicología, en tanto actividad que desarrollan
quienes se llaman a sí mismos parapsicólogos,
no ha aportado un sólo dato que se pueda llamar científico
más allá de los círculos en los que
éstos se
mueven. Y en segundo lugar, porque tanto los parapsicólogos
como sus sujetos experimentales han quedado ya absorbidos
por el área de la Psicología que estudia las
experiendas anómalas, la cual se nutre de información
escéptica en lo que afecta al investigador creyente
y en lo que afecta al sujeto o fenómeno paranormal.
En esta línea de
investigaciones recientes se sitúan, entre otros,
los trabajos de los psicólogos Graham Reed en su
obra The Psychology of Anomalous Experience, David Marks
y Richard Kammann en The Psychology of the Psychic, James
E. Alcock en Science and Supernature, Robert A. Baker en
They Call it Hypnosis o Terence Hines en Pseudosciences
and
the Paranormal (10).
Personalmente creo -y la biografía de Hans Bender,
Freud o Jung lo confirman- que buena parte del contenido
de estas experiencias anómalas que se recopilan y
citan una y otra vez desaparecerían
con la literatura para si se generalizase una adecuada formación
en el área de las matemáticas que recoge la
probabilidad de sucesos, así como en el área
de la psicología que estudia la percepción
subjetiva de dichas probabilidades y los mecanismos de transferencia
de la memoria.
Supongo, también, que de existir un buen entrenamiento
en estos asuntos, el Ministerio de Economía no recaudaría
una sola peseta en concepto de lotería, e indirectamente,
otros juegos de azar, pero, de
todas formas, no me resistiré a sugerir a los parapsicólogos
una última lectura en relación con este tema:
El hombre anumérico. El analfabetismo matemático
y sus consecuencias, de John Allen Paulus
(en editorial Tusquets, Barcelona, 1990). Quedará
claro entonces que no es que el responsable de la Expo tenga
mala pata: es que, aumentando el número de oportunidades
(acontecimientos), aumenta también la probabilidad
de coincidencias desafortunadas. Añádase a
esto los efectos de la atención selectiva y verán
qué fácilmente se
obtiene lo que se busca. Elemental, querido Perera.
¿SON LOS PARAPSICÓLOGOS LOS MÁRTIRES
CIENTÍFICOS DEL SIGLO XX?
Para entender este punto hay que tener claro qué
opinión les merece la ciencia y los científicos
a los que dicen investigar fenómenos paranormales.
De entrada, la ciencia se ve como un conjunto de conocimientos
que cambian con el tiempo, al extremo de que lo que hoy
se da por cierto y válido, mañana puede no
serlo en absoluto. Los científicos de una época
concreta no tienen idea de la evolución histórica
de cada una de sus ciencias y se empeñan -como policías
o políticos conservadores- en defender los presupuestos
de su época, rechazando incluso con violencia las
ideas que puedan echar abajo el estado actual de sus conocimientos.
Muchas cosas contribuyen a retroalimentar estas creencias,
que enseguida se demostrarán falsas, pero voy a destacar
sólo dos:
- El mal uso de los ejemplos históricos por parte
de personas que se suponen bien documentadas.
- El desconocimiento o la mala asimilación de ciertas
leyes esenciales de la naturaleza.
En este apartado nos limitaremos al primer punto y para
no salirnos del tema central, que son los contenidos de
las últimas publicaciones
de la SEDP, centrémonos en
P-38
lo que dice J.A. Huerga Astorga en su artículo Parapsicología
vs. magia (Psi Comunicación 1991, p. 89}:
Hombres a los que la humanidad debe cuanto en la actualidad
posee, sólo recibieron en pago la incomprensión
e ingratitud de sus
contemporáneos: Descartes, Galileo, Roger Bacon,
Raimundo Llul, Miguel Servet y tantos otros, sufrieron persecución
e incluso la muerte, unas veces por el brazo secular y otras
por el religioso de esa "oficialidad" detentadora
del poder a quien Thomas Hobbes llama "El Gran Leviatán".
Newton fue ridiculizado en sus tiempos; Max Planck, tachado
de loco y marginado por sus mismos compañeros de
la Universidad cuando proclamó su Teoría de
la Relatividad; y Herbert Marcuse, en tiempos bien recientes,
fue expulsado de la universidad de
Berkeley por el "delito" de sostener que los logros
técnicos no deberían monopolizarse en beneficio
de unos pocos. No hay que extrañarse, pues, de que
la parapsicología encuentre dificultades por parte
de la Ciencia tradicional, para instalarse en el lugar que
le corresponde.
Como puede observar un lector mínimamente culto,
los ejemplos del texto están mal traídos por
distintas razones. Unos no se ajustan ni de lejos al papel
de herejes de la ciencia según sus contemporáneos
(Bacon, Descartes, Newton); otros, además de no ajustarse
a ese papel, contienen datos históricos falsos (Planck,
Marcuse); el ejemplo del
Doctor Iluminado (Llul} es irrelevante porque no ha lugar
hablar de ciencia moderna en el siglo XIII; y un último
grupo que en realidad debería usarse contra quienes
pretenden imponer criterios ajenos a
la ciencia para determinar lo que debe aceptarse y lo que
no (Galileo, Servet).
Newton y Planck desarrollaron teorías importantísimas
en el terreno de las ciencias físicas y en razón
de esa importancia, pasaron las cuarentenas experimentales
que impone la comunidad científica antes de reconocer
cualquier nueva aportación, tanto más cuanto
más importantes o extraordinarias sean éstas.
Pero ninguno de éstos vivió el rechazo de
los focos del saber en sus épocas respectivas, ni
es lícito confundir con eso la rivalidad de teorías
o escuelas que se produce a menudo dentro de un mismo campo
de conocimientos.
Todos ellos, con sus diferentes aportaciones, ganaron prestigio
académico internacional en el curso de sus propias
vidas. Bacon y Newton incluso ostentaron cargos políticos
dentro de su país. Descartes era clérigo y,
a pesar de que dudaba de todo, ni siquiera le excomulgaron.
Planck recibió e1 Premio Nobel de Física en
1918, disponiendo de un cuarto de siglo
P- 39
más para disfrutarlo en vida y, evidentemente, su
relación con la Teoría de la Relatividad no
es la de inventor. En cuanto a Marcuse, me cuesta mucho
creer lo de su expulsión de la Universidad de Berkeley,
sobre todo porque fue profesor en Harvard, Boston y San
Diego; pero no en Berkeley. Otra cosa bien distinta es que
a Marcuse le expulsaran físicamente los antidisturbios
del campus de esa Universidad, lo que es más probable,
dada su faceta de ideólogo del movimiento estudiantil
de los 60 y su conocida afición por las manifestaciones;
aunque puestos a dar ejemplos cargados de razones extracientíficas
de tipo político, Carlos Marx habría sido
un ejemplo mucho más impactante para sus jóvenes
lectores, que todavía se estarán preguntado
quién era Marcuse. De cualquier forma, nos ha regalado
una buena muestra de lo que apuntábamos más
arriba respecto a las ideas preconcebidas de los parapsicólogos
que, entre otras cosas, imaginan a los científicos
disfrazados de policías.
Por último, Galileo y Servet, ha de quedar muy claro
que fueron condenados por razones extracientíficas
y que, curiosamente, razones de esta misma clase son las
que presentan los parapsicólogos como único
argumento cuando insisten en que la comunidad científica
ha de reconocer a la Parapsicología entre las ciencias
normales.
Pero esta visión de los científicos como censores
y represores de ideas científicas revolucionarias
no es patrimonio exclusivo de los que se dedican a investigar
fenómenos paranormales. Por una suerte de contagio
entre grupos de riesgo, los expertos en ufología
nos dan también buenos ejemplos de manía persecutoria
y no hace falta salirse de las publicaciones de la SEDP
para verlo.
El Boletín de la CIFA dedica varias páginas
en su último número para hablar de los Transient
Lunar Phenomena (TLP), una especie de luminiscencias puntuales
que aparecen en la superficie lunar. El artículo
nos parece normal hasta que leemos las hipótesis
explicativas sobre el fenómeno. Cuatro de ellas aluden
a razones físicas -aunque no nos dicen que la más
aceptada entre los científicos lo es por razones
geofísicas que encajan perfectamente con las observaciones
(11)- y la quinta es ufológica, ¿adivinan
cuál?... Los TLP pueden entenderse como resultado
de una cierta actividad extraterrestre, hipótesis
que cobra
sentido al conocerse las presuntas conversaciones censuradas
por la NASA entre los astronautas del APOLO y ésta.
Hagamos un inciso para recordar que en ufología se
habla también de bases secretas que nos ocultan los
gobiernos, quienes, no contentos con tener a los científicos
y a los extraterrestres trabajando para ellos, a menudo
contratan psíquicos como espías para averiguar
los puntos débiles del enemigo... Y toda esta actividad
de censura y
ocultación de datos y contratos, ahí esta,
sin embargo, para que periodistas-ufólogos aspirantes
al Premio Pulitzer y expertos de formación desconocida
nos lo cuenten una y otra vez. ¡Qué poco secretas
resultan las secretísimas bases de la NASA y qué
mal hacen su trabajo las agencias de inteligencia permitiendo
que se filtren sus archivos mejor guardados hasta en la
prensa menos seria del mercado internacional!
Pero sigamos con el artículo de los TLP: En resumen,
el misterio sigue ahí, esperando ser desvelado y
mucho nos tememos que la última de las hipótesis
es la de menos peso, aunque a muchos les gustara que no
fuera así. Es decir, después de que existen
varias hipótesis perfectamente razonables, el misterio
sigue ahí y parece que los autores temen que la última
de las hipótesis sea la de menos peso,
pero no nos dicen por qué, de cinco explicaciones
posibles, las personas racionales tienen que dar más
peso a la fantasía.
Por último y para que se cuide más el buen
uso del lenguaje, ¿a muchos les gustara que no fuera
así se refiere a que a muchos les gustara que no
fuera así lo del poco peso de la hipótesis
ufológica o que a esos muchos les gustara que no
fuera así lo del
P-40
temor porque esa hipótesis sea la de menos peso?...
El asunto cambia bastante, desde luego.
La confusión, sin embargo, permanece ahí,
para que el lector propenso a creer pueda añadir
un ejemplo más en sus propias charlas de contubernios
políticocientíficos contra nuestros
mártires más queridos.
EL MÓVIL PERPETUO Y LAS MENTES ABIERTAS
En el apartado anterior hemos dejado apuntado el tema del
desconocimiento o la mala asimilación de ciertas
leyes esenciales de la naturaleza, al hablar de las razones
que explican la visión de la
ciencia como un cúmulo de conocimientos que cambian
con el tiempo sin conexión entre ellos.
Así lo expresaba J. L. Jordán Peña
en su artículo Cómo puede Vd. doblar metales
sin tocarlos (12)
Existe la falacia popular del cambio sencillo de paradigma.
Einstein "habría sustituido" a Newton.
Algo así como si hubiera cogido un palo el bueno
del autor de la Relatividad y golpeado sin misericordia
todas las fórmulas matemáticas de la Mecánica
Clásica, haciéndolas puré.
Pues no... lo que hizo el genial Einstein es ampliar esa
fórmula a velocidades muy altas, cercanas a la luz.
Este artículo, publicado en la revista de la SEDP
del año 90 no impide que, al tiempo de su publicación,
su Presidente Sr. Ramos Perera, vuelva a recurrir a esta
falsificación histórica para justificar la
legalidad de la investigación de fenómenos
paranormales en un programa de televisión (13). Nos
hallamos nuevamente ante un ejemplo de estancamiento mental
que prueba la inutilidad de la esquizoide política
editorial que se jacta de tener la SEDP.
Pero la idea de una ciencia que avanza a saltos, atravesando
sucesivas revoluciones internas hasta que se consolida la
llegada de la nueva
teoría y pasa a ser admitida por todos, se la debemos
en último término a la popularidad de cierta
Filosofía de la Ciencia (Kuhn, Feyerabend) que parece
inspirarse en las fases primitivas de una ciencia (por ejemplo,
en la Psicología del siglo XX) para generalizar a
todas las demás en su estado evolucionado y acabar
vendiendo la propaganda de en principio, todo vale.
Quizá por esta razón Kuhn ha tenido una gran
influencia entre los psicólogos y tan poca entre
los físicos, que ven más adecuada a su realidad
la Filosofía de Toulmin, según la cual el
progreso científico
vendría dado por la resolución de los problemas
que van surgiendo dentro del cuerpo de conocimientos propio
de cada época (14).
Un ejemplo que utiliza Gustavo Bueno cuando le hablan de
la posibilidad de fenómenos extraños, que
violan una a una todas las leyes de la Física, es
el del móvil perpetuo. Y es verdad que, siguiendo
a Toulmin, la búsqueda de fenómenos paranormales
se nos asemeja mucho a la del móvil perpetuo (lo
que a veces convierte el verdadero escepticismo en una especie
de norma autodisciplinaria
dentro de las asociaciones que se califican de escépticas).
La
Termodinámica nos dice que no es posible un móvil
perpetuo, sin embargo, a lo largo de la historia, muchos
hombres invirtieron sus esfuerzos en intentar desarrollarlo.
Se puede decir, como hoy se dice de quienes quieren creer
en la existencia de fenómenos paranormales, que estos
hombres eran hombres de mente abierta porque no rechazaban
nada a priori, pero las personas de mente cerrada tenían
razon.
Moraleja: No se debe confundir nunca mente abierta con ignorancia
so pena de acabar haciendo el ridículo.
¿QUIÉN PIERDE AQUÍ EL TIEMPO?
Al principio vimos que en
P-41
sus publicaciones los parapsicólogos manifiestan
estar hartos de que se cuestione la utilidad de su trabajo,
porque pierden demasiado tiempo explicando las razones y
ello va en detrimento de sus investigaciones.
Quizá, las asociaciones escépticas que han
surgido en diferentes países durante las últimas
décadas les han obligado, efectivamente, a contestar
críticas que hasta entonces nadie les vertía,
pero que, sin embargo, han servido -y mucho- para aclarar
a quienes lo tenían confuso cuál es el soporte
científico de las pretensiones de lo paranormal.
Pienso, de todas formas, que la gran pérdida de tiempo
hay que analizarla según lo dicho en el apartado
anterior. La ignorancia, los conocimientos científicos
mal asimilados, el deseo de llegar a la
categoría de genio por la vía rápida,
sustituyendo el período de formación por intuiciones
inspiradas en revistas de divulgación (15), o todo
ello unido, ha dado lugar a una sorprendente comunidad de
partidarios en móviles perpetuos, que ha obligado
a los verdaderos genios y (ahí están los premios
Nobel, fellow del CSICOP, para demostrarlo) a perder un
poco de su valiosísimo tiempo intentando aclarar
al público en general quién es qué
en este circo.
Y no sé si el tiempo de quienes escribimos La Alternativa
Racional es tan valiosísimo como el de estos genios,
pero nosotros estamos aquí con el mismo propósito
que ellos y creo, en realidad, que no estaremos perdiendo
el tiempo mientras consigamos que algunos empiecen a invertir
el suyo a partir de ahora en algo menos ilusorio que un
móvil perpetuo.
NOTAS PARA EXIGENTES Y CURIOSOS
(1) José Luis Jordán Peña afirma estar
en la línea de ARP completa y radicalmente, sin embargo,
al momento de escribir esto, aún no ha dejado la
SEDP.
(2) En alusión a la mala pata del Sr Yáñez,
al qne se le hunden los barcos nada más inaugurarlos,
se le incendian los pabellones, se tropieza por las escaleras
al subir al avión, etc. (programa La Clave, Antena
3, 13/3/92)
(3) Alexander Kohn (l984): Falsos profetas. Fraudes y errores
en la
ciencia. Pirámide. Col. Ciencia Hoy,. Madrid. 1988.
Eysenck/Kamin (1989, ed. española): La confrontación
sobre la inteligencia. Ed. Pirámide. Lewontin, Rose
y Kamin (l984): No está en los genes. Ed. Crítica,
nº l68. Barcelona, 1987.
(4) Martin Gardner (1983): Orden y sorpresa. Alianza Editorial.
Col. Libro de Bolsillo. nº 1255. Madrid, 1987.
(5) Antonio Guillamón Fernández (1984): Fundamentos
biológicos de la conducta. Tomo II (Aprendizaje y
Memoria: Procesos químicos intracelulares y sinápticos).
UNED.
(6) G. Ungar (1975). Peptides and Behavior. Rev. Neurobiology,
l7: 37-60.
(7) J. Gaito (1976). Molecular psychobiology of Memory:
Its
appearance, contributions and decline. Psychological Psychology.
4 (4). 476-484.
(8) En el capítulo bibliográfico, el Boletín
de la CIFA mezcla literatura etnográfica y tratados
pseudocientíficos de siglos pasados,
mientras que PSI Comunicación apuesta directamente
por este último género; aunque eso sí,
algo modernizado: Gaia. El poder mágico de la Luna.
Así hablan las manos, etc. (a ninguno de sus autores
se los disputará el M.I.T. ni el Carnegie Hall).
A veces, por fijarse más en los títulos sensacionalistas
que en la credibilidad de sus contenidos,
cometen deslices, de otro modo incomprensibles: así
ocurre, por ejemplo, con la reseña del libro de Karlheim
Descher Opus Diaboli, no más diabólico que
el clásico ¿Por qué no soy cristiano?
de B. Russell...
(9)El parapsicólogo español que más
se prodiga en medio (le recordarán por su aspecto
de dandy inglés). Es conocido por sus psicofonías
de único testigo -él, en su casa-, de las
que lleva hablándonos desde los tiempos en que mis
profesores eran estudiantes universitarios.
(10) Todos ellos en la editorial norteamericana Prometheus
Books:
59 John Gleen Drive. Amherst, New York l4228-2197. USA
(11) En efecto. Estos fenómenos no se producen de
forma esporádica como dice el Boletín de la
CIFA. Suelen presentarte en los bordes
de los grandes mares y en las regiones donde abundan las
fallas,
cuando la luna se encuentra en el perigeo (punto de la órbita
en
que la Luna y la Tierra están mas cerca), lo que
invita a pensar en
deformaciones provocadas por la atracción gravitatoria
terrestre, o
P-42
fuerzas de marea que se liberarían en forma de seísmos.
(12) Psi Comunicación. 1990, 31-32, p.49. Remitido
gentilmente por su autor a la Secretaría de ARP.
(13) Prog. A través del espejo, TVE 2. 25/1/91.
(14) Stephen Toulmin (1972): La comprensión humana
I. El uso colectivo y la evolución de los conceptos.
Alianza Editorial. Madrid, 1977.
(15) Recuerden el chiste del Skeptical Inquirer, portada
del nº 12 de La Alternativa Racional, en el que un
señor con bata blanca y cara de grandes expectativas
iba introduciendo en el embudo de una extravagante máquina
paranormal una serie de etiquetas: función ondulatoria,
taquiones, Principio de Incertidumbre de Heisemberg, Teorema
de Bell; mientras en el output de este ingenio mecánico
iban saliendo otras tantas etiquetas: telequinesis, clarividencia,
telepatía... Pues eso.
P-43
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DESDE EL SILLÓN ESCÉPTICO, RECOMENDAMOS:
Luis Alfonso Gámez
LIBROS
Carballal, Manuel: Secuestrados por los ovnis. Edita Espacio
y Tiempo (Col. "Biblioteca Básica de Espacio
y Tiempo"). Madrid 1992. 127 páginas. Resulta
imposible decir algo positivo de este engendro perpetrado
por uno de los jóvenes ufólogos españoles
que más parabienes recibe de la vieja guardia. Secuestrados
por los ovnis demuestra que, cuando Manuel Carballal y sus
colegas acusan a los escépticos de no conocer el
tema de los platillos volantes, lo hacen con la esperanza
de que los críticos de la ufología adolezcan
del mismo defecto que los aprendices de correcaminos, una
ignorancia
supina. Y no es así. La lectura de este libro resulta
edificante para el escéptico, que puede llegar a
decir: "¡Si éste es uno de los jóvenes
valores de la ufología española, que me pongan
una docena al otro lado del ring!". Aún así,
el combate sería desigual. La credulidad del perseguidor
de ovnis gallego no tiene límites y su ignorancia
de la literatura seria sobre la materia resulta preocupante.
Conceder algún crédito a las historias de
Betty Hill y Travis Walton es algo propio de un indocumentado.
Por desgracia, la joven ufología española
ha decidido seguir los pasos del peor periodismo, el que
elimina aquellos argumentos que no están de acuerdo
con sus intereses. Secuestrados por los ovnis es la obra
ideal para
calzar la pata coja de una mesa, aunque igual no sirve ni
para eso.
Randi, James: Psychic Investigator in Search of the Supernatural.
Boxtree. Londres 1991. 159 páginas. "Aquéllos
que creen sin razón
no pueden ser convencidos por la razón". Esta
máxima de James Randi, que debería estar en
el despacho de todo escéptico, figura en las primeras
páginas de este interesante libro del ilusionista
canadiense. A falta de una detenida lectura, puede decirse
que, posiblemente, Psychic Investigator in Search of the
Supernatural no aporta nada
nuevo a la obra de Randi. Sin embargo, el interés
del libro, resumen de una serie de programas que el autor
hizo para la Granada Television en 1991, radica en que bastan
pocas páginas para que el lector se haga una idea
del estado de la cuestión en campos marginales como
la astrología, espiritismo, telepatía...
ARTÍCULOS
Aguirre de Cáncer, Alberto: "La NASA reanuda
la búsqueda de vida inteligente en el espacio".
Abc (Madrid), 7 de Octubre de 1992.
"Una entre un millón. Ésta es la posibilidad
de éxito que los propios responsables del programa
SETI creen tener. Pese a ello, dedicarán diez mil
millones de pesetas y diez años de trabajo a la búsqueda
de civilizaciones alienígenas". Así comienza
este re-
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portaje de Alberto Aguirre de Cáncer, en el que
el autor se centra sobre todo en la polémica levantada
par el alto coste del proyecto de detección de señales
de inteligencias extraterrestres que se puso en marcha el
pasado 2 de octubre. Lo cierto es que las posibilidades
de encontrar vida inteligente extraterrestre son pocas;
pero y si nos topamos con ellos...
Benítez, Juan José: "Ovnis en El Escorial".
Espacio y Tiempo (Madrid), Nº 20 (Octubre 1992). 48-56.
La sabiduría popular dice que todo vale en el amor
y en la guerra. Está claro que, después de
la polémica sobre el seminario de ovnis de la Universidad
Complutense de Madrid, lo que Juan José Benítez
siente por los integrantes de ARP no es lo
mismo que sentía Romeo por Julieta. El novelador
navarro habla de "campaña difamatoria"
y dice que los críticos han utilizado contra él
"la injuria y la descalificación personal";
confunde a ufólogos de "la línea crítica"
con escépticos, y mete a todos los que no comulgan
con sus escritos en el mismo saco. Para empezar, no hace
falta recurrir a la injuria ni a nada parecido a la hora
de poner en su sitio a quien no tiene ni idea de lo que
es la ciencia y se limita a creerse todo aquello que le
cuentan con un mínimo análisis crítico.
En segundo lugar, está bien que Benítez venda
a su público gato por liebre, pero a quien esto firma
no se la da con queso: Joan Plana Crivillén, señor
Benítez, no es un escéptico, es un ufólogo
y punto. Por último, Félix Ares, Javier Armentia,
Mercedes Quintana, Manuel Toharia y muchas otras personas
son miembros de ARP; pero Luis Alfonso Gámez no y
cuando se manifiesta acerca de algo en público lo
hace siempre a título personal.
Efe: "Una sentencia afirma que no es preciso el título
de médico para ejercer la medicina naturalista".
La Vanguardia (Barcelona), 21 de Octubre de 1992. Una sentencia
de la sala segunda del Tribunal Supremo, publicada en la
revista La Ley, establece que no es necesario ser médico
para pasar consulta de medicina naturista, practicar técnicas
de acupuntura y efectuar sesiones de rayos láser.
El texto dice que el término de medicina alternativa
se aplica a aquellas prácticas sanitarias que, por
no estar fundadas en el método científico
experimental, ni se enseñan en las facultades de
medicina españolas ni se hallan comprendidas entre
las especialidades médicas de las universidades.
La controversia está servida; pero no puede negarse
que el modo de pensar del juez es consecuente con el de
muchos críticos de estas prácticas. ¿Acaso
no es lógico que si las medicinas alternativas no
tienen nada que ver con la ciencia, pueda practicarlas cualquiera?
De la misma manera que el curandero analfabeto de turno
no tiene titulo, ¿por qué tiene que tenerlo
el acupuntor, porque a su consulta va gente de otro extrato
social?
Fernández Ardanaz, Santiago: "Evadir impuestos
y consultar horóscopos son pecado, según el
nuevo catecismo". El Correo Español- El Pueblo
Vasco (Bilbao), 24 de septiembre de 1992. La Iglesia Católica
no podía
dejar pasar la oportunidad de dar la nota en el año
del quinto centenario del descubrimiento de América.
El Vaticano no sólo mira hacia atrás, sino
que está dispuesto a retroceder cinco siglos. Cuando
la Iglesia censura la evasión de impuestos, la corrupción
política, la calumnia o los actos de violencia sexual,
no hace algo que no hagamos
la mayoría de los ciudadanos. Al margen de credos,
la gente desprecia ese tipo de actitudes. Ahora bien, sólo
mentes cerriles son capaces de tildar de pecados o de actitudes
que merezcan el desprecio social a las uniones no matrimoniales,
e1 divorcio, el aborto, la homosexualídad, la eutanasia
o la masturbación. Esa actitud inquisitorial respecto
a todo lo que huela a sexo se debe a que la cúpula
vaticana tiene el cerebro detrás de la bragueta.
Sin embargo, por esperados, esos pecados no han sorprendido
a nadie. Lo sorprendente ha sido que, para acabar con la
competencia, los curas han decidido que leer
P-46
el horóscopo, consultar adivinos y ser supersticioso
es pecado. ¿No es una superstición santiguarse
al salir a a calle? ¿No es una superstición
llevar un crucifijo en el pecho?
Gómez, Joan Martí: "Los científicos
buscan a Nessie". Ciencia y Tecnología. Suplemento
de La Vanguardia (Barcelona). Nº 143 (17 de Octubre
de 1992). 3-4. Una investigación científica
en el lago Ness, la mayor concentración de agua fresca
del Reino Unido, le sirve al autor para intercambiar impresiones
con Anthony Preston, director del proyecto Urquarth, sobre
el mítico monstruo. "Lo primero que tuvieron
que vencer las instituciones que participaban en la investigación
-recuerda Preston- fue el miedo a verse envueltas por la
prensa en un proyecto para buscar al monstruo. Siempre que
un científico se mete a investigar el lago, lo que
llega a la opinión pública es que se está
buscando a Nessie, y esto es un problema embarazoso para
cualquier científico". La última búsqueda
de Nessie a gran escala, llamada Operación Escrutinio
en Profundidad, no obtuvo ningún resultado positivo,
a pesar de que los cazadores de monstruos se las prometían
muy felices. Por fortuna, el proyecto Urquarth no persigue
a Nessie y por eso quizás ha tenido tantos problemas
con el monstruo.
Gómez, Joan Martí: "Anthony Preston:
En el lago no hay túneles que desemboquen en el mar".
Ciencia y Tecnología. Suplemento de La Vanguardia
(Barcelona). Nº 143 (17 de Octubre de 1992), 4. El
director del proyecto Urquarth reconoce que la leyenda del
"monstruo ha alejado del lago Ness a muchos científicos
serios, que no han querido que su carrera terminase en las
primeras páginas de los diarios sensacionalistas,
presentándolos como los cazadores de Nessie".
Preston, que se muestra cauto a la hora de manifestarse
sobre la posible existencia del monstruo, concluye diciendo
que "si alguien ,me pregunta si Urquarth será
el proyecto definitivo que destruirá para siempre
la leyenda del monstruo del lago Ness, siempre contestaremos
que no podemos destruir una leyenda y que tampoco podemos
probar concluyentemente que Nessie no existe, sin vaciar
el lago. Y puedo garantizarle que no tenemos intención
de sacar del lago sus 260 millones de metros cúbicos
para ver si encontramos a Nessie".
Guijarro, Josep: "Ovnis en la Universidad". Karma
7 (Barcelona). Nº 240 (Noviembre 1992), 66-68. El ufólogo
catalán hace un panegírico de todos y cada
uno de los charlatanes que se dieron cita en el curso de
verano sobre ovnis de El Escorial y pone a los escépticos
en su sitio. Es decir, los llama "inquisidores",
"recalcitrantes negadores" y otras lindezas. Cómo
no, aprovecha la oportunidad para salir en la foto con Juan
José Benítez, que se ha constituido en una
especie de padre espiritual para todos aquellos que quieren
rentabilizar su dedicación a los ovnis. Guijarro
es otro de esos valientes que, al igual que su maestro,
evita todo posible debate directo con escépticos
conocedores del tema de los platillos volantes.
Nieves, José Manuel: "¿Hay alguien ahí
fuera?". Blanco y Negro (Madrid), Nº 3.823 (4
de Octubre de 1992), 70-76. La científica jefe
del proyecto de Barrido por Microondas de Alta Resolución
(HRMS) Jill Tarter, asegura que "realizaremos una búsqueda
mayor en el primer minuto de esta primera etapa que la efectuada
en los últimos treinta
años". El proyecto de la NASA, que se prolongará
durante diez años, dispondrá de un presupuesto
de 10.000 millones de pesetas.
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ALTERNATIVA RACIONAL A LAS PSEUDOCIENCIAS
La asociación Alternativa Racional a las Pseudociencias
(ARP) trata de fomentar la nvestigación crítica
de las supuestas manifestaciones de lo paranornlal y los
hechos presuntamente situados más allá de
los limites de la ciencia siempre desde un punto de vista
racionalista,
científico y responsable, y dar a conocer los resultados
de tales investigaciones a la comunidad científica
y al público en general.
Para alcanzar estos objetivos, la asociación:
1.Mantiene un equipo de personas interesadas en examinar
criticamente las supuestas manifestaciones de lo paranormal
y los hechos situados más allá de los limites
de la ciencia.
2.Está en contacto con asociaciones similares de
todo el mundo, estableciéndose para cada caso el
tipo de relación que se estima convemente.
3.Propicia y encarga investigaciones a estudiosos objetivos
y neutrales de las áreas que sea necesario.
4.Prepara bibliografías de materiales publicados
que analizan cuidadosamente los temas objeto de estudio.
5.Publica artículos, revistas, monografías
y libros que examinan las supuestas manifestaciones de lo
paranormal y los hechos presuntamente situados más
allá de los límites de la ciencia.
6.Organiza conferencias y simposios, y asiste a los medios
de comunicación para ponerse en contacto con la opinión
pública.
7.No rechaza los hechos a priori, antes de investigarlos,
sino que los examina objetiva y cuidadosamente antes de
manifestarse al respecto.
Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP) es una entidad
cultural y científica sin ánimo de lucro.
La Alternativa Racional es el órgano informativo
oficial de la asociación.
ALTERNATIVA RACIONAL A LAS PSEUDOCIENCIAS
Apartado de Correos 17026- 28080 MADRID
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