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La Alternativa Racional

Número 40

 

LA ALTERNATIVA RACIONAL

N°40- 3/1996

Teorema de inconsistencia de la acción astrológica
Alfonso Ramón /Elba Tellechea Los principios básicos de la astrología son incompatibles con los más elementales conoci­mientos de la física, conduciendo a absurdos cuando se aplican conjuntamente.
Los colegios médicos colaboran con las pseudociencias
Emilio Rolan
El número de homeópatas y curadores anti­científicos aumenta por momentos, sin reacción alguna de los organismos oficiales que tendrían que tomar una posición activa. pag. 9
La paradoja del "Primer Hombre"
Alberto Makinistian
Una clara comprensión del proceso de homi-nización es fundamental para evitar errores en el debate creacionismo vs. evolucionismo.
pag. 15

SECCIONES
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VIII Congreso Escéptico Europeo 28
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Claves del Mundo perdido 39
La Ciencia es cosa de Hombres 41
El Desafío Oscurantista 41
Skeptoon 42
Magic Minds 42
Correo del lector 43
Historias eXotéricas 47

editorial

De nuevo en la brecha, y de nuevo para poner un contrapunto a lo que, a juzgar por lo que estamos viendo en to­dos los medios de comunicación, parece ser una tónica general: construir verda­des informativas a partir de anécdotas y absurdos.
No debemos ser pesimistas, no obs­tante, porque los medios de comunica­ción, en especial los audiovisuales, no tienen por qué ser reflejo fiel de la rea­lidad. Por lo general, sufren de alguna aberración. Y es que, como decía hace años Alfredo Amestoy, la televisión no es una caja tonta; es simplemente una caja de resonancia, donde cualquier es­tupidez se repite hasta la saciedad.
Así, mientras en los telediarios ha­blan de la influencia de la Luna en los crímenes múltiples o en Tele5 nos cuen­tan que el Shiatsu es la panacea para todos nuestros males, Isabel Gemio nos da una gran sorpresa llevando a su pro­grama a una pitonisa, para echar bue­nos augurios a sus invitados. Hasta Paco Lobatón nos va a convencer de que es peligroso salir a la calle los me­ses de Luna Llena.
Afortunadamente, en la calle se suele respirar un poco más de oxígeno. La gente se ríe de los "pirados " que lleva Pepe Navarro a su Misisipi, o de los melenitas que hacen predicciones astro­lógicas, y ven con claridad -¡oh, mara­villa!- que Juan Pablo II va a tener pro­blemas con su salud. Todo un alarde de vista felina.

la alternativa racional, noviembre 1996

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Claro que, el absurdo es tan absurdo, que él mismo se pone la soga al cuello. Los peligrosos no son esos. No llevan melena, ni túnicas extravagantes, ni bolas de cris­tal. Visten como todos, y organizan cursos de "Medicina Tradicional China " -Curso rápido, obtenga su título por la Universidad de Pekín en 15 días-, dan charlas sobre las Pistas de Nazca -¿Hemos sido visitados por extraterrestres en el pasado?-, o ha­blan del control mental -¿Sabía usted que sólo usamos el 10% de nuestro cerebro?-. La credibilidad que suele obtener esta gente es enorme, incluso si en su propaganda firman como "Nueva Ciudad Alta". Y sus repercusiones sobre la gente son, induda­blemente, mucho más graves que las que pueda ocasionar cualquier estrella televisi­va en contacto permanente con los nueve coros angélicos.
El escepticismo moderno -al menos el escepticismo organizado- tiene una impor­tante labor en este terreno. Es importante la defensa del método científico como for­ma de conocimiento, como modo válido y contrastado para descubrir la naturaleza, modelizarla y utilizarla en beneficio de todos. Pero no es menos importante la de­nuncia de los abusos que, en nombre de la ciencia, o escudados tras un disfraz de resonante palabrerío, se realizan diariamente para beneficio de unos pocos y, fre­cuentemente, perjuicio de muchos. Esta denuncia tiene que venir, inevitablemente, de la comunidad científica, y en concreto de aquellas personas preocupadas por la divulgación y la educación, aquellas personas que consideran que el conocimiento científico es parte de la cultura moderna, como lo es el arte, la historia o la geografía.
Si organizáramos una exposición sobre Goya, y llenásemos las paredes con cua­dros de Manolita Pérez, la gente se indignaría. Sería para ellos un insulto a la cul­tura. Sin embargo, cuando nos venden gotitas de agua destilada, y nos dicen que es un producto maravilloso para curar el reúma, ni las organizaciones médicas se mo­lestan por ello, aunque afecte a algo más que el buen gusto.
Los medios de comunicación no han sido grandes aliados en esta tarea. Después de todo, a los periodistas se les pide que sepan transmitir una información, pero rara vez se les exige que sepan, con un mínimo de profundidad, de qué están ha­blando. El periodista recibe información, la rehace y la remite, pero apenas la filtra, salvo que la falsedad sea manifiesta.
Si queremos que la ciencia llegue a formar parte de la cultura general, el com­promiso debe ser múltiple. Hacen falta buenos divulgadores, hacen falta periodistas con suficientes conocimientos y sentido crítico, y con ganas de informar con serie­dad. No digo que no los haya, pero hacen falta más, a juzgar por lo que vemos. Si no se lo creen, cierren un momento esta revista, cojan el mando a distancia y ¿vean...! ¡vean...!
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la alternativa racional, noviembre 1996

 

Teorema de inconsistencia de la acción astrológica

Los principios básicos de la astrología son incompatibles con los más elementales conocimientos de la física, conduciendo a absurdos cuando se aplican conjuntamente.

alfonso ramón viller / elba tellechea estela

Para el desarrollo del trabajo que presenta­mos, el problema fundamental con que nos encontramos consistió en traducir las leyes astrológicas al lenguaje científico para lo cual hay que conocer ambas materias, razón por la cual la primera parte de este estudio es eso: conocimientos de astrología aceptados por los astrólogos. A estos conocimientos les aplicamos el teorema que descubrimos: El teorema de inconsistencia de la acción astrológica, para concluir que la astrología es falsa de acuerdo con las leyes de la ciencia de una forma clara e inequívoca.

Conocimientos de Astrología
Desde la época de la antigua cultura babiló­nica hasta nuestros días, se ha ido desarrollando un procedimiento que pretende descubrir el carácter y futuro de las personas en base a la apariencia en un momento dado del cielo visto desde la tierra: la astrología.
Los babilonios poseían una base matemática para los cálculos astronómicos, lo que parecía darles apoyo a sus predicciones. Sin embargo, carecían de conocimientos científicos, por lo que no podemos esperar que sus principios fue­sen consistentes con las leyes de la naturaleza, aunque hoy siguen siendo los mismos, con cier­tos retoques, a pesar del avance que tienen actualmente la ciencia y la tecnología.
Durante muchos siglos astronomía y astrolo­gía han estado fusionadas hasta que, con la apa­rición del método científico, se produjo una cla­ra diferenciación entre ambas. Pues bien, el teorema de inconsistencia de la acción astroló­gica demuestra que esta se basa en unos princi­pios contradictorios con las leyes de la física que sí son demostrables.
El ser humano durante todos los tiempos ha sido capaz de observar que en el mundo se dan una serie de hechos que se comportan con regu­laridad, por lo que surgieron muchas personas que se preguntaban si estas regularidades podrí­an servir también para efectuar predicciones acerca de sus civilizaciones y, por qué no, de las personas, sobre todo partiendo de las observa­das en el cielo que siempre ha supuesto algo misterioso, espectacular y con encanto.
De este modo establecieron una relación entre la posición de los astros en una época del año y los hechos relativos a su vida que más les interesaban, tales como el comienzo de la pri­mavera, la cría del ganado o la estación de las lluvias. Sin que ellos lo supiesen, estos hechos dependían más del clima que del estado del cie­lo, por lo que las predicciones sólo podrían ser válidas, en cierto modo, en el lugar en el que estaba asentada la civilización que, al fin y al cabo, dio lugar al desarrollo de la astrología.
La astrología la podemos definir como el estudio de la supuesta relación de la posición de los astros en un momento dado, con los aconte­cimientos que suceden en la tierra. Los astrólo-
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gos parten del principio de que existe aunque nunca han llegado a demostrarlo. Éste es su axioma básico, lo que implica que no importa que esa acción no pueda medirse a través de instrumentación. Todos los fenómenos estudia­dos por la ciencia, aun predichos por la teoría, han sido siempre detectados experimentalmente. Eso distingue los estudios científicos de los que pretenden serlo.
Para la astrología, el Zodíaco es casi el úni­co trozo de cielo importante para su desarrollo. Visto desde la Tierra es una banda de unos 8° de arco que incluye al plano de la Eclíptica por donde se mueven "casi todos" los planetas.
Los astrólogos dividen al Zodíaco en doce constelaciones lo cual les viene muy bien para hacerlas coincidir a una por mes. Sin embargo, hay al menos unas veinte que no están conteni­das completamente dentro del mismo. Lo más curioso es que en realidad hay trece constela­ciones completas en el Zodíaco una de las cua­les no es contemplada por los astrólogos -ima­ginamos las razones-: Ofiuco. Tiene la particu­laridad de que el Sol permanece más tiempo en ella que, por ejemplo, en Escorpión, lo cual plantea serios problemas a la hora de realizar una investigación.
La astrología se divide en dos escuelas cuya diferencia fundamental estriba en la estructura que dan al Zodiaco, así que ambas son contra­dictorias entre sí. La diferencia entre ellas es mucho más importante de lo que los astrólogos creen, porque la razón de ésta es un hecho cien­tífico: la precesión de los equinoccios, fenóme­no por el cual el eje de la Tierra apunta a luga­res distintos de forma periódica a lo largo de unos 25.800 años, y que da lugar a un movi­miento aparente de giro de toda la esfera celes­te en ese lapso de tiempo. Como consecuencia de este hecho los astrólogos se han repartido entre ambas tendencias:
a) Astrología trópica: es seguida por la mayoría salvo en los países anglosajones en que se reparten de forma equitativa.
Para ellos la configuración del Zodíaco es la misma que la existente en la época de la antigua Mesopotamia hace unos 2.500 años, es decir, una división en doce partes iguales de 30° cada una señalando la constelación de Aries a partir del equinoccio de primavera. Esta estructura presenta dos serias contradicciones:
- no tiene en cuenta el diferente tamaño angular de las constelaciones reales,
- tampoco tiene en cuenta la precesión de los equinoccios que ha girado el Zodiaco real: más de 30° en sentido retrógado desde los tiempos de la antigua Babilonia.
Como consecuencia de estas dos contradic­ciones, esta astrología se ha degradado a una influencia derivada del clima o del calendario, por lo tanto no tiene en cuenta las diferencias entre puntos distantes entre sí. Así, por ejemplo, el signo de Leo que caracteriza al verano en el hemisferio Norte se convierte en frío en el Sur, y por tanto se traduce en caracteres distintos en las personas de cada uno de ellos puesto que el clima sí tiene influencia en la forma de ser media de las personas, lo que hace pensar que la astrología trópica no vale al menos en la mitad de la Tierra.
b) Astrología sidérea: esta escuela tiene en cuenta el movimiento de las constelaciones ori­ginadas por la precesión de los equinoccios, es decir, la configuración actual del Zodíaco, así como el tamaño angular real de cada una por lo que mantiene su esencia de considerar que los astros influyen en los acontecimientos terres­tres. Eso sí, la influencia astrológica siguen sin detectarla por medios físicos y continúa sin ser válida al menos en uno de los dos hemisferios terrestres por la misma razón que antes.
Como ejemplo de contradicción entre las dos escuelas podemos citar el signo de Virgo consi­derado por la astrología sidérea, en la trópica abarca a parte de sus Escorpio, todos los Libra y
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sólo una pequeña parte de sus Virgo, como se observa al comparar los dos Zodíacos, el Babilónico y el actual. Sin embargo, a pesar de tantas diferencias sorprendentemente no se invalidan entre sí.
Finalmente citar que los astrólogos solo tie­nen en cuenta las doce constelaciones conocidas del Zodíaco sin importarles la de Ofiuco y todas las demás que componen la bóveda celeste, lo que no impide a algunos considerar al planeta Plutón en sus predicciones que, como todo el mundo sabe, esta fuera del plano de la Eclíptica.
Los árabes inventaron lo que se llama la domificación que consiste en la división del cie­lo local en doce husos esféricos o casas ligados al sistema de referencia terrestre.
Como primer comentario, nadie explica el por qué de esta división que, curiosamente, coincide con el número de constelaciones en el Zodíaco de los astrólogos lo que nos hace pen­sar que el doce es su número favorito.
Como segundo comentario, resulta que últi­mamente se ha desarrollado la astrología ondu­latoria con intención de darle un fundamento matemático, al inventarse unas supuestas ondas procedentes de las constelaciones que serían moduladas por la presencia de los planetas, en todo un confuso intento de copiar algunas ramas de la física como la mecánica ondulatoria de Heisenberg. Pues bien, este desarrollo es incon­sistente con la división en casas, ya que las casas son diferentes en cada punto de la Tierra, pero las ondas son las mismas en ese mismo ins­tante. Incluso a partir de una determinada lati­tud, no es posible dibujar las casas. Una vez más nos encontramos con incoherencias entre defini­ciones arbitrarias.
Se llaman aspectos de los planetas a los ángulos que forman dos planetas vistos desde la Tierra. Sobre este punto hay que advertir que el grado de arbitrariedad a la hora de definir aspectos de planetas con sus efectos es muy alto, porque no sólo los hacen depender de los ángulos involucrados sino también de los plane­tas considerados. De hecho, los ángulos defini­dos por los astrólogos son sospechosamente muy conocidos: 0°, 30°, 60° ... ¿Qué sabrá un hecho supuestamente físico de ángulos tan familiares a nosotros? Más arbitrariedad no se puede pedir.

El Teorema
Del estudio de las leyes de la astrología los autores extrajeron como consecuencia funda­mental que dichas leyes son confusas, arbitrarias y contradictorias entre sí. ¿Qué pasaría si les aplicáramos los principios de la física?
Indudablemente, si nuestras conclusiones son acertadas deberían darse determinadas inco­herencias entre dichas leyes y las astrológicas. Como veremos más tarde, la demostración, como no podía ser de otra forma, es muy senci­lla dada la claridad de sus principios físicos en contraposición con los confusos supuestos de la astrología.
Por lo tanto, la demostración más apropiada resultó ser el conocido método de reducción al absurdo. ¿Por qué? Porque lo que pretendemos es demostrar una inconsistencia entre ambos conjuntos de leyes.
El teorema que demuestra que la astrología es falsa lo hemos llamado: "Teorema de la inconsistencia de la acción astrológica" y su enunciado es el siguiente:
"La supuesta acción de los astros sobre las personas en el momento de su nacimiento y sobre su futuro es inconsistente de acuerdo con las leyes de la física".
Del estudio de las bases de la astrología vamos a deducir las características de la supues­ta acción de unos determinados astros que depende de la posición del Sol proyectando todas las posiciones en la esfera celeste, es decir, son independientes de la distancia. La astrología considera dos aspectos básicos:
a) Primero tiene en cuenta el signo del Zodiaco que el Sol está atravesando en el momento del nacimiento de la persona de la cual se quiere definir su horóscopo, según la astrología trópica o bien la constelación que está atravesando realmente según la astrología sidérea.
b) En segundo lugar considera la posición de los planetas y sólo de los planetas con relación a los signos y constelaciones del Zodiaco en el
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momento del nacimiento.
De estas bases se deducen las siguientes características de la supuesta acción:
a) Debe ser muy débil. ¿Por qué? Porque nadie la ha detectado a pesar del avanzado ins­trumental del que se dispone actualmente.
b) Actúa a distancia pero no depende de la distancia al observador, sólo depende de la pro­yección sobre la esfera celeste por lo que la acción de un planeta se considera la misma tan­to si está en el punto más cercano a la Tierra como si está en el más lejano a pesar de que las diferencias son de millones de kilómetros o incluso de años-luz en el caso de las estrellas componentes de las constelaciones del Zodíaco.
Conclusión: La supuesta acción astrológica se reduce a un vector fuerza o a un valor de la energía función sólo de la dirección pero no de la distancia al observador.
Para la demostración del teorema se utilizó el principio de conservación de la energía que es un principio fundamental del mecanismo del funcionamiento del Universo por lo que debe proporcionar información acerca de la astrología de acuerdo con las deducciones anteriores.
Supongamos que tenemos en cuenta todas las acciones del Universo sobre una persona y apliquemos el principio de conservación de la energía a lo largo de su movimiento debido a dichas influencias. Al establecer el equilibrio de energías todas las acciones dan lugar a términos que son función de la distancia entre la persona y el foco generador de la acción debido a que todas las acciones que existen en la naturaleza son función de la propia distancia, todas menos una: la resultante de la acción astrológica, pues ya argumentamos que no depende de ella.
En la ecuación resultante sólo habrá un sumando independiente de la distancia, y todos los demás que sí dependen de ella, por lo que nos encontramos con una contradicción. Al des­pejar el término astrológico, obtenemos que sí debe depender de la misma, en contra de lo supuesto, contradicción que verifica el teorema por reducción al absurdo.
Conclusión
Hemos partido de la aplicación del principio de conservación de la energía que, si es cierto, deben cumplirlo todas las interacciones de la naturaleza. La conclusión a la que hemos llega­do implica una inconsistencia con este principio por parte de las hipótesis astrológicas debida­mente adaptadas al lenguaje científico. Por lo tanto, estas hipótesis deben ser desechadas si partimos de la base de que el principio de con­servación se cumple, es decir, que la astrología debe ser abandonada como disciplina predictiva de caracteres y destinos de personas, de estados, etc.
Pues bien, los autores han realizado este estudio partiendo de la base de que la astrología es cierta, y de un principio fundamental de la naturaleza que suponemos que se verifica. Invitamos a cualquier persona a que haga cual­quier crítica en relación al mismo trabajo. Siempre existe la posibilidad de que estemos equivocados, ya que ¿no es verdad que la astro­logía es, en el fondo, bonita?
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la alternativa racional, noviembre 1996

 

Los colegios médicos colaboran con las pseudociencias

El número de homeópatas y curadores anticientíficos aumenta
por momentos, sin reacción alguna por los organismos
oficiales que tendrían que tomar una posición activa

emilio rolan

Sin respuesta de los Colegios
Como médico y científico me preocupa la evolución que está tomando la propaganda de las "medicinas alternativas", programas demenciales en televisión en los que "dan cancha" a cualquier persona que diga memeces sobre cómo curar.
Sobre todo, me preocupa que esto se esté haciendo en muchas ocasiones con la aquiescen­cia de personas que deberían ser científicos (médicos y farmacéuticos) y de los colegios profesionales correspondientes.
Hace dos años, la revista EIDO (n° 14), del Colegio Médico de Pontevedra publicó un demencial artículo sobre la homeopatía, "La homeopatía y el arte de curar", que me indignó y me obligó a escribirles enviando una repulsa a aquel trabajo y una crítica a su publicación en una revista supuestamente de científicos. No obtuve respuesta ni se publicó nada (quiero hacer constar que estoy colegiado en ese mismo Colegio Oficial de Médicos de Pontevedra). El texto de esa crítica es el que aparece en este artí­culo, tras esta introducción.
Hace unos meses, la revista OCM de la Organización Médica Colegial, publicó un tra­bajo muy correcto sobre los fraudes en medici­na. Aproveché para escribirles felicitándoles y remitiéndoles mi anterior artículo no publicado en EIDO, para ver si se hacían eco. Publicaron la carta de felicitación pero sólo hasta donde iniciaba mi crítica al Colegio de Pontevedra, revista EIDO y mi trabajo haciendo polémica sobre la homeopatía; a partir de ese punto, silen­cio absoluto.
Hace muy poco tiempo he visto en un prestigioso diario, DIARIO MEDICO, un anuncio sobre formación en homeopatía, en el que se menciona la existencia en España nada menos que de ¡11 centros! de formación en homeopa­tía. El problema me parece cada vez más grave y en vista de eso he dirigido carta a los Conse­jos Generales de Colegios Médicos y Farmacéu­ticos, pidiendo que tomen cartas en el asunto. No tengo gran confianza en que se cambie mucho, pero me fastidia que todo quede en el silencio.
Me gustaría que los errores cometidos no queden en la impunidad y que al menos (como noticia) se sepa que el Colegio de Médicos de Pontevedra publica en su revista EIDO un artí­culo defendiendo la homeopatía y, por el con­trario, no aceptan publicar una respuesta a ese artículo; que la OMC tampoco se quiere impli­car, y que al Diario Médico se le cuelan anun­cios como el antes citado; que el número de homeópatas y curadores anticientíficos aumenta por momentos y que esto se está extendiendo sin reacción alguna por los organismos oficiales que tendrían que tomar una posición activa. Con esto me basta, aunque no llegue a servir de mucho desde un punto de vista práctico.
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Valor actual de la medicina
Los médicos griegos y romanos utilizaron medicamentos, algunos de los cuales seguimos usando hoy en día. ¿Los usamos basados en los principios de aquellos médicos? Indudablemen­te no: los usamos porque han demostrado su valor y utilidad en estudios científicos recientes: nadie duda que la aspirina es útil en muchas enfermedades. Y nadie lo duda porque su valor se ha demostrado por trabajos serios de experi­mentación científica, que han sido confirmados repetidas veces.
Este es el valor de la ciencia y la importan­cia de los principios que rigen la investigación. Cualquier afirmación que se haga debe estar probada con unos métodos perfectamente cono­cidos y valorados, y dichas pruebas deberán ser comprobadas por otros investigadores, corri­giendo cualquier error que se produzca. Esto es ciencia, y este tipo de ciencia y el método cien­tífico en que se basa es el que ha hecho avanzar a la humanidad y a la medicina. Negar esto sería caer en la oscuridad medieval y retroceder siglos en el conocimiento.
Naturalmente, los conocimientos científicos no tienen nada que ver con la aplicación de estos mismos conocimientos. Un médico puede cometer errores, tener lagunas en su saber o aplicar mal los avances conocidos: esto sería su propio error, pero no el error de la ciencia, que expone y divulga todo lo que se conoce en el arte de curar. El que la medicina social haya facilitado una mala relación entre médico y enfermo, o que haya favorecido una poliprescripción como sustitutorio de una mejor explo­ración, diagnóstico y eficacia terapéutica, no habla en contra de la Medicina como ciencia ni de la eficacia de sus probados remedios, sino en una mala aplicación de los mismos.
Es posible que un determinado paciente con una serie de problemas psicosomáticos, se encuentre mejor después de una charla con un "manciñeiro" que con las múltiples prescripcio­nes de su médico, el cual no quiere o no tiene tiempo de escucharle. Pero para ello también hay una explicación científica sin considerar que el "manciñeiro" es una medicina alternati­va, o que tiene algo que le falta a la ciencia médica. En todo caso, lo que le pueda faltar (el tiempo de hablar con el enfermo, la capacidad sugestiva, la fe del paciente en el propio médi­co) le faltaría a un determinado médico, pero no a la medicina, la cual aboga por todos estos principios como bases importantes en el ejerci­cio médico.

Hablemos de la homeopatía
Siempre que leo un artículo en el que algún adepto hable de esta pseudociencia, encuentro los mismos lugares comunes pero ninguna for­ma seria de justificarla:
1.- La "ley de semejanza": similia, similibus curantur. Evidentemente es una frase y no pue­de ser nunca una ley general. Una ley general es la que se cumple siempre, aunque pueda haber aparentes excepciones: por ejemplo, la ley de la gravedad. Los homeópatas se limitan a mencio­nar dos o tres casos en los que se puede cumplir el postulado, pero en cuanto se pretende ampliar el ámbito de acción, se demuestra que la men­cionada ley no lo es, y no sirve para que en ella se base principio terapéutico alguno.
¿Pueden probar este principio? Adelante, y todos, absolutamente todos los médicos nos haremos homeópatas, igual que todos creemos en la ley de la gravedad. Pero mientras tanto, por favor, no continúen presentándola como la fuente de todas las virtudes curativas. Si este falso principio fuese una verdadera ley, tendría­mos muchas cosas resueltas. Si fuese así, sin duda, ¿se podría curar una hipertensión aplican­do hipertensores? ¿una diabetes dando azúcar? ¿el SIDA dando el mismo germen que produce la enfermedad? ¿el alcoholismo dando alcohol? ¿una intoxicación dando la toxina? Indudable­mente no. Y no estoy citando unos ejemplos ais­lados, como hacen los homeópatas: se podría estar hasta mañana mencionando casos en los que el postulado no se cumple. No es pues una ley: es un camelo.
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2.- Y en relación a las "dosis infinitesimales", la broma es gigantesca: he tenido en la mano un frasco de medicamento "homeopático" que lle­vaba nada menos que 25 antibióticos, cada uno a dosis tales como, por ejemplo, de 10 U de Penicilina, 0.001 mgs de Tetraciclina, etc. Esto va en contra de todos los principios médicos (probados) que estamos siguiendo. No quiero afirmar nada sin aportar pruebas (como hacen los homeópatas), pero en base a nuestros cono­cimientos, puedo hacer una sugerencia teórica sobre el uso del mencionado cóctel: ¿No servi­ría este medicamento más bien para provocar resistencias múltiples que para un efecto favora­ble? Y ya que, cuando se da un consejo debe haber pruebas para justificar el mismo, ¿pueden demostrar los homeópatas que pueden curar una infección neumónica, una meningitis, una tuber­culosis, o cualquier otra enfermedad (para las que tenemos remedios de eficacia probada con dosis bien determinadas), con las dosis infinite­simales de los antibióticos o de los demás medi­camentos que la ciencia indica actualmente? Indudablemente sería un magnífico ahorro de medicamentos y de dinero, si esto fuera posible. Pero hasta ahora ningún trabajo serio ha mostra­do nada parecido, y con las aplicaciones que los homeópatas hacen de dosis infinitesimales a procesos de dudosa etiología, consiguen la mis­ma mejoría que se obtendría sin medicamentos, con sugestión, hipnosis, brujería o acudiendo al santo de turno.
Pues si esto es así, admitamos que no hay principio alguno que justifique las dosis homeo­páticas. Y si pudiese probarse en algún caso que con dosis menores se curaba de la misma forma un determinado proceso, este hallazgo sería incorporado a la medicina como un conocimien­to nuevo, y no pertenecería a la homeopatía. Todos haríamos uso del mismo.
3.- Es evidente que la gran fe en el médico (o en el brujo) y en el remedio (aunque éste tenga una probada ineficacia) produce en muchas ocasio­nes un beneficio transitorio o incluso duradero. El efecto placebo ha sido probado numerosas veces. El mismo médico utiliza en ocasiones placebos como un arma más en el ejercicio de su ciencia y con razones plenamente justificadas. Otra cosa muy diferente sería que el médico vendiese placebos del tipo que fuese (por ejem­plo aparatos para "imantar" el agua), como un remedio que mejora la salud, sin ninguna prue­ba, y realizando esta venta, evidentemente, con el fin de enriquecerse. Entonces estamos ante un fraude, un "timo", bastante parecido al de la "estampita", y para el que no me explico cómo no hay mecanismos legales que dificulten su existencia.
Curiosamente, en algunos artículos en los que se pretende justificar y darle valor a la homeopatía, se defienden principios que son lógicos y razonables, pero que no son exclusi­vos de esta pseudociencia sino que pertenecen a la medicina: como el "tratamiento del enfermo y no del órgano lesionado", y la "individualiza­ción del caso clínico", "la mente abierta para aceptar cualquier nuevo descubrimiento", la "posibilidad de curar por remedio único, frente a la polifarmacia". Todos los médicos estamos de acuerdo en estos principios que, quede bien claro, no pertenecen a la homeopatía, sino a la medicina. Pero, imaginemos a un enfermo que utiliza una polifarmacia justificada, como un anciano diabético, hipertenso, con cirrosis, bronquitis crónica y una micosis axilar. ¿Lo resolvería todo la homeopatía con un único medicamento?
La medicina como Arte pertenece a los tiem­pos de Hipócrates (entonces el método científi­co tal y como lo entendemos hoy en día no exis­tía). Hoy la medicina es fundamentalmente ciencia. También es arte en la forma individual y peculiar de aplicación de los medios que la ciencia pone en las manos del médico, y dentro de este aspecto todos conocemos médicos bue­nos y malos, con habilidad, prudencia y tacto, o sin ellos. Pero no tienen más remedio que seguir basando sus conocimientos en la ciencia.

¿Una especialidad médica?
La homeopatía no es una especialidad médi­ca. Una especialidad consiste en establecer un límite en el amplísimo campo de la medicina para que el especialista pueda concentrar su estudio y desarrollar enormemente sus conoci­mientos en este ámbito limitado, cosa imposible para la totalidad de la ciencia médica, dada la gran cantidad de los conocimientos actuales. Así, existen traumatólogos, endocrinólogos, etc. que saben mucho más de su terreno porque se
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han especializado en este trozo del saber. Esto es muy eficaz en una medicina de colaboración en la que las especialidades se complementan. Pero la homeopatía no tiene un ámbito: no hay forma de determinar qué enfermo debe ser aten­dido por un homeópata, como no sea aquel psicosomático que aburre al médico, o el maniáti­co que busca algo diferente. Pero, reconozcá­moslo, esto es algo así como enviarlo a la bruja, al "manciñeiro", o aconsejarle que use "agua imantada". Lo correcto sería enviarlo al psiquia­tra o al psicólogo, o proponerle un tipo de vida diferente, cambiar de hábitos, etc., pero no engañarle.
La homeopatía no es una especialidad de la medicina, y suele aparecer (junto con otras pseudociencias) bajo la denominación de "Medicinas Alternativas". Este nombre parece dar a entender que se puede usar la medicina oficial o las otras. Este enfoque resulta muy peligroso, y su divulgación y aceptación por los colegios médicos va evidentemente en contra de la ciencia médica. Igual que el "arregla-tendones" resuelve muchos problemas de dolores banales, también puede causar graves proble­mas, porque su falta de conocimientos puede demorar la atención a un enfermo con una frac­tura. El "arregla-tendones" no es aceptado ofi­cialmente por los colegios médicos, aunque todos sabemos que existen. Considerar al "arre­gla-tendones" una alternativa al traumatólogo para los pacientes que no hayan quedado con­tentos, tengan alguna limitación en su curación, molestia, etc., resultaría muy peligroso. Su aceptación por los colegios médicos o las aso­ciaciones de especialistas en traumatología es absolutamente ilógica.
¿Por qué un médico (en principio una perso­na que debe basar sus conocimientos en el méto­do científico) se titula homeópata, siendo la homeopatía una pseudociencia que carece de método científico? Sólo puedo imaginar en base a la situación actual: el médico general no es
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considerado por la sociedad que tiende a buscar al especialista, como un mayor poseedor de conocimientos. Una especialidad supone la pre­paración para un examen duro, como es el MIR, y cuatro años de ejercicio, además de todo lo que lleva consigo este largo aprendizaje; un diploma de homeopatía se obtiene siguiendo un curso corto. Obtenido este diploma, un licencia­do en medicina ya se puede titular algo más que un médico general, y por tanto poner un nombre en la placa o en su tarjeta, que si bien no lo es, suena a especialidad. La falta de análisis de la sociedad actual, y la indiferencia de los verda­deros científicos, que deberían luchar contra este tipo de cosas, hace que esta increíble situa­ción actual exista: que haya médicos homeópa­tas (y farmacéuticos homeópatas, que deben vender más de esta forma), que exista una Sociedad Gallega de Homeopatía, y que el Ilustre Colegio Médico les apoye con anuncios de cursos y con un artículo divulgativo en la sección (¡nada menos!) de Divulgación Científi­ca. Y así, la gente de la calle, que no tiene por qué saber el fondo de las cosas, se llega a creer que existe una medicina alternativa, cuando la homeopatía no es alternativa de nada. Y muchos, descontentos porque sus problemas no los resuelve la medicina oficial (la mayor parte de las veces, porque hay muchos problemas que no tienen solución, o cuya solución no está en manos del médico), recurren a lo que creen que es una alternativa.
Se defiende por todo el mundo que la liber­tad es la posibilidad de que cada uno pueda hacer lo que quiera, pero no debe haber libertad para engañar, ni para que los organismos que tienen la obligación de tutelar el ejercicio médi­co se inhiban ante los graves errores de infor­mación que aparecen en letras de molde. El ciu­dadano supone que los que rigen el ejercicio de la medicina van a reaccionar cuando pretendan engañarles. Así, a cada noticia de venta de "agua imantada", los colegios médicos, la Facultad de Medicina y el Ministerio de Sani­dad tendrían la obligación de escribir de inme­diato diciendo: "¡eso es un engaño!", pero lo lamentable es que esa libertad de realizar frau­des y engaños sigue existiendo, sin reacción por parte de quieres el ciudadano supone le tienen que proteger.
El Consejo de Ministros debería dictar leyes en contra del uso de prensa, radio y tele­visión para realizar timos, prevenir que la gente se gaste el dinero en el "agua imantada", y advertirle que mientras hace uso de estos trata­mientos está, posiblemente, abandonando un
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tratamiento médico correcto que podría resolver su problema.
Es incomprensible que estos hechos se pro­duzcan con una aparente autorización del Cole­gio Médico. Si un Colegio Médico no acepta a un brujo, es lógico que el ciudadano sin una pre­paración científica suponga que su ciencia es falsa; si un Colegio médico no dice nada contra la venta de "agua imantada" como un remedio útil para la salud, empezarán a tener dudas si es o no es bueno; pero si un Colegio Médico publi­ca en una de sus revistas un trabajo de divulga­ción (¡en la sección de Divulgación Científica!) sobre homeopatía, podrán deducir que esta pseudociencia tiene algún valor médico, con lo que se les está induciendo al engaño, precisa­mente por el organismo que debería defender la pureza del ejercicio de la Ciencia Médica. El derecho de las pseudociencias de hacerse propa­ganda por medio de organismos oficiales está en contra del derecho que los ciudadanos tienen de estar bien informados por estos mismos organis­mos, y no verse defraudados por la confianza que ponen en que sus colegios profesionales impidan el engaño y el desarrollo de pseudo­ciencias dentro de la profesión médica.
Si un médico quiere decir que su método es hacer un toque de trigémino, la homeopatía o la imanterapia, que lo haga. Pero, por favor, los Colegios Médicos tienen la obligación de decir a los ciudadanos que no hay nada científico en esos métodos y que no deben dejarse engañar por los mismos.
Si no hacemos esto, el camino de las Medi­cinas Alternativas (mejor Mentiras Alternativas) está abierto. Si no nos oponemos a las pseudociencias, dentro de poco tendremos la Sociedad Gallega de Médicos Imanterápicos, o de Médi­cos Trigéminotactiles, o de Médicos "Arregla-tendones", o de lo que sea. Evidentemente no podemos evitar que la gente se asocie e incluso que viva utilizando los timos más burdos, como vendiendo la Medalla de la Suerte, o el Filtro del Amor, o el Sistema para adelgazar o tener grandes músculos en sólo 15 días, pero los cien­tíficos debemos luchar contra este tipo de cosas y las Sociedades Científicas deben denunciar estos hechos, y contestar a estos anuncios diciendo que son mentiras. En ningún caso faci­litar las cosas o dejar, por desidia, que estas sigan empeorando.
A los médicos homeópatas: por favor, no me digan que hahnemann basó lo que dijo en con­clusiones de la observación a través de la expe­rimentación. Simplemente, hagan una publica­ción científica seria, y toda la comunidad cien­tífica creerá lo que se demuestre en esa publica­ción, si puede ser contrastada. El decir que una mente esté abierta a todo es muy peligroso si se hace sin ningún criterio: abiertos como los cien­tíficos sí, a todo lo que siga el método científi­co y lo cumpla estrictamente. En caso contrario, se tendría que creer lo mismo al que cuenta un cuento de fantasmas propio para niños, una fan­tasía imaginativa o un invento con la finalidad perversa de hacerse rico engañando (como el "agua imantada"). El científico debe estar abier­to a creer todo, pero todo lo que puede ser demostrado y todo lo que se basa en hechos o experiencias que puedan ser contrastadas y/o rectificadas por otros científicos. Lo demás sería retroceder a la Edad Media.
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la alternativa racional, noviembre 1996

 

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la alternativa racional, noviembre 1996

La paradoja del "Primer Hombre'

Los paleoantropólogos, el creacionismo "científico",
y la paradoja del "primer hombre": el avance de las concepciones pseudocientíficas
alberto A. makinistian
El presente trabajo tiene por objeto:
a) mostrar el significativo avance del crea­cionismo "científico" en la opinión pública y asumir, con seriedad, el problema;
b) poner en evidencia cómo, en el intento por identificar al "primer hombre", se corre el riesgo de caer en el terreno de la pseudociencia;
c) insistir en algunas propuestas que, a tra­vés de la acción mancomunada de toda la comu­nidad científica, contribuyan a contrarrestar tal avance.

El conocimiento del fenómeno de la hominización ha progresado notablemente en las últi­mas décadas. Ello se debe no sólo a nuevos hallazgos de fósiles sino, fundamentalmente, a los numerosos aportes recibidos de las más diversas disciplinas.
Al mismo tiempo, a partir de los años ochen­ta se ha registrado una importante expansión de las pseudociencias en general y del creacionis­mo "científico" en particular. El creacionismo "científico", una poderosa corriente opositora del evolucionismo, sostiene básicamente que el creacionismo es ciencia y que la interpretación literal del Génesis debe ser tomada como una verdad histórica basada en evidencias científi­cas.
No es de extrañar la creciente aceptación social de este tipo de posturas al interior de sociedades cada vez más individualistas, y de un contexto de sistemático cuestionamiento (muchas veces acrítico) al concepto de razón y de racionalidad instalado por la Ilustración. En efecto, el resurgimiento de las posturas espiri­tualistas, el ultrasubjetivismo científico, la yux­taposición entre los campos literarios, filosóficos y científicos; el misticismo teórico y la fuer­te tendencia a la inconsistencia argumentativa aparecen como la cara oscura de las posturas epistémicas postmodernas.
Tomemos el caso de los Estados Unidos. Nadie puede poner en duda que se trata de un país con una enorme producción científica. Sin embargo, coexiste con ella una fuerte y antigua tradición antievolucionista, sobre todo en los estados del sur. Recordemos, al respecto, el famoso juicio que tuvo lugar en 1925 en el Esta­do de Tennessee contra el joven profesor john thomas scopes por haber enseñado la teoría darwinista.
Fundado en 1963, el Institute for Creation Research se dedica, en buena parte, a formar profesores para difundir sus ideas en las escue­las. También está el Creation-Science Rese­arch Center, de San Diego, que se ocupa de gestionar apoyos económicos para su aplicación a la enseñanza. Al respecto, el español mariano artigas señala:
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"Estas organizaciones son activas, tanto en sus publicaciones como en la acción judicial y escolar, presionando tanto sobre la opinión pública como sobre las autoridades, los jueces y las editoriales. "'
En relación al tema, eustoquio molina, paleontólogo de la Universidad de Zaragoza y autor de numerosas publicaciones advirtiendo sobre el peligro de las pseudociencias, destaca que a principios de la década del 70 se habían distribuido nada menos que 14 millones de ejemplares, traducido a 11 idiomas, del libro ¿Llegó a existir el hombre por evolución o por creación? publicado por los Testigos de Jehová.
En muchos casos, estas posturas antievolu­cionistas son alentadas por los mismos gobernantes. Tal es el caso de ronald reagan, pre­sidente de los Estados Unidos entre 1981 y 1988, quien manifestaba, durante su campaña presidencial, claras simpatías hacia los creacionistas; o el del gobernador del estado de Arkansas, que el 19 de marzo de 1981 aprobó el Decreto-Ley n° 590, conocido como la Ley del Tratamiento Equilibrado de la Ciencia de la Creación y la Ciencia de la Evolución, según la cual se debía exigir a los profesores de biolo­gía del Estado que, si trataban el tema de la evo­lución en sus clases, debían dedicar el mismo tiempo a la "ciencia de la creación".
Oponiéndose a esta ley, la American Civil Liberties Union (ACLU) tomó cartas en el asunto y logró una clara victoria en un juicio celebrado a fines de 1981, en el que se declaró la inconstitucionalidad de la ley por violar el principio de separación entre la Iglesia y el Estado que proclama la Constitución Nacional. Entre los fundamentos del dictamen, el juez señala que, con el pretexto de erigirse en cien­cia, intenta difundir con mayor fuerza la ense­ñanza religiosa. Si bien el fallo fue favorable a la ciencia, la disputa continúa y la expansión del creacionismo "científico" es cada vez mayor.
Más tarde, una información aparecida en el International Herald Tribune el 18/4/844 indi­caba que en Texas, donde existe un importante mercado de editoriales, el espacio dedicado a la evolución en los textos de biología se había reducido a la mitad en los últimos años debido a que la Junta de Educación del Estado de Texas había aprobado una resolución según la cual los textos que desarrollaban el tema de la evolución debían dejar perfectamente aclarado que se trataba de una teoría entre otras y debían advertir, asimismo, que lo que se decía en él sobre evolución se presentaba como teoría y no como un hecho.
En su libro "La banda de homínidos" la escritora y periodista delta willis menciona que el número del mes de mayo de 1988 del Current Anthropology presenta una encuesta efectuada a 2.100 estudiantes universitarios de 41 universidades de los Estados Unidos, que muestra un 38% de adhesión al relato bíblico sobre los orígenes de la humanidad5.
Hace dos años, en 1984, una información periodística referida al tema6 indicaba que eugenie scott, Directora Ejecutiva del Centro Nacional para Educación en Ciencia de Esta­dos Unidos, recibía permanentes presiones tele­fónicas (en su mayoría del centro oeste, el noro­este y California, baluartes de la derecha reli­giosa) para que no se enseñe evolución en las
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aulas. En la misma información, Scott aclara que este fenómeno se da también en países como Australia y Rusia, donde las pseudociencias tienen cada vez más peso en la opinión pública.
En 1993, Molina informaba que en España el 43% estaba a favor del evolucionismo y el 57 % a favor del creacionismo, aclarando que ello no debía extrañar "si se tiene en cuenta que las escuelas del Estado español confesional del régimen franquista, generalmente han enseñado el creacionismo literal de la Biblia como si de un hecho se tratara. "7
En Argentina, la introducción y expansión del creacionismo "científico" en el ámbito edu­cativo se ve facilitada por situaciones como la acontecida a comienzos de 1995, en oportuni­dad de que, tras el anuncio formulado por el Ministro de Cultura y Educación de la Nación, dr. jorge rodríguez, se procedió a excluir las teorías de Lamarck y Darwin de los currículos de las escuelas secundarias bajo el pretexto de considerarlas "dos teorías del siglo pasado que no explican todo".
¿Qué se puede hacer, desde la Paleoantropología, para enfrentar esta situación? Sabemos que la respuesta no es fácil. Pero sí resulta cla­ro que la comunidad científica no puede cruzar­se de brazos y permanecer indiferente ante los hechos.
A nadie escapa que algunas de las estrategias empleadas por los crcacionistas "científicos" sean "non sanctas", tales como parcializar la información o citar a inequívocos evolucionis­tas fuera de contexto, pero, contra ese tipo de procedimientos, lamentablemente nunca se podrá hacer nada.
En cambio, conviene intentar el esclareci­miento de algunas cuestiones centrales de la Paleoantropología por cuanto ello contribuiría a evitar confundir los caminos de la ciencia con los de la pseudociencia.
Precisamente, los planteamientos que proba­blemente más polémicas despiertan son los que se derivan de los interrogantes más incisivos, tales como:
1.- ¿Qué es lo que nos identifica como humanos en el registro fósil? y, consiguiente­mente, ¿cuál ha sido el "primer hombre"?
2.- ¿Cómo se produjo el paso de los no humanos a los humanos? En otras palabras, ¿qué es lo que nos hizo humanos?
Respecto al primer punto, hacemos nuestras las expresiones de donald carl johanson: "Puede parecer ridículo que la ciencia se haya pasado más de un siglo hablando de humanos, pre-humanos y proto-humanos sin lle­gar a definir qué era un ser humano. Ridículo o no, ésta era la situación. Todavía hoy no dispo­nemos de una definición aceptada de hombre, de un conjunto claro de especificaciones que permitan a cualquier antropólogo del mundo decir claramente y de modo seguro: 'esto es humano, esto otro no lo es'. ""
De lo único que disponemos los paleoantropólogos es de una variedad de caracteres que, indudablemente, formaron parte del desarrollo filogenético que condujo a nosotros mismos. Ellos son: notable desarrollo cerebral, hábil y completa oposición dígito-pulgar, fabricación de herramientas, dominio del fuego, receptivi­dad sexual de la mujer durante todo el año, len­guaje articulado, etc.
En una práctica común, diversos autores han sobrevalorado, arbitrariamente, uno u otro de esos caracteres respecto a los demás y, conse­cuentemente con ello, ¿cuántas veces se creyó encontrar al "primer hombre"?, ¿no lo creyó de alguna manera dubois a fines del siglo pasado?, ¿no se lo consideró así al Eoanthropus y termi­nó siendo un fraude?, ¿es el Homo habilis el "primer hombre"?, ¿o se trata de un Australopithecus?
Lo que importa, en definitiva, es que ningu­no de esos caracteres alcanza, por sí mismo, para definir al hombre. Lo único que nos define y nos diferencia del resto de los seres vivos es la posesión de todos esos caracteres, en conjunto. Y si se considera el conjunto debe considerarse, igualmente, la totalidad del proceso, ya que los mismos no surgieron todos juntos, súbitamente, ni se desarrollaron con idéntico ritmo evolutivo a lo largo de la serie Homo. Consiguientemente, la imagen del "primer hombre" en el registro fósil se diluye, se esfuma; y de allí lo paradóji­co de la cuestión.
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En cuanto a la pregunta ¿qué es lo que nos hizo humanos?, pensamos que debe asumirse, definitivamente, que la respuesta siempre dependerá de las ideologías dominantes en cada momento, como bien sostiene david pilbeam.9
Así es como en las primeras décadas de este siglo se pensaba que lo que nos hizo humanos fue una determinada capacidad cerebral (el "hallazgo" de Piltdown respondía a ese mode­lo); luego, con posterioridad a la segunda guerra mundial, predominó la idea del hombre como "mono asesino", que tuvo que matar para poder subsistir; más tarde, con el auge de los medios de comunicación, se consideró que el factor determinante fue el lenguaje y más reciente­mente se ha puesto el acento en la conducta de cooperar y de compartir alimentos como especí­ficamente humanas.
Ello es demostrativo de que, cuando intenta­mos reponder a esa pregunta, estamos descri­biendo un mito. De allí que misia landau se refiera a "el mito del momento decisivo"1". El mito, según el antropólogo matt cartmill, de la Duke University, "incorpora los ideales cul­turales de un pueblo", y por ello "las historias de los orígenes que cuentan los paleoantropólogos son necesariamente mitos. Lo son al margen de que sean verdaderas o no, porque incorporan un tema cultural central; en efecto, definen y explican la diferencia crucial entre los seres humanos y las bestias"."
Apoyando este concepto, roger lewin con­cluye:
"... determinar dónde acaba exactamente la naturaleza bruta y dónde empieza la humanidad no es competencia de la biología molecular o comparativa. Entra dentro de una cuarta dimensión: es una cuestión de autoimagen. En este caso no pueden trazarse líneas claras, ni pueden contrastarse hipótesis, pues el concepto que de sí misma tiene la humanidad varía con­tinuamente' al impulso de las experiencias del momento".l:
Por tanto, por más que se quiera analizar "objetivamente" la forma en que se produjo el "paso decisivo", nunca se podrá hacerlo de ese modo porque, en definitiva y como acertada­mente señala David Pilbeam, "no vemos las cosas como son; las vemos como somos noso­tros"."
Todo esto nos lleva a considerar que el esfuerzo de los paleoantropólogos debe estar centrado, en estas cuestiones, en reconstruir de qué manera, a través de complejos fenómenos sinérgicos, se fue conformando la unidad del hombre y no en intentar resolver cuestiones tales como las del "paso decisivo" o la del "pri­mer hombre" porque se trata de objetivos incier­tos y paradójicos y, por lo que acabamos de exponer, persistir en esas búsquedas supone asumir el riesgo de abandonar, consciente o inconscientemente, el terreno de la ciencia para entrar en el de la pseudociencia.
Frente a estas y otras cuestiones, y a modo de respuesta estratégica ante el avance de las pseudociencias, pensamos que la actitud de los paleoantropólogos en general debe tender a:
1.- Promover la discusión para el esclareci­miento de problemas como los que anteceden, en el interior de la comunidad paleoantropológica.
2.- Extremar la prudencia en sus expresio­nes, afirmaciones e interpretaciones, evitando que las mismas sean utilizadas erróneamente.
3.- Intensificar la divulgación de los conoci­mientos sobre evolución humana al gran públi­co, mostrándoles, con claridad, la diferencia entre lo que se sabe, lo que se intenta explicar a través de argumentaciones teóricas y lo que directamente corresponde al terreno de la pseu­dociencia.
Es oportuno destacar aquí que el genetista español francisco ayala reconoce que "uno de los grandes problemas de la ciencia es su divulgación" y que "el gran público no tiene cultura científica"14 ¿No se está dejando un gran vacío?
4.- Aprovechar los medios de comunicación masiva para tales fines.
5.- Intentar una mayor presencia de la temá­tica evolucionista en los currículos escolares (escuela media y magisterio). Por ejemplo, a través de la participación de las Asociaciones y Colegios de profesionales del área en la elabo­ración de los Planes de Estudio.
6.- Mejorar la formación específica de los profesores, que tienen a su cargo, directamente, la enseñanza en las escuelas de nivel medio. En este sentido, programas tales como el de "For-
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mación de Formadores" (Capacitación de Profe­sores de Magisterio) organizado por el Minis­terio de Cultura y Educación de Argentina y dictado por docentes universitarios, deben ser aprovechados.
7.- Crear Centros e Institutos que tengan por objeto la divulgación de conocimientos científi­cos que contrarresten las explicaciones pseudo-científicas. Tal es el caso de Alternativa Racio­nal a las Pseudociencias en España, o del Cen­tro Argentino para la Investigación y Refuta­ción de la Pseudociencia en Buenos Aires, que edita la revista El Ojo Escéptico.
En definitiva, estamos convencidos que sólo a través de una acción mancomunada de la comunidad científica toda se podrá detener el avance de las pseudociencias. Ello demandará un gran esfuerzo, es cierto, pero el mismo es absolutamente necesario porque "los científicos podríamos lamentar un control y recorte de los fondos para la enseñanza e investigación si los defensores de las ideas irracionales y pseudo-científicas consiguen mayor poder. "I5

NOTAS
1.- Las fronteras del evolucionismo, pág. 147
2.- "Evolucionismo, creacionismo, pseudociencia y divulgación en la sociedad de los dalos paleon­tológicos". En Actas de la Sesión Monográfi­ca de las VI Jornadas de Paleontología. Gra­nada, España, 1990. pág. 128.
3.- michakl rusk: Tomándose a Darwin en serio. Prólogo, pág VII-VIII.
4.- Información recogida por Mariano Artigas en ob. cit. pág. 143
5.-pág. 351
6.- Diario La Capital de Rosario, bajo el título "Creacionistas vuelven a polemizar con darwinistas" (8/3/94)
7.- "Evolucionismo versus Creacionismo: un deba­te recurrente ". En Actas del I Congreso Nacio­nal sobre Pseudociencias, Zaragoza, España, pág. 52
8.- El primer antepasado del hombre, pág. 87
9.- Citado por Richard Leakey en La formación de la humanidad, pág 52 y 54.
10.- Citada por Roger Lewin en La Interpretación de los fósiles, pág. 35
11.- Citado por Roger Lewin en ob. cit. pág. 299
12.- ob. cit. pág 299-300
13.- Citado por Roger Lewin en ob. cit. pág 40
14.- Entrevista al Dr. Francisco Ayala en Revista Mundo Científico n°. 156 de abril de 1995, pág. 357
15.- eustoquio molina: "La proliferación de las pseudociencias" en Diario Heraldo de Aragón (Tercer Milenio) de Zaragoza, 20/2/96, pág. 8

alberto A. makinistian es director del Departamento de Bioantropología y Evolu­ción y Profesor Titular de la cátedra de Paleoantropología y Evolución en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (Repú­blica Argentina)
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la alternativa racional, noviembre 1996

 

Hace 25 años.
por Eduardo Giménez González

A continuación, un resumen de algunas noti­cias que fueron de interés durante el tercer tri­mestre de aquel año, y que aparecieron en el diario El Heraldo de Aragón.
• SUPERSTICIÓN. No todas las supersti­ciones son inocentes costumbres como pueda ser el evitar pasar por debajo de una escalera. Uno de los primeros días del mes de Julio se produ­jo en Chile un terrible seísmo, que causó cerca de cien muertos y más de mil heridos. Pero no todas las muertes lo fueron por causa directa del terremoto.
Días más tarde se descubría el cadáver apu­ñalado de un recién nacido, comprobándose que había sido sacrificado en un rito para aplacar las fuerzas del terremoto. teresa catrinao ramián, de la región araucana de Quitra Hue, pro­vincia de Malleco ( a 550 kilómetros de Santia­go), de 18 años, soltera, había dado a luz un niño después del seísmo, lo que se había toma­do como un mal presagio. Teresa y sus padres, Manuel y Alicia, dieron muerte al "hijo del te­rremoto", con instrumentos punzantes, en un rito cuyos orígenes habría que buscarlos en an­tiguas costumbres araucanas, y lanzaron el cuer­po a un riachuelo cercano.
Se encontró un precedente del macabro he­cho: en 1.960, en la comunidad indígena de Puerto Saavedra, provincia de Cautín, los restos de un pequeño fueron arrojados al mar para aplacar de furia de un maremoto que arrasó la ciudad.

• CRISIS REAL. Está claro que la incultura no es privativa de las llamadas clases bajas. Ante los rumores aparecidos, un portavoz de la familia real holandesa ha tenido que reconocer que se emplearon los servicios de un clarividen­te y curandero durante la enfermedad de la prin­cesa argmand de lippe-bisterfel, madre del príncipe bernardo, fallecida el 27 de Marzo de 1.971. Tenía 87 años y sufría agudos dolores. Tres semanas antes del fallecimiento se habían solicitado los servicios del curandero para ali­viar los dolores a la princesa, con el consenti­miento de los médicos que la atendían.
Un grupo de facultativos ha publicado una declaración en la que se critica a la familia real por lo que hizo, con lo que había dado un mal ejemplo. Además, el Partido Socialista podría preguntar en el Parlamento al Gobierno (como responsable legal de los actos reales) si ésta acude a menudo a los servicios de curanderos. Era de conocimiento público que la reina ju­liana tenía gran afición al ocultismo.
En 1.965 se produjo otro escándalo. La reina estuvo casi dispuesta a abdicar en vista de la in­sistencia del gobierno para que se eliminase de la corte la influencia de la curandera greet hofman. En aquella ocasión se trataba de en­contrar curación para la princesa cristina, cie­ga total de un ojo y con ceguera parcial en el otro. La princesa ha mejorado algo, aunque no a causa de los curanderos.
Por cierto, el curandero -y vidente- que go­zaba del favor real era gerard croiset.

• VIERNES Y 13. Afortunadamente hay quien se toma a risa las supersticiones. En cier­tos países, el día de la mala suerte no es el mar­tes sino el viernes. nick matsoukas, presiden­te de una asociación griega contra la supersti-
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ción, formó el día 13 Agosto de 1.971, Viernes, un grupo con "las 13 doncellas más hermosas de Atenas" y lo llevó al templo de Zeus para que a las 13 horas y 13 minutos cantaran durante 13 segundos. Cada doncella llevaba una "pipa de la paz", que chuparon 13 veces. Luego, rompieron espejos mientras pasaban por debajo de escale­ras. Por supuesto, no hubo consecuencias nefas­tas.

• BATTLE CREER A LA ITALIANA. La directora de la Clínica para las Enfermedades del Hígado y las Vías Urinaria, sor cristina nardecchia, de unos setenta años, y otras dos monjas de la Congregación del Sagrado Cora­zón, en Fenai, huyeron del hospital-convento donde residían y se encerraron en la casa de un abogado, amigo de la superiora.
Sor Cristina había encontrado en un antiguo recetario médico una fórmula para reducir los cálculos renales cuyo componente principal era una malva silvestre que crecía en las colinas de Gran Sasso. Tuvieron tanto éxito que transfor­maron el humilde convento en hermosa clínica, que sirvió para financiar un pensionado univer­sitario que, a su vez, generó lo suficiente para la adquisición de dos propiedades de terreno. Ello fue posible porque cobraban, al cambio, unas 1.000 pts. (de 1.971) por día, y el trata­miento requería la estancia de varios meses.
Bastaba con un puñado de hojas de malva, una infusión en aceite de oliva, un refrescante, un poco de manzanilla romana, un sedante y un purgante; se agitaba y, presto, el paciente se lo bebía. Tras la ingestión, cuatro monjas (robus­tas) tumbaban al paciente en una manta; cada una de ellas agarraba de una punta y manteaban al paciente. Decían que, así, los cálculos "res­balaban a través de la infusión de aceite y co­rrían desbocados por las vías intestinales hacia el exterior."
Todo terminó en septiembre de 1.971, con la huida de sor Cristina con la fórmula. Se dijo que pensaba abrir un hospital en el sur de Italia, en cogestión con un importante clínico de la Campania; y que el abogado que la había acogido te­nía a punto los planes para la nueva construc­ción.

ACTAS DEL II CONGRESO NACIONAL SOBRE PSEUDOCIENCIAS

Ciencia y Pseudociencia en el III Milenio
Planetario de Pamplona. 23-26 de noviembre 1996

Actas del II Congreso Nacional sobre Pseudociencias
Mesas Redondas:
Medios de comunicación y pseudociencias
Ecología y pseudociencias
Medicina y pseudomedicina

Conferencia:
10 años de investigación de lo paranormal en España

Ponencias:
Mil millones de moscas no se equivocan
El milagro de Calanda
El CESHE: Creacionismo en Europa
La conquista (espiritual) de los conquistadores
No creo en milagros, pero haberlos haylos
Me pareció ver un lindo monstruito
Sobre cómo fabricar viajes iniciáticos
El nuevo mercado del cerebro
La radiactividad: nueva caja de pandora

(PVP. 2000 pts)

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internet

SOCIEDAD PARA EL DESARROLLO DE LA ACTITUD CIENTÍFICA.
Es enorme la cantidad de información acce­sible a través de la red. Aquí recogemos algunos de los recursos que pueden ser de interés. No son, desde luego, los únicos. Seguramente tam­poco serán los mejores. Por eso estamos abier­tos a que todo aquel que encuentre algún site o alguna lista de correo, nos lo haga saber.
Para empezar, aquí os ofrecemos el acceso a la página de la Sociedad para el Desarrollo de la Actitud Científica, sociedad constituida inicialmente a través de internet, y cuyos objetivos tienen muchos puntos comunes con ARP. El ac­ceso:
http://www.jet.es/~diotalle/index.htm

Otros enlaces más o menos entretenidos, y más o menos interesantes, para los aficionados a los ovnis, pueden ser el del Centro de Estudios Interplanetarios (CEI)
http://www.ctv.es/USERS/netcei

o la página personal de Josep Guijarro
http://www.ctv.es/USERS/mulder

A través de ellos podréis acceder a casi todo lo que hay disponible sobre el tema.

Para los aficionados a la astronomía, son re­comendables los que tienen la Agrupación As­tronómica Aragonesa, y la revista Universo

http ://aaa.home.ml.org
http ://uni verso.home.ml.org
Finalmente, y en otro tema distinto, pero también recomendables, son las páginas y gru­pos de discusión que gestiona la Facultad de Fi­losofía de la Universidad de Oviedo.
Podéis obtener información a través de
http://www.uniovi.es/~filesp

El Investigador Escéptico
EIE inicia una segunda etapa, con cambio de di­seño y de contenido. En unas pocas páginas, esta pu­blicación irá recogiendo información sobre todas las anécdotas y curiosidades que nos vaya deparando el mundo de lo paranormal, en España y en el resto del mundo. En el número 13 de EIE -primero de la se­gunda época, para romper absurdas supersticiones se recogen noticias sobre el Comité de Expertos del Círculo de Amigos de Expediente X, la historia de la desaparecida 'Nueva Dimensión', los consejeros so­brenaturales de Hillary Clinton, o el Abad del monas­terio de Guadalupe, obligado a renunciar por afirmar que el milagro del célebre monasterio pertenece a la ficción.
Suscripción: 1000 pts/año, añadidas a la suscrip­ción de LAR.
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la alternativa racional, noviembre 1996

EscoLAR
Ciencia Viva

En este número de EscoLAR se acerca hasta nuestras páginas miguel carreras ezquerra, coordinador del programa Ciencia Viva. Este programa tiene como objetivo dar a conocer los aspectos más interesantes de la Ciencia a estu­diantes de Enseñanza Secundaria aragoneses, y este año ha tratado, entre otros, el tema de las pseudociencia. Esto fue lo que nos contó...

P. ¿En qué consiste el provecto Ciencia Viva y desde cuándo está funcionando?
La historia empezó en el curso 90-91, un poco empujado por algunos compañeros del Ins­tituto, que me animaron a presentar en el Mi­nisterio de Educación y Ciencia un proyecto según el cual estábamos organizando una serie de conferencias, hasta entonces de una manera un tanto informal.
El programa estaba en principio dirigido a temas relacionados con la Física. Hacíamos una serie de conferencias y procurábamos tocar tam­bién temas de actualidad. Por aquella época hubo una conferencia muy interesante sobre fe­cundación in vitro y otra sobre la Guerra del Golfo. A raíz de un viaje al Instituto Pasteur programado por gente de la Facultad de Cien­cias, que apareció en la prensa escolar, empezó la gente a interesarse. Extendimos el programa a tres institutos y empezamos a incluir temas de Geología y Biología.
Todo esto lo hacíamos a dos niveles. Uno para alumnos de C.O.U., en el que se trataban temas como las Grandes Teorías, aplicación del átomo, etc., y en 3° organizábamos ciclos de in­troducción, uno en cada uno de los tres institu­tos que entonces colaboraban. En este estado de cosas, hubo una entidad bancaria, concretamen­te la CAI, que se interesó por el proyecto y aportó los fondos para la publicación de la re­vista, y ya lo extendimos a 10 institutos. Lo podíamos haber extendido a más, pero yo compa­gino este trabajo de coordinación con la docen­cia y no puedo dedicarle todo el tiempo que ha­ría falta para organizarlo en más centros.
Las conferencias van dirigidas a todos los alumnos, queremos que participen todos, pero procuramos prestar también atención a la gente más interesada. Junto con los ciclos de confe­rencias se organizan viajes culturales y exposi­ciones que van rotando por los institutos, sobre todo exposiciones sobre temas aragoneses, y además, se edita la revista que os he comentado antes, una revista de ocho páginas de la que se editan 5 ó 6 números al año. Cada centro orga­niza una parte del ciclo, en concreto organiza dos charlas para cada nivel, 3° y COU, (al prin­cipio había que hacer muchas más) y una expo­sición, pero se envía a todos la programación completa y, si hay gente interesada y no existen problemas de espacio, cabe la posibilidad de que gente de un centro participe en conferencias organizadas por otro (incluso gente de centros que no están dentro del proyecto). Procuramos también que cada conferencia vaya ligada a un viaje científico, y, cómo no, hay unos actos de apertura y clausura en los que participan con-
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juntamente todos los centros implicados en el proyecto y a los que puede acudir cualquier per­sona que esté interesada en conocerlo.
Otra parte del proyecto consiste en la mejo­ra de los fondos bibliográficos de los centros que participan en él. No sólo a través de los fon­dos destinados al propio proyecto, también gra­cias a fundaciones que están en contacto con no­sotros.
Hemos hecho también alguna incursión a ni­veles más bajos que los preuniversitarios, pero en España no hay muchos divulgadores, y resul­ta difícil encontrar gente que haga asequible el tema que trata a alumnos con menor formación.

P. ¿Cómo surgió la idea de dedicar un ciclo a las pseudociencias?
Desde el principio, eustoquio molina (pro­fesor de Paleontología de la U. de Z. y socio de ARP) (N. del E.) colaboró activamente con el proyecto dando varias charlas sobre evolución, y me comentó su interés en tratar las conse­cuencias negativas del creacionismo y la falta de espíritu crítico en general que podía desem­bocar en que algún chaval acabara dentro de una secta. A mí me pareció una buena idea e hice un sondeo previo entre los alumnos antes de termi­nar el curso para ver que temas les interesaban más, y entre los que eligieron estaban los rela­cionados con las pseudociencias. Este ciclo va a terminar este año, pero no descarto la posibili­dad de continuarlo más adelante.

P. ¿Cuál ha sido la acogida por parte de los institutos a los que se ha ofrecido el programa y cuál ha sido la colaboración de los profesores?
El interés por el proyecto ha ido creciendo desde que empezamos -con balbuceos y muy poco presupuesto- hasta ahora, que ya contamos con un respaldo oficial y unos fondos más dig­nos (aunque más modestos que dignos). Tam­bién ha ayudado el hecho de que la prensa nos ha tratado muy bien y que hemos despertado in­terés fuera de Aragón. En general la acogida es muy buena, y las direcciones de los centros con­sideran una publicidad positiva el hecho de es­tar incluidos en el proyecto.
Por otra parte, en cada instituto tengo un co­laborador, y siempre hay algún momento en que alguno de los colaboradores anda más agobiado de trabajo o no está demasiado interesado por el tema. De todas formas, hay varios centros que están esperando ser incluidos dentro del proyec­to.
Y en cuanto a colaboración, por supuesto hay, si no yo ya hubiera abandonado. Además es algo dirigido a todos los alumnos. Alguna vez me han comentado que hay mucha gente en las con­ferencias, y que quizás sería mejor que fueran sólo los más interesados, pero entonces no cum­pliríamos con nuestro propósito, que es hacer que la Ciencia llegue a todo el mundo.

P. ¿Y la acogida por parte de los científicos a los que se les ha propuesto participar como conferenciantes?
La verdad es que estas cosas nunca sabes cómo te van a salir, pero decidí seguir adelante. Además, a casi todos los posi­bles conferenciantes a los que se lo propuse les encantó el pro­yecto desde un principio, y siempre se han mostrado dis­puestos a echar una mano en lo que sea. Por ejemplo, hemos contado con la presencia de científicos tan relevantes como Joan Oró, Pérez Mercader, Gar­cía Velarde, Margarita Salas, Ruiz de Gopegui, José M. Savirón o Sergei Kara-Murza.
Por otra parte, todos son conscientes de lo ajustado de nuestro presupuesto, y muchos de ellos se niegan a aceptar nada por venir a participar.

P. Has comentado que empe­zasteis tratando temas relacio­nados con la Física y luego fuis­teis ampliando el espectro a Química, Biología, etc. ¿Incluís también cuestiones relacionadas con la Tecnología?
Sí, desde luego. Aunque nosotros solemos hacer la distinción entre Ciencia teórica, o Teo­rías, y Ciencia aplicada, o Tecnología. Dentro del primer grupo hemos tratado temas como la mecánica cuántica, la relatividad o el genoma, y dentro del segundo se ha hablado de cosas como fibras ópticas, rebotica o los ordenadores como herramientas de cálculo.

P. ¿Hacia qué centros va dirigido el proyec­to Ciencia Viva?
Desde la Dirección Provincial del MEC se ha dirigido fundamentalmente hacia centros pú­blicos, sobre todo de Zaragoza capital. Ha habi­do algún intento de extenderlo a otros centros de la provincia pero siempre tropezamos con el in­conveniente de las distancias. En cualquier caso, la programación se envía también a Hues-
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ca y Teruel por si hubiera alguien interesado y con posibilidades de participar. No descarto la posibilidad de que en un futuro, con mayores medios, pudiéramos incluir en el proyecto a centros de toda la Comunidad.
Por otra parte, si bien he dicho que se ha di­rigido sobre todo a centros públicos, también ha habido contactos con centros privados, aunque en éstos la participación casi siempre es más problemática, porque los alum­nos tienen que trasladarse a al­guno de los institutos donde se realiza el programa, con todos los inconvenientes que eso su­pone. Se ha hecho alguna vez, pero no con la frecuencia con que a mí me gustaría.

P. ¿De dónde sale el presupues­to del programa? La mayor parte del presupuesto proviene del MEC, también algo de la DGA, que nos ha pro­metido otra ayuda. Además, como ya he dicho, la CAI apor­ta los fondos para la publicación de la revista. Existen también algunas ayudas extrapresupuestarias para los viajes que se or­ganizan. Por ejemplo, cuando organizamos el viaje a Ginebra, para visitar el CERN, gracias a las aportaciones del Ayunta­miento de Zaragoza, entre otras, conseguimos que saliera por un precio más que razonable.

P. Actualmente compaginas la docencia con la coordinación del proyecto Ciencia Viva, ¿tie­nes intención de abandonar las clases para de­dicarte a esto último exclusivamente?
Cuando el proyecto se extendió a tres cen­tros, se me redujo la jornada en el instituto en el que doy clases para que dispusiera de algo de tiempo para coordinarlo, y actualmente estoy con media jornada. Y me lo he planteado así porque no quiero abandonar totalmente la do­cencia. Por una parte porque de esta forma pue­do hacer un seguimiento del programa desde dentro de las aulas, y también por razones más personales. Cuando quedas totalmente liberado de la docencia puedes caer en una especie de de­pendencia política que te obliga a hacer cosas que quizás son tangentes a tu proyecto, pero que, en principio, no estaban en él. De esta for­ma puedo tener más autonomía.
Por supuesto tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, hay muchos viajes a los que no puedo ir por culpa de las clases, los exámenes, etc.
De todas formas, si tuviera que decidir aho­ra, quizás me plantearía la dedicación completa al proyecto. Tendría tiempo para hacer más co­sas, para incluir más centros, etc.

P. En relación con el tema de las pseudociencias y su impacto en la comunidad docente -profesores y alumnos-, ¿qué es lo que has vis­to? ¿qué te ha llamado la atención?
Para empezar, he de aclarar que no sólo se trata de que los alumnos asistan a una conferen­cia. La idea es que consulten bibliografía rela­cionada con el tema que se trate (en este caso pseudociencias), se informen, e incluso realicen algún trabajo por grupos.
Lo que he visto es que estas cosas "engan­chan". Porque están de moda, porque manejan mucha publicidad o por lo que sea. Y hay mu­chos que, aunque no se pueda decir que están "enganchados", sí se interesan por el tema. Aun­que en alguna conferencia me he encontrado con chavales que demuestran un alto grado de fanatismo.
Yo creo que estas edades son un buen mo­mento para que los chavales se planteen estas co­sas, pero también deben saber que no son más que una creencia sin ningún tipo de base científi­ca. Además este tipo de charlas permite que par­ticipen también alumnos que no son de Ciencias.
Merece la pena comentar también lo que se detecta no en los alumnos, sino en los profeso­res, y eso sí que es un poco más lamentable. Al fin y al cabo, estamos hablando de licenciados universitarios, y sin embargo el nivel de credu­lidad, sobre todo en temas como las "medicinas alternativas", es muy alto.

P. ¿No te parece también que el grado de in­cultura científica y la falta de espíritu crítico, sobre todo entre el profesorado, es alarmante?
Hay mucha gente que se resiste a admitir que la Ciencia es parte de la cultura, y que demues­tran un claro rechazo, o incluso miedo, a tratar temas científicos. Incluso te encuentras con dis­cusiones, por ejemplo en el campo de la Filoso­fía pura, en las que parece que la Ciencia les es­tuviera arrebatando una parcela de su terreno, siempre en actitud defensiva.
Hay otra gente que, sin embargo, está total­mente abierta y dispuesta a enterarse de cosas nuevas, aunque a veces se encuentran con proble­mas de formación que les hace echarse para atrás.
En general, yo creo que, precisamente los
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que nos dedicamos a la enseñanza, deberíamos ser de mentalidad más abierta y más interesada por todos los nuevos campos que va abriendo la Ciencia.

P. ¿Cómo asimilan los alumnos las ideas de "método científico", espíritu crítico, etc.? ¿In­fluye el hecho de que se dirija a ellos alguien distinto del profesor que además se supone que es un científico de prestigio?
Sí, desde luego. Yo creo que llevar personas distintas de las que ellos están acostumbrados a ver siempre, y que la actividad sea fuera de la clase, refresca. Probablemente de esta forma las cosas les llegan más que si se las plantemos no­sotros. Aunque también depende de cada uno.

P. ¿Tienes pensado para cuándo el próximo ciclo?
Este año termina, además del ciclo sobre pseudociencias, otro que hemos dedicado al pa­pel de la mujer en la Ciencia. A la vez, hemos iniciado otro ciclo sobre científicos aragoneses que continuará durante el curso que viene, pero no hay nada previsto para después, ya veremos qué se nos ocurre. Ya os he comentado que no descarto volver a tratar el tema de las pseudo­ciencias. En ese sentido no estaría mal que dierais a conocer vuestra revista (LAR) por los ins­titutos. Pienso que la acogida de los chavales se­ría bastante buena y que podría dar lugar a ex­periencias interesantes.

P. Ya para acabar, ¿por qué crees que es tan escandaloso el nivel de incultura científica en una sociedad eminentemente científica y tecno­lógica como la nuestra?
Porque la Ciencia no sabe vender, o no se quiere vender, no se hacen esfuerzos para ven­derla. Hay gente que no quiere venir a dar una conferencia porque dicen que ellos tienen sus investigaciones y no se dedican a cosas de este tipo. Afortunadamente, hay otra gente (muy poca) que sin embargo se vuelca con estas his­torias. Ahora parece que empieza a haber más gente de este tipo, buenos divulgadores, que se­pan vender bien la Ciencia, y además de forma asequible.
En este sentido hay que tener en cuenta que a la mayor parte de los científicos les estamos pagando entre todos, y la sociedad también tie­ne derecho a saber en qué están trabajando. Si todas estas cosas se comunicaran de una forma comprensible al gran público, seguramente se elevaría el nivel de cultura científica y las pseu­dociencias dejarían de estar tan de moda.

Nace EXPLORA

G+J, editora de la ya con­sagrada MUY INTERESAN­TE, ha sacado a la luz una nueva revista de divulgación llamada EXPLORA. En pala­bras de sus creadores, se trata de una revista dirigida a un público "exigente v curioso, que desea mucha información empaquetada de forma clara y concisa, atractiva, riguro­sa, directa y actual". Se trata de una publicación dirigida fundamentalmente a un públi­co joven e inquieto, a un lec­tor con poco tiempo o pocas ganas de entretenerse dema­siado. Es una revista para aprender un poquito de casi todo.
En las cerca de 90 páginas de su primer número recopila una ingente canti­dad de artículos, de las más variadas temáticas relacionadas con la ciencia, tecnología, medio ambiente, psicología, historia, sociología y curiosidades de todo tipo, sazo­nados con multitud de datos y cuadros sinópticos que permi­ten acercarse rápidamente a cualquier tema. Contiene tam­bién artículos de contenido eminentemente práctico que, por su temática, no tenían cabi­da en MUY. Entretenida y di­námica, se presta fácilmente a que el lector participe en la misma. Es una extensión natu­ral y completísima de la sec­ción "Preguntas y Respuestas" con la que ya contaba MUY, y se abre desde su primer núme­ro a la colaboración de los lec­tores aficionados al diseño grá­fico o la literatura, y a partici­par en los distintos debates abiertos que presenta.
Parca en publicidad en su número inicial, lo cual, si lo siguen permitiendo los cálculos fi­nancieros de sus editores, es muy de agradecer.
¡Bienvenidos!
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noticias

NOTICIAS DESDE EUROPA

Recientemente, el Consejo Europeo de Or­ganizaciones Escépticas (ECSO), presidido por el prestigioso astrónomo holandés cornelis de jager, ha incrementado el número de sus miembros con la incorporación de tres nuevas organizaciones que representan a los escépticos de Finlandia, Hungría y Noruega. Con estas in­corporaciones, el ECSO está formado por diez miembros de pleno derecho: SKEPP (Bélgica), SYSIFOS (Chequia), SKEPSIS ry (Finlandia), GWUP (Alemania), TTT (Hungría), CICAP (Italia), SKEPSIS (Holanda), SKEPSIS (No­ruega), V&F (Suecia) y ARP (España). Además cuenta con dos miembros afiliados: Israel Skeptical Society y CSICOP.
Los fines del ECSO, tal como aparece en su acta fundacional, son:
1.- Proteger al público de afirmaciones y te­rapias que no han sido sometidas a análisis crí­ticos y que pueden, por tanto, suponer un peli­gro.
2.- Investigar por medio de análisis y expe­rimentos controlados aquellas afirmaciones ex­traordinarias que estén en la frontera de, o con­tradigan, los actuales conocimientos científicos. En particular, esto se aplica a los fenómenos co­múnmente denominados 'paranormales' o 'pseudocientíficos'. No obstante, ninguna afir­mación, explicación o teoría debe ser rechazada antes de una evaluación objetiva.
3.- Promover una política pública basada en la buena práctica de la ciencia y la medicina.
Desde noviembre de este año, y hasta 1999, la secretaría de ECSO recae en Alternativa Racional a las Pseudociencias, encargada de organizar el próximo congreso europeo a cele­brarse el próximo año en A Coruña (ver información en este mismo número de la revista).
El objetivo primordial del ECSO es coordi­nar actividades individuales o de organizaciones europeas que pretendan investigar críticamente teorías pseudocientíficas y supuestas observa­ciones de fenómenos paranormales, así como dar a conocer los resultados de tales investiga­ciones al público en general. Para lograr tales fi­nes, organiza congresos y publica una memoria anual sobre el estado de las actividades pseudo­científicas y paranormales y su investigación crítica en Europa. Una de las principales preo­cupaciones de los miembros del ECSO es el auge de las pseudomedicinas. Por este motivo, en septiembre se acaba de crear un grupo para analizar la homeopatía, liderado por el por el profesor de la Universidad de Bruselas wim betz.
VIDA EN MARTE
El próximo 20 de diciembre se estrena en los cuatro principales planetarios del país, Coruña, Granada, Madrid y Pamplona, el programa titu­lado 'Crónicas Marcianas' en el que han cola­borado, literalmente, más de 2.000 personas (entre otras cosas, más de 2.000 escolares en­viaron su personal visión de los marcianos, de los cuales se seleccionaron 100 que son los que aparecen en el programa). A lo largo de los 50 minutos de proyección, van apareciendo los mar­cianos imaginados por la literatura, el cine, el comic... y la ciencia. Un total de más de 5.000 diapositivas junto con simulaciones de ordena­dor de un vuelo por Marte conforman dos años de trabajo destinados a disfrutar como si se es­tuviera viendo un Goya o un Van Gogh desde dentro.
PREMIO RANDI
El premio ofrecido por james randi y todo el club 2000 a quien sea capaz de probar, con los debidos controles científicos, que posee po­deres paranormales, superó hace unos días la marca de UN MILLÓN DE DOLARES. ¿Qué? ¿Quién se anima?
Más información en:
http://www.randi.org http://arp.home.ml.org
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VIII Congreso Escéptico Europeo

Ciencia, Ciencia Patológica y Pseudociencia

A Coruña, 4-7 Septiembre, 1997

El Consejo Europeo de Organizaciones Escépticas y Alternativa Racional a las Pseudociencias invitan a todos los interesados en el análisis científico y crítico de los llamados fe­nómenos paranormales a presentar sus investi­gaciones y reflexiones en el VIII Congreso Es­céptico Europeo, que tendrá lugar del 4 al 7 de septiembre de 1997 en la hermosa ciudad de A Coruña
Los temas a tratar en este Congreso incluyen:
• Filosofía, Ciencia y Racionalismo (Me­morial Averroes): En 1998 se celebrará el 800 aniversario de la muerte de este filósofo racio­nalista árabe. Él fue uno de los comentaristas más relevantes del pensamiento aristotélico. Por esta razón la sesión inaugural del Congreso con­sistirá en una reflexión acerca del papel de la ciencia y del pensamiento escéptico en el mun­do moderno.
• 1947-1997, cincuenta años de mito
OVNI: Uno de los más populares mitos moder­nos comenzó con el avistamiento de Keneth Arnold en la cumbre del Monte Rainier, en junio de 1947. En esta sesión, serán analizados la gé­nesis y evolución de los casos ovni, así como la variedad de fenómenos relacionados, desde el punto de vista psicológico, sociológico y antro­pológico.
• Milagros: El tema de los milagros ha en­gendrado muchos de los más polémicos debates entre ciencia y creencia. La sábana de Turín, las apariciones de Fátima, curaciones milagrosas, etc. deben ser objeto de estudio y análisis cien­tífico.
• El papel del escepticismo en la parapsi­cología: ¿Cuál debe ser el papel del escéptico en el campo de la parapsicología? ¿Qué críticas se pueden realizar a la investigación parapsicológica actual? ¿Es cierto, como reclaman muchos parapsicólogos, que las pruebas requeridas en la investigación psi son excesivamente rigurosas con respecto a las exigidas en otros campos de la ciencia? Ante el auge de la parapsicología en­tre el público, mostrada a través de medios im­presos y electrónicos, ¿Cuál debe ser la actitud de los escépticos? ¿Hay una doble cara de la pa­rapsicología?
• Ciencia Patológica: La ciencia, como toda actividad humana, también presenta comporta­mientos irracionales y fraudulentos. El fraude de Piltdown y el fiasco de la fusión fría son sólo dos ejemplos de ciencia patológica. Se podría esperar que la crítica y el escepticismo estuvie­ran también presentes en el quehacer cotidiano de toda investigación científica, pero, ¿ocurre así en la realidad? ¿Es la ciencia actual suscep­tible de caer en comportamientos inadecuados, o posee mecanismos apropiados para autocorregirse y defenderse? ¿Podemos aprender algo de los casos conocidos de ciencia patológica?
• Educación, Medios de Comunicación y Escepticismo: ¿Cómo se enseña el escepticismo en las escuelas? ¿Qué papel deben jugar los es­cépticos en los medios de comunicación? El pensamiento crítico debe hacerse más atractivo para estudiantes, profesores y periodistas. La ciencia puede ser divertida, y es una de las aventuras más fascinantes con las que uno pue­de comprometerse.
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PROGRAMA
4. Jueves
17:00.- Recepción y entrega de documentación y credenciales 18:00.- Sesión inaugural: Filosofía, Ciencia y Racionalismo
5. Viernes
9:00.- Visita al Museo de la Ciencia de A Coruña 11:00.- Educación, Medios de Comunicación y Escepticismo 16:30.- 1947-1997: Cincuenta años de mito ovni
6. Sábado
9:00.- Milagros
11:00.- El papel del escepticismo en la parapsicología
16:00.- Visita a Santiago de Compostela
7. Domingo
9:00.- Ciencia patológica
11:00.- Grupos escépticos europeos

IDIOMA
Los idiomas oficiales de este Congreso son el español y el inglés, con traducción simultánea a ambos idiomas.

PREINSCRIPCIÓN
Aquellos interesados en asistir al VIII Con­greso Escéptico Europeo deben enviar el bole­tín de preinscripción adjunto (o fotocopia), sin compromiso alguno, antes del 15 de enero de 1997 a
ARP
VIII European Skeptics Conference
Apartado 1516
E-50080 Zaragoza
SPAIN
o vía correo electrónico a arp@zar.unizar.es

INFORMACIÓN ADICIONAL
Información detallada de formas de viaje y alojamiento, así como inscripción y normas para las contribuciones se facilitará en una siguiente circular.

PRESENTACIONES
Aquellas personas interesadas en presentar alguna ponencia en el VIII Congreso Escéptico Europeo deberán enviar un resumen (10-15 lí­neas) antes del 1 de marzo de 1997 a la siguien­te dirección:

ARP
VIII European Skeptic Conference
Apartado 1516
E-50080 Zaragoza SPAIN

o por c-mail: carlos@santi.unizar.es

Todas las propuestas serán revisadas por un Comité Científico que decidirá su adecuación a los temas propuestos para el Congreso. El texto completo de las comunicaciones aceptadas de­berá ser enviado a cualquiera de las direcciones anteriores antes del 15 de junio.

VIAJE Y ESTANCIA
Aquellos que lo deseen pueden contratar su plan de viaje y estancia con la agencia de viajes del Congreso
Nueva Línea
Luis Vives, 4
50006 Zaragoza
Tfo: 976-563120 Fax: 976-565029

dando el localizador ECSO. En una próxima circular se informará a los interesados de los precios de los posibles hoteles.

INFORMACIÓN
Para cualquier consulta pueden dirigirse a la dirección de ARP antes indicada o a la siguien­te dirección electrónica:
sabadell@posta.unizar.es
Información actualizada del congreso puede consultarse en la dirección URL de Internet
http://arp.home.ml.org
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Conferencia Internacional
sobre Evolucionismo y Racionalismo
Zaragoza, 8-10 de Septiembre de 1997

CONVOCANTES
Alternativa Racional a las Pseudociencias
Asociación Española de Humanismo Racio­nal (AEHR)
Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal (CSICOP)
Council for Secular Humanism (CSH)
Seminario de Historia de la Ciencia y la Téc­nica de Aragón (SEHCTAR)
Seminario Interdisciplinar de la Universidad de Zaragoza (SIUZ)
Sociedad Española de Historia de las Cien­cias y las Técnicas (SEHCYT)

ORGANIZADORES

eustoquio molina
Área de Paleontología
Deparlamento de Ciencias de la Tierra
Universidad de Zaragoza
50009 Zaragoza
emolina@msf.unizar.es

jesús puertas
Departamento de Filosofía
Instituto Luis Buñuel
Pza Sto Domingo, 50003 Zaragoza
jpuertas@encomix.es

COMITÉ CIENTÍFICO
Félix Ares, fundador de ARP, Universidad del País Vasco. Javier Armentia, presidente de ARP, Planetario de Pamplona. Claude Babin, catedrático de Paleontología, Université de Lyon. H. James Birx, catedrático de Antropolo­gía, Canisius College, Buffalo. Gustavo Bueno, catedrático de Filosofía, Universidad de Ovie­do. Mario Bunge, catedrático de Filosofía de la Ciencia, McGill University. Alberto Carreras, presidente del SUIZ, Universidad de Zaragoza. Richard Dawkins, catedrático de Zoología, Ox­ford University. Alberto Comis, presidente de SEHCYT, Universidad de Alcalá de Henares. Mariano Hormigón, presidente de SEHCTAR, Universidad de Zaragoza. Paul Kurtz, presidente de CSH y CSICOP, SUNY at Buffalo. Timothy Madigan, editor ejecutivo de Free Inquiry. Alberto Makinistian, profesor de Bioantropología y Evolución, Universidad de Rosario. Leandro Sequeiros, catedrático de Pa­leontología, Universidad de Córdoba. Edward O. Wilson, catedrático de Biología, Harvard University.

PROPOSITO Y ÁMBITO
La teoría de la evolución propuesta por Charles Darwin hace más de un siglo ha sido co­rroborada y completada por muchas disciplinas y es actualmente el paradigma científico más in­fluyente. Sin embargo, todavía existe cierta con­troversia debido a sus grandes implicaciones en el estudio del origen de la vida y el futuro de la humanidad. Para discutir estas implicaciones y contrastar nuestros conocimientos sobre Evolu­cionismo y Racionalismo se celebra en la Uni­versidad de Zaragoza una Conferencia de tres días.
El propósito de esta Conferencia es analizar las implicaciones del evolucionismo en nuestra sociedad, en lo que concierne al Humanismo Racional, la Evolución Cultural, el Creacionis­mo y las pseudociencias relacionadas. Estos te­mas interdisciplinares serán tratados dentro del ámbito de la Historia y la Epistemología.
Para promover el intercambio de nuevas ide­as, y contrastar rigurosamente nuestros conoci­mientos actuales sobre evolucionismo y sus im­plicaciones, la Conferencia tendrá un cierto én­fasis multidisciplinar. El objetivo de esta Confe­rencia es reunir especialistas de las distintas dis­ciplinas que han contribuido al estudio de la evolución: biólogos, antropólogos, paleontólo­gos, filósofos, sociólogos, historiadores, así como humanistas racionales y otras personas in­teresadas en las diferentes implicaciones de la teoría evolutiva.
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ASPECTOS ORGANIZATIVOS

Los idiomas de la reunión serán el español y el inglés. Aunque el francés también será oficial la probable traducción simultánea sólo será po­sible entre inglés y español.
Tras la revisión y aceptación por el Comité Científico, los resúmenes de las comunicaciones y las conferencias serán publicadas y distribui­das al comienzo de la conferencia. Posterior­mente se publicará un libro con el texto comple­to de las comunicaciones. Tan pronto como sea posible, todas las contribuciones deberán en­viarse en diskette, preferiblemente para Macin­tosh, junto con una prueba impresa, ya que toda la información sobre la organización, así como las contribuciones, será incluida en una página en Internet en la dirección
http://wzar.unizar.es/evolu.html
Aquéllos que respondan a la primera circular recibirán una segunda (inscripción, reserva de alojamiento y normas para las contribuciones) antes de febrero de 1997.

INFORMACIÓN PRACTICA

En septiembre el tiempo en Zaragoza es cá­lido y muy soleado. El aeropuerto de Zaragoza tiene vuelos con Asturias, Bilbao, Frankfurt, Granada, Gran Canaria, Ibiza, Jerez, Lanzarote, Las Palmas, Londres, Madrid, Málaga, Menor­ca, Nueva York, Palma de Mayorca, París, Sal­vador de Bahía, Santiago, Tenerife, Varadero y Vigo. Varios trenes y autobuses conectan diaria­mente Zaragoza con Madrid y Barcelona. El alojamiento será posible en hoteles que ofrecen descuentos para la Universidad y en residencias universitarias. Si necesita más información con­tacte con: Eustoquio Molina y/o Jesús Puertas.

IMPRESO DE PREINSCRIPCION
(Especifique a qué congreso o congresos desea asistir)

VIII Congreso Escéptico Europeo
Conferencia Internacional sobre Evolucionismo y Racionalismo

Apellidos
Nombre
Titulación
Especialidad
Dirección
Teléfono
e-mail
Fax
Asistencia
Segura
Probable
Posible
Presentación de comunicación

No
Título provisional de la comunicación (si la hay)

Sugerencias:
|
(Remitir a ARP, apartado 1516, 50080 - ZARAGOZA)
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recortes de prensa

Productos Milagro y Farmacias

El pasado mes de agosto entró en vigor la nueva normativa que regulaba la publicidad de los conocidos como productos (y servicios) milagro, es decir, aquellos productos (y servi­cios) a los que se les atribuyen cualidades sani­tarias del tipo que sea (diagnóstico, prevención, curación, modificación del estado físico o psi­cológico, etc. ) sin haberlas demostrado.

¿Papel mojado?
Lamentablemente, el tiempo pasado desde la entrada en vigor de ese decreto no anima al optimismo. Las emisoras de radio y televisión, las revistas y los escaparates de herbolarios y farmacias signen siendo, con frecuencia, recla­mos permanentes para el consumo de estos pro­ductos cuya única virtualidad es, en el mejor de los casos, el breve efecto placebo (esa sensa­ción de eficacia que hunde sus raíces en la con­fianza en el que avala el producto).

¿Farmacias para el placebo?
Desde nuestro punto de vista, que un farma­céutico, que presume de cuidar de la salud de los clientes, destaque uno de estos productos colocándolo en un escaparate o en un lugar visible de las estanterías, es suficiente aval. No vale como disculpa decir, como dicen muchos, que si no se toma una medida colectiva, no serán ellos los que den el primer paso. Existe una ética que se supone a todo profesional sani­tario que debería ser suficiente para hacer desaparecer de esos lugares de preferencia pro­ductos que, nadie mejor que ellos, saben que no sirven para nada de lo que dice su publicidad. Cremas anticelulíticas, fajas reductoras de gra­sas, vendas frías, pastillas "adelgazantes", pul­seras magnéticas (¡todavía!), aparatos de ondas alfa, etc. no deberían tener nunca espa­cio en una farmacia.
No puede reclamar respeto a su profesión el farmacéutico que se implica en la venta de pro­ductos milagro que sólo sirven para el engaño por la única razón de los importantes beneficios que dejan. Saben que están engañando cada vez que realizan una venta de esos pro­ductos (no es posible aquí hablar de dispensasión) y su com­promiso con la salud debería llevarles a desaconsejar abiertamente estos productos.
Bien es verdad que no son los únicos res­ponsables de su persistencia. Pero los farma­céuticos que se implican en su venta deberían saber, y lo saben seguramente, que el día en que no se pueda decir de estos productos milagrosos que se venden en farmacias, porque así sea, se habrá dado un paso definitivo hacia su erradi­cación de la vida de los consumidores españo­les.
Así de enérgicos se mostraban los redactores de OCU-Compra Maestra en su número 195 de noviembre de 1996. Poco más hay que añadir al respecto que no se diga aquí y que no haya­mos dicho desde estas mismas páginas con ante­rioridad (véase LAR-39, "De Venta en Farma­cias").
Sí cabe resaltar, de todos modos, que algu­nas acciones se han llevado a cabo a este res­pecto. Así, por ejemplo, la Dirección General de Consumo del Gobierno Aragonés ha orde­nado la inmovilización de los productor Biotta y Neuramina en la comunidad, al considerar que su publicidad les atribuye "propiedades pre­ventivas v curativas que no están demostradas científicamente", según la DGA.
eduardo vicente de vera, director de Consumo, señaló al diario Heraldo de Aragón que "estos productos denominados 'milagro', se anuncian como si aportaran un mayor rendi­miento físico y psíquico -en el caso de la Neu­ramina- o valores terapéuticos y de prevención contra el cáncer -en el de Biotta- hechos sin demostrar". La decisión de la DGA obedece a una advertencia del Ministerio de Sanidad sobre estos productos.
Con el respaldo y el amparo de la ley -al menos en teoría-, quizá haya llegado el momen­to de empezar a denunciar sin tregua los nume­rosos anuncios publicitarios que, sin descanso, inundan las emisiones de radio y televisión ofre­ciendo remedios milagrosos para casi cualquier problema.
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La medicina alternativa

Hemos leído con estupor el artículo del pasado día 24 de septiembre [de La Vanguardia] en el que se dice que el Colegio de Médicos dará reconocimiento oficial a tres especialida­des de medicina "alternativa": la homeopatía, la acupuntura y el naturismo, lo que otorgará lega­lidad a los médicos que las practican. Según el presidente del Colegio de Médicos "se preten­de ayudar a estos médicos a salir del gueto en que se encuentran, pero con rigor y garantías".
Desde nuestro punto de vista, que este colec­tivo se halle en un gueto es responsabilidad de una sanidad sin capacidad para dar salida a par­te de sus licencias y de las propias instituciones por no pronunciarse a tiempo ante la validez de algunas prácticas. La solución no está, en modo alguno, en su reconocimiento. De esta forma se está olvidando el propósito de la medicina, que si no estamos equivocados, es el de procurar la curación del enfermo con métodos debidamente comprobados y no el que los miembros de su corporación se ganen la vida sin temores lega­les.
Resulta preocupante que el Colegio de Médicos decida reconocer unas prácticas antes de que demuestren su fundamento y de que superen los estándares científicos que se exigen a cualquier otra práctica médica.
Parece que para el Colegio de Médicos es medicina todo aquello que practica el poseedor de un título de médico y paga sus cuotas. Tam­bién, por desgracia, hay muchos médicos que carecen de ideas claras sobre qué es la medicina en cuanto a ciencia.
El médico es un importante referente social. Para el ciudadano representa a la ciencia y esta actitud no ayuda en nada a una sociedad que ya está bastante confundida con tanta irracionali­dad como circula por todos los estamentos.
Pensamos que el ciudadano y usuario de sanidad tiene derecho a conocer el trabajo del comité de expertos que ha decidido dar validez a estas prácticas y a un debate abierto sobre este reconocimiento oficial.
Miguel A. Sabadell, Ma Teresa Jiménez, ARP/Escéptics de Catalunya
Carta publicada en La Vanguardia

 

El Papa acepta que el evolucionismo es compatible con el dogma católico

El pasado 23 de octubre, Juan Pablo II reco­noció que la teoría de la evolución "es más que una hipótesis", a pesar de que esta teoría había sido firmemente rechazada y combatida por el Vaticano hasta no hace mucho tiempo.
El Papa hizo estas declaraciones ante la Aca­demia Pontificia de las Ciencias, en un alarde de rapidez "burocrática", al menos si lo compara­mos con los tres siglos largos que tardó en reha­bilitar a Galileo Galileo.
Eso si, Juan Pablo II ha condenado "las teo­rías de la evolución que, en función de las filo­sofías que les inspiran, consideran el espíritu como emergente de fuerzas de la materia viva o como un simple fenómeno de dicha materia", como no podía ser de otra forma. Y es que, evi­dentemente, al margen de que algún día la cien­cia pueda o no llegar a descubrir los entresijos neuronales y el origen de la consciencia, reco­nocer lo contrario sería para el Vaticano "cerrar el negocio".
Juan Pablo II afirma que hoy sería posible poner de acuerdo dos puntos de vista "que pare­cían irreconciliables", en un nuevo ejemplo de la habilidad que ha demostrado la iglesia católi­ca, a la hora de amoldar las escrituras en que basa sus dogmas con los descubrimientos de la ciencia. Flexibilidad que, en cualquier caso, no muestran la mayoría de las creencias protestan­tes, para quienes el evolucionismo es poco menos que un insulto a la dignidad humana.
Habría que preguntar a los simios qué tal lle­van la carga que les ha impuesto la historia de saberse nuestros ancestros y que, por ende, no es imposible que un milenio de estos lleguen a pensar y comportarse como humanos.
Sin ir más lejos, en la pasada campaña elec­toral estadounidense, el candidado republicano Pat Buchanam declaraba en un mitin que "el evolucionismo es una farsa v un insulto. Al menos yo no he desciendo del mono".
Ante tan contundente declaración, algún convencido demócrata contestó:
"No. Todavía no"
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Un nuevo fármaco adelgazante

En un país como Estados Unidos, en el que la proporción de obesos es absolutamente desor­bitada, y a pesar de que ese hecho no parece provocarles graves traumas personales, los pro­ductos adelgazante causan furor. Si, además, el logro de una bella figura no exige grandes esfuerzos por parte del usuario/consumidor, mejor que mejor.
Al igual que ocurrió hace años con el Prozac, y hace poco con la melatonina, de la que ya hablamos en el número anterior de LAR, ahora el producto mágico de moda es el REDUX. Suponemos que, siguiendo la costumbre de aca­bar copiándolo todo aunque sea con retraso, el mágico producto no tardará en llegar a nuestras costas.

En qué consiste
La base del REDUX es una combinación de dos sustancias, fenfluramina y fertermina, que estimulan la producción de serotonina en las neuronas. La serotonina es un neurotransmisor responsable, entre otras cosas, de avisar al orga­nismo cuando se ha comido suficiente, produ­ciendo sensación de saciedad.
En principio, parece el remedio ideal, pero a estas alturas ya estamos acostumbrados a que los milagros no existen.
Ya ha habido quien ha dado la voz de alar­ma, antes los efectos secundarios que se están empezando a comprobar con el REDUX, desde trastornos digestivos -cosa elemental por su modo de funcionamiento, al igual que ocurre con la tiroxina- a sensación de cansancio, mal­humor... Incluso se han descrito daños cerebra­les en animales de laboratorio tratados con REDUX, aunque no se han comprobado dichos efectos en personas -todavía-.
Estos efectos no están suponiendo una limi­tación en las ventas del producto, del que se están exponiendo del orden de 12.000 recetas diarias en Estados Unidos, con un coste del tra­tamiento de unas 300 pesetas diarias.
En principio, el tratamiento debe seguirse bajo supervisión medica, por un tiempo limita­do, y -¡oh, tragedia!- acompañado de una dieta y de ejercicio físico.
Claro que, con dieta y ejercicio físico, ¿Que hace el REDUX que no hicieran ya otros de los fármacos utilizados por los endocrinólogos para tratar a sus pacientes?
Pero lo que la gente busca son remedios mágicos sin esfuerzo, lo que supone que el tra­tamiento debe prorrogarse en exceso para con­seguir el efecto deseado... y todos los indeseados de regalo.
Como comenta J.M.Calvo en el País (25 de noviembre), "REDUX tiene fanáticos a favor y en contra, pero los pacientes que lo han proba­do todo y que necesitan desesperadamente hacer algo con su peso, lo reciben con los bra­zos abiertos y están dispuestos a correr ries­gos ".

Un medicamento en el mercado
Sin embargo, en casi todas las cosas, pero más en temas de salud, lo que nos sobran son fanáticos -a favor y en contra-.
No es sorprendente, aunque algunos se escandalicen por ello, que en España poner en circulación un medicamento nuevo cuesta unos doce años de trámites e investigaciones, y 25.000 millones de pesetas, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los que comienzan el proceso de autorización, no llegan a comerciali­zarse nunca.
En Estados Unidos, el coste de la puesta a punto, incluyendo los estudios químicos y far­macológicos, ensayos en animales, pruebas de toxicidad y demás estudios necesarios, duplica prácticamente su precio en España. Este hecho, sin embargo, no es impedimento para que pro­ductos como el REDUX o la melatonina sean autorizados por la FDA, mientras que resulta mucho más difícil conseguirlo en nuestro país. Desconocemos cuál será la valoración que harán los laboratorios farmacéuticos de esta diferen­cia, habida cuenta de los grandes riesgos finan­cieros que se corren cuando se decide sacar a la venta un nuevo producto, pero desde el punto de vista sanitario es preferible la actitud de la Comisión Nacional de Evaluación de Medica­mentos en España.
No debemos olvidar, además, que en proble­mas de obesidad no causados por disfunciones hormonales, especialmente cuando el interés del paciente es casi exclusivamente estético, conta­mos en nuestro país con la ya famosísima y exportable dieta mediterránea. Esta dieta, junto con un poco de ejercicio físico que, si se hace con regularidad y moderación, no tiene hasta el momento contraindicaciones dignas de reseñar, es sin duda un método de adelgazamiento mucho más sano y barato que el REDUX, por mucho que lo pongan de moda los estadouni­denses.
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La Universidad debe destruir mitos
Durante el desarrollo de un congreso sobre el uso político de la historia, celebrado reciente­mente en Roma, el historiador George Mosse, profesor de la Universidad de Madison, declaró que "La Universidad debería destruir mitos, no crearlos". Según Mosse, lo peor que pueden hacer los jóvenes de hoy, en una sociedad don­de parece que todo se desmorona, es correr en pos de certezas y seguridad, ya que de ahí el paso al racismo y el fundamentalismo es muy pequeño.
En declaraciones al diario La Repubblica Mosse afirmaba que "hoy los abogados del uso de la fuerza son sólo los fundamentalistas, no importa cuáles. Tomemos la derecha cristiana en Estados Unidos. El fundamentalismo protes­tante es muy rígido, con su insistencia sobre los valores de la familia, que después traiciona tranquilamente en la práctica. Se trata de una increíble hipocresía de la que la gente no se da cuenta".
Para este historiador de origen judeo-alemán y afincado en Wisconsin, la solución al proble­ma pasa por "que escuelas y universidades des­truyan mitos en vez de crearlos, que formen mentes críticas. Por eso yo incito siempre a mis estudiantes a que me interroguen, a que no tomen nada por sentado, ni siquiera lo que les enseñamos".
Algo similar recordarán lodos aquellos que hayan tenido ocasión de acudir a alguna confe­rencia de Félix Ares de Blas, expresidente de ARP y conocido divulgador del escepticismo. Ares termina casi siempre sus exposiciones con el mismo mensaje: "No os creáis nada de lo que he contado". Este desconcertante mensaje muestra claramente la actitud de quien busca que cada cual piense, razone y obtenga conclu­siones por sí mismo.
Mosse prosigue comentando a La Repubbli­ca que "soy muy contrario a enseñar valores, tendencia muy de moda hoy día en Estados Uni­dos. O mejor, hay que enseñar valores a los jóvenes, pero el primer valor debe ser una men­te crítica. Sólo cuando un joven se haya forma­do una mente crítica podrá buscar sus propios valores".
"Muchos historiadores tienen miedo a con­taminarse con lo irracional. Es difícil para los historiadores tomar en serio teorías casi reli­giosas, como el nacionalismo y el racismo, pero sin una mirada a los lados oscuros y emociona­les de la historia, se nos escaparía una dimensión importante de la misma.
Me preocupa que los estudiantes acaben sucumbiendo al reclamo de las ideas fuertes. El efecto del racismo es mayor en la era de la ima­gen v la televisión, donde los símbolos, como expresión de la política, alcanzan a millones de personas. Los jóvenes han tenido siempre nece­sidad de una identidad colectiva, y esta necesi­dad se acrecienta en tiempos de crisis. Es ahí donde entran a saco los fundamentalismos de cualquier color y fe".
Comentaba hace tiempo el polémico mon­cho alpuente que "para un observador ajeno y desapasionado, está claro que la desaparición paulatina pero inexorable del comunismo como interlocutor hostil del capitalismo, ha dejado un hueco difícil de cubrir en la mecánica dual y maniquea que mueve o simula mover los engra­najes políticos del tercer planeta del sistema solar. El precario equilibrio entre buenos y malos justificaba hasta hace poco el tejemaneje perpetuo e insondable de unos y otros.
Tras el acuerdo Este-Oeste no han tardado mucho en recurrir los eternos rivales a un rival de reserva, belicoso y dispuesto a ocupar la pla­za vacante, ya no en función de ideologías, fugaces como cualquier otra invención humana, sino con base en las más ancestrales y funda­mentales motivaciones, motivaciones que ya mostraron a lo largo de la historia terrícola su efectividad para mover masas y ponerlas a la greña. La hoz y el martillo han dejado paso a la media luna en un retorno a los modelos clásicos de enfrentamiento tribal. Norte, Sur. Blancos contra oscuros, ricos contra pobres. Al fin y al cabo, terrícolas contra terrícolas, como ha sido, es y será por los siglos de los siglos".
fredric brown auguraba en una de sus obras de ciencia ficción que los humanos sólo serían capaces de unirse, por encima de fronte­ras, razas, religiones o latitudes, frente a una común amenaza; amenaza que, evidentemente, tendría que llegar desde el espacio exterior. Sin embargo, dudamos que ninguna especie inteli­gente de cuantas puedan poblar las galaxias esté dispuesta a asumir esta tarea, y menos aún hacerla coincidir con el 4 de julio, por mucho que esté motivada por "razones humanitarias".
Así pues, ante la ausencia de ayuda extraterrestre, deberemos ser nosotros mismos, pobres mortales, quienes asumamos la tarea de eliminar mitos y absurdas teorías que nos hagan creernos distintos o superiores. Quizá el mundo en que nos movemos no sea el mejor de los mundos imaginables, pero nos guste o no, es el único que tenemos.
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la alternativa racional, noviembre 1996

fotografía

¿Recuerdan esta imagen publicada en el número 38 de LAR? La habíamos llamado "Pentadigitosaurus Cayensis". Claramente, se trata de la huella dejada sobre la piedra por un dinosaurio de cindo dedos. ¿O no?

Bueno. En esta otra imagen del mismo emplaza­miento, pero con distinta perspec­tiva, se puede comprobar cómo, en realidad, la "huella del penta-digitosaurus" es una superposi­ción de las huellas de dos dino­saurios que cruzaron sus trayec­torias. Por cierto, uno de ellos carnívoro y otro herbívoro. En la foto hemos resaltado la huella original, y las trayectorias de los dos dinosarios protagonistas.
¿Recuerdan esta otra imagen? Decíamos en su día que era un ovni. Aunque inventarse ovnis de éstos en lo más fácil del mundo, lo cierto es que éste ni es un objeto, ni vuela. Aunque, quizá, sí podamos identificarlo.

Esta es la foto completa. Tampoco es que se vea demasiado. Pero, ¿si les digo que es un primer plano (desenfocado) de la boca y el alma de un cañón (sí, los de artillería), y que la lucecita del fondo es un simple reflejo?
Moraleja: Si se muestra sólo una parte de la verdad, las conclusiones obtenidas pueden ser totalmente absur­das, o un verdadero fraude.
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la alternativa racional, noviembre 1996

 

cine
¡Que los marcianos acaben con Will Smith!

LUIS ALFONSO GÁMEZ

Digan lo que digan las taquillas -Independence day lleva camino de convertirse en el ma­yor éxito de público de la historia del cine en España- la invasión extraterrestre perpetrada por roland emmerich y compañía no es más que un bodrio, un vulgar remake de La guerra de los mundos.1 Lo único que diferencia ambas producciones es el talento, desbordante en la pe­lícula que realizó byron haskin en 1953 e ine­xistente en la protagonizada en 1996 por el in­sufrible will smith. Cuatro decenios después de asistir a la primera guerra interplanetaria en Technicolor, Hollywood ha vuelto los ojos hacia la sobrecogedora historia de H.G. wells, y la ha convertido en un simple festival de efectos especiales y un baño de patrioterismo barato.
En Independence day -filme que algún que otro crítico ignorante ha equiparado a La guerra de las galaxias-, no hay nada más que explosiones, explosiones y explosiones. Hay tantas que si la sala de proyección dispone de un equipo de sonido mínimamente decente, el es­pectador saldrá del cine con los pelos de punta, así como con la sensación de haber visto ya an­tes esa historia. Porque el taquillazo de este año podría haberse titulado La guerra de los mun­dos y no hubiera pasado nada. Habría sido una infame versión de la novela de Wells; nada más. Es una infame pseudopelícula de pseudociencia-ficción, al igual que los anteriores engen­dros de Emmerich y del productor dean devlin, dos cosas llamadas Stargate y Soldado universal.
El propio Emmerich -que cree que «los avistamientos ufológicos son producto de la imagi­nación, una creación de la mente humana en es­tos momentos en que casi todo nos es explicado y la gente está hambrienta de misterios»- ha re­conocido que el guión se escribió «muv rápido». Y eso se nota porque la historia brilla por su au­sencia y, a cambio, se obsequia a la masa con una demostración de efectos especiales que se prolonga durante dos horas. Independence day ha costado más de 9.000 millones de pesetas, que han ido a parar a unos efectos especiales vistosos, aunque en absoluto innovadores. La película es divertida -también lo es el programa de pepe navarro- y una americanada en el más amplio sentido de la palabra. Además de la pro­pia localización temporal y geográfica de la ac­ción, se nos presenta a los estadounidenses como los únicos capaces de liderar la oposición a las fuerzas invasoras. Para colmo, con todo el gabinete presidencial sepultado bajo las ruinas del cuartel general del Norad, el inquilino de la Casa Blanca va y se sube a un caza para dirigir la ofensiva final. Así, sin más. La sorprendente e ilógica actitud del presidente estadounidense -que deja a su país huérfano y se va a jugar a los marcianos- es sólo uno de los fallos de este caro subproducto.
Sin pretender ser exhaustivo, hay otros tres destacables disparates en la película de Emmerich. Will Smith -que se encarna a sí mismo, pero vestido de piloto- hace alarde de su ilimi­tada ignorancia al tranquilizar a su novia ante la visión del platillo suspendido sobre Los Ánge­les: le dice que los extraterrestres no van a venir de un planeta situado a «90.000 millones de años luz» para exterminar a los humanos. El rapero metido a actor no sólo se equivoca respec­to a las intenciones de los alienígenas, sino que presupone que salieron de su mundo de origen con varios big-bangs de anticipación. ¡Benditos guionistas...!
¿Y qué me dicen de la nave extraterrestre que utilizan nuestros héroes para atacar infor­máticamente a los marcianos? Resulta que ha permanecido en el Área 51 desde que se estrelló en Roswell en 1947 y nadie sabe cómo funciona -se supone que han trabajado en el proyecto los sabios más sabios que en el mundo han sido-
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hasta que el piloto de Bel Air y el antenista jefe goldblum se ponen manos a la obra. El segun­do -a todas luces, un cerebro desaprovechado- resuelve el enigma sin proponérselo en un par de horas; el primero se pone a los mandos del ingenio alienígena como quien se sienta al vo­lante de un deportivo y es capaz de llevarlo en su vuelo inaugural hasta la mismísima nave no­driza de los malísimos invasores. Y -tercer dis­parate- Goldblum da al traste con los planes de los extraterrestres contagiando su presuntamen­te avanzada informática con un virus creado también de la noche a la mañana en un ordena­dor portátil desde el que no tiene ninguna difi­cultad para acceder al sistema utilizado por los invasores. Mucho rizar el rizo, ¿no?
Claro que estos detalles -y otros muchos que habrá, pero no estoy dispuesto a ver la película por segunda vez- pasan desapercibidos para el gran público, al que seguro que los cazas inva­sores resultan familiares. No en vano, su diseño es similar al de las naves de La guerra de los mundos -sospecho que las han rescatado de al­gún escondido almacén-, sólo que los del de­partamento de efectos visuales han hecho un apaño para que parezcan más modernas. Por si eso fuera poco, los alienígenas son primos her­manos del octavo pasajero de ridley scott, aunque su inteligencia sea bastante más limita­da y sus tentáculos, numerosos. Al margen de homenajes a clásicos como Ultimátum a la Tierra -de la que se ven varias escenas en una televisión- y 2001: una odisea del espacio -el ojo de HAL-9000 aparece en el ordenador de Goldblum-, hay imágenes del platillo de turno sobre Washington que ya se vieron en los cines en los años 50.
Así pues, Independence day -que otorga una cierta verosimilitud a las memeces conspiranóicas que tanto agradan a los ufólogos norteamericanos- no ofrece nada nuevo desde ningún punto de vista. La película la conocemos desde poco después de la Segunda Guerra Mundial, las imágenes más espectaculares ya las vimos en el cine hace muchos, muchos años y la música no es nada del otro mundo. Quitado el infantil patrioterismo -lo de querer hacer del 4 de julio el día de la independencia mundial es impropio de una mente adulta-, queda una de esas pelícu­las que la gente confunde con ciencia-ficción por el mero hecho de que salen unos supuestos marcianos, rayos láser y explosiones a tutiplén. Cambiese a los pérfidos extraterrestres por cual­quier enemigo del amigo americano y habremos convertido el filme en uno de hazañas bélicas, por mucho que los chalados de turno crean que la invasión ejecutada por Emmerich ya ha teni­do lugar en el mundo real.
Al aficionado al género, que sale de ver In­dependence day más que escamado, no le van a faltar oportunidades para resarcirse en los pró­ximos meses, empezando por Mars attacks!, de tim burton; Tropas del espacio, de paul ver-hoeven, y Alien 4, de jean-pierre jeunet. A éstas, seguirán, entre otras, la versión cinemato­gráfica la saga de La Fundación, de isaac asimov, las nuevas y esperadas entregas galácticas de la factoría de george lucas, y Men in black, donde el insoportable Will Smith -¡una pena que los extraterrestres de Roland Emme­rich no lo hayan borrado de la faz cinematográ­fica del planeta!- volverá a practicar la caza del marciano. ¡Que la Fuerza nos acompañe!
Notas
1.- Independence day. Director: Roland Em­merich. Intérpretes: Bill Pullman, Will Smith, Jeff Goldblum y Mary McDonnell. Twentieth Century Fox. Estados Unidos.

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la alternativa racional, noviembre 1996

 

libros

Claves del Mundo Perdido

La última novela de Michael Crichton, continuación de Parque Jurásico, conjuga aventuras en una isla habitada por dinosaurios con discusiones científicas de rabiosa actualidad.

xabier PEREDA SUBERBIÓLA

michael crichton, el autor de Parque Ju­rásico y otros best-sellers, tiene algunos pun­tos en común con sir arthur conan doyle, el creador de sherlock holmes. Crichton es diplomado en medicina, pero hace tiempo que abandonó la profesión para dedicarse plena­mente a escribir novelas. Como ya hiciera Conan Doyle en 1912. Crichton ha titulado su úl­timo libro The Lost World (El Mundo Perdido) y ha convertido de nuevo a los dinosaurios en los principales protagonistas del relato.
El Mundo Perdido es la segunda entrega de Parque Jurásico, obra de ficción llevada al cine por steven spielberg en 1993. Esta es la primera vez que Crichton consiente en prepa­rar una continuación de una de sus novelas. Crichton conoce bien el fenómeno de la "dinomanía" y sabe cómo explotar­lo. Parque Jurásico ha sido un éxito en librerías, y la pe­lícula ha batido récords de audiencia. En cifras, las ven­tas de la novela alcanzan los 10 millones de ejemplares y los ingresos de la película su­peran los 900 millones de dó­lares. El Mundo Perdido se puso a la venta en los Estados Unidos a principios del otoño de 1995, y ocupa ya el primer puesto de los libros más vendi­dos. Además, está previsto que la versión cinematográfica, que llevará el mismo título que la novela, llegue a nuestras pantallas en 1997, de la mano de Spielberg y MCA-Univer-sal.
Si Conan Doyle si­tuaba la acción de su novela en una región inexplorada del Ama­zonas, El Mundo Perdido de Crichton recupe­ra los ingredientes del Parque Jurásico en una isla remota de Centroamérica. Han transcurri­do varios años desde la destrucción del parque y la compañía biotecnológica que creó los di­nosaurios ha quebrado. Sin embargo, el descu­brimiento de "lagartos aberrantes" en varias islas de Costa Rica atrae la atención de Ri­chard Levine, un joven y arrogante paleontólo­go. Al igual que el profesor Challenger, héroe de la novela de Conan Doyle, Levine está con­vencido de la existencia de un mundo perdido poblado de dinosaurios. Junto con Ian Malcolm, matemático iconoclasta sobreviviente del Parque Jurásico, y otros personajes (una bióloga, un ingeniero, un mecánico y dos ni­ños superdotados), Levin organiza una expedi­ción a la llamada Isla Sorna. Allí descubren el laboratorio en el que se creaban, por ingeniería genética, los dinosaurios que, más tarde, se ex­hibían en el "parque de atracciones jurásico". Las instalaciones están abandonadas y los di­nosaurios campan a sus anchas por la isla. Los detractores de Crichton dicen que su estilo literario es mediocre; que sus novelas se construyen sobre premisas simplistas; que están cargadas en exceso de diálogos, y que sus perso­najes carecen de personali­dad. No obstante, Crichton ha dado con la fórmula mágica para escribir novelas de éxi­to: una mezcla de misterio y aventuras, aderezada con discusiones científicas de rabiosa actualidad. El Mun­do Perdido es un buen ejem­plo. Los protagonistas se en­frentan a múltiples peligros, encarnados bajo la forma de temibles dinosaurios carní­voros, léase una pareja de tyrannosaurus Rex o una jauría de velocirraptores. Otros ha­bitantes de El Mundo Perdi­do son los mismos que apa­recían en la novela Parque Ju-
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rásico: los pequeños carroñeros llamados compis, los dinosaurios "de pico de pato", los triceratops y el estegosaurio. Los apacibles brontosaurios y los belicosos paquicefalosaurios completan la escena. A lo largo de la novela, Crichton introduce numerosos comentarios so­bre cuestiones científicas en boga: los meca­nismos de la evolución, la complejidad del mundo viviente, la extinción de las especies, etc. El resultado es un cóctel desigual, desde un punto de vista literario, pero atractivo, a juzgar por el éxito de ventas. El editor de Crichton alega que a éste no le interesa el esti­lo literario de sus obras sino educar y entrete­ner a sus lectores.
Crichton es un escritor curioso, al que le gusta documentarse antes de redactar sus no­velas. En el capítulo de agradecimientos del li­bro, Crichton cita a una serie de científicos, al­gunos de ellos de primera línea, cuyas obras le han servido de inspiración. El Mundo Perdido, además de una novela de aventuras, pretende ser una reflexión sobre las catástrofes natura­les del pasado y los peligros de la civilización moderna. Crichton se hace eco en la introduc­ción del libro del actual interés científico por la extinción, y pone en boca del matemático Malcolm los siguientes propósitos: "No es ca­sualidad que los seres humanos muestren tan­to interés por la extinción de los dinosaurios. El ocaso de los dinosaurios posibilitó el desa­rrollo de los mamíferos, incluida la especie humana. Y eso nos lleva a preguntarnos si la desaparición de los dinosaurios va a repetirse tarde o temprano en nosotros; si, en el nivel más profundo, la culpa no recae en el ciego destino (en un feroz meteorito procedente del cielo), sino en nuestro comportamiento" (p. 15). Crichton rinde tributo, en el prólogo, a la escuela de Santa Fe, en California, cuyo prin­cipal exponente es el también médico (y ena­morado de la lógica matemática) stuart kauffmann, y a sus ideas sobre el "borde del caos" ("En lo más profundo del régimen caó­tico los pequeños cambios en la estructura causan casi siempre enormes cambios en el comportamiento. Un comportamiento comple­jo controlable es, por lo visto, imposible", p. 9). Crichton plantea otras cuestiones de ac­tualidad, como es el caso de los tecnomitos modernos (p. 27), el debate sobre la evolución (p. 244-250), o lo efectos nocivos de un mundo dominado por los medios de comunicación: "La comunicación de masas anula la diversi­dad. Uniforma todos los rincones del planeta. Bangkok, Tokio o Londres se convierten en lo mismo: un McDonald en una esquina, una tienda de Benneton en otra, y una tienda de Gap al otro lado de la calle. Las diferencias regionales se desvanecen. (...) A la gente le preocupa que se pierda la diversidad de las es­pecies en las selvas tropicales; pero, ¿y la di­versidad intelectual, nuestro recurso más va­lioso?" (p. 353).
Otro de los alicientes de El Mundo Perdido es, como ya ocurriera en Parque Jurásico, el de ofrecer una visión moderna de los dinosau­rios. Las dos novelas de Crichton y la película de Spielberg rompen con los estereotipos pro­fundamente arraigados en la cultura popular, y ofrecen una nueva imagen de los dinosaurios y del mundo en el que vivieron. Las bestias tor­pes, lentas, pesadas y estúpidas de antaño, que estaban condenadas a extinguirse por falta de recursos adaptativos, se han convertido en criaturas ágiles, activas e inteligentes, dotadas de un metabolismo particular y un comporta­miento social complejo (p. 101-102). A nues­tro juicio, uno de los mayores atractivos de Parque Jurásico y El Mundo Perdido reside en la moderna iconografía de los dinosaurios. Por citar sólo los ejemplos más elocuentes, inspi­rados de los trabajos de john ostrom, john horner y otros paleontólogos, los raptores ca­zan en manada y atacan a sus presas utilizando sus afiladas garras; el tiranosaurio se mueve sin torpeza, y adopta una postura funcional, con el tronco casi horizontal y la cola elevada en el aire; los hadrosaurios anidan en grupo y se ocupan de su progenitura; y los saurópodos se desplazan en manadas, adoptando una orga­nización espacial para proteger a sus crías del ataque de los depredadores. Algunos científi­cos piensan que Crichton y Spielberg, además de enriquecerse personalmente gracias a los dinosaurios, están ayudando a cambiar las fal­sas ideas sobre estos animales más de lo que lo han hecho veinte años de intensa divulgación científica. Al menos en este sentido, la in­fluencia de la "dinomanía" puede ser benefi­ciosa para la paleontología y la cultura cientí­fica en general.

EL LIBRO
The Lost World
Michael Crichton
Alfred A. Knopf, 1995. 416 pp.
Edición castellana: El mundo perdido (Parque Jurásico II) Plaza & Janes, Barcelona, 1995 , 421 pp.
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La Ciencia es Cosa de Hombres (Homo Sapiens)

félix ares

Acaba de editarse este libro de nuestro ami­go manuel calvo hernando que fue Premio de Divulgación Casa de las Ciencias en 1995. No es un libro sobre escepticismo, pero sí apro­vecha algunas esquinas para poner los punto so­bre las íes sobre las Falsas ciencias como él las llama. El libro tiene muchas cosas buena., Una de ellas es que cuenta la aventura humana que hay detrás de la ciencia, con errores, y no sólo los aciertos. Era una obra necesaria.
En una de las citas diferencia perfectamente la ciencia de la pseudociencia: "La tragedia de la ciencia es la destrucción de una bella hipóte­sis por un hecho desagradable" (Thomas Henry Huxley). La ciencia destruye sus bellas hipóte­sis por los hechos; la pseudociencia ignora los hechos que no se adaptan a sus bellas hipótesis.
"La ciencia estricta es una escuela de mo­destia, de valor intelectual y de tolerancia; muestra que el pensamiento es un proceso, que no hay hombre que no se haya equivocado en cierta proporción, que no hay dogma que im­placablemente no se haya desmoronado ante el embate de los hechos nuevos. Por eso es nece­sario enseñar la ciencia a todo el mundo; v no solamente la ciencia, sino la historia de la cien­cia" (Ernesto Sábato).
Es curioso: la ciencia como tolerancia. ¡Que lejos está esta reflexión de los postulados pseudocientíficos! Siempre llaman intolerantes y Torquemadas a los científicos...

EL LIBRO
La Ciencia es cosa de hombres (Homo Sapiens)
Manuel Calvo Hernando Celeste Ediciones, 1996

 

El Desafío Oscurantista

alfonso marco

En un mundo de referencias religiosas intan­gibles, hasta el creyente con más amplitud de miras suele ver al ateo como una especie de indigente espiritual, sin considerarse tal criterio intolerante ni mucho menos ofensivo.
Desde luego no es considerado un razona­miento recíproco cual sería considerar la fe en íntima conexión con los impulsos supersticiosos de la ilusión. Tal razonamiento sería juzgado, con toda probabilidad, como de (...) " irritante vanidad v (…) agresión más o menos inculta (...). El ateísmo es considerado (...) árido por naturaleza, espiritual v socialmente, e incluso extravagante ostentación" (...)
La respuesta social a estas reflexiones es una especie de "práctica atea" de una mayoría, atea por comodidad o vagancia intelectual y, al mis­mo tiempo presa fácil de las supersticiones se­culares. Estas supersticiones seculares triunfan porque (...) "sabemos que sin la fe es posible mover montañas - basta con la tecnología -, pero nos atormenta justamente la duda de que sin ella resulta turbador - y vil - mirar de fren­te al pobre y al que sufre". El ateísmo no sería para paolo flores más que una sobria negativa a ocultar nuestra ineludible finitud.
Flores insiste, además, en una tesis que aun­que obvia, resulta lamentablemente obviada: "El ateo se limita a pedir al creyente que re­nuncie a imponer su propia fe personal y la mo­ral de la iglesia". Quiere que esto sea un testi­monio si así lo desean, pero que no pretendan un papel público.
Dentro de este contexto de anatemización del discrepante racionalista se encuadra el papa Wojtyla, factótum de la "proclamada cruzada oscurantista contra el espíritu crítico y la he­rencia de la ilustración". En definitiva, contra los ciudadanos sin divinidades ni dogmas y, por ello, dueños de ellos mismos. Este horizonte de ilustración y del espíritu crítico es el que está por conquistar.
Para la iglesia católica, la modernidad, con sus atributos de autonomía de la razón y de la capacidad librepensadora secularizada, es hija de la ciencia y la herejía; heredera de la hetero­doxia y la crítica, (...) floración del pensamien­to libre, compromiso de bienestar y promesa de ciudadanía. Frente a estos ideales, la iglesia se arroga el título exclusivo de Zahori del bien y del mal, de custodio de la verdad ético-históri­ca, por medio de la difusión dogmática de la respuesta de la fe. Frente a este reinado ecle­siástico del ordo moral, el del ordo racional del futuro será de astrólogos y echadoras de cartas.
Para la iglesia resulta intolerable que la ra­zón pueda, siquiera pretenda, emanciparse de la fe pues "la incapacidad de acoger la verdad -¡católica! - es la enfermedad de la razón " y, la
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auténtica democracia sólo es posible sobre "una recta concepción -¡también católica!- de la per­sona humana (sic)" (...) Tal excomunión vati­cana, y de las religiones reveladas, se basa en declarar la impotencia de la sociedad para resol­ver sus problemas en tanto se gobierne con la sola razón, la cual debe, necesariamente estar sometida a dios.
Paolo Flores plantea la posibilidad de dejar la palabra a la ciencia liberada de la tutela teo­lógica. El integrismo doctrinario, las supersti­ciones, convierten en fundamento de verdad lo que no es sino sugestión y piadoso deseo; una estrategia de fuga para exorcizar el terror a la naturaleza y al enigma doloroso de la muerte, a la participación en la ruleta rusa de un cosmos indiferente y ajeno a nuestros pesares. Es el co­nocimiento y el reconocimiento de nuestra indi­gencia intelectual lo que nos hace libres y res­ponsables frente a la fe, un sucedáneo, una ilu­sión, un ansia de consuelo para el exorcismo de la finitud.
Frente a este dominio fideísta, el libro nos propone no sólo un despliegue científico-tecno­lógico, sino también ciudadano que implique la negación escéptica de la fe y, en general de las supersticiones. Cierto es que, en nombre de la religión, se han realizado obras y gestos subli­mes, pero también las más "inmundas devasta­ciones de la dignidad humana".
La alternativa es, decididamente, la demo­cracia como lugar que ofrece una identidad pro­pia a los ciudadanos, sin obligarles a identifi­carse con sujeto colectivo, una comunidad de personas libres, no sometidas a ninguna clase de "Diktat". La democracia sería algo como una "iglesia donde todos son herejes". Velar por un régimen así, exige velar por la crítica y contra el asedio oscurantista que celebra sus rituales en la caída del espíritu crítico.

EL LIBRO
El Desafío Oscurantista
Paolo Flores D'Arcáis
Anagrama, colección 'Argumentos', 1994
Prologo de Fernando Savater
Titulo original: Etica senza FEDE

Skeptoon

Harry Edwards

Sencilla obra de apenas 75 páginas, en las que va explicando, una a una, nu­merosas pseudociencias, desde algunas pseudomedicinas al espiritismo, pasan­do por la quiromancia o la telekinesis. Cada uno de los temas tratados lo presenta Edwards jalonado de anéc­dotas y de sencillos argu­mentos para explicar el sinsentido de las pseudociencias. La finalidad del libro es introducir al lector en al­gunas de estas creencias y examinar la validez de las afirmaciones que hacen.

Magic Minds and Miraculous Moments

Otra obra de Harry Edward, editor de Skeptic, la revista escéptica australiana. Magic Minds and Miraculous Moments es un compen­dio biográfico de hombres y mujeres cuyos únicos poderes comprobados han sido conseguir la admiración de sus públicos o la veneración de sus asiduos lectores, pero que no han sido capa­ces de probar ninguna de sus afirmaciones más fantasiosas. Por sus páginas desfilan George Adamski, Sai Baba o la mismísima Madame Blavatsky.
Ambos libros, en ingles, son edición del au­tor, y se pueden conseguir a través de ARP.
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la alternativa racional, noviembre 1996

correo del lector

¿Policías y videntes?
Javier López (Terrassa)
Oficial del Cuerpo Nacional de Policía.

Hace ya tiempo que vengo sufriendo, gracias a los medios de comunicación, las declaraciones de supuestos "adivinos" o "videntes" en las que nos hacen saber su colaboración, más o menos frecuente, con las fuerzas de seguridad, con el fin de ayudarlas a localizar personas desapareci­das, secuestradas, perdidas, etc. Añaden tam­bién estas buenas gentes que es la propia Policía la que acude -supongo que desesperada- a los "adivinos" confiando en sus incontestables "po­deres" para la resolución de algunos casos. Igualmente sabemos por estos dotados que no cobran nada por tan meritorio y abnegado traba­jo.
Curiosamente, cuando el periodista de turno interroga a estos "videntes" solicitándoles datos concretos sobre algunas de estas espectaculares y humanitarias intervenciones, responden di­ciendo que no pueden facilitar información so­bre el tema ni mentar nombres. Al menos, pien­so yo, podrían explicarnos cuáles son las razo­nes que les obligan o inclinan a guardar silen­cio, pero ninguno se presta a ilustrarnos sobre ellas.
Pues bien, todo esto es, como si no lo supie­rais, completamente falso. Veamos por qué:
1.- La Policía NO acude a "videntes" para resolver sus problemas. En todo caso, serán los propios "dotados" los que llaman y se acercan a las fuerzas policiales para comunicarles el re­sultado de sus visiones, intuiciones, inteleccio­nes, o lo que sea que tengan; NUNCA al revés.
El que suscribe, con cerca de diez años de servicio en un cuerpo de seguridad del Estado, no conoce ni le consta ocasión alguna en la cual la actuación o el testimonio de un "vidente" haya servido para algo.
Es cierto que, en muy determinadas ocasio­nes -un secuestro, por ejemplo- cuando se care­cen de pistas o se ha llegado a un punto muerto en la investigación, la Policía puede proceder a comprobar informaciones facilitadas por "vi­dentes" y demás locuelos. Y esto siempre que se aporten datos concretos. Puede explicarse esta manera de proceder, ya que cabe en la medida de lo posible que una persona sepa realmente algo sobre el tema, pero co­munique lo que conoce de este modo, prefiriendo ocul­tar su identidad para no ver­se implicado.
Resumiendo: en determinadas circunstancias se investiga todo, venga la información de don­de venga, pero el éxito de los "dotados" aún está por ver.

2.- Si un "vidente" realmente resolviera un caso, no tendría por qué ocultarlo o guardar silencio. Veamos las distintas posibilidades que se nos ofrecen:
a.) El "adivino" de turno localiza a una per­sona desaparecida, perdida o fugada de su do­micilio. En estos casos, ni siquiera se produce intervención judicial porque desaparecer, per­derse o fugarse no constituyen, en principio y por sí mismos, faltas o delitos penales, ni tam­poco infracciones administrativas. Aquí sólo in­terviene la Policía, la cual no tiene motivo legal alguno para pedir al "vidente" que se mantenga "callado" (a no ser que queramos apropiarnos de todo el mérito).
b.) El "adivino" dice haber localizado a un secuestrado o a la víctima de cualquier otro de­lito violento (como serían el asesinato y el ho­micidio, por ejemplo). En estas cuestiones la in­tervención de los órganos judiciales es obligada por tratarse de delitos públicos. Permítaseme poner un ejemplo clarificador:
Supongamos que el autor de estas líneas en­cuentra, mientras pasea tranquilamente por el campo, el cadáver de una persona con indicios de muerte violenta. Pues bien, una vez ha co­municado el hecho a las autoridades (pues esta­mos obligados todos a ello por la ley), tengo el perfecto derecho a proclamar a los cuatro vien­tos que he sido yo el descubridor del cuerpo del desgraciado, incluso si se hubiese decretado a continuación el secreto sumarial, el cual es sim­plemente una disposición del Juez Instructor competente, durante la llamada fase de instruc­ción, en la que éste decreta el secreto para las actuaciones procesales durante un tiempo (dili­gencias de todo tipo tales como declaraciones, práctica de pruebas, etc.). Pero el mencionado secreto sólo afecta a las actuaciones siguientes al conocimiento de la ejecución del delito. A lo sumo, en el caso del ejemplo anterior, la autori-
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dad judicial podrá ordenarme que no divulgue ciertos detalles o aspectos que pudieran afectar a la investigación (cómo y dónde se encontraba exactamente el cadáver, objetos hallados junto al mismo, etc.) pero nada más. Es decir, el se­creto sumarial atañe a la parte investigativa pero no al conocimiento del hecho delictivo en sí que es el desencadenante de las actuaciones proce­sales. El hecho de que haya encontrado al inter­fecto paseando o mediante un sueño es absoluta y totalmente irrelevante para la aclaración del delito.
En conclusión, si fueran ciertas estas histo­rias, los "adivinos" implicados podrían dar a co­nocer a toda la humanidad sus éxitos con nom­bres y apellidos puesto que, como ya hemos vis­to, no tienen obligación legal alguna de callarse, y además contarían -y esto sí que sería definiti­vo- con el aval de jueces y/o policías. El hecho de que no ocurra así es la mayor prueba de la falsedad de sus afirmaciones.


'Ultimátum a la Tierra'
o el regreso del hijo del carpintero
Luis Alfonso Gómez (Bilbao)

Edmund H. North, guionista de Ultimátum a la Tierra (1951), introdujo en la historia ori­ginal de harry bates, titulada El amo ha muerto, numerosas referencias religiosas, como apunta félix ares en su recensión del libro de curtís peebles Watch the skies! Klaatu, el extraterrestre encarnado por michael rennie, no sólo muere y resucita para redimirnos de nues­tros pecados, sino que cuando «escapa fiel hos­pital se identifica con el hombre cuyo traje ha tomado. El nombre es Carpenter, carpintero y lo adopta como suyo. Esto forma parte del parale­lismo con Cristo, un aspecto que la novela ori­ginal jamás había explorado», ha destacado jim wynorsky.1
Ultimátum a la Tierra reúne buena parte de los tópicos de la iconografía ovni, y es además una película extraña para la época. «Este filme -ha escrito josé maría latorre en un ensayo sobre el cine fantástico de los años 50- pertene­ce al género de la ciencia ficción antes por su base narrativa -lo que cuenta que por su puesta en escena -cómo lo cuenta-, en lo que se apro­xima al pensamiento de asimov».- La película de rorert wise, una de las favoritas de Ares, es, para mí, una de las mejores de los años 50.
En ella, vemos por primera vez a un extraterrestre benévolo que viene a la Tierra a advertirnos del peligro del armamento nuclear. (La gran pantalla popularizó el mensaje mesiánico extraterrestre meses antes de que los venusianos di­jeran lo mismo al contactado george adams-ki.)
Klaatu es el único alienígena con buenas in­tenciones de la guerra fría. Y, por si el mensaje mesiánico fuera poco, el guionista de la pelícu­la se tomó la libertad de añadir sus propios gui­ños religiosos.
Curiosidades al margen -Ultimátum a la Tierra es uno de los clásicos a los que se rinde homenaje en la infame Independence Day-, lla­ma la atención el escaso interés que ha mostra­do tradicionalmente la comunidad ufológica por la ciencia ficción, un género literario y cinema­tográfico que tenía platillos volantes antes de que nadie hubiera dicho que los había visto, un género de cuya perversión nació uno de los mi­tos del siglo XX.
Notas
1.- wynorski, jim (Ed.): Vinieron del espacio exterior. La ciencia ficción en el cine [They came from outer space]. Trad. de Domingo Santos y Francisco Blanco. Edi­ciones Martínez Roca (Col. «Super-Ficción», N° 86). Barcelona 1983. 175 páginas.
2.- latorre, josé mari'a: «Años 50, años de paranoia. Un género sin lenguaje propio». En Nosferatu. Revista de Cine (San Sebas­tián), N° 14-15 (Febrero 1994), 4-13.

Los ojos del Mississippi
Carlos López (Zaragoza)

El día 9 de Septiembre decidí dar un voto de confianza a pepe navarro. Esperé paciente, viendo desfilar por el rabillo del ojo los perso­najes por los que España padece, desde el nue­vo rostro de Antonio Anglés hasta la nueva ima­gen de Pepelu como caricatura del periodista que sabe demasiado, cuya vida corre peligro por lo que se le pueda escapar y con el que podría identificar a más de uno que yo me sé, pero que no quiero decir... Esperaba, digo, leyendo un li­bro de Lord Dunsany y buscando un paralelo entre sus historias oníricas, dignas de las para­noias de la mente más cargada de hierba, y la re­alidad que me intentaba mostrar el periodista nocturno.
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Y todo por ver, al final del programa, cuan­do ya era el día siguiente, cómo trataba un asun­to que ocurrió en Zaragoza el 28 de Junio y la aparente repetición del fenómeno en Trujillo (Cáceres). Y para ello no reparó en medios, in­vitando al programa al investigador de campo iker jiménez, colaborador de la revista Enig­mas. Al Señor Navarro, por lo visto tan ocupa­do, se le pasó por alto pedir la opinión de sus técnicos, quienes con toda seguridad habían identificado ya la imagen (que para la mente de Iker, al principio, era una nave) como un efecto técnico de la cámara de vídeo, concretamente relacionado con el autofocus, cuando la dirigi­mos a un punto brillante distante y aumentamos el zoom. Háganlo ustedes mismos, experimen­ten, ya que al ufólogo también se le pasó co­mentarlo. Todo parece indicar que la astronave ID4 de Cáceres era en realidad Júpiter, y, según los resultados de la investigación1 realizada por miembros y colaboradores de ARP en Zaragoza, lo que se vio sobre el campo de maniobras de San Gregorio, al norte de esta localidad, eran bengalas (probablemente de reactivación) de cualquiera de los ejércitos que lo pisó2. Pero volvamos al portento que emite TELE 5, por­que el señor Navarro tampoco vio la tele el día del suceso, o no se acordaba, ya que creyó estar ofreciendo las imágenes en exclusiva (lo repitió 4 veces). Yo lo vi tres meses antes en todas las cadenas de difusión nacional (excepto en Canal+, y porque no veo autonómicas). Esta (¿apa­rente?) falta de profesionalidad estaba compar­tida con la del resto de los asistentes al debate (Iker Jiménez), cuando el primero dio cancha y morbo al otro al decir que los círculos concén­tricos de la cosa hacían que pareciera un ojo, y lo que permitió que el afamado cuentista se pu­siera a hablar de ojos voladores, por cierto bas­tante presumidos, ya que siempre que se han visto estaban mirando a la cámara. En resumen, lo que todos esperábamos se confirma: la repre­sentación del extraterrestre poseso y las apari­ciones marianas que a todos nos apasionaban en la primera etapa del programa (la de Rambo) han sido sustituidas por una absoluta falta de respeto hacia el periodismo, el rigor y la lógica. Sinceramente, Sr. Navarro, cada vez me cuesta más cruzar el Mississippi.
NOTAS
(1) Los resultados no fueron aceptados por el diario Heraldo de Aragón porque ya habían cerrado el caso. La confirmación de que ya lo sabían todo llegó en el suplemento del domingo con una gran "X" en la portada. Ya se puede imaginar el lector lo que había dentro.
(2) El ejército español abandonó el campo ese mismo día al finalizar las maniobras Cierzo'96, pero justo después se esperaba al ho­mólogo holandés para hacer uso del campo. En una cosa parecía tener razón el ufólogo: el mutismo de los militares ante el asunto, según él comprensible, aunque parece ser que querían guardar en secreto las manio­bras extranjeras, vaya vd. a saber por qué.

¿OVNI o globo?
Iker Jiménez (reportero de Enigmas)

Preclaros amigos de ARP:
Empiezo a ver por donde van sus tiros. Lógica­mente el ser reportero de la revista ENIGMAS ya les da derecho a mentir sobre lo que escribo. Yo soy periodista, y por eso siempre he dado oportu­nidades a las dos caras del fenómeno que he trata­do. ¿Acaso no se acuerdan los señores armentia y gámez cuanto tiempo nos pasábamos charlando por teléfono para grabar los reportajes del progra­ma de ONDA MADRID en el que yo trabajaba en 1994?. Cuanto agrado ponían las "cabezas visi­bles" de su asociación cuando veían como un joven periodista planteaba los temas dando cancha a to­das las posturas con orden y respeto. JJ benitez y armentia, carballal y gámez, sierra y... siem­pre había una contrapartida para debatir los temas de actualidad "pseudocientífica".
Mi ideología ha sido no faltar el respeto a na­die, dejar que sean los oyentes/lectores/televidentes los que extraigan sus conclusiones. En ninguno de mis trabajos (sobre todo radiofónicos) he deja­do de llamar a representantes de ARP ¡aunque mi propio director de ONDA MADRID me presiona­ra para desistir!. Ese es mi comportamiento, muy diferente del que emplean ustedes. Y han sido us­tedes, como siempre, los que empiezan la batalla. Mis colegas, esos jóvenes, y los que no lo son tan­to, sabían mucho más que yo de ustedes. Podía po­nerme a MENTIR sobre lo que hacen, como acaba de ocurrir en su boletín al referirse a mi trabajo; pero no lo he hecho. Quizá soy más racional que algunos que llevan esa palabra como hipócrita ban­dera. Les he respetado, he mantenido mis ideas y he hablado con dos de sus "miembros visibles" en determinadas fases de mi trabajo. ¿Acaso no se acuerda el amigo Armentia (que dejó radicalmente de serlo por su parte) o Gámez como me invitaban a su congreso de ARP que se iba a celebrar en
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Pamplona?. Mala y sectil memoria es la que tienen. Han roto el respeto. Quizá piensen que todos so­mos iguales... y en referencia a ustedes no se equi­vocan. Ahora me doy cuenta de la razón que tienen "sus odiados" Carballal, Sierra, Cardeñosa... Ami­gos de ARP, considérenme uno más de ellos. Uno más que opina que son ustedes un hatajo de menti­rosos.
Y ahora, como hacen los caballeros, dando la cara, avisando y escribiendo a quien debe saberlo, les expongo "con racional escepticismo" como MIENTEN al referirse de mi trabajo. Lo que no me explico es el motivo:
- En su último boletín , en el apartado de recor­tes de prensa referido a "Explotan el duende de Za­ragoza", hay una nota de redacción en la que es­criben sobre mi artículo "1995: análisis de una ole­ada ".
\- Dicen que F.J.O publica ese artículo en el mismo número del artículo de Bruno. Pero, ¿uste­des saben leer?. Creo que el Número I año I no es el mismo que el número 2 año 2. Bueno, una ton­tería ¿verdad?; pues para mi no lo es. Si siempre hablan con esa exactitud al referirse al trabajo de los demás ¿que clase de alternativa racional repre­sentan ustedes? ¿ no deberían racionalizarse y po­nerse galas a la vez?
2- El caso aparecido en la lista como el del 23/11/95 a las 18:00 horas en Zaragoza y 18:30 en Huesca NO SE REFIERE AL GLOBO CÉLEBRE. En un boletín ya comenté que había varios testigos que incluso A LA VEZ que el aparato meteorológi­co vieron una esfera extraña. No se trata del Globo famoso que cruzó España, eminencias. Yo mismo me desdije en torno a este caso, ya que las eviden­cias deben serlo para todos.
3- ¿Cuando digo que ese artefacto es un INGE­NIO EXTRATERRESTRE?, ¿donde? ¿cómo?... SEÑORES DE ARP, ESTÁN MINTIENDO. Jamás he dicho, QUE NADA SEA UN INGENIO EX­TRATERRESTRE. JAMAS.
No falseen la realidad. Ustedes saben que yo nunca he escrito eso. Ni en ese ni en ninguno de mis artículos. Quizá yo dude más que ustedes (so­bre todo en los pintorescos inicios de algunos) de la existencia de INGENIOS EXTRATERRESTRES en nuestros cielos.
Como les digo, ahora me doy cuenta de muchas cosas. Les he mantenido el respeto y ustedes lo han quebrantado. Esa actitud, la que ha proviene de us­tedes mediante la falacia, me hace ser consciente de la dimensión en la que su asociación se mueve. No soy ningún mesiánico; no creo en los contactos con extraterrestres, como parece que quieren hacer saber a sus lectores; pero tampoco miento como ustedes. No se que es peor.
Seguramente lo segundo sea más indigno. Cuando vuelvan a mentir sobre mi avísenme, por favor.

Amigo Iker:
Respecto a la primera matización que nos ha­ces, cuando en el último número de LAR decía­mos "En ese mismo número de Enigmas..."nos re­feríamos al mismo número en el que salió publica­da la carta de Eduardo Giménez y su réplica (fe­brero, 96), y no el primer número, en el que se pu­blicó el artículo de Cardeñosa. Lamentamos no haber sido suficientemente "explícitos", pero el error no fue nuestro, y menos la mentira intencio­nada.
En cuanto a la lista de casos 'ovni' que acom­paña a tu artículo, el día 23 de noviembre de 1995 figuran dos avistamientos, uno en Huesca y otro en Zaragoza con tan sólo media hora de diferencia. Dados esos datos no hay ninguna razón para su­poner que no te estás refiriendo al famoso globito del INTA, máxime cuando se habla profusamente del mismo en la sección "Noticias Breves" del mis­mo ejemplar de Enigmas, sección de la que eres uno de los coordinadores. Puede que en otro bole­tín -que no poseemos- matizaras que no te esta­bas refiriendo al globo, pero en ese ejemplar de Enigmas no lo dices. Puede que aquel día, en el mismo sitio y a la misma hora, alguien viese dos objetos. Pero olvidas quizá que, si no estamos mal informados, lo que cayó en Huesca fue la carga útil del globo con un paracaídas, y no el globo en sí, que siguió volando. Había por tanto dos objetos, y no uno. (Es sólo una hipótesis). Si no fue así, por favor, háznoslo saber. Nos interesa mucho.
Finalmente, en lo que se refiere a que en nin­gún momento dices que se trate de un ingenio extraterrestre, ES CIERTO. Acepta nuestras discul­pas y nuestra rectificación.
Lo que sí haces, en cualquier caso, es referirte a él como un 'ovni', tanto en la lista del artículo, como en la sección de "Noticias Breves" (aunque no fueras tú personalmente quien lo escribiera). Al margen de la carga semántica que conlleva la pa­labra 'ovni', mucho más rica en significado para la gente de la calle que un simple objeto volador no identificado, reconocerás que, para ser un 'no iden­tificado', sabemos muchas cosas de él, ¿no? Ori­gen, tamaño, composición...
Para terminar, permítenos asegurarte que, ni por parte del señor Armentia, ni de ningún otro miembro de ARP existe animadversión alguna ha­cia tu persona, que los errores (los nuestros) se pueden y se deben corregir, y que una luz en el cie­lo más o menos no merece enemistades persona­les.
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la alternativa racional, noviembre 1996

historias eXotéricas

por Caio Lapsus

Un día más el Sol se había ocultado tras la muralla oeste del castillo, y permanecerá ahí, se­parado por la inmensa mole de piedra y musgo de los ahora dominios del Señor de las Tinieblas, hasta la mañana siguiente. Era una alternancia de poder que había sido establecida mucho tiempo antes, tan atrás que todos los habitantes del lugar -hombres, mujeres, niños y animales- la habían aceptado como normal. Todos sabían que duran­te el día, la luz del Sol les protegía, y no debían temer nada, pero en cuanto el último rayo se es­condía tras la muralla oeste, las sombras eran li­bres de extenderse por doquier y actuar según los designios de su Señor, el Señor del Castillo, el Señor de las Tinieblas.
Todos lo sabían, y todos lo habían aceptado. Todos excepto Hans e Ingrid. Los dos jóvenes, cegados por la pasión, habían hecho caso omiso de las advertencias que continuamente repetían los mayores del lugar, y empleaban el manto de la Noche para ocultar su relación a los ojos de los demás. Pero nada queda oculto durante mucho tiempo, por lo menos, no para el Señor de las Ti­nieblas.
Y así fue. Las Sombras informaron a su Señor de que alguien disfrutaba de sus dominios sin su consentimiento. Y cuál fue su cólera cuando des­cubrió que el insignificante mortal que se atrevía a desafiarle lo hacía además arrebatándole a su favorita, Ingrid, la primera entre las elegidas por el Señor de las Tinieblas para unirse a él, com­partiendo su sangre en una ofrenda a las fuerzas del mal. Sus largos y afilados colmillos resplan­decieron por un instante en una horrible mueca. Ingrid debía ser sacrificada para purgar su falta.
Los habitantes del lugar volvieron a oír aque­lla noche el escalofriante batir de alas, y supieron que algo terrible ocurriría. Las Sombras transpor­taron el aleteo de su Señor hasta el establo de Hans, y allí le mantuvieron oculto contemplando la increíble escena. Sin preocuparse de nada más, creyéndose protegidos por la Noche, Hans e In­grid se entregaban a los dictados de su pasión sin ningún tipo de freno ni escrúpulo. La lujuria sal­picó ese rincón de Tinieblas creando una extraña mezcla de terror, deseo, respiraciones entrecorta­das y sonidos guturales. Tan extraña resultó la mezcla, y tan inesperados sus efectos, que el Se­ñor de las Tinieblas fue incapaz de descargar su ira y su venganza sobre aquel pequeño mortal que osaba profanar el cuerpo de su favorita.
Aquella noche no hubo víctimas. Y los ancianos comentaban en voz baja que nadie recordaba algo así. Todas las noches en las que se había oído ese aleteo descender desde el castillo habían sido sangrientas, y a la mañana siguiente algún cadáver aparecía para confirmarlo. Pero esta vez no había sido así, y aunque todo el mundo se ale­graba, nadie se lo explicaba.
Tampoco se explicaban en el pueblo qué eran los terribles gritos que habían empezado a oírse procedentes del castillo, gritos que se oían inclu­so de día. Y fueron sucediéndose los aleteos noc­turnos y esos sonidos inhumanos que helaban la sangre durante el día. Pero seguía sin aparecer ningún cadáver.
Hasta que una mañana ya no se oyeron más gritos procedentes del castillo. Aquella noche Hans había faltado a la cita con su amada, y cuando acudió a verla por la mañana, encontró su cuerpo en el suelo completamente desangrado y con dos pequeños orificios en el cuello. El Señor de las Tinieblas había vuelto a cobrarse su tribu­to.
Y así había sido. Esa noche, como todas las noches desde hacía tiempo, el Señor de las Tinie­blas había acudido a la cita amorosa de Hans e Ingrid, pero esta vez sólo estaba Ingrid. Nada ni nadie se podrían impedir el sacrificio y la ven­ganza. Y otra vez brillaron sus larguísimos col­millos en una horrible mueca.
Ingrid sintió la presencia del Mal a su alrede­dor, y la sangre se heló en sus venas cuando con­templó aquella terrible aparición. Allí estaba Él, Amo de las Sombras, desafiante, tétrico, seguro de que por fin iba a conseguir aquello que le per­tenecía desde hacía tanto tiempo, y que otro -un despreciable mortal- había estado disfrutando en su lugar. La desgraciada víctima fue incapaz de moverse. Y tampoco opuso ninguna resistencia cuando Él se acercó a su cuello. Ni siquiera gri­tó. Tan sólo pudo emitir un triste y lastimero "be-eee...". Sus cuatro patas se doblaron y cayó al suelo sin vida, golpeando con sus pequeños cuer­nos los pies de su verdugo.
(Extraído de Memorias de un chupacabras arrepentido)
NOTA: Todos los interesados en seguir con las lecciones del Manual del perfecto engañabo­bos pueden llamar para dar su dirección y el nú­mero de su tarjeta de crédito al teléfono 906337pi2550e73